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Derecho a la vivienda
“La casa es una condena”: el rápido encarecimiento de las hipotecas acorrala de nuevo a las familias
Paula lleva un tiempo buscando una casa para ella y su hija. Su trabajo no está mal pagado, y cuenta con algunos ahorros, así que en principio comprar un piso pequeño, en un barrio del sur, cerca de sus padres y del colegio de la niña no debería ser tan difícil. Sin embargo, lo que ha visto en los últimos dos años no parece augurarle un camino fácil: “cuando empecé a buscar, los tipos de interés estaban al 1,5. Hacía la simulación en la web de mi banco, y para una hipoteca de 100.000€, que era lo que yo necesitaba para poder acceder al mercado de la vivienda, el banco me pedía, a tipo fijo y en 25 años, devolver 125.000”. La última vez que Paula hizo este ejercicio, a principios del pasado diciembre, el tipo de interés estaba a 3,5. Si quería una hipoteca de 100.000, Paula tendría que pagar al banco 175.000.
Que la posibilidad de comprar una casa donde vivir se achica a medida que crecen los tipos de interés, como ha sucedido en los últimos meses con el Euribor, resulta obvio. La cuestión es que, una vez adquirida, las subidas de los tipos tienen otro efecto: hacen peligrar tu continuidad en la casa, al convertir el pago de la hipoteca en una presión cada vez más grande. Aunque lleves 17 años pagando religiosamente tus cuotas. Es el caso de Silvia Prieto, que en agosto vio cómo su hipoteca pasaba de los 430 euros a los 730, un salto de 300€ en un mes. Ahora le toca una nueva revisión: espera que la cuota ascienda a unos 1.160 €.
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Apenas llegó la primera cuota disparada, el pasado verano, Silvia se puso en movimiento: “¿era aquella cuota real?”, se preguntaba. “No se puede hacer nada”, le dijo la gestora de su hipoteca. En CaixaBank, protesta Silvia, desde que se produjo la fusión “parece que no se puede hablar con nadie”. Y ella solo quiere hablar con alguien, para ser concretos, con el director de su oficina. Lleva intentándolo desde septiembre. Parece que hoy, jueves 9 de febrero, se producirá finalmente esa reunión.
Pero llega ya frustrada. El 9 de octubre consiguió una primera reunión con el director, un encuentro que en realidad nunca se celebró: le dijeron que le habían surgido al director compromisos más importantes, recuerda ofendida, apuntando que ella también faltó al trabajo para esa reunión que no fue. En aquella ocasión, le dijeron que no se preocupase, que “intuyen que algo se hará desde los bancos porque no les interesa volver a 2007, a esa cantidad de impagos, volver a quedarse con un montón de viviendas. Más vale, Silvia también se acuerda de aquellos años, ya padeció una situación parecida entre 2008 y 2009.”
Apenas llegó la primera cuota disparada, el pasado verano, Silvia se puso en movimiento: “¿era aquella cuota real?”, se preguntaba. “No se puede hacer nada”, le dijo la gestora de su hipoteca
Lucía Delgado, de la PAH de Barcelona, también recuerda bien la resaca de la burbuja inmobiliaria, los miles de desahucios por no poder pagar la hipoteca. “Ahora hablamos de la necesidad de congelar lo tipos de interés, pero hay algo mas profundo, la necesidad de dar una segunda oportunidad, la dación en pago no esta regulada por ley, seguimos como en el 2009, que los bancos si les parece conceden esa dación en pago, de manera arbitraria”.
La dación en pago para quienes ya no pueden seguir pagando, tener el derecho a empezar de cero, “eso debería estar en la ley, y recordamos que aún no lo está”, apunta Delgado. Y para otras familias que como la de Silvia, no pueden abordar la cuota ascendente de la hipoteca, “se tiene que buscar soluciones para que no vuelva a llover sobre mojado, estamos hablando de familias que quizás se salvaron de la anterior crisis por las ayudas familiares, porque quizás tuvieron refinanciación”. Lucía se refiere a medidas que permitan seguir pagando sin sentirte aplastadas por el estrés hipotecario.
