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Opinión
Metaversos y los oníricos embaucadores
Un caleidoscopio de conceptos traídos y llevados de las ciencias virtuales aplicadas a campos del entretenimiento, negocios. Porque de eso se trata un inmenso negocio para extraer plusvalías de aquellos seres inquietos que no se conforman con lo que este mundo —dicen en 2D— les ofrece. Como si el mundo real no tuviera suficiente entretenimiento, pretenden crear otro mundo “alternativo”, “onírico” “virtual” que sin duda ya está siendo objeto de teorización. Palabros y palabras que para algunos dan muchos dineros, entretienen a millones de seres humanos que, de paso, cada vez viven más en las realidades virtuales y menos en el ahora. Cita obligada la del texto “El poder del ahora”, escrito por Eckhart Tolle y publicado en 1997, bestseller nº 1 por el New York Times, con millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. En este universo en 2D, desde que la humanidad existe, en el cotidiano vivir la mente humana no ha parado de crear “realidades virtuales” que confunden la manera de percibir lo real. Introduce a las personas, cual “metaverso”, y sin necesidad de aparatos tecnológicos, en mundos fantasmagóricos, llenando su ánimo de monstruos inexistentes. Conduce a callejones oscuros donde los miedos se adueñan del momento presente suplantado la realidad por un universo de malos augurios y situaciones nada deseables. Difícil salirse del laberinto de malos rollos al que la mente de cada cual arrastra. Sin embargo, en ese momento es posible “darse cuenta” de ello y ajustar la conducta al momento que se vive realmente, ejerciendo el “poder del ahora”. Cuando la persona domina esa tendencia al “metaverso” de la mente inquieta, perversa juguetona, el ánimo se serena y aparece el mundo real al que hay que dar respuestas reales, asumir responsabilidades, corregir errores, si los hubiera, y desarrollar nuevas formas de resolver problemas que aquejan.
Ya en 1980 la orquesta Mondragón nos decía en su tema Viaje con nosotros: “Viaje con nosotros si quiere gozar. Viaje con nosotros a mil y un lugar y disfrute de todo al pasar y disfrute de las hermosas historias que les vamos a contar… y podrá encontrar atractivos monstruos que le sonreirán… y disfrute de la amistad de sirenas y de serpientes de mar. En su viaje los romances abundarán y en sus brazos los dragones se arrojarán. Serán suyos Marlène y Tarzán... Quien compra nuestro billete compra la felicidad”. ¿Y no es eso el metaverso? Ir más allá de la realidad utilizando tecnologías sofisticadas al alcance de muy pocas personas, se antoja una aventura nada saludable. Cuando, dentro de poco, 8 mil millones de seres humanos tendrán que sobrevivir en un mundo contaminado globalmente ¿qué sentido tiene el “metaverso”? En este preciso momento surgen los adalides de la “libertad” de hacer negocios, del mercado y harán la apología de que con las tecnologías la especie humana dará un salto gigantesco hacia un nuevo futuro cargado de posibilidades para expandir el conocimiento. Bueno es preguntarse sobre quién necesita dar ese “salto de gigante”. Las corporaciones que están detrás de tanto “metaverso”: Google, Facebook, Binance, Epic Games, Windows, Tencent..., son básicamente vendedores de videojuegos, simuladores tácticos militares, mercado de criptomonedas, subastas… Si se analiza por dónde van los desarrollos de este mundo virtual, se llegará a la conclusión de que todo gira en torno a un puñado de personas que se benefician directamente vendiendo aplicaciones para el divertimento, la publicidad, la industria militar y el mundo de los negocios.
Si se analiza por dónde van los desarrollos de este mundo virtual, se llegará a la conclusión de que todo gira en torno a un puñado de personas que se benefician directamente vendiendo aplicaciones para el divertimento, la publicidad, la industria militar y el mundo de los negocios.
¿Y eso tiene que ver con la política? Quien aún no se haya percatado de que la capacidad de controlar la vida de las personas es en realidad el poder con mayúsculas, se hará esta y otras preguntas. Posiblemente esa persona ya viva dentro de un metaverso rudimentario, sin saberlo, que impide a su entendimiento caer en la cuenta de que quienes mandan aspiran a ejercer ese poder. En cualquier época cada nuevo conocimiento ha sido capitalizado por la política que de esta forma ha visto incrementar su poder con la pretensión de perpetuarse. La dialéctica, entre facciones, partidos, empresas, estados, para conseguirlo, es lo que ha movido la historia de la humanidad. En política se generan constantemente mundos virtuales que pretenden apartar, de la necesaria cotidianidad, la atención de quienes deberían transformarla. La pregunta necesaria: ¿quiénes desarrollan el metaverso y qué es lo que pretenden?