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Unión Europea
Israelgate: ¿por qué no se habla del lobby sionista en Bruselas?

El escándalo del Qatargate, destapado en diciembre de 2022, reveló la capacidad de ciertos gobiernos extranjeros para influir en la política europea. Qatargate sacó a la luz la red de sobornos pagados a eurodiputados y asesores por parte de Catar y Marruecos, lo que desató un intenso debate sobre la transparencia y la regulación de los grupos de presión en Bruselas.
La capital europea es un hervidero de grupos de presión que intentan influir la agenda y las decisiones de la UE. Desde grandes multinacionales hasta gobiernos, pasando por ONG y think tanks, se estima que al menos 29.000 lobistas trabajan incansablemente para orientar las decisiones comunitarias en la “dirección adecuada”. O, al menos, la que mejor encaja con sus intereses.
Pero no todos los grupos de presión reciben el mismo nivel de escrutinio. El Qatargate protagonizó titulares e investigaciones en toda Europa, pero otros grupos de presión han logrado mantenerse en gran medida fuera del escrutinio público. El lobby pro-Israel está en este grupo.
La discreción con la que opera el lobby sionista no disminuye su impacto. El periodista irlandés David Cronin, quien ha investigado estos grupos de presión durante años, advierte: “Esta influencia es antidemocrática. Con frecuencia, logran moldear casi palabra por palabra las resoluciones del Parlamento Europeo sobre Israel y sus acciones. Hay que decirlo, este nivel de influencia es antidemocrático”. En Bruselas operan actualmente más de 20 grupos de presión pro-Israel.
Documentos destapados por David Cronin revelan la existencia de un “Gabinete de Líderes Mundiales” dentro del Israel Economic Forum
Antidemocrático, sí, pero no ilegal. En Bruselas, la actividad de los grupos de presión está regulada. La Unión Europea exige que estas organizaciones se inscriban en el Registro de Transparencia de la UE, una medida destinada a arrojar algo de luz sobre quién influye en las políticas europeas y con qué recursos. Además, los eurodiputados y otros altos cargos tienen la obligación de declarar reuniones con representantes de estos grupos y de informar sobre posibles conflictos de interés.
Sin embargo, que existan normas no significa que siempre se cumplan. En muchos casos, los grupos de presión eluden estos requisitos básicos de transparencia. El lobby sionista no es ajeno a estas prácticas.
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Conflicto de intereses y falta de transparencia
Un grupo de presión que no encontraréis en el Registro de Transparencia es el Israel Economic Forum (IEF). Esta organización, que presume de ser “una comunidad global como ninguna otra”, reúne empresarios, directores ejecutivos, y políticos abiertamente sionistas con el objetivo de “aprovechar colectivamente su éxito para garantizar el futuro del pueblo judío y del Estado de Israel”.
A primera vista, su enfoque en “líderes empresariales” podría hacer pensar que se trata de una plataforma empresarial, más que un grupo de presión strictu sensu. Sin embargo, su composición y actividades sugieren lo contrario.
Documentos destapados por Cronin revelan la existencia de un “Gabinete de Líderes Mundiales” dentro del IEF. Este gabinete opera como un “órgano consultivo exclusivo” al que políticos de alto nivel pueden unirse. Entre sus miembros destaca Antonio López-Istúriz, eurodiputado del PP.
López-Istúriz no es un mero eurodiputado. Miembro del Parlamento Europeo desde 2004, ejerció como secretario general del Partido Popular Europeo durante dos décadas. En la legislatura 2019-2024, López-Istúriz ha desempeñado roles clave en el Parlamento Europeo: presidente de la Delegación para las Relaciones con Israel, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y miembro de la Subcomisión de Derechos Humanos.
Con una superficie algo menor que la Comunidad Valenciana y una población inferior a los diez millones de habitantes, Israel es el país no europeo más visitado por eurodiputados
Estos roles son muy influyentes y naturalmente atraen el interés de los lobbies pro-Israel, lo que explica el papel de López-Istúriz en varios grupos de presión. Pero su influencia va más allá del ámbito interno, extendiéndose incluso a labores de relaciones públicas.
Según un correo electrónico publicado por Cronin, López-Istúriz trabajó junto a Avi Jorisch, CEO de IEF, para intentar incorporar a Margaritis Schinas a la organización. Schinas es Vicepresidente de la Comisión Europea y responsable, entre otras funciones, de coordinar el trabajo de la Comisión en el desarrollo de una “Unión Europea de la Seguridad”.
