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Economía social y solidaria
Bienvenidas a la fiesta de la Economía Social y Solidaria
Cuando pensaba en lo que deseaba decir para presentar este acto en el que decimos que la Economía Social y Solidaria enseña el corazón, dudaba de a quién debía dirigirme… las que estamos aquí sabemos qué es la ESS y sabemos de su compromiso y de cómo ese compromiso se traduce en prácticas diarias que producen cambios reales en las personas que estamos implicadas y en nuestro entorno, en el cercano y también en el global, aunque apenas seamos conscientes a veces de esos cambios globales…
En fin, que no dejaba de pensar en mi hija Iria de 9 años y en mi hijo Bruno de 6, en sus amigas y amigos y en los bebés de amigas que están llegando últimamente… y lo que me salía es que quería con todas mis fuerzas que ellas, las personas pequeñas y las personas que quizá no están tan cerca de lo que hacemos pudieran entender nuestro trabajo, nuestro empeño y nuestro compromiso, si hacemos todo esto es porque queremos dejarles un mundo mejor del que nosotras nos hemos encontrado.
Así que estas palabras están pensadas especialmente para que ellas puedan entender qué hace su mamá y otro montón de mujeres y hombres que trabajamos día a día en esto de la ESS y sobre todo porqué hacemos lo que hacemos.
Trabajar en la Economía Solidaria significa que trabajamos en empresas de todo tipo, desde una huerta hasta una escuela, en una tienda de libros, en un banco o en un supermercado. En nuestras empresas lo más importante es la gente, la que trabaja en ellas y también la que viene a comprar o la que a su vez nos ofrece servicios que necesitamos como la publicidad o lo que se llaman materias primas, quienes nos venden las semillas o quienes escriben los libros que vendemos. Sin toda esa gente nada de lo que hacemos tendría sentido. Es por eso que nuestras empresas piensan todo el rato en el bienestar de las personas, de estas a las que acabo de referirme, pero también de los niños y niñas que serán las personas que en el futuro hagan que nuestro mundo siga funcionando.
Pensar en las personas, en las niñas y niños, y ponerlas en el centro de nuestras empresas significa que siempre que tenemos que tomar una decisión como empresarias lo hacemos de acuerdo a un código de comportamiento, ese código es nuestra Carta de Principios. Cuando tenemos que decidir cosas importantes, como en qué invertir nuestro dinero o qué proyectos apoyar con nuestros beneficios, nuestros principios nos ayudan a tener en cuenta algunos aspectos que son mucho más importantes que el mero beneficio económico y la acumulación de capital, es decir, que consideramos otras cuestiones además de ganar y acumular dinero. Por eso nos gusta decir que nuestras empresas, además de participar en la economía y además de generar riqueza también están contribuyendo a un cambio cultural, hacia una transición ecosocial en la que las empresas pueden hacer mucho más de lo que pensamos.
Este código, nuestra Carta de Principios no está grabada en piedra, porque vivimos en un mundo en constante cambio, consideramos que nuestros principios deben evolucionar. Así acabamos de presentar nuestro Manifiesto por la Economía Solidaria que es el resultado de dos años de proceso de análisis, crítica y reflexión acerca de nuestros Principios. Queríamos que estos principios estuviesen a la altura de los cambios que demanda la ciudadanía en un momento en el que han saltado alarmas tan importantes como la climática, la situación global de las cadenas de cuidados, la desigualdad y la pobreza de la que son víctimas especialmente las mujeres y las niñas, es por eso que en estos dos años hemos querido dialogar con otros movimientos que trabajan por este cambio cultural, como el movimiento feminista o el ecologista y desde lo que nosotras llamamos activismo económico presentamos este manifiesto con una versión renovada de nuestros principios para poner en voz alta nuestra voluntad transformadora a partir de prácticas económicas que responden a nuestro compromiso con la Equidad, el Trabajo Digno, la Sostenibilidad Ecológica, la Cooperación, el Reparto Justo de la Riqueza y el Compromiso con el Entorno.
Si tuviera que explicar cómo se hace eso en el día a día, quizá hoy no tendría tiempo suficiente, porque son muchos los esfuerzos que hacemos, pero si pondré algunos ejemplos.
Trabajamos para que todas las personas que forman parte de nuestras empresas puedan participar en la gobernanza de las mismas y para que este tipo de empresas sean una opción real y accesible para todas las personas independientemente de su realidad o sus condiciones de partida. A esto lo llamamos Equidad. Y os invito a conocer nuestra red de supermercados cooperativos, por ejemplo.
Queremos que todas las tareas que hacemos para sostener la vida, incluyendo cuidar, cocinar o participar en nuestros barrios sean consideradas tareas dignas, trabajos relevantes y reconocidos. Nos gustaría que todas las personas tuvieran acceso a un empleo y a los recursos económicos, sociales y ambientales necesarios para vivir con bienestar. A esto lo llamamos trabajo digno. Y os invito a conocer las experiencias de dignificación del trabajo de cuidados que hay en nuestra red.
Queremos dejar un mundo mejor del que nos hemos encontrado y por eso somos muy cuidadosas con el impacto medioambiental de nuestras actividades y empresas. La naturaleza y el planeta también en el centro. A esto lo llamamos sostenibilidad ecológica. Y os invito a conocer, por ejemplo, toda la experiencia agroecológica que trata de alimentarnos de forma saludable cuidando el territorio y el planeta.
Sabemos que cooperar nos enriquece, nos permite explorar fórmulas de crecimiento innovadoras y nos permite amplificar nuestra voz y por tanto nuestra incidencia. La Cooperación es otro de nuestros principios. Y os invito a conocer las experiencias de grupos cooperativos en todo el territorio.
No nos gusta que haya gente que acumule recursos, dinero, contactos, casas o incluso tierras y bosques, pensamos que la riqueza debe estar repartida de manera justa y solidaria para que todas las personas podamos vivir de manera digna. A esto lo llamamos reparto justo de la riqueza. Y os invito a conocer las experiencias de vivienda cooperativa, gestión comunal de los recursos naturales, finanzas éticas o nuestros mercados sociales.
Pensamos que todas las empresas deben conocer y amar el territorio en el que trabajan, a sus gentes, su cultura y su patrimonio y mantener relaciones de respeto, cuidado y colaboración con ese entorno y con las personas que lo habitan. A esto lo llamamos compromiso con el entorno. Y os invito a conocer las prácticas de destino de excedentes de nuestras empresas a proyectos sociales y arraigados en cada territorio, no dejéis de mirar a lugares como Nalda y su asociación liderada por mujeres, el Colletero.
Hoy celebramos nuestro esfuerzo, nuestro compromiso y lo hacemos enseñando el corazón, mostrando lo que somos con transparencia, orgullosas de los avances y decididas a seguir trabajando para vosotras, para las personas pequeñas, para dejaros un mundo mejor del que nosotras nos hemos encontrado.
Si esta misión os conmueve os invito a escuchar con mucha atención los resultados del informe que se van a presentar a continuación y a conocer las experiencias que van a ilustrar todo esto que os estamos contando, pero sobre todo os invito a acercaros a las redes y empresas que están en vuestros territorios cercanos y a uniros a este movimiento que no va a parar de transformar nuestra realidad económica porque las personas pequeñas y el planeta merecen este esfuerzo.
Muchas gracias.
Puedes escuchar este discurso y el acto de presentación aquí.
Consultar los datos del informe de Auditoría/Balance social 2022.