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Publicidad
La publicidad institucional del Gobierno Vasco: que el poder mediático sea de derechas y castellanoparlante
El poder sobre los medios de comunicación siempre ha estado entre las obsesiones de la mayoría de los gobiernos. Una de las vías para lograrlo es la publicidad institucional, donde impera la opacidad y arbitrariedad. Es así en la mayoría de los países occidentales, y en el País Vasco no somos una excepción. Sea en Álava, Bizkaia o Gipuzkoa, el Gobierno Vasco, las tres diputaciones y los ayuntamientos de las capitales, todos en manos del PNV, han aprovechado esta herramienta para mantener el poder mediático en línea con sus intereses políticos.
Como tantas veces hemos denunciado desde Argia en los últimos años, el Gobierno premia con dinero público a algunos medios, principalmente a los de derechas y castellanoparlantes, a su vez dependientes de bancos y fondos de inversión internacionales, con el Grupo Vocento a la cabeza. Ese desigual reparto penaliza a otros medios, entre ellos independientes. Argia es uno de los casos más destacados, pero también Hordago-El Salto, que no recibe dinero de estos organismos.
Mitad del pastel para tres medios
Casi la mitad (665) de las 1.351 campañas publicitarias realizadas por el Ejecutivo autonómico en el periodo comprendido entre 2018 y 2022 han ido a parar a El Correo y sus suplementos gratuitos, por los que la institución pública ha pagado casi seis millones y medio de euros. También de Vocento, El Diario Vasco –incluido el DVBus, nuevo servicio de comunicación de los autobuses de San Sebastián– ha recibido 517 campañas y casi cuatro millones y medio de euros. Para la Cadena Ser, de Prisa, 388 campañas y más de cuatro millones de euros. En total, estos tres grandes medios han recibido la misma cantidad de dinero que el resto de medios.
Casi la mitad (665) de las 1.351 campañas publicitarias realizadas por Gobierno Vasco entre 2018 y 2022 han ido a parar a El Correo y sus suplementos gratuitos. La cifra alcanza los seis millones y medio de euros
Distribuidos por corporaciones, los medios del grupo público EITB son los que más dinero han conseguido, unos 15 millones. Le sigue el grupo Vocento-Cope-Cadena 100 (como alianza estratégica) con una cantidad que ronda los 11 millones y medio. A continuación, Deia, Noticias de Gipuzkoa, Noticias de Alava, Onda Vasca y Herri Irratia, que han recibido más de seis millones de euros. En cuarto lugar, el grupo Prisa (El País, Cadena Ser, Los 40 y Cadena Dial). Estos medios se han embolsado más de cinco millones y medio de euros. El siguiente en la lista sería la cupla Gara-Naiz, pero lejos de la cifra recibida por los anteriores, con más de dos millones de euros en cinco años.
ARGIA, descartada de nuevo
En 2017, Argia expuso públicamente esta distribución. Sacarlo a la luz fue un trabajo complicado y laborioso porque el Gobierno difunde las contrataciones de medios de comunicación en un formato muy opaco y con numerosos errores, aunque la información. Así lo ha denunciado en varias ocasiones, reclamando medidas de control, la oposición parlamentaria, compuesta por EH Bildu y Elkarrekin Podemos.
A este respecto, los lectores de Argia solo han tenido conocimiento de 69 campañas publicitarias del Gobierno en los últimos cinco años. Por ellas, esta revista ha recibido unos 100.000 euros a cambio, menos que Expansión, Tele 7, Radio 7, Cinco Días, TeleBilbao y Bizkaia Irratia, por citar solo algunos medios. Solo en una campaña publicitaria, el Gobierno Vasco ha concedido a El Correo una cantidad casi idéntica a la destinada a la de Argia en cinco años. Fue para la difusión del Basque Green Deal. A cambio, recibieron 103.203 euros en publicidad para “sensibilizar sobre la importancia de la consecución de los objetivos europeos de lucha contra el cambio climático para 2030”.
El Gobierno anima a los vascos a informar en castellano
Con la cancelación del grupo público bilingüe EiTB, y en el plazo de cinco años 2018-2022, el Gobierno Vasco ha concedido el 93% del dinero mediante publicidad y patrocinio a los medios de comunicación que difunden sus contenidos en castellano o mayoritariamente en castellano. Los de euskera han recibido el 7% restante.
En el conjunto de los medios de comunicación vascos, el único periódico nacional en euskera, Berria, ha recibido casi dos tercios: 1.331.000 euros. Los medios locales han recibido 200.000 euros, cerca de la cifra de Hamaika Telebista. Unos 180.000 euros han sido para Bizkaia Irratia. Argia, 105.430 euros.
El Gobierno Vasco ha invertido casi tanto en medios de comunicación en euskera como en redes sociales dependientes de multinacionales (Twitter, Google, Facebook...).
Es evidente que la apuesta del Gobierno Vasco es por los medios de comunicación en castellano. En comparación, el diario Deia ha recibido más dinero que todos los medios de comunicación en euskera juntos. La Cadena Ser suma el doble de todos los vascoparlantes y solo El Correo más del triple.