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Para Alejandra Jacinto, volver a repetir los errores de la crisis anterior sería “tropezar dos veces en la misma piedra”, una “torpeza mayúscula”. El rescate a los bancos, y no a las personas, en el 2008, apunta la candidata de Unidas Podemos a presidir la Comunidad de Madrid, supuso “la muerte civil para muchas personas que perdieron las casas, y se quedaron con una deuda. Más de un millón de ejecuciones inmobiliarias hubo, según datos de la PAH, explica Jacinto: entiendo que la magnitud fue tan grave y dramática que el gobierno debía haber aprendido la lección”. Cual sería esta lección, básicamente: “que los bancos ganen un poco menos de dinero para que las familias no se queden en la calle”.
Así planteado parece simple, pero resulta muy difícil hacer perder dinero a los bancos, aunque sea poquísimo. La propuesta que en septiembre tanto los movimientos sociales como Unidas Podemos puso sobre la mesa de moderar los tipos de interés se topó con esta dificultad. En concreto, recuerda Jacinto, su partido propuso regular el diferencial, la parte de la hipoteca que depende del banco, para reducir la cuota. El socio de gobierno, como suele venir pasando en este tema, falló: “el PSOE, presenta siempre muchas resistencias para colocarse del lado de la gente y menos resistencias para atender a los intereses de la banca, alega que es una medida que técnicamente no seria viable, que jurídicamente no sería sostenible”.
Para la diputada de la Asamblea de Madrid, “inseguridad jurídica”, “inviabilidad económica”, son fórmulas usadas, una y otra vez, como excusas, “lo que subyace detrás es una cuestión de voluntad política. Lo cierto es que se permiten beneficios brutales a la banca mientras que las familias no pueden pagar sus casas”.
Para no llegar al punto de no poder pagar la propia hipoteca, Silvia se pone como objetivo reunirse con el director de su oficina y explicarle su situación, como sea. Tras la cita fallida de octubre, “no paro de pedir cita. Por entonces veo que en noviembre se saca la ley del código de buenas prácticas al cual algunas entidades se pueden acoger. CaixaBank se adhiere”. Con cierto entusiasmo llama a la gestora. No tenían noticia de los cambios. Pero el 8 de enero es la propia entidad quien emite un comunicado: se ha unido finalmente a las buenas prácticas. Dejan un número de teléfono donde responde un empleado con pinta “de no tener ni pajorarea idea” de cómo resolver su problema. “Digo que por favor me den una cita porque estoy a un mes de no poder pagar la hipoteca”. Le dan una: el día anterior se la cancelan. “Me dice la gestora que se cancela la reunión porque el día siguiente se va a abrir una oficina especializada en las buenas prácticas, llevo a la espera desde entonces”.
“La propuesta del PSOE es insuficiente, es la misma de Rajoy en el momento de la crisis inmobiliaria, un código de buenas practicas, apelar a la sensibilidad social de la banca, como si hubiese demostrado tener mucha”
Ante las demandas más frontales de los colectivos y algunos partidos políticos, el acuerdo del gobierno con los bancos decepciona. “La propuesta del PSOE es insuficiente, es la misma de Rajoy en el momento de la crisis inmobiliaria, un código de buenas practicas, apelar a la sensibilidad social de la banca, como si hubiese demostrado tener mucha, para que casos muy acotados, con requisitos muy complicados de cumplir, solo algunos colectivos muy vulnerables, puedan beneficiarse”, objeta Jacinto sobre la medida, además recuerda que se tratan finalmente de alargar el plazo de hipoteca, lo que conduce a pagar más. “Son medidas que incrementean “lo que se lleva el banco, pues a más tiempo pagando hipoteca más intereses. Lo mismo pasa con los periodos de carencia: lo que no pagas ahora lo vas a pagar después, aclara. Para Jacinto hay una cosa clave en la que Unidas Podemos debe insistir desde el gobierno: “los bancos tienen que renunciar a parte de sus beneficios”.
