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Teatro
Teatros para la Residencia en Extremadura
Mercantilizar nuestras existencias, nuestras relaciones productivas, nuestro mundo privado, nuestros sueños y deseos, es el triunfo del discurso único y globalizador de la concepción del mundo-sistema neoliberal.
Descripción de un paisaje
Ya no hay discurso institucional sobre políticas culturales al que no se le exija rentabilidad. Cultura, festejos, juventud, deporte, turismo, igualdad se combinan fusionándose en una misma consejería o concejalía. Turismo reina sobre las demás porque, frente a los servicios públicos y sociales de las otras, ella asegura puestos de trabajo y rápidos beneficios.
El discurso cultural político contiene un doble rasero: la cultura es prestigio social e individual, mantiene la aureola de la emancipación colectiva y la movilidad social junto con la educación; pero también es, o debe ser, una industria que debe rentabilizarse dentro de la esfera del libre mercado capitalista.
La Ilustración creó espacios públicos como museos, bibliotecas, escuelas y teatros con la misión de educar y cohesionar a la ciudadanía en una lengua común y una cultura laica en defensa de los valores de los nuevos Estados burgueses. Al imponerse los derechos del consumidor sobre los del ciudadano, es decir, derechos privados sobre derechos públicos, la educación y las artes se disuelven ante un capitalismo neoliberal que fagocita lo social, privatizando y mercantilizando todos los aspectos de nuestras vidas.
Teatro
¿Qué hacer con un edificio dedicado a las artes escénicas?
En Europa los teatros públicos, como espacios de creación y defensa artística, están arraigados con una fuerte tradición y extendidos en todo su territorio. Sirven de diques de contención frente al oleaje neoliberal, en su ecosistema escénico conviven teatros públicos -municipales, regionales, federales o nacionales-, empresas privadas comerciales, teatros independientes y diversas estructuras escénicas protegidas con el paraguas del llamado “tercer sector”.
No hay más que echar una mirada a la organización escénica de nuestros vecinos para comprobar que el teatro público con compañías residentes es el cemento sobre el que se levantan sus políticas escénicas.
Nuestro país, desencajado de la órbita cultural europea durante más de un siglo, intentó ponerse al día elaborando, durante los primeros años de gobernanza socialista, un ambicioso plan de recuperación y nueva creación de edificios escénicos públicos. Los edificios se han construido, pero reduciéndolos a meros contenedores de producciones ajenas, con programaciones vacías de participación ciudadana.
El sector artístico y creativo queda destinado a proveedor de productos de consumo cultural rápido que se debe amortizar, como cualquier otro producto mercantil, con los beneficios de sus ventas
El resultado es un paisaje de espacios escénicos, en todos nuestros pueblos y ciudades, obligados a comprar espectáculos que den sentido a su edificación. Sus limitados presupuestos obligan a reducir sus equipos de gestión, que a duras penas pueden desarrollar programas artísticos propios para sus territorios. La participación ciudadana en estos teatros, mayoritariamente municipales, es la de meros consumidores-espectadores de productos seleccionados y filtrados por técnicos y políticos.
El sector artístico y creativo queda destinado a proveedor de productos de consumo cultural rápido que se debe amortizar, como cualquier otro producto mercantil, con los beneficios de sus ventas. El sector debe acoplarse a las estructuras de las pequeñas empresas, autónomos, micropymes, etc. para sobrevivir en este “mercado secuestrado”. Secuestrado porque es un mercado sin diversidad de clientes, dependiente de las instituciones. Ellas son el único cliente y, por lo tanto, filtran y controlan a sus proveedores artísticos, masa generadora de materia prima creativa, a través de convocatorias, subvenciones, redes, programas de municipios, diputaciones, autonomías, etc.
Por ello proliferan las ferias escénicas en todas las autonomías, organizadas y pagadas institucionalmente, cuya publicidad artística y mercantil oculta sus límites políticos y culturales. Todas anuncian la asistencia de un ingente número de programadores de todos los rincones del país, pero ninguna ofrece datos de ventas.