A pesar de su relevancia, López-Istúriz no ha declarado oficialmente su participación en este grupo de presión. Según el código de conducta de eurodiputados, al asumir el cargo, todos deben informar sobre “la pertenencia a consejos o comités de empresas, organizaciones no gubernamentales, asociaciones u otros organismos establecidos por ley, o cualquier otra actividad externa relevante que realice el diputado” (Artículo 4.2.c.). Como presidente de la Delegación para las Relaciones con Israel, entre otras funciones, parece razonable concluir que pertenecer a un “exclusivo” lobby pro-Israel es una “actividad externa relevante”.
Se ha intentado contactar con el equipo de López-Istúriz para obtener sus comentarios sobre estos hechos, sin respuesta inmediata.
En estos casos, la transparencia es imprescindible, porque la pertenencia a tales grupos de presión se refleja directamente en las decisiones políticas. En enero de 2024, durante la preparación de una resolución sobre el genocidio en Gaza, López-Istúriz jugó un papel decisivo para que una mayoría del Parlamento aprobara una cláusula que condicionaba el alto al fuego al “desmantelamiento de Hamás”.
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“Amigos de Israel”, viajes, y puertas giratorias
La postura abiertamente pro-Israel de López-Istúriz, descrita por la embajada israelí ante la UE como un ejemplo de “apoyo incondicional”, no es una excepción en el Parlamento Europeo. De hecho, los lazos entre algunos eurodiputados y grupos de presión sionistas, así como el fenómeno de las puertas giratorias, son en algunos casos evidentes.
Un ejemplo destacado es el de David Lega, diputado democristiano sueco entre 2019 y 2024. Durante su mandato como eurodiputado, Lega ejerció como Vicepresidente de Transatlantic Friends of Israel, una red de diputados europeos favorables a Israel, además de ser miembro del consejo asesor de la European Jewish Association. También participó en viajes organizados por la European Leadership Network, el World Jewish Congress, el AJC Transatlantic Institute y B'nai B'rith, todos ellos grupos de presión pro-Israel. “Lega ha sido el hombre de referencia para el lobby pro-Israel”, resume el periodista David Cronin. Estos viajes a Israel, organizados y financiados por grupos de presión, son una práctica recurrente entre eurodiputados.
Todo esto ocurrió mientras Lega era miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y de la Subcomisión de Derechos Humanos. A diferencia de López-Istúriz, Lega informó debidamente de estos conflictos de intereses, en línea con el código de conducta de eurodiputados.
Las puertas giratorias entre el Parlamento Europeo y el lobby pro-Israel son una extensión natural de estos vínculos entre eurodiputados y grupos de presión
Con una superficie algo menor que la Comunidad Valenciana y una población inferior a los diez millones de habitantes, Israel es el país no europeo más visitado por eurodiputados. Según datos recopilados por el diario belga Le Soir, sólo entre 2019 y principios de 2023, los lobbies cubrieron al menos 30 viajes a Israel, incluyendo un total de 115 noches en hoteles de lujo.
Lejos de ser desplazamientos puntuales ligados a actividades parlamentaria, estos viajes suelen caracterizarse por hoteles de lujo y eventos propagandísticos.
Un ejemplo ilustrativo es el viaje de Lega a Washington D.C. Financiado por el Congreso Judío Mundial, Lega disfrutó de cinco noches en el Capital Hilton, un hotel de lujo en el corazón de la capital estadounidense. Durante la estancia, su actividad principal fue participar en una “marcha por Israel”, que Lega describió como una “experiencia impactante” frente a las “inquietantes manifestaciones a favor de Hamás”.
Today's #MarchForIsrael in DC was a powerful experience. After a month of unsettling pro-Hamas demonstrations, the feeling of over 200,000 people coming together in support of Israel was remarkable. It's a clear message against antisemitism and for unity. #StandWithIsrael… pic.twitter.com/bSBF6Lfwyr
— David Lega (@DavidLega) November 14, 2023
Hay tres grupos particularmente activos en la organización de estos viajes: la European Leadership Network (ELNET), el AJC Transatlantic Institute (TAI) y B’nai B’rith. Estos grupos de presión, con oficinas en Bruselas, no actúan en solitario. Forman parte de una red internacional con conexiones en Estados Unidos, Israel y varias capitales europeas. TAI, por ejemplo, es una extensión del American Jewish Committee (AJC), una de las organizaciones más influyentes en este ámbito. Con un patrimonio neto de 267,4 millones de dólares, el AJC garantiza la estabilidad financiera y la capacidad operativa de su filial en Bruselas. Por su parte, ELNET recibe financiación de Friends of ELNET, una organización americana cuyos fondos provienen de fundaciones privadas vinculadas a magnates con afinidad o intereses pro-Israel. Mientras tanto, B’nai B’rith es parte de una estructura internacional más amplia, B’nai B’rith International.
Estos viajes influencian los relatos y las decisiones de los eurodiputados participantes. De nuevo, el caso de Lega destaca por su obviedad.
En un vídeo junto a Matