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País Vasco
Lurdes Imaz: “Hemos perdido mucho tiempo, el Pacto Educativo Vasco ha sido un pacto político”
PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos-IU refrendaron el lunes 28 de marzo en la comisión de Educación del Parlamento Vasco el Pacto Educativo, cuyo texto servirá de base para la futura ley educativa. Un texto que empezó a fraguarse en verano, antes de que empezara en septiembre la ronda formal de contactos con los agentes de la comunidad educativa en el Santuario de Aranzazu. El resultado del acuerdo era tan previsible como reprobable para los defensores de la educación pública. Lurdes Imaz es una de sus representantes, ya que es la coordinadora de Ehige, la federación que aglutina a las asociaciones de padres y madres de las escuelas públicas.
Tras la lectura del texto definitivo ratificado esta semana, ¿cuál es tu conclusión?
El Pacto Educativo blinda jurídicamente el sistema dual que tenemos. El texto dice claramente que el servicio público vasco de educación se ofrecerá a través de centros de titularidad pública y privada. Incluso indica que un centro de titularidad privada que cumpla X requisitos podrá tener la misma financiación que uno público. Esto quiere decir que los centros concertados van a mantener la misma financiación e incluso podrán ampliarla.
Ninguna sorpresa bajo el sol, ningún cambio de posturas recalcitrantes desde la derecha y la izquierda.
En todo momento, el documento elude hablar sobre la diferencia que hay entre las titularidades. El objetivo de un centro de titularidad pública es dar una educación universal a todo el alumnado, cosa que no ocurre en un centro privado, porque no ha nacido para eso. Además, los centros públicos y privados tenemos muchísimas diferencias: el tipo de alumnado y la capacidad de decisión que tenemos a la hora de contratar o de hacer cualquier compra por mínima que sea, porque tenemos que regirnos por una serie de condicionantes públicos que no tiene la privada. El documento lo obvia y da a entender que es lo mismo.
¿Cómo valoras el desliz?
Obviarlo es muy grave y nos coloca a la escuela pública en una situación muy complicada. Seguimos manteniendo un sistema de mercado en el que los centros pelean para conseguir alumnado durante el periodo de matriculación. Lo más grave del documento es que diga que apuesta por la escuela pública, cuando lo que realmente hace es mantener la financiación de la concertada e incluso aumentarla, en caso de que escolarice a alumnado vulnerable.
El Pacto Educativo Vasco es un rescate financiero a la educación privada en un contexto de bajada de matriculación
País Vasco
Escuela concertada EH Bildu se alía con el PNV para blindar la red educativa concertada más grande del Estado y la segunda de Europa
¿Cómo debería ser el sistema educativo vasco?
Un sistema que impulse una escuela pública fuerte y participativa, con más capacidad de decisión y más descentralizada. Y los centros que realmente desean ese modelo, que se publifiquen. El documento plantea lo contrario: que un centro de titularidad privada tenga la misma financiación que uno público, lo cual ha sido siempre una demanda de la red concertada.
Tal y como se preveía ya en septiembre y tal y como deseaba la red de ikastolas y Kristau Eskola. Pero, ¿qué supone rescatar a la escuela cristiana y a la ikastola para la pública?
Aumentar la financiación a la privada supone automáticamente reducirla en la red pública. Los medios no son infinitos.
Dicen las lenguas expertas que estaban en el ajo que para el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, una línea roja era aumentar la red pública, y ponerle un porcentaje a horizonte.
Ya.
El Pacto Educativo blinda jurídicamente el sistema dual que tenemos
Hezkuntza_Ponentzia_txostena by Gessamí Forner on Scribd
Euskera.
La red pública somos la que más euskalduniza y siempre hemos planteado un sistema de inmersión, y esa no es la apuesta del Pacto Educativo. La inmersión ha demostrado claramente que es el modelo mejor preparado para garantizar la euskaldunización, y que no supone una pérdida en castellano. En cambio, el Pacto recoge el perfil de salida al acabar la educación obligatoria: B2 en euskera y castellano, sin concretar cómo vamos a conseguir que todo el alumnado consiga un B2. Porque lo importante es poner los medios para que esto ocurra en todos los sitios [recalca y enfatiza “todos los sitios”]. El alumnado tiene el mismo derecho a conseguirlo, no solo algunos.
A mi hija le toca un instituto público multilingüe con tres líneas: una de euskera-euskera, otra de euskera-inglés y una tercera de euskera-francés. Llevan ya años con esta metodología, que creo que es la que pretende impulsar la nueva ley. No he leído ni una evaluación científico de este modelo desde el Departamento de Educación, pero en el parque infantil pasamos las tardes y una madre con hijos mayores que ya van a ese instituto considera que el alumnado que no puede pagarse las clases particulares de la tarde acude a la línea de euskera-euskera y el resto, a las otras líneas. Me parece una estrategia sutil y sibilina de segregación y, por lo que interpreto del Pacto, vamos de lleno a ese camino.
No lo sabemos, pero el nivel de inglés, o de francés, no puede depender de lo que aprendes fuera de la escuela. El reto es cómo conseguimos que el alumnado no tenga que ir a una academia, y me da la sensación de que seguimos como cuando yo iba a la escuela…
No es un secreto que para mí la defensa de la financiación pública a cualquier tipo de entidad privada es un error que implica que las escuelas seguirán siendo guetos ideológicos/religiosos, idiomáticos, raciales y de clase, como lo son ahora. ¿Igual estoy equivocada y así somos todas más felices?