La escasa producción creativa de los espacios públicos obliga a los profesionales a crear empresas proveedoras para subsistir. Ello ha provocado un crecimiento desmesurado de compañías con una sobreoferta que excede la demanda pública, y genera un stock de producción artística difícil de mantener.
El resultado es un paisaje en el que las compañías de creación han ido mutándose en productoras que buscan rentabilizar sus productos escénicos en un mercado, cada vez más, de bajo coste
El resultado es un paisaje en el que las compañías de creación han ido mutándose en productoras que buscan rentabilizar sus productos escénicos en un mercado, cada vez más, de bajo coste. Espectáculos que solo se puede mantener realizando giras con ayudas públicas de diferentes administraciones. Penosamente un espectáculo puede mantenerse de la taquilla realizando solamente una o dos funciones por plaza, con precios de taquilla bajos y una publicidad saturada.
Las producciones escénicas son tan perecederas como las frutas o el pescado, difícilmente se pueden congelar durante más de una temporada, por lo que las compañías están obligadas a elaborar productos escénicos rápidos, fáciles de vender y amortizar. Espectáculos de títulos y autores conocidos, con pocos actores y escenografía, que permitan realizar giras rápidas, ya que las temporadas de varias semanas han desaparecido de las grandes ciudades.
El mercado escénico, como cualquier mercado, es voraz y necesita constante renovación de productos. Pero no puede existir auténtica renovación sin tiempo de crecimiento y maduración. Los oficios artísticos son de elaboración artesanal y para ello necesitan talleres y procesos de creación que acumulan saberes y experiencias artísticas. Eso solo pueden darse en estructuras de compañías artísticas con espacios propios de creación o teatros públicos con compañías residentes, que sería la misión de esa formidable red de edificios escénicos existente en el estado español.
Concluyendo, la realidad escénica española se mueve en una sobreoferta de productos escénicos de bajo coste que deben realizar constantes bolas para amortizarse, en un mercado muy competitivo, controlado y regulado por las administraciones. Esto conlleva precariedad laboral, autoexplotación de sus creadores, y mediocridad artística. Un sistema-mercado que pide renovación en I+D (tecnología e investigación) a sus artistas, pero exigiéndoles productos banales de pueril entretenimiento para sus espectadores.
Aquello que tanto exasperaba a García Lorca, “teatro para matar el tiempo”.
Centros de Creación Comarcales
En 2013 un grupo de profesionales nos agrupamos en un Foro de Artes Escénicas para debatir y buscar alternativas a la dura crisis que estábamos sufriendo. A lo largo de varios años generamos seminarios y encuentros analizando la situación de nuestro territorio y la alternativa de compañías residentes.
En noviembre del 2015 desde el Foro de las Artes Escénicas de Extremadura elaboramos un documento titulado Los teatros públicos municipales como centros de creación comarcales dirigidos por profesionales de la cultura entregándoselo a los partidos que se presentaban a las elecciones autonómicas de aquel año.
En él se exponía:
“El objetivo de esta propuesta es aprovechar dos recursos existentes en la Región totalmente abandonados:
- La infraestructura de teatros públicos municipales de la que está dotada la Región, con estructuras escénicas desaprovechadas y cuyas inversiones ya están realizadas.
- La existencia de compañías y profesionales artísticos, con dilatas experiencias y reconocimiento profesional, cuyas capacidades artísticas y de gestión son despreciadas.
Actualmente la amplia red de espacios teatrales se encuentra en condiciones de semiabandono y mínimo aprovechamiento. Su programación es escasa y el uso de los edificios carece de criterios profesionales y políticas de gestión de públicos. A su vez, las compañías y los profesionales extremeños carecen de espacios donde desarrollar sus trabajos y aprovechar sus recursos artísticos.
La propuesta de Centros de Creación Comarcales en la Región uniría espacios y profesionales para un mejor uso de recursos artísticos y humanos, dirigidos al desarrollo cultural de la población.
