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Periodista de eldiario.es y ex presidente de SOS Racismo Madrid, Moha Gerehou es un incansable activista antirracista. Nacido en Huesca de ascendencia gambiana, Gerehou sufrió graves amenazas a través de twitter por parte de grupos de extrema derecha sólo por el hecho de ser español y negro.
Inquieto, inteligente y buen conversador, es autor del brillante monólogo “Cómo sería mi vida si fuera un negro de película” y divulgador de la realidad afrodescendiente y la lucha antirracista en multitud de charlas y conferencias en todo el Estado.
Nos sentamos con él a conversar una mañana de domingo en Lavapiés sobre identidad, racismo, afrodescendencia y medios de comunicación.Tus padres son gambianos pero tú naciste en Huesca, ¿cómo te sientes respecto a tu identidad y por qué?
Mis padres llegaron a España hace unos 30 años, primero llegó mi padre y en 1991 llegó mi madre. Todo se resume en que en casa yo tenía Gambia, tenía África, hablábamos en soninké, la comida siempre ha sido africana, las costumbres, el rezar, la religión musulmana. Yo vivía como podría vivir cualquier chaval de Gambia con las salvedades y diferencias del contexto. Y luego fuera viviendo en Huesca, en España, en Europa, con todo lo que ello implica, y con una cultura y una forma de ver las cosas completamente distintas.
Como mucha gente te sientes a caballo, a mitad, ni de aquí ni de allí, en tierra de nadie
Como mucha gente te sientes a caballo, a mitad, ni de aquí ni de allí, en tierra de nadie. Por un lado creo que es algo muy rico porque conoces distintas perspectivas, culturas muy distintas, ves las cosas desde distintos puntos de vista, te abre bastante más la mente, pero, por otro lado, tiene esa contraparte, esas cuestiones de identidad tan fuertes, de dónde eres y quién, y es muy difícil encontrar respuestas.
¿Cómo podríamos explicarle a una persona que no lo sepa qué es un afroespañol? ¿Qué es la afrodescendencia?
Un afroespañol es una persona que vive en el territorio español y que tiene orígenes de África, da igual si ha nacido aquí o ha nacido en África pero en el momento en que vive en España es ya un afroespañol, con mayor o menor arraigo, pero al final es inevitable que se junten esos dos contextos, esos dos bagajes. No se limita solo a quienes han nacido aquí sino que yo creo que es un concepto bastante más amplio y no sólo centrado en la identidad sino que tiene que ver con lo cultural.
¿Qué tiene que aportar la afrodescendencia a la sociedad española?
Lo primero es que ha venido aportando durante siglos al contexto español y eso es algo que en la historia muchas veces se olvida, pero en esta época en la que tanto se habla de la diversidad creo que tenemos que tener nuestro espacio porque formamos parte de esta sociedad. Es una cuestión de justicia social que no tiene nada que ver con que nos hagan un favor, al contrario, es una exigencia. Nosotros tenemos que aportar muchísimo y todo en aras a enriquecer esta sociedad. No puede ser que se conciba una única idea de lo que es ser español.
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¿Qué espacios le faltan por conquistar a la comunidad afrodescendiente?
Yo creo que los medios de comunicación. No puede ser que en 2018 y 2019 estemos cuatro o cinco personas afrodescendientes en los medios de comunicación con cierta visibilidad. Eso es una anomalía y hay que corregirlo. Los medios son especialistas en recomendar cosas para afuera pero no mirarse adentro, y la diversidad étnico racial es una de estas cosas. No puede ser que las redacciones sean exclusivamente blancas porque al final el periodismo trata de contar la realidad. Es otra vez de justicia social sobre todo por la amplia repercusión que tienen en toda la sociedad. Creo que es importante que estemos allí y que luchemos por esos espacios.
Militas en SOS Racismo Madrid hace años y has sido su presidente, ¿qué es el racismo?
Milito en SOS desde hace casi 5 años y con una experiencia bastante positiva sobre todo por haber estado en un momento en que el movimiento antirracista ha cambiado bastante, porque las personas migrantes y racializadas estamos más posicionadas y tomando el liderazgo, es una evolución natural y de sentido común.
El racismo es un sistema de poder en el cual la sociedad está dividida a través de la racialización y en el que lo blanco es lo ideal, el estándar del que emana todo el resto. Eso ha constituido un sistema de poder y dominación en el cual África, Latinoamérica y las personas descendientes de estos lugares hemos sido discriminados, apartados, excluidos, asesinados.
¿Cuál sería la labor de SOS Racismo en este contexto?
