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Privatizaciones
Las multinacionales hacen negocio con el desabastecimiento del agua en Bizkaia
El Consorcio de Agua Bilbao Bizkaia y la Diputación Foral, a pesar de ser entidades públicas, han centralizado y externalizado los servicios de la red de agua a grandes empresas del Ibex-35 a través de adjudicaciones millonarias. Estos contratos llegan a suponer el 60% de lo que la ciudadanía paga en sus facturas. Las dos instituciones proponen seguir ampliando la red de tuberías que llevan el agua del río Zadorra, desde Araba, hasta todos los rincones de Bizkaia, para que todos los ayuntamientos se abastezcan de forma centralizada, quitándoles el control de sus recursos locales y basando el suministro en grandes infraestructuras que los municipios no pueden mantener sin ayuda económica de la Diputación.
A pesar de que la mayoría de localidades ya están consorciadas, hay díscolos que se niegan a perder la soberanía local de sus ríos, balsas o recursos hídricos. Fue el caso del Consorcio de Busturialdea, que gestionó el agua de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai hasta que fue absorbido por Bilbao hace un año. Es también el caso del ayuntamiento de Karrantza, inmerso en una disputa en los tribunales contra la Diputación por multas recibidas y acuerdos incumplidos.
“El modus operandi habitual de los procesos de privatización es desabastecer las necesidades públicas para que la solución de las multinacionales sea la única posible”
Bajo este contexto y debido a las fuertes sequías que han golpeado Euskal Herria en los meses de verano, las instituciones acordaron traer agua en barco a la comarca de Busturialdea y suplir el déficit hídrico que ha vivido la zona. Dutch Spirit ha sido el buque encargado de parchear la situación, transportando 103 millones de litros de agua desde el puerto de Santurtzi al de Bermeo, por 1,8 millones de euros. Según afirman dirigentes locales, esto solo se explica por más de una década de falta de inversiones en infraestructuras, que podrían haber dado una solución local y sostenible a la falta de agua. Se trata, afirman, del modus operandi habitual de los procesos de privatización: desabastecer las necesidades públicas como palanca eficaz para que la solución de las multinacionales sea considerada como la única posible.
La gestión neoliberal del agua
Tras años de abandono y falta de inversiones en la red de saneamiento y abastecimiento de agua potable por parte de la Diputación, la absorción del Consorcio comarcal de Busturialdea por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia ha puesto punto y final a la gestión local. Durante décadas, un gran entramado público-privado de gestión hídrica se ha ido apropiando de todas las infraestructuras del agua en Bizkaia. Atrás quedan los años en los que el actual diputado de Bizkaia Unai Rementeria trató durante su presidencia del consorcio comarcal (2007-2009) de poner el agua en manos de las subcontratas. Las urnas hablaron, y la actual alcaldesa de Ea, Iratxe Arriola, fue capaz en el periodo 2011-2015 de publificar la gestión del agua y solucionar a nivel comarcal los problemas más urgentes que se presentaban. Canalizó la red de saneamiento hasta la depuradora de Lamiaran en Bermeo y dio salida a una carencia histórica para tratar las aguas fecales de Gernika en unos estándares aceptables al contexto de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, con exigencias medioambientales durante décadas ignoradas.
“La disolución del Consorcio comarcal de Busturialdea en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia ha puesto punto y final a la gestión local”
Todo cambió en 2015 cuando Iñaki Gorroño, teniente alcalde de Gernika, se puso al frente del consorcio comarcal, asumiendo la agenda del PNV para disolver las estructuras locales de gestión del agua e integrarse en el gran conglomerado del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia. El objetivo declarado es traer agua del río Zadorra (Araba) mediante una larga canalización. Unas obras que las instituciones públicas están concediendo a empresas multinacionales como Acciona Agua SA. Con la disolución del consorcio comarcal, infraestructuras públicas por valor de 179 millones de euros han sido transferidas al ente público-privado de Bilbao, proceso de dudosa legalidad actualmente recurrido ante los tribunales.
Iratxe Arriola lo explica con claridad: “Este proceso de privatización del agua se ha hecho sin ningún tipo de debate público, evitando toda confrontación con los municipios discordantes y oponiéndose a todos los planes estratégicos comarcales acordados en el periodo anterior. Se planteaban soluciones locales más baratas y ecológicas a los problemas de falta de agua en los meses de verano”. El gerente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, Pedro María Barreiro, lo confirmaba en una reciente charla en el Batzoki de Bermeo: “Las soluciones locales evitando las fugas importantes de la envejecida red, la ampliación de tubos de las tomas provenientes del monte Oiz y el uso no potable del pozo disponible bajo el polígono industrial de Gernika no son suficientes a las crecientes necesidades turísticas y residenciales de la comarca”. Además, señalaba que “la única solución es traer agua desde Araba, con una gran infraestructura que tendría un presupuesto inicial estimado de unos 23 millones de euros”. Una obra importante para continuar con el proceso de transformación de la comarca, donde se pretende la construcción de un museo Guggenheim 2 como gran exponente de una Reserva de la Biosfera de Urdaibai camino de ser sacrificada en favor de los intereses turísticos.
Derecho al agua
Derecho al agua Las empresas hacen caja con la escasez de agua en Urdaibai gracias a la gestión clientelar del PNV
Ausencia de debate público
Mientras tanto, la agenda es clara: hasta las próximas elecciones de mayo de 2023 no subir las tarifas que pagan las familias y empresas y reforzar las inaplazables inversiones locales para salir del paso. Para Iratxe Arriola esta es “la única forma de que el proceso de privatización no genere una oposición local contundente, a pesar de liquidarse una gestión sostenible y cercana acorde a la legalidad internacional y a las necesidades ecológicas del territorio”.