Creo que el profesor Enrique Díez, de la Universidad de León, es quien dice que la segregación es buscada. No vamos a acabar con ella porque hay un interés social en que exista esa diferenciación. Cuando hablamos de libertad de elección de familias es eso. Y la Administración es quien tiene esa capacidad de decisión y de planificación (y decidir qué financia y qué no).
Por lo que entiendo, la única intención que hay encima de la mesa es eliminar la financiación a los centros del Opus Dei, tal y como permite la Ley Celaá y está realizando Catalunya. Poco más.
Pensamos que eso es todo lo que va a ocurrir, porque una de las condiciones que expresa para recibir financiación pública es que los centros no segreguen por sexos.
Con una Pacto que se jacta de que la educación será laica, ¿decenas de escuelas deberán cambiar de nombre?
Dice laica pero también dice que el mínimo de la asignatura de religión será el de la Lomloe, por lo que podrán seguir dando religión. También dice que no se puede adoctrinar… Pero hay centros que dicen claramente que buscan crear alumnos cristianos. Y el documento no incluye mecanismos de control para evitar el adoctrinamiento.
Leyendo entre líneas el documento puedes llegar a la conclusión de que quienes podrán elegir centro educativo son las familias no vulnerable
La libertad de elección de la escuela queda blindada, aunque se hable de oficinas para el proceso de matriculación, por lo que se propone un reparto de alumnos pobres, como en Catalunya.
Hay que aclarar que el texto no dice que habrá oficinas centralizadas de matriculación, dice que habrá “oficinas de información y acompañamiento” al proceso de matriculación. En cambio, el documento sí dice que hay que combinar la libre elección de centro y la cohesión social. A mí eso me parece muy difícil de hacer, porque no sé cómo se hace. De hecho, hay personas expertas que sencillamente dicen que ambas son imposibles de combinar. La libertad de elección crea segregación y la cohesión social casa muy difícilmente con la libertad de elección. Leyendo entre líneas el documento puedes llegar a la conclusión de que quienes podrán elegir son las familias no vulnerables, porque se habla del reparto de alumnado vulnerable. Parece que la capacidad de decisión no es para todas las familias, sino solo para algunas.
El texto no es más que una recopilación de los borradores previos, sin ninguna mejora, y vuelve a incluir la gerencialidad y la cualificación de las direcciones de los centros. ¿Hacia qué modelo de escuela e instituto nos dirigimos?
Que se hable de las direcciones planteadas de modo gerencial es totalmente contrario a nuestro planteamiento. Aparte, nos revuelve que la participación no está desarrollada en el texto; la palabra OMR aparece una sola vez para decir que “se le oye”, cuando es un órgano máximo de decisión y participación. Echamos en falta una nueva gobernanza basada en la participación democrática del centro educativo. Ni siquiera se recoge la palabra ampas, espero que en la ley se desarrolle la participación.
País Vasco
Educación PNV y EH Bildu solo recaban el respaldo de la escuela cristiana y de las ikastolas en su blindaje a la red privada
¿Por qué es más importante hablar de participación en la escuela que de dirección cualificada?
Porque está absolutamente demostrado que un centro va como un tiro cuando hay un ampa potente que colabora con la dirección. Obviar la participación de las familias y de la OMR nos preocupa porque la participación familiar es un éxito asegurado para el alumnado.
¿Algo que decir sobre la renovación pedagógica?
Siempre repetimos que debe estar basada en la evidencia científica, en vez de ser intentos para camelar a las familias en los procesos de matriculación.
Ehige fue una de las primeras organizaciones que alertó de que había segregación en el sistema educativo vasco.
Es positivo que este documento diga que se van a tomar medidas contra la segregación. Pero hay que ver si habrá voluntad para aplicarlas, porque en años no la ha habido y se podía haber hecho sin elaborar una ley nueva. Seguiremos muy de cerca los pasos que se den en Catalunya, porque estamos copiando su plan y esperamos no cometer los mismos errores.
¿Cómo valorarías el proceso del Pacto?
Al principio de la ponencia se planteó que los agentes tendríamos capacidad de participar, pero lo que se ha visto es que los agentes, y en nuestro caso claramente, no nos hemos visto reflejados. Creo que ha sido un pacto político, que tiene toda la legitimidad, por supuesto, pero al final tenemos la sensación de que hemos perdido mucho tiempo. Si quienes tenemos que ponerlo en práctica somos la comunidad educativa, el pacto no tiene mucho sentido.
El texto dice claramente que el servicio público vasco de educación se ofrecerá a través de centros de titularidad pública y privada, obviando las diferencias existentes entre las titularidades
Intuyo que esta entrevista será bastante leída. Aunque acabas de dar el titular, dame otro.
El Pacto Educativo es un rescate financiero a la educación privada en un contexto de bajada de matriculación. Vamos a pasar de una ley de escuela pública vasca, que no ha servido para que la escuela pública vasca sea hegemónica, a una ley de escuela vasca de educación en la que prácticamente se igualan las dos redes. Lo vemos con mucha preocupación.
¿Cómo os encontráis las trabajadoras de Ehige después de estos intensos meses?
Aquí nunca ha sido fácil defender la escuela pública. Las familias están acostumbradas a la pelea diaria, tú lo sabes bien. Ahora lo que nos queda es lo de siempre, seguir trabajando para mejorar la escuela pública y caminar hacia donde queremos: una escuela pública vasca participativa, de calidad y euskaldun.
¿Algún día veremos que en Euskal Herria la infancia se articula en las escuelas de barrio?
No soy pesimista. Día a día hacemos eso: escuelas de barrio. Con dificultades, pero cada vez más. Seguiremos trabajando y peleando.