Madrid
Vecinas de Tribulete 7 presentan demanda colectiva por acoso inmobiliario contra Elix Rental Housing

Es la primera demanda colectiva que se presenta en España contra una socimi. El inquilinato continúa organizándose para evitar la expulsión de los vecinos de este bloque de Lavapiés, e impedir que se desarrolle el plan de pisos turísticos que pretende el propietario.
Tribulete 7 - 7
Todos los vecinos del edificio participaron activamente en una acción reivindicativa, en febrero de año pasado, cuando se enteraron de que Elix Rental Housig iba a comprar el bloque, sin previo aviso. Elisa González

Hace algunas semanas, los vecinos y vecinas de edificio situado en en número 7 de la calle Tribulete, apoyados por el Sindicato de Inquilinas de Madrid, han presentado la primera querella colectiva de España por acoso inmobiliario y coacciones. Desde que se enteraron de que la socimi Elix Rental Housing quería comprar su edificio a finales de enero de 2024, la vecindad del inmueble ha sido víctima de coacciones y amenazas para que abandonen sus hogares. Actualmente, de los 50 pisos y locales de este edificio ubicado en Lavapiés,  más de 20 continúan habitados.  

Dos meses después, la socimi compró el bloque entero y en noviembre ésta inició obras de remodelación con los inquilinos todavía viviendo en el interior. Desde que estos trabajos se iniciaron, el inquilinato asegura que se han venido repitiendo numerosos episodios acoso a través de amenazas, ruidos, humedades y otros desperfectos y molestias provocadas por las obras, es decir “mobbing” inmobiliario, para forzar a los vecinos a que abandonen sus viviendas lo antes posible. Muchas de estas coacciones las han registrado con sus móviles para documentar el acoso. Cristina, una de las vecinas que resisten en el bloque asegura a El Salto que en los últimos meses han sufrido obras que, los mismos obreros les han dicho que no se pueden hacer con gente viviendo en el edificio: “Eso ya es una declaración de intenciones porque si tú no haces una obra que sabes que no se puede hacer con el edificio habitado, pues ya estás marcando el terreno”.

“El fondo buitre no está arreglando los desperfectos, o sea, no están ejerciendo su obligación como propietarios de conservar el edificio”, reclama Cristina, vecina de Tribulete 7

La inquilina cuenta que desde enero pasado, en un invierno en que ha habido muchas lluvias, los obreros han picado la cubierta del techo sobre las viviendas habitadas, lo que ha provocado muchísimas goteras y la inundación de varios pisos. “De hecho algún vecino que se ha tenido que ir porque se le ha inundado la casa y porque el fondo buitre no está arreglando los desperfectos, o sea, no están ejerciendo su obligación como propietarios de conservar el edificio”, reclama Cristina.

Comunidad de Madrid
Bloques en lucha Una familia de rentistas amenaza con vaciar 24 casas del bloque Mesón de Paredes 88 en Lavapiés
Benjamín lleva 12 años en su casa, Lorena comparte piso con su hija y dos nietos de cinco y once años. Jesús lleva 50 años en un piso que ha adaptado para su discapacidad. Todo el vecindario está siendo presionado para que abandonen sus casas.

También aseguran que policía y los bomberos han tenido que intervenir en más de cuatro ocasiones desde que dieron inicio las obras. Además, apunta, los obreros trabajan sin anunciar previamente a las vecinas y sin respetar algunas medidas perceptivas de seguridad, entre muchas otras situaciones que hace difícil la habitabilidad.

Primera querella colectiva

“La querella es pionera en España porque es la primera querella colectiva por acoso inmobiliario contra un fondo buitre y, en este caso, el mensaje que han querido mandar las vecinas es que a los fondos se les acabó la impunidad para llevar a cabo este tipo de maniobras de acoso y derribo, y que Elix lleva meses ejecutando a través de las obras”, explica a El Salto, Lucas, del Sindicato de Inquilinas de Madrid.

Para el Sindicato queda claro que, y tomando en cuenta los testimonios de las vecinas del bloque recogido durante meses, las obras que está realizando Élix Rental Housing no son necesarias para la conservación del bloque sino que son obras destinadas a hacer invivible el día a día y así forzar a las vecinas a abandonar el edificio, con independencia de su situación –con o sin contrato– porque, incluso para gente con contrato en vigor ha dicho “no aguanto más” y se ha ido, aseguran desde el Sindicato.

“Queremos, por un lado, intentar que se cumpla la ley porque por encima de todo está la seguridad de las personas. Por otro, queremos sentar un precedente para cambiar la manera de actuar que tiene los fondos buitre”

A la pregunta de El Salto, sobre qué esperan las vecinas de la querella, Cristina, responde con las ideas claras: “Queremos, por un lado, intentar que se cumpla la ley porque por encima de todo está la seguridad de las personas. Es decir, si tú aprovechas unas obras de mejora para hacer goteras en las viviendas, no estás velando por la seguridad. Por otro lado, queremos sentar un precedente para cambiar la manera de actuar que tiene los fondos buitre”.

El Salto Radio
EL SALTO RADIO San Ildefonso, 20: un bloque en lucha en el barrio de Lavapiés
Vecinas y vecinos resisten el acoso inmobiliario en medio del ruido de demoliciones, cortes de agua y luz.