Creo que SOS tiene que ser una herramienta útil al servicio de las comunidades racializadas. No que lidere esta lucha pero sí que esté allí siempre apoyando a las organizaciones antirracistas que hagan iniciativas.
Es importante que cuando una organización del colectivo de migrantes como puede ser Courage no tenga la estructura y los recursos para pedir a la Delegación de Gobierno una manifestación, SOS Racismo pueda pedirla para que así ellos puedan ejercer su libertad, sus derechos y sus reivindicaciones. Si una organización como Kwanzaa, que está dentro de una estructura universitaria, necesita organizar un evento en otro sitio y nosotros como SOS Racismo podemos poner nuestro poder institucional a su servicio, lo tenemos que hacer. Si alguien del barrio de Lavapiés ha sufrido un caso de racismo y necesita denunciarlo, nosotros tenemos que estar allí para facilitar esa denuncia.
Has sufrido amenazas de muerte sólo por el hecho de ser español y negro, ¿cómo te enfrentaste a ese momento?
A nivel personal fue bastante fuerte pero creo que a la larga fue algo positivo a nivel comunidad. Fue una oportunidad de visibilizar lo que ya venía ocurriendo, la persecución a las personas negras. Yo tuve la suerte de estar en un momento en que era conocido, trabajo en un medio de comunicación, con cierta visibilidad en las redes sociales y eso hizo que mucha gente de la comunidad negra empatizara con mi caso, se sintiera parte y pensara: “Ha sido Moha pero podría haber sido yo”. Eso a mí personalmente me dio mucha fuerza para decir no estoy solo en esto. Y por otro lado creo que en cierto modo abrió los ojos a mucha gente española blanca de ver que una persona que había nacido aquí por ser negra y por su origen africano estaba viviendo eso. Por desgracia sirvió para que mucha gente fuera consciente.
No puede ser que en los medios las personas negras siempre aparezcamos como víctimas, como verdugos o como pioneros o excepciones
Eres periodista, ¿en qué puede ayudar el periodismo a la lucha antirracista?
El periodismo tiene un papel muy clave en la lucha antirracista porque son los que cuentan la realidad y cuando cuentan esa realidad de manera deformada están haciendo mal su trabajo. No puede ser que las personas negras siempre aparezcamos como víctimas, como verdugos o como pioneros o excepciones. No puede ser que se haga un artículo hablando con ocho personas sobre los presupuestos y no haya ni una sola persona negra también opinando sobre los presupuestos porque también somos economistas. No puede ser que hagamos un artículo sobre historia en España y no se cuente con historiadores negros que también existen porque al final siempre acabamos encasillados en los medios de comunicación a determinadas historias que tienen que ver con migración y racismo. Tenemos que ampliar ese foco y que la realidad se muestre de verdad, también tenemos que tener nuestra representación y nuestra voz.
¿Eres consciente de que puedes convertirte en un referente para las nuevas generaciones de afrodescendientes? ¿Cómo llevas este hecho?
Saber que hay gente joven que viene detrás que pueda valorar lo que estoy haciendo, lo vea importante y necesario, a mí es lo que más me llena. Me suelen llegar mensajes de gente de Galicia, de Aragón, en los que me dicen que han visto mis vídeos y les encantan y han aprendido mucho. Me gusta que lo que hago lo pueda entender cualquier chaval, me gusta crear contenidos que puedan llegar a cualquiera.
Muchas veces lo pienso, quiero que mis vídeos los entienda muy bien mi hermano que tiene 15 años, para mí eso es lo ideal. Creo que tenemos que trabajar más en eso, en hacer cosas que puedan llegar a amplias capas sociales y sobre todo a los chavales. Yo lo tomo como una responsabilidad, me parece súper bonito, me genera mucho orgullo que haya chavales a los que les pueda servir en el día de mañana a construir su realidad.
¿Cuál crees que es el tratamiento general que se da a África y a la afrodescendencia en la prensa española?
En el caso de África creo que siempre se ha hecho desde una perspectiva de la desgracia o de la economía. En el caso de la economía para contar que tal empresa ha llegado a África y desde la desgracia, África solo se cuenta desde las muertes, las guerras, el hambre y la pobreza. Eso tiene que cambiar porque África es mucho más que eso.
Creo que la población africana y afrodescendiente tenemos que exigir que se informe bien sobre eso porque muchas de las cosas de las que se está informando de allí tienen que ver con nuestras situaciones actuales. Mi padre no salió de Gambia y acabó en Huesca por casualidades de la vida sino que hay una historia detrás que hay que contar y hay que contarla bien. Si tú dices que cuentas una realidad pero sólo cuentas una parte, estás manipulando. No se está contando el todo sobre África y eso tiene que cambiar.