A la vista de las cifras de beneficios exhibidas por los bancos a principios de año, para Delgado es urgente revisar determinada narrativa cuando se habla de los bancos. “La banca no es que no pierda o deje de ganar, sigue ganando y mucho. Hay muchos partidos políticos que tiene deudas con los bancos, pues hay unos intereses que no quieren tocar a quienes les esta financiando las campañas, quienes están financiando diferentes temas de sus formaciones políticas”, lo mismo pasa, recuerda, con los medios. “Quien está en el gobierno tiene que gobernar para las mayorías, no para los lobbies”, observa Delgado, quien lamenta lo difícil que es promover normas que “apenas tocan los privilegios de este sector”. En definitiva, denuncia, “esto de que la banca nunca pierde es la realidad constante. Hemos vivido en los últimos años con un euribor hasta negativo, y las familias no se han aprovechado de estos tipos de interés que estaban a la baja, se ha mantenido un mínimo”.
Estamos ya en febrero, a Silvia le corre cierta prisa saber si su hipoteca va a resultar inasumible. Cambia de estrategia, se planta en la oficina bancaria con toda la documentación sin previo aviso, ignorando a quienes le dicen que no puede pasar, y allí se atrinchera exigiendo hablar con el director. La emplazan para el día siguiente, Silvia advierte que si no tiene noticias volverá a plantarse allí. Y lo hace, el martes 7. Cuando el director finalmente sale, le dice “cálmate que te veo muy enfadada, entiendo perfectamente tu situación”, recuerda Silvia con rabia. “Cuando estés a punto de perder tu casa me dices que entiendes mi situación”, rebate.
Enfadada está, lleva seis meses intentando que el banco haga un estudio de su situación, para cubrir los gastos de la hipoteca trabaja sin parar “estoy a base de ansiolíticos”, revela. Y luego ve como la banca saca un record de beneficios, mientras las hipotecas no paran de subir: “Yo creo que la sociedad ha aprendida la lección y esta en posición para reclamar al gobierno lo que es de justicia”, considera Jacinto. No faltan precedentes en la memoria reciente: el rescate, la cuestión de la SAREB, las preferentes. Es fácil llegar a una conclusión: “no se puede dejar esto al albur de la buena voluntad de las entidades financieras”.
“Ahora es cuando se van a revisar los contratos hipotecarios. Esto ya pasó en 2009-2011, las personas primero tiran de la red familiar y cuando ya no hay dónde sostenerse o no existen estas redes, acuden a los movimientos sociales”
Para la PAH de Barcelona, se trata ni más ni menos que de legislar, y es más que posible , Catalunya lo hizo en su ley de 2015, y, a pesar de los diversos obstáculos, “se consiguió un volumen enorme de alquileres sociales de familias que condonaron la deuda de su hipoteca”. La ley, recuerda, viene de la ciudadanía activa en un momento en el que proliferaban los desahucios, tanto por alquileres como hipotecarios. “Lo que se propone es que si te quedas sin casa, entregas la vivienda en dación en pago, pero que la entidad financiera haga un alquiler social adecuado a tus ingresos, en este caso por 7 años”
Aunque de momento no están viendo que sea mucha gente la que se acerca buscando ayuda, miran con preocupación 2023. “Ahora es cuando se van a revisar los contratos hipotecarios. Esto ya pasó en 2009-2011, las personas primero tiran de la red familiar y cuando ya no hay dónde sostenerse o no existen estas redes, acuden a los movimientos sociales”.
A la PAH acudió Silvia también, pero las asambleas son los miércoles por la tarde y ella sale ya muy tarde de trabajar. Allí “me dijeron: ni se te ocurra pagar eso, que es una vergüenza”. También le ofrecieron acompañamiento para ir a la oficina y ejercer presión. “La desesperación me ha llevado a ir sola”.