En un debate sobre la gestión del agua recientemente celebrado por EH Bildu Mundaka, Iratxe Arriola vaticinaba cuál será el siguiente paso, si la oposición social y el cambio gubernamental no logran impedirlo. Siguiendo la senda del canal Isabel II en Madrid, “el camino marcado por el PNV es la privatización total del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, desarrollando el actual modelo de contratación de empresas multinacionales para realizar las tareas principales de gestión, vendiendo directamente las infraestructuras públicas del agua en un negocio que se augura como altamente lucrativo en las próximas décadas”. Xabier Ortuzar, portavoz de la plataforma Guzan Bermeo, considera que esa hipótesis es ya una realidad, “gran parte de la gente que trabaja en la gestión de aguas en Bizkaia nos lo está contando, sus nóminas las paga Acciona y otros grupos multinacionales, responsables de gestionar lo público en base a sus propios intereses lucrativos y alejados de las necesidades populares de cuidado de bienes comunes esenciales como los bosques y las aguas”.
Derecho al agua
Consorcio de aguas Bermeo y Gernika privatizan la gestión del agua en Urdaibai
Acoso a la gestión local
Aún quedan municipios que se oponen a esta deriva. El valle de Karrantza controla el agua a través de la gestión municipal y es la localidad que más problemas tiene con el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y con la Diputación Foral. La sequía ha afectado este verano a las dos balsas de captación con las que la localidad se abastece y para evitar quedarse sin agua solicitaron una reunión con la Diputación en septiembre. “Les pedimos ayuda económica para trasladar el agua con camiones cisterna y además preguntamos dónde los podíamos cargar”, explica Raúl Palacio, alcalde de Karrantza. El ente público les respondió que no podían ayudarles con financiación. Con una balsa al 15% y otra al 30% de su capacidad, el Ayuntamiento envió un comunicado a las localidades cercanas de la provincia para recoger allí el agua. Estás, que figuran como parte del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, respondieron con negativas.
Vista la situación a la que se enfrentaba Karrantza, un municipio con gran consumo de agua por ser la zona más ganadera de Bizkaia, el ayuntamiento tuvo que traer camiones cisterna de Cantabria a finales de septiembre. Más concretamente de Ramales, que también gestiona sus propios recursos hídricos. Esta misma operación ya se tuvo que realizar hace tres años. En total han sido 15 días en los que se han transportado 200.000 litros diarios, con un coste total de 45.000 euros para Karrantza. A pesar de llegar tarde, la Diputación se puso en contacto con el gobierno municipal cuando trasladaban los últimos camiones. “Nos dieron un precio para traer agua de Balmaseda o Zalla, pero todavía no hemos recibido un presupuesto serio”, señala Palacio.
Un conflicto que se ha trasladado recientemente a los tribunales, pero que comenzó en el año 2004. Por entonces, el equipo de gobierno liderado por el PNV solicitó entrar en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, pero nunca llegaron a dar el paso. Aun así, en 2011 firmaron un convenio donde la Diputación se comprometía a construir una EDAR (estación de aguas residuales) en el municipio. Si en el momento de finalización de las obras Karrantza no ingresaba en el Consorcio tendría que asumir las obras y la gestión de las instalaciones. La Diputación nunca terminó el proyecto ya que un acuerdo entre EH Bildu y Karrantza Zabala, por entonces en la oposición, tumbó la solicitud de entrada. Incumpliendo las instituciones el convenio firmado con el Ayuntamiento.
“A Karrantza nos están intentando ahogar económicamente y no van a parar de sancionarnos”
En 2012 el grupo independiente Karrantza Zabala llegó al ayuntamiento y el Alcalde Raúl Palacio recuerda que comenzaron una serie de reuniones con la Diputación para entrar al Consorcio. “Vimos que los gastos que tendrían que pagar el Ayuntamiento y los ganaderos eran inasumibles”, explica. En 2014 firmaron otro convenio en el que la Diputación ofrecía construir una depuradora por el valor de nueve millones de euros que centralizase las otras tres existentes y construir las conexiones. Sin embargo, se produjeron cambios en el órgano público y se paralizó.
Palacios afirma que la Diputación solo colabora con los ayuntamientos si tienen intención de consorciarse. Por ello, en 2016, aprobaron la solicitud de entrada y recibieron una propuesta formal para ratificarla. El alcalde señala los dos problemas principales: “La inversión de aguas potables, residuales, tuberías y saneamiento puede ascender hasta los 30 millones y al ser el municipio más ganadero de Bizkaia estos negocios también se verían abocados a la quiebra”. El informe del interventor del consistorio concluye la asegurada “bancarrota”, otro realizado por una consultora señala el cierre de las ganaderías.
A partir de ahí entra en juego URA (Agencia Vasca del Agua), y Palacios denuncia que el “aparato institucional” comenzó a apretarles. El Ayuntamiento de Karrantza recibió dos primeras multas que ascendieron a más de 3.000 euros. La tercera, argumentando que no hay depuradora en la localidad y se está vertiendo agua sucia al río, asciende hasta los 70.000 euros. El recurso presentado rebajó la multa a 7.000 euros. “Cuando nos llegan las sanciones instamos a Diputación para que cumplan los convenios y construyan la depuradora, pero extinguen esos acuerdos de forma unilateral”, critica el alcalde. Karrantza ha demandado a la Diputación por el incumplimiento del acuerdo de 2011 que le ha acarreado las tres multas. Palacios considera que esta situación supone “un fracaso de la política por las imposiciones aplicadas”.