El mapa laboral en Andalucía: desempleo, abusos y trabajadoras “acostumbradas a sufrir”

Andalucía es el territorio líder en desempleo, precariedad y mortalidad laboral, pero no en movilizaciones para reivindicar derechos laborales, a pesar del aumento en el último año de huelgas y paros.
Marinaleda El Humoso 24 - 7
Rafa del Barrio Una cuadrilla trabaja en un campo andaluz

El trabajo es uno de los quebraderos de cabeza históricos de la población andaluza, bien sea por la dificultad para acceder a uno o por las condiciones precarias enquistadas en el sistema laboral andaluz. Tanto es así que según el Barómetro andaluz realizado por el Centra a finales de 2023 apunta que es la mayor preocupación de las andaluzas, el 32,5% cree que es el mayor problema que atraviesa el territorio.

Según la Encuesta de Población Activa, la tasa de paro de la población se encuentra actualmente en un 17,7%, seis puntos por encima de la media estatal. A pesar de los datos el presidente andaluz Juanma Moreno Bonilla expuso que el pasado febrero Andalucía “fue la comunidad en la que más creció el empleo”, la EPA desmiente esa sentencia, ya que durante ese mes el empleo subió un 1,9% en Andalucía muy lejos del 4,09% en Canarias o del 3,85 en Madrid. “Moreno falsea los datos como los ha falseado siempre, no se ciñe a la realidad además el empleo no es de la calidad que se debiera en una sociedad avanzada en pleno siglo XXI”, sostiene Óscar Reina del SAT.

La comunidad lleva años en el podium en cuanto a muertes en el trabajo, en 2023 se produjeron 116 en el territorio, según datos del Ministerio de Trabajo y Economía social

Además la comunidad se encuentra a la cola también a nivel de sueldos según los datos de la IECA, las andaluzas cobran 4.200 euros menos anualmente con respecto a la media española. “Un problema generalizado es la precariedad, la falta de calidad en el empleo, el abuso de las horas extras por parte de la patronal y los incumplimientos de contrato”, sostiene Obed Arnarlo desde CNT Andalucía.

Para echar más leña al fuego del precario contexto laboral andaluz, la comunidad lleva años en el podium en cuanto a muertes en el trabajo, en 2023 se produjeron 116 en el territorio, según datos del Ministerio de Trabajo y Economía social. Una cuestión que no parece quitar las ganas de trabajar a las andaluzas. Según el informe sobre absentismo laboral en España durante 2023 de The Adecco Group, y contradiciendo el estereotipo, las trabajadoras del territorio son las que menos faltan al trabajo, con una tasa de absentismo del 6,61% frente a la nacional que se sitúa en 7,2%.

“La clase trabajadora andaluza está demasiado acostumbrada a sufrir”, sostiene Miguel Montenegro desde CGT Andalucía

Durante el año 2023, según los datos de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, se realizaron en la comunidad un total de 54 huelgas, 29 más con respecto al año anterior. A pesar del aumento y de ser la comunidad con mayor número de población del Estado, el 18% del total de habitantes y de estar en la cola de las condiciones laborales, las huelgas en el territorio apenas son el 9% del total. Un paradigma contrario al de Euskadi, que pese a ser tan solo el 5% de la población estatal, concentra el 46% de las huelgas convocadas en el Estado.

Una cuestión que se justifica, entre otras razones, por el miedo a la pérdida de empleo y la pobreza, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, el 37,6% de las personas que habitan Andalucía se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. “La clase trabajadora andaluza está demasiado acostumbrada a sufrir”, sostiene Miguel Montenegro desde CGT Andalucía, y añade que uno de los problemas es que “nos falta mucha cultura sindical y laboral en nuestra Comunidad Autónoma”.

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Trabajadoras del SAD acampan frente al Ayuntamiento de Sevilla Aurora Báez Boza

Otras de las cuestiones que los sindicatos alternativos ponen encima de la mesa es la influencia de los sindicatos generalistas CCOO y UGT en el territorio, “dos de las mayores empresas del país”, sostiene Montenegro que además añade “eso está lastrando mucho la confianza de la clase trabajadora en los sindicatos porque nos meten en el mismo saco”.

A pesar de los números, cada vez más luchas de trabajadoras pueblan el territorio andaluz. En el gremio del acero en Cádiz la plantilla de Acerinox lleva más de 85 días en huelga para conseguir unas condiciones laborales dignas, durante este tiempo la actitud de la empresa ha imposibilitado la llegada a un acuerdo y los trabajadores han denunciado “amenazas y coacciones” por parte de la compañía.

Por otro lado, en Sevilla las trabajadoras del Servicio de Atención Domiciliaria llevan un mes acampando frente al ayuntamiento para exigir la remunicipalización del servicio y mejorar así sus condiciones laborales. Durante la jornada del martes se ha realizado un pleno en el que PP y Vox han votado en contra de volver público este servicio de cuidados y una de las trabajadoras, tras 30 días durmiendo a la intemperie ha tenido que ser atendida por los servicios médicos al desplomarse dentro del Ayuntamiento.“El principal objetivo es la municipalización porque estamos en manos de empresas privadas que no tienen ni siquiera experiencia en el sector. Actualmente, la dependencia está mercantilizada”, comentaba Ana Richarte, representante sindical, durante una de las jornadas de acampada.

“Hay gente que aún no se ha enterado de que no puede hacer lo que les dé la gana”, comenta Ana Pinto, de Jornaleras de Huelva en Lucha, acerca de las empresas del sector que contratan a trabajadoras migrantes para sostener sus cultivos

Las trabajadoras de los servicios públicos también están organizando huelgas laborales ante los recortes del gobierno andaluz que afectan también a sus condiciones laborales, como la convocada en el sector educativo el próximo 14 de mayo. El sindicato educativo USTEA reivindica en esta convocatoria “el aumento de la plantilla docente, una bajada de ratio y una mejora en la atención a la diversidad”. Desde CGT Andalucía añaden que “las instituciones públicas están siendo los peores patronos que puede haber”.

Como siempre, la peor parte se la llevan las trabajadoras migrantes, que suponen cuatro de cada diez personas afiliadas a la seguridad social en el territorio, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. No solo son las trabajadoras que tienen los trabajos más precarizados y duros, como los de los campos agrícolas en Huelva y Almería, también sufren una serie de vulneración de derechos humanos relacionados con la falta de acceso a una vivienda digna y a servicios públicos. “Hay gente que aún no se ha enterado de que no puede hacer lo que les dé la gana”, comenta Ana Pinto, de Jornaleras de Huelva en Lucha, acerca de las empresas del sector que contratan a trabajadoras migrantes para sostener sus cultivos. Pinto comenta, que esta temporada se están encontrando en el sindicato “las irregularidades de siempre, el incumplimiento del salario mínimo, que no pagan las horas extras” y sobre todo “muchas amenazas de devolver a las trabajadoras a Marruecos”.

Desde el CSTA, Ruben Quirante, cree que “sindicarse es un acto de defensa propia, es imposible luchar por las condiciones laborales si no se hace de manera colectiva”. Una necesidad de organizarse en la que también hace hincapié Reina desde el SAT “al final la patronal está organizada, los capitalistas están organizados y si la clase trabajadora no asume la lucha de clases es un pulso que nos va a ganar siempre, y las únicas herramientas es el sindicalismo alternativo”.

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