Proponemos crear una Red de Centros dirigidos por profesionales. En un principio podrían ser seis centros situados en pueblos y ciudades que sean geográficamente centros comarcales y cuyos edificios tengan las infraestructuras necesarias.
Su gestión saldría a concurso público siguiendo el modelo de los Centros Dramáticos Nacionales y el modelo de buenas prácticas con una duración de un trienio, espacio de tiempo mínimo para desarrollar un proyecto. Las propuestas presentarían un plan artístico con una visión amplia de la producción de las artes escénicas (teatro, danza, gestual, acrobacia, literatura, plástica) y de gestión de públicos de la comarca con especial dedicación a impulsar la educación y las complicidades con escuelas, institutos, formación profesional y universidades.
Las obligaciones de programación exigidas actualmente en las ayudas a salas privadas podrían ser un referente, a las que se sumaría otras de creación artística.
El presupuesto económico para las salas privadas en la actualidad es de 160.000 € anuales, hasta ahora son cuatro las salas privadas existentes. Las cantidades anuales están en torno a los 40.000€ por sala, cantidad insuficiente a todas luces para mantener la intensa actividad que se les exige, y que las salas complementan con recursos propios y ayudas de otras instituciones.
El modelo que proponemos sería 50- 30-20. Es decir, 50% de recursos públicos ( Junta, Diputación, Ayuntamiento), 30% recursos propios (taquillas, cursos, talleres, venta de producciones propias) y 20% de recursos de entidades privadas (patrocinadores).
Penosamente la ley extremeña se guardó con llave en un cajón, dejándola sin presupuesto y sin la menor intención de ponerla en marcha. También con un silencio cómplice e indolente de la profesión
Si la Junta ofreciese una primera convocatoria para seis centros comarcales con una cantidad de 150.000 € anuales podría servir de primer impulso económico para generar unos modelos de gestión creativa. Serían 900.000€ anuales, que con una gestión solvente se transformaría en 1.800.000€ de recursos gestionados por profesionales competentes para dinamizar y agitar culturalmente a la Región.
Por supuesto todos los recursos estarían sujetos a auditorias, como lo están todas las ayudas a salas privadas”.
En las elecciones del 2015 Unidas Podemos incorporó a su programa electoral la necesidad de los Centros de Creación Comarcal y el PSOE introdujo en su programa electoral la aprobación de una Ley de AA.EE. Las elecciones las ganó el PSOE. Tras más de cuatro años de debate entre Asociaciones profesionales, Secretaría de Cultura, técnicos de la Junta y representantes políticos se elaboró un borrador de Ley aprobado en noviembre del 2020 en la Asamblea de Extremadura, por toda la Cámara a excepción del PP que se abstuvo.
Penosamente la ley extremeña se guardó con llave en un cajón, dejándola sin presupuesto y sin la menor intención de ponerla en marcha. También con un silencio cómplice e indolente de la profesión que en su gran mayoría la ha ignorado.
El documento sobre Centros de Creación Comarcal es una continuación de lo que desde ADE reivindicamos desde hace décadas sobre la necesidad de Teatros en Residencia y Compañías Estables. Y, por supuesto, tiene mucho en común con la propuesta que se hizo al INAEM en marzo de 2021 para el Plan de Fondos Europeos con el título Espacios de Creación escénica descentralizados, una perspectiva europea.
La dehesa extremeña
La Red de Teatros de Extremadura, según datos del Observatorio de la Cultura extremeño de 2022, está compuesta 50 teatros, 36 en Badajoz y 14 en Cáceres. Un número nada despreciable de espacios escénicos para una población de 1.053.000 habitantes. Para participar en la Red se exige a los espacios diversos requerimientos técnicos: varas electrificadas, cámara negra, equipamiento de luz y sonido, personal técnico, etc. que un número reducido de espacios cumple, aunque en los últimos años han mejorado sus instalaciones varios espacios.
Siguiendo datos de la web del Observatorio de la Cultura, en la Red durante el 2022 se realizaron 365 representaciones de 109 empresas (87 extremeñas) con un presupuesto de 1.300.000€ aportados por la Junta. Hay que tener en cuenta que en estos datos se suman actuaciones de teatro y música.