La vecina de Tribulete 7 admite que si no se ha hecho antes una demanda colectiva contra estos fondos se debe “al desconocimiento de cómo funcionan estas cosas pero también debido al miedo que te generan. Al final, como ellos hablan desde un punto en el que parece que tienen razón, pero sólo lo parece, los inquilinos tienden a irse porque piensan que, si se quedan, van a acabar en la cárcel y este tipo de cosas, porque los fondos juegan con el miedo”. Es por ello que quieren sentar precedentes, tanto a nivel judicial, en el caso de llegar a los tribunales y, a nivel de mensaje, decir a los fondos buitre “que estamos informados, que conocemos nuestros derechos y vosotros aquí no vais a poder hacer lo que os dé la gana, simplemente porque tengáis dinero”, asevera Cristina.

El Sindicato de Inquilinas de Madrid subraya que esto, “nace de la organización colectiva de las vecinas y que, de no ser porque llevan más de un año resistiendo, no habría sido posible ahora haber presentado esta querella”

Para el Sindicato de Inquilinas de Madrid, la querella forma parte de una estrategia legal ofensiva pero sobre todo subrayan, “nace de la organización colectiva de las vecinas y que, de no ser porque llevan más de un año resistiendo, no habría sido posible ahora haber presentado esta querella”. Reconocen que las obras molestas es una estrategia recurrente que practican los fondos buitre como Élix.

Lucas indica que actualmente el Sindicato tiene más de 30 bloques en lucha organizados en toda la Comunidad Madrid y, aunque no en todos pero sí en muchos de ellos, esta estrategia de las obras es un recurso clásico de los fondos para amedrentar y llegar a expulsar a las vecinas. “Ya era hora de ponerles freno, y en este caso, Tribulete 7 ha sido un poco la avanzadilla, pero habrá que estudiar también otros conflictos y ver si seguirán más querellas en otros lugares”.

Meses resistiendo contra el fondo buitre

El inquilinato de Tribulete 7 llevan más de un año de intensas acciones reivindicativas que están llevando a cabo junto con el Sindicato de Inquilinas de Madrid. Tras convertir las viviendas en un auditorio el 3 de febrero del año pasado, de sacar los muebles de sus casas a la calle el 17 de marzo y de celebrar un funeral por la muerte de los barrios con Biznaga tocando en los balcones el 14 de diciembre, ahora pasan a la vía judicial para intentar detener esta escalada descontrolada de especulación inmobiliaria que está expulsando a los vecinos que, como los de Tribulete 7, pagan el alquiler con las nóminas de sus trabajos.

El barrio de Lavapiés, en el distrito Centro de la capital, lleva sufriendo una intensa turistificación desde hace años. Pero la aceleración de este proceso está, cada vez más seguido, poniendo entre las cuerdas a los habitantes no de uno, sino de varios bloques de viviendas. Fondos de inversión, y también particulares, están comprando inmuebles enteros para dedicarlos a la nueva nueva burbuja inmobiliaria: los pisos turísticos y/o de temporada.

Élix Rental Housing, empresa vinculada con la familia de Esperanza Aguirre y la zaga de los Polanco, lleva un año intenso dedicándose a comprar. Su junta de accionistas se reunieron el 15 de enero de 2024 para votar la compra de cuatro bloques de viviendas en el centro de Madrid y Barcelona para ampliar su patrimonio. En concreto los edificios de Boldano 5 (Ciudad Lineal), Salvia 1 (Tetuán), Tribulete 7 (Lavapiés) y Pg. Vall d’ Hebron 6 (Barcelona). Con esta decisión, se ponía en marcha una maquinaria empresarial destinada a comprar estos edificios donde generaciones enteras de familias  —la mayoría de ellas de clase trabajadora— llevan viviendo toda su vida.

Especulación inmobiliaria
Especulación inmobiliaria en Madrid Vecinas víctimas de la especulación de Élix Rental Housing se plantan contra la compra de tres bloques
Las inquilinas de los bloques Tribulete 7, Galileo 22, Salvia 1 y Baldano 5 siguen con su campaña #NosQuedamos y se niegan a abandonar sus viviendas voluntariamente si se produce el desalojo.

Con anterioridad ya había adquirido los bloques de Galileo 22, en Chamberí y otro edificio en Canillejas, y a principios de febrero formalizó casi definitivamente la compra de los cuatro inmuebles en la sede de Calle Serrano nº 51. El Sindicato de Inquilinos advertía ya entonces sobre la expansión de Élix Rental Housing. Junto con decenas de vecinas de los bloques madrileños en peligro de compra y posterior desalojo acudieron a la puerta este edificio del barrio de Salamanca para denunciar con consignas y pancartas los planes del fondo buitre. Allí señalaban los “3,8 millones de vivienda vacías y 24.000 pisos turísticos en la Comunidad de Madrid”.

Ante esta libre expansión de los fondos buitre son los y las vecinas las primeras víctimas al verse expulsadas en muy poco tiempo, ya sea por subidas de alquiler inasumibles -que es una forma de mobbing también– o bien por la expulsión directa de los nuevos propietarios. Esto está produciendo, cada vez más seguido, un éxodo forzado de vecinas de toda la vida hacia barrios de la periferia o directamente otras ciudades y pueblos de Madrid. Así se van vaciando los barrios de vida propia y cuya identidad se va diluyendo entre ruidos de maletas y terrazas llenas de turistas.

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