La apuesta por el castellano no solo queda patente en ese dato. Dentro del medio público EiTB, el Gobierno Vasco ha apostado por las cadenas en castellano. Por ejemplo, ha destinado 2.133.000 euros a Euskadi Irratia y Gaztea y 3.125.000 euros a Radio Euskadi y Radio Vitoria, un millón más.
Otro ejemplo: el Gobierno ha invertido casi tanto en medios de comunicación en euskera como en redes sociales dependientes de multinacionales (Twitter, Google, Facebook...).
Los medios de comunicación en euskera somos los “subvencionados”
Dado que a veces se produce cierta confusión con las subvenciones a los medios en euskera, conviene aclararla. En este reportaje hablamos de la publicidad institucional que el Gobierno Vasco pone en los medios. No hablamos de la subvención que reciben los medios de comunicación en euskera por fomentar la lengua vasca. “Pero los medios de comunicación en euskera también recibís dinero”, hemos escuchado, como si una cosa compensara lo otro. Pero no es así.
En primer lugar, a los medios de comunicación en euskera se les ha imputado alguna vez con cierta maldad el hecho de estar “inflados con dinero público”, en contraprestación a la función pública de promoción del euskera que realizan los medios de comunicación en el camino de la normalización del euskera. A través de la publicidad institucional, sin embargo, reparten mucho más dinero entre los medios que hablan en castellano que a través de subvenciones en euskera, y además sin seguir criterios transparentes.
Lo explicamos con un ejemplo. En 2022, Argia ha recibido 526.646 euros para promocionar la normalización del euskera. Si a esto le sumamos la subvención de 10.510 euros concedida por Hazitek, y los 24.097 euros que hemos recibido del Gobierno ese año a cambio de publicar publicidad institucional y 9.135 euros de la Diputación de Gipuzkoa, el resultado ronda los 570.000 euros.
El Diario Vasco, por su parte, ha recibido 883.795 € en 2022 a través de publicidad institucional. A esto hay que sumar el dinero entregado a los medios de comunicación en lengua española, entre ellos El Diario Vasco, por la redacción de algunos artículos en euskera, que entrega anualmente la Diputación de Gipuzkoa a cambio de publicidad (en 2017 fueron 399.075 euros) y la ciudad de Donostia (en 2021 fue de 99.979 euros ), entre otros.
En 2021, el 93,6% del dinero público fue para los medios en castellano y el 6,6% para los que publican euskera. El ejemplo más crudo: al grupo Vocento (El Correo y El Diario Vasco) le regalaron 5.015.695 euros
Pero no solo eso, sino que en 2021 y 2022 el Gobierno repartió subvenciones extraordinarias a algunos medios en nombre de los daños causados por la pandemia de la COVID-19: cinco millones en 2021 y seis millones en 2022. En ese reparto dejaron casi totalmente fuera a los medios de comunicación en euskera. En 2021, el 93,6% del dinero fue para los de castellano y el 6,6% para los de euskera. El ejemplo más crudo: al grupo Vocento (El Correo y El Diario Vasco) le regalaron 5.015.695 euros y Argia no recibió un céntimo.
Por lo tanto, todos los medios de comunicación reciben dinero público, pero los euskaldunes, además de justificar todo hasta el último céntimo, recibe la crítica constante del sector vascofóbico por la falsa atribución de “de estar subvencionados”. Por el contrario, además de que los medios de comunicación en castellano reciben en su conjunto mucho más dinero público, las instituciones son el principal sostén para la viabilidad económica de estos medios más cercanos al poder, lo que implica relaciones clientelares, como se ha demostrado en más de una ocasión.
La vaguedad en la ley
La ley que regula el uso de la publicidad institucional en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa data de 2010, cuando Patxi López era lehendakari. Dice así: “Sin duda, al tratarse de una actividad de impacto social y de contenidos muy sensibles, es necesaria una ley [...] que garantice el acceso de toda la ciudadanía a la información [...] que establezca claramente el ámbito en el que debe desarrollarse”.
Pero esta ley no concreta uno de los principales puntos que se esperan de un tipo de ley de este tipo: los criterios para repartir el pastel de la publicidad institucional entre los medios. La ley vasca solo especifica que se elegirá “la oferta económicamente más ventajosa” (artículo 9) y que se priorizará “la eficacia y eficiencia de la campaña”. Es decir, criterios muy vagos.
Es más, la citada ley no obliga a que ese reparto sea verificado por un organismo independiente y el único ejercicio de transparencia es el PDF que el gobierno debe enviar cada año al Parlamento. Además, estos documentos han sido muy criticados por la cantidad de errores que contienen, la falta de criterios unificados, la baja calidad de los datos, la falta de valoración entre el dinero invertido en las campañas y la eficiencia... Reparten millones de euros públicos bajo criterios difusos, sin control independiente y en un formato que no garantiza la transparencia y el análisis general con la oferta de datos.
Ante las críticas recibidas por este reparto parcial, el Gobierno Vasco ha venido aludiendo en varias ocasiones al “alcance de los medios” como criterio principal y único. Y para ello, aunque no consta en ningún sitio, tienen en cuenta como referencia los recuentos que realiza la empresa CIES. Así lo manifestaron, por ejemplo, para justificar el desigual reparto de las “ayudas extraordinarias” concedidas a algunos medios para “paliar los efectos de la COVID-19”.
