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Violencia machista
Más allá de la denuncia: detectar la violencia de género en el sistema sanitario
El pasado 3 de julio, y tras celebrarse un comité de crisis por seis feminicidios, la ministra de Igualdad Ana Redondo informó de que iba a proponer al Ministerio de Sanidad reforzar la coordinación para la detección de casos de violencia machista a través del sistema sanitario. “Sabemos que una puerta de entrada de muchos de los casos de violencia de género es la Atención Primaria”, aseguraba. Esta coordinación, siempre en palabras de la ministra, favorecería la detección con antelación de buena parte de los casos que se pierden en el sistema.
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Así, Redondo reconocía los fallos del actual sistema, conocido como Viogen, que se activa cuando una víctima acude a comisaría y es interrogada para rellenar un formulario que devolverá un algoritmo que determinará su riesgo —no apreciado, bajo, medio, alto, extremo— y en base a esta clasificación será protegida o no. Al menos una de las víctimas que se analizaron en ese comité de crisis estaba en ese sistema pero no contaba con protección al no considerarse caso extremo. Muchas otros casos quedan sin seguimiento. Es aquí cuando la labor de la sanidad, en concreto del médico o médica de familia, se vuelve importante, y así lo demuestran las cifras.
La sanidad es la puerta de entrada mayoritaria para las víctimas de violencia de género: un 27 acuden a algún servicio sanitario frente a un 21% que recurre a la denuncia
Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, un 27% de las víctimas de violencia de género acuden a algún servicio sanitario frente a un 21% que recurre a la denuncia. Los datos muestran que centro de salud, psicólogo o farmacia son las puertas que primero cruzan las víctimas. Antes incluso que las de los servicios sociales, donde acude el 7,2%.
Acompañar en el proceso más allá de la denuncia
Y es que la asistencia a las víctimas de violencia de género está ya dentro de las carteras médicas gracias al Instrumento común estandarizado para la detección temprana de la violencia de género en el Sistema Nacional de Salud, publicado en 2021. “El documento considera a la Atención Primaria un escenario privilegiado para la detección”, explica Alicia Díaz Revilla, médica de familia y miembro del Grupo de trabajo de atención a la Mujer de la Somamfyc (Sociedad Madrileña de Medicina familiar y comunitaria), para quien la violencia de género es un problema de salud pública “de primer orden” aunque aún infradiagnosticado. “Este documento supone un avance y una forma de facilitar la detección temprana, para que tengamos diferentes herramientas y podamos clasificar y/o confirmar casos de violencia de género, así como la valoración del riesgo“, explica Díaz Revilla quien valora que en la Comunidad de Madrid ”no se ha publicitado mucho, se nos envió en su día por correo electrónico a todas y todos los profesionales, entre los muchos correos que recibimos, sin más detalles".
Implementar protocolos comunes para abordar estos casos es “primordial”, tal y como destaca la médica de familia y portavoz de AP Se Mueve, Mar Noguerol. Y más teniendo en cuenta que la víctima atraviesa un proceso que no siempre empieza por la denuncia. “Hace poco tuve el caso de una víctima de violencia machista por parte de su marido que no estaba decidida a poner la denuncia por el pánico y el terror que sufría. Entonces tenemos que respetar el ritmo de la víctima pero a la vez estar previendo una situación de riesgo real, porque sabemos que toda víctima de violencia de género tiene un riesgo real, como estamos viendo estos días, incluso en mujeres que ya habían denunciado, que estaban en el sistema y que por errores del sistema han acabado asesinadas. Y para todo esto es muy importante tener unos circuitos claros, protocolizados, entre instituciones para saber cómo actuar ante cada situación”. Noguerol pone como ejemplo la ciudad en donde trabaja, Fuenlabrada, donde médicos y médicas de familia pueden activar un protocolo de acompañamiento con la policía local sin necesidad de denuncia.
“Nosotras podemos acompañar y atender a las mujeres en este largo proceso que es quizás lo mas importante. Desde Atención Primaria el proceso asistencial de actuación recoge más cosas que la mera denuncia”,
“Nosotras podemos acompañar y atender a las mujeres en este largo proceso que es quizás lo mas importante. Desde Atención Primaria el proceso asistencial de actuación recoge más cosas que la mera denuncia”, explica Díaz Revilla. Actuaciones que van desde registrar adecuadamente todo lo sucedido en la historia clínica “que ya es un mecanismo que le puede ayudar, es un documento legal” hasta redactar un informe favorable para la realización del título habilitante de víctima de violencia machista, un documento que acredita la condición de víctima de violencia machista sin necesidad de atravesar un proceso jurídico y que sirve para obtener algunas prestaciones para las víctimas. También desde consulta se puede derivar el caso a servicios sociales cuando así sea preciso.