De 2015 son los primeros datos que se ofrecen de la Red, la componen 29 localidades en la que se realizan 250 representaciones de 40 empresas (38 extremeñas) con un presupuesto de 1.000.000€.
Si comparamos los datos de 2022 con los del 2015 encontramos cifras reveladoras en la evolución de los últimos 7 años:
- El número de localidades pasa de 29 a 50 localidades, aumenta un 72,41%.
- Las representaciones de 250 a 365, aumenta un 46%.
- El número de empresas de 40 a 109 aumenta un 147,50%.
- Las empresas extremeñas de 38 a 87, aumentan un 128,94%.
- El presupuesto de la Junta pasa de 1.000.000 a 1.300.000€, aumenta un 30% .
- El cachet por función del 2015 tenía una media de 4000€ (presupuesto de 1.000.000€/250 representaciones) disminuye a 3.561,64€ en 2023 (1.300.000/365 representaciones) disminuyendo en 10,95%.
Los datos revelan un impresionante aumento en 7 años (2015-2022) de espacios, representaciones y empresas que no es correspondido con el aumento de inversión pública y da por resultado una menor disminución del cachet medio. La mayor parte de las funciones se hacen gratis o con un precio de taquilla simbólico.
Teatro
Teatro El lastre conservador del centralismo cultural
El aumento espectacular de compañías extremeñas pasando de 38 a 87, tiene una doble lectura. Para la administración el aumento de empresas es el éxito de sus políticas culturales, poco importa condiciones técnicas, valor artístico, condiciones laborales, gestión de públicos, etc.
Para los profesionales que chapoteamos en este estanque de aguas turbulentas, es el fracaso de unas políticas ciegas, que aceptan como compañía-empresa a cualquiera que obtenga un CIF. De esta manera se cuece una masa en la que se mezclan compañías profesionales con semiprofesionales, aficionados y empresas coyunturales de otros sectores: alquileres de material técnico, gestoras de servicios, distribuidoras, etc. Es frecuente que en una compañía-empresa extremeña cada actor o actriz tenga un CIF propio que utiliza para presentarse a convocatorias, subvenciones o facturar trabajos provisionales. Este desaforado incremento de empresas, - que se dan en todo el país, potenciadas por las políticas de emprendimiento - ocultan la precariedad y el intrusismo profesionalidad en el sector. Como dice el Brujo “muchos comen de esto, pero poco son del oficio”.
“Una modesta proposición” para Extremadura
Pese a su extensión Extremadura mantiene cierto equilibrio poblacional. Sus cuatro grandes ciudades repartidas entre las dos provincias: Badajoz (150.530 habitantes), Mérida (59.352), Cáceres (96.068), Plasencia (40.141), son también sus principales núcleos administrativos, comerciales, turísticos y culturales. Siguen varias ciudades entre 40 y 15.000 habitantes, que son centros comarcales, núcleos industriales, agrícolas, ganaderos y de servicios.
En Badajoz son Don Benito (37.010), Almendralejo (33.468), Villanueva de la Serena (25.759), Zafra (16.776), Montijo (15.614 habitantes), Llerena (5.760), Herrera del Duque (3.485)
En Cáceres: Navalmoral de la Mata (17.170), Miajadas (9.685), Jaraiz de la Vera (6.477), Hervás (3.972), Torrejoncillo (2.975).
La diferencia de población entre ambas provincias se proyecta en los espacios que participan en la Red, 36 de Badajoz y 14 de Cáceres.
Haciendo un rápido resumen de los teatros existentes en estas poblaciones tendríamos los Teatros López de Ayala en Badajoz y Gran Teatro de Cáceres con las mejores condiciones técnicas y equipos de gestión; ambos realizan una programación continuada y tienen una estructura de Patronatos en el que participan las instituciones regionales.
Mérida, más allá del monumental Teatro Romano, tiene un limitado espacio escénico (la Sala Trajano gestionada por la Junta) y acaba de recuperar el histórico Teatro María Luisa, que se pondrá en funcionamiento la temporada 2023.