Eres uno de los organizadores del 12N que este año se repitió el 11N, ¿qué supuso esa primera manifestación en el Estado español?
La primera manifestación que organizamos en 2017 creo que fue un punto de inflexión de algo que ya se venía gestando, de ese cambio de discurso en el antirracismo, de ese liderazgo que hemos empezado a asumir en los distintos movimientos antirracistas las personas migrantes y racializadas y de exigir los espacios que nos corresponden por justicia social. Intentamos recoger todo eso y ponerlo en una manifestación.
Creo que el concepto era muy bonito y muy potente, buscar los puntos en común en cuanto a la discriminación racial pero también en otros planos y ponerlos sobre la mesa. Tendremos diferencias pero en esto tenemos una agenda común. Me acuerdo que ese día sentí un orgullo que pocas veces he sentido, es algo que tenemos que mantener, que tenemos que cuidar y evitar que se rompa. Yo aspiro a que esto sea una movilización masiva como pueden ser las del 8M y, a partir de ese empuje desde las calles, poder empezar a cambiar nuestra realidad material, que eso se traduzca en que nuestras realidades cambien también.
¿Te preocupa la dimensión que está tomando Vox?
Por supuesto que me preocupa, como persona negra, como persona que forma parte del movimiento antirracista y como alguien que vive en el Estado español. Ahora tenemos que defender derechos básicos. Es un partido que está hablando de derogar la Ley de violencia de género, de cerrar las fronteras como si ahora estuvieran abiertas. Nos pone en una situación de defender las conquistas que ya se habían hecho. Ese cambio es muy peligroso porque nos sitúa en una posición de estar resistiendo, de retroceso.
La dimensión que está tomando Vox supone un cambio muy peligroso porque nos sitúa en una posición de estar resistiendo, de retroceso
Desde la perspectiva del antirracismo y desde el feminismo nos coloca en una situación difícil. Tenemos que buscar un punto común de defensa de los derechos sociales ante las derechas. Que sean ellos los que se planteen defenderse y resistir y no seamos nosotros. Yo entiendo que hay una mayoría social que está en ese punto de conquistar nuevos derechos para las personas migrantes, para las mujeres, para el colectivo LGTBIQ.
Un deseo para el futuro
Para la afrodescendencia y el antirracismo aspiro a que construyamos algo que realmente nos represente a todas las personas africanas y afrodescendientes, que encontremos esos puntos en común y podamos minimizar las diferencias a la hora de plantear las luchas. Ser capaces de buscar puntos de unión y pelear por ellos y, sobre todo, empezar a proponer cosas concretas.
Racismo
El antirracismo político y las alianzas contra el fascismo
Los colectivos racializados interpelan a la sociedad y el Estado, a la izquierda y al feminismo, sobre racismo y colonialidad.
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Una grandísima entrevista, un placer escuchar a Moha. Su voz llega muy lejos. Hoy me ha pasado un enlace a su twitter un amigo afromericano preguntando si lo conocía... Yo le respondí: Cómo no conocer a Moha? Es de los que más se ha comprometido y arriesgado por esta causa de justicia social.
Lo de Ley de Extranjería, creo que se puede mejorar y mucho, pero de ahí a abolirla... no lo creo. Por desgracia en esta época de fronteras y fortalezas, cada país tiene leyes sobre inmigración y control del flujo de personas. Y no solo en Occidente. Sudáfrica o Marruecos son igual o más rígidos con estos temas.
Lo más interesante de esta entrevista me parece su mención a la necesidad de contar África desde una perspectiva real y diversa, las causas de la emigración, desde la empatía real. Como español me apena mucho la falta de empatía y la indiferencia que parece haber en la sociedad española hacia las vidas cotidianas de los vecinos del Sur. Un reciente artículo del El País sobre el carácter estratégico de Malí, dejando totalmente de lado el sentir de los malienses me pareció una muestra más de esta visión interesada del continente.
Conociendo a Moha se hace realidad que otro mundo es posible. Magnífica entrevista.
Me parece "una" gran entrevista, pero es " una".
Por un 2019 diferente.
Excelente entrevista ya que recoge una realidad palpable y que gran parte de nuestra sociedad desconoce, por falta de información.
Preguntas claras y en contexto con respuestas sinceras y abiertas.
'AVANCEMOS'.
Entrevistas así son muy importantes no sólo para los colectivos implicados sino para el progreso de la humanidad