País Vasco
Jeltzale Media El PNV riega al Grupo Noticias con 7,5 millones de euros
Alcance sí, pero solo cuando les conviene
Así que la audiencia es el criterio para repartir el dinero. Pero, ¿es así siempre? Analizemos esta afirmación: el medio ideológicamente más cercano al partido que gobierna en el Gobierno Vasco es el cuarto medio que más dinero ha recibido entre 2018 y 2022, dos millones y medio de euros.
El Gobierno Vasco ha dado cada vez más dinero al diario Deia a través de publicidad: 373.026 euros en 2018 y 565.795 euros en 2022. Es decir, un incremento del 34% en cinco años. Muy pocos medios han disfrutado de semejante aumento.
Deia, a través de publicidad institucional, ha recibido 565.795 euros en 2022, un incremento del 34% en cinco años. Si se mira la audiencia, en ese tiempo ha perdido un 38% de lectores en papel
Si se mira la audiencia, sin embargo, la tendencia es diametralmente opuesta. Según las mediciones de la empresa CIES, con la que el Gobierno Vasco clasifica el alcance de los medios de comunicación, Deia ha perdido entre 2018 y 2022 un 38% de lectores en papel. En 2018 tenía 79.000 lectores y en 2022 49.000. Comparativamente, en 2022 CIES ha adjudicado 52.000 lectores a Argia en la CAV. Aunque con datos similares, Deia ha recibido el año pasado 565.795 euros de publicidad del Gobierno y Argia 24.097 euros. La subida en el tráfico de internet no justificaría esta subida porque es generalizada en todos los medios.
Y no lo olvidemos: este periódico, que dirigió desde 2012 hasta 2016 el consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, sigue inmerso en una crisis económica. En los últimos años, el comité de empresa de Deia ha denunciado en numerosas ocasiones la “situación insostenible” que viven, con bajadas salariales y despidos.
Periodismo
Periodismo Mi purga en Deia: una triste historia sobre periodismo
Para reforzar el status quo
Además de que con la llegada de Internet es difícil cuantificar el alcance real de los medios, el hecho de considerar el alcance como único criterio crea un círculo vicioso. Dando mucho más dinero a los medios con más lectores/oyentes/espectadores que a los más pequeños, el grande seguirá siendo grande y el marginal se quedará al margen. Sin olvidar aquello que los datos muestran año tras año: este criterio contribuye a perpetuar la hegemonía del castellano en detrimento del euskera.
Dando mucho más dinero a los medios con más lectores/oyentes/espectadores que a los más pequeños se fomenta que el grande siga siendo grande y el marginal se quede al margen
Viendo que la tendencia dominante de la distribución publicitaria se repite año tras año, lo que ya percibíamos con anterioridad es más claro: a través de una distribución no equitativa de la publicidad, el Gobierno Vasco condiciona año tras año el ecosistema de los medios de comunicación en función de sus intereses.
Y entonces, ¿qué?
Todo cambio empieza por uno mismo y en este tema también tenemos una gran responsabilidad los medios, porque casi nadie habla de este tema y nadie publica sus datos. Unos porque quizá teman perder el poco dinero que reciben, y otros, por supuesto, porque les beneficia la opacidad y el reparto de dinero está a su favor. Sin restar responsabilidad a las instituciones, los medios deberíamos ser ejemplo, ser más transparentes y publicar los ingresos recibidos del sector público, máxime en unos tiempos en los que la descarada dependencia del poder político hace que la credibilidad de los principales medios de comunicación esté muy deteriorada.
La consideración del alcance como criterio único es incompatible con la pluralidad que toda institución pública debe promover. De esta forma, se está dejando el derecho a la información en manos de la “voluntad” del mercado y del capital. No hay más que encender la televisión para ver qué tipo de “diversidad” cultural y política ofrece el mercado sin intervención pública.
¿Debemos premiar de igual forma a los medios de comunicación en propiedad de multinacionales que aquellos en propiedad de los trabajadores?
¿No sería interesante establecer límites máximos sobre las cantidades de dinero que pueden recibir los grandes grupos? ¿O tener en cuenta otros medidores además del alcance para equilibrar la publicidad? Por ejemplo, introduciendo variables sociales como el grado de transparencia del medio, su fomento del cooperativismo, las condiciones de los trabajadores, el grado de independencia del medio, la garantía de cumplimiento de los códigos deontológicos... ¿Debemos premiar de igual forma a los medios de comunicación en propiedad de multinacionales que a los medios de comunicación de los que son propietarios sus trabajadores?
En las políticas feministas prevalecen las normas de discriminación positiva para paliar las diferencias históricas entre privilegiados y discriminados. Con las políticas fiscales justas, paga más quien tiene más para hacer un reparto justo. Pero en cuanto al tema de la publicidad institucional, ocurre todo lo contrario. Precisamente, el Gobierno Vasco es el que más dinero aporta a los que más dinero tienen. Para que nada cambie.