Más recursos para la primaria
Los profesionales consultados para este reportaje avisan: nada de esto se podrá realizar si las condiciones de la Atención Primaria continúan precarizándose. Según el Barómetro Sanitario de 2024 la demora media para estas consultas es de 8,34 días, mientras que el 22,5% espera 11 o más días y el 50,4% espero siete o más días, mientras que el 25,2% señala que no pudo conseguir cita.
Para Nacho Revuelta, médico de familia en el Centro de Salud Rafael Alberti (Madrid) es importante que los profesionales cuenten con las herramientas suficientes que permitan que los principios de la Atención Primaria, la accesibilidad para el paciente y la longitudinalidad en el trato, es decir una relación duradera en el tiempo con los pacientes, se cumplan. Estos principios, asegura, proporcionan un conocimiento mejor entre médico y paciente y un trato más cercano que permite al profesional detectar aspectos tan personales como la violencia machista. “Hoy en día estamos viendo que la Atención Primaria tiende hacia otros modelos donde se prima la inmediatez. Pero sin la longitudinalidad en el trato, la Atención Primaria pierde muchísimas de sus capacidades”, explica Revuelta.
“Hablar de reforzar las estrategias para acabar con la violencia machista en el sistema sanitario sin que este tenga el suficiente personal es un brindis al sol”
No en vano en el centro de salud de Revuelta hay 3.000 paciente sin médico asignado. En algunos centros no tienen médico asignado el 40% de los pacientes, asegura. Y sin médico asignado la relación de longitudinalidad con el paciente se rompe, pues cada vez serán atendidos por un profesional diferente. “Hablar de reforzar las estrategias para acabar con la violencia machista en el sistema sanitario sin que este tenga el suficiente personal es un brindis al sol”, añade.
Según el último informe de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) en ninguna comunidad autónoma hay un facultativo de Atención Primaria por cada 1.000 habitantes, con una variabilidad que va de una tasa de 0,95 en Castilla y León a un 0,5 en Baleares o Madrid. “Se habla de que desde las consultas se refuerce la detección de casos de violencia de género pero si no se incrementa el número de personal nada de eso se podrá hacer”, añade Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de FADSP.
Además del incremento de profesionales, sería necesaria una mayor formación en igualdad, explica Alicia Díaz Revilla que también es formadora en violencia de género dentro del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). “Se necesita formación y tiempo y mejorar las condiciones de trabajo en la Atención Primaria lo que supondría poder atender mejor a todos los problemas de salud, incluida la violencia de género”, explica.
Vuelta a la sanidad para todas
Además de solucionar los problemas que tienen que ver con el deterioro de la Atención Primaria, hay otro aspecto pendiente y muy necesario para que todas las mujeres puedan tener acceso a la sanidad pública: la vuelta a la universalidad. El pasado 14 de mayo el gobierno aprobó un proyecto de ley para volver a esta casilla. Proyecto que ha entrado en el Congreso y que deberá de someterse a los trámites parlamentarios antes de que la atención universal vuelva a ser un hecho.
“Las mujeres que se enfrentan a la exclusión sanitaria se van a perder oportunidades de detección en consulta, hecho añadido a que difícilmente van a ir a una comisaría porque tienen miedo a ser deportadas”
En este sentido, Revuelta señala a un colectivo de mujeres al que habría que prestar una especial atención: las mujeres migrantes, especialmente aquellas que se encuentran en situación irregular y, por tanto, viven situaciones de exclusión sanitaria. “Por un lado las que no pueden acceder se van a perder oportunidades de detección en consulta, hecho añadido a que difícilmente van a ir a una comisaría porque tienen miedo de que esto desemboque en detención y expulsión como ya ha pasado. Y además viven situaciones de especial vulnerabilidad de dependencia económica que les impide romper el vínculo con el maltratador”, explica este médico de familia.
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Para Díaz Revilla la implicación del Sistema Nacional de Salud, liderado por el Ministerio de Sanidad “es un elemento clave para impulsar medidas desde no solo la igualdad sino teniendo en cuenta un enfoque interseccional”. Esta profesional, experta en violencia de género, pide además una amplitud de miras: "En el momento actual este problema se quiere enfocar por muchos como un asunto del “feminismo” no como un problema de todos y todas". Cuando es un problema de todos y todas, recalca.