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En la asamblea a Silvia la animaron a luchar por la vivienda, pero a ella le aterra que le ofrezcan, como prevé el acuerdo sobre buenas prácticas, más años para pagar la hipoteca. Cree que de hecho no es posible porque ha visto que hay un límite de 40 años, y ella, con los 39 años por los que firmó, y el año de carencia que le concedieron durante el confinamiento, va a sobrepasarlos. “Me preocupa que esta situaciones que estoy viviendo ahora se vayan a repetir en 25 años otras tres veces. Ahora tengo ganas para luchar pero cuando tenga 60 años no sé y tampoco puedo dejarle este marrón a mi hijo”.
Lo que Silvia quiere es la dación en pago. Y después, un alquiler social, o incluso irse a casa de sus padres, da igual. Lo que necesita es una segunda oportunidad. Pero Silvia tiene un problema, aunque ella se haga cargo de su hipoteca en solitario, comparte titularidad del de la vivienda con su ex-amarido, con quien la compró, tras venir de Canarias, y con sus padres, que, tras un proceso muy confuso, pasaron de ser avalistas a titulares de la nueva vivienda. Si se la tuviese en cuenta solo a ella y a su hijo, le han dicho desde la PAH, le darían la dación en pago fácilmente.
“Tal y como está escrita, la ley de vivienda no cambiaría en nada el caso de Silvia, en nuestra propuesta legislativa, planteamos que se estudiase según los casos, que hubiera alternativa habitacional, pero el gobierno parece que piensa que ya se ha arreglado el tema hipotecario”, lamenta Lucía. Y es que, demanda la portavoz de la PAH, la legislación tiene que centrarse en soluciones para familias como la de Silvia, darles la seguridad de que no se van a quedar en la calle, que tendrán apoyo, revisar también el valor de las hipotecas: “Nos indigna mucho que personas como tú o yo o esta madre no tengamos acceso a la vivienda y en cambio hayan vendido a precios de saldo a los fondos buitre miles de pisos que podrían estar en los ayuntamientos cumpliendo su misión social”. Para Jacinto, la protección ante situaciones como la que vive Silvia, es el objetivo que debería tener La ley de vivienda: para empezar la dación en pago: “Debería incluir también la suspensión de desahucios sin alternativa residencial”.
Para Silvia, la casa, inabordable, imposible de pagar, ya no es un hogar, “la casa es una condena, es una ruina, es un dolor de cabeza. Estoy a base de lorazepan, y en mi vida me había tomado ningún ansiolítico. Todo el mundo te dice: habrá una solución, ¿pero cuándo?, yo ya el mes que viene no puedo pagar”.Relacionadas
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Mientras tanto, millones de trabajadores estamos estafados pagando alquileres o hipotecas altisimas.
Vivienda pública y regulación del precio ya!
Bueno, haya paciencia camaradas, que ahí va otra noticia propia de los TBO's de Mortadelo y Filemón, al ser dicha por el Camarada José Luis Ábalos cuando era Ministro (ahora es un humilde diputado que acumula trienios para su jubilación, tras duras décadas de lucha en favor de los pobres y blablabla):
"""La vivienda es un bien de mercado y no un derecho""".
Mi primera vivienda en propiedad la pude comprar en la localidad de Xirivella (Valencia); un 5º piso sin ascensor, sin las altas de luz ni agua dadas, un piso en mal estado además; tuve que hacer obras y gastarme un dineral para poder acometer la instalación eléctrica, el agua y una serie de requisitos.
Digo todo esto porque el Camarada José Luis Ábados ("la vivienda en un bien de mercado y no un derecho") es de la vecina localidad de Torrent (Valencia), lugar en donde se encuentra (o encontraba hace 20 años) el Registro de la Propiedad nº 2 de Torrent, en donde estaba inscrito ese piso en cuestión.
En fin, menos mal que en Españistán tenemos el Gobierno más avanzado de la historia universal y blablabla.