Plasencia mantiene una fuerte tradición cultural y una continuada programación escénica que cubre el norte de Cáceres, con un experimentado equipo técnico en el Teatro Alkázar.
Almendralejo tiene el Teatro Carolina Coronado que tras varias remodelaciones intenta solucionar sus problemas acústicos.
Zafra, Montijo, Herrera del Duque y Navalmoral de la Mata poseen nuevos edificios escénicos construidos en los últimos años, con buena capacidad técnica que intentan mantener una programación continuada.
Evidentemente, por población y capacidad arquitectónica, el López de Ayala de Badajoz debería ser el buque insignia de los futuros Teatros de Residencia en la Región. Su enorme espacio permite la existencia de varias compañías invitadas. Su proximidad a la frontera portuguesa le coloca en un lugar privilegiado para ser interlocutor y motor con el teatro portugués.
Mérida, a pesar de ser la capital administrativa de la Región, hasta el 2022 no ha inaugurado un teatro con buenas condiciones técnicas
Sería coherente que un plan de Teatros de Residencia se estableciera en función de núcleos de población, condiciones técnicas de sus espacios escénicos, equipos teatrales en sus territorios y búsqueda de equilibrio territorial. Una posible propuesta sería:
- Badajoz, principal ciudad de servicios en la frontera portuguesa, nudo logístico y con varios centros universitarios. Sede de algunas compañías profesionales.
- Cáceres, centro cultural, población universitaria, sede de la ESAD (escuela superior de arte dramático), dispone de varios edificios escénicos. Concentra el mayor número de compañías.
- Plasencia, capital histórica del norte de la provincia de Cáceres. Situada a los pies de Gredos, su tradición cultural y comercial marcan la personalidad de la ciudad que siempre ha desarrollado dinámicas culturales propias, haciéndola imprescindible como referencia teatral. No existen compañías profesionales.
- Mérida, a pesar de ser la capital administrativa de la región, hasta el 2022 no ha inaugurado un teatro con buenas condiciones técnicas. El Festival Grecolatino crea dinámicas culturales aprovechables para un Teatro Residente. Es la sede de varias compañías profesionales.
- Villanueva de la Serena-Don Benito, separadas por tan solo una calle, es el más importante núcleo de población (ambas suman 62.769 habitantes) de las comarcas de las Vegas Altas y el motor de la industria agropecuaria de la Región. Ambas ciudades tienen teatros municipales y deberían poseer un teatro de residencia referencial. Ambas ciudades tienen núcleos teatrales.
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Artes Escénicas Las Artes Escénicas extremeñas demandan reunirse con el nuevo responsable de CEMART
- Zafra, es el centro referencial de varias comarcas del sur de Badajoz, con una fuerte peso y tradición cultural. Sede de una importante feria ganadera y de números servicios comarcales. Su edificio escénico construido hace una década está bien dotado técnicamente permitiendo la existencia de una compañía residente. Existen profesionales en su comarca.
- Navalmoral de la Mata es el núcleo de población más importante al este de la región, referente de servicios de diferentes mancomunidades como La Vera, Campo Arañuelo, Villuercas, Ibores, etc. Tienen un teatro municipal recientemente construido y algunas compañías profesionales.
- Herrera del Duque a pesar de sus 3.485 habitantes es la mayor población de la extensa comarca de la Siberia, diseminada en el noreste de Badajoz con una población de 20.000 habitantes. Tiene un magnifico teatro, recientemente construido, el Palacio de la Cultura. Su situación geográfica es fundamental para que un Teatro Residente haga una enorme labor de gestión de públicos en un territorio con una veintena de municipios.
Indudablemente pueden establecerse otras propuestas, pero estos posibles ocho Teatros Residentes en Extremadura proporcionarían equilibrio cultural a un extenso territorio necesitado de impulso artístico, profesional y de dinámicas de gestión que dinamicen y dialoguen con su ciudadanía, transformando los Teatros de consumo en Teatros de creación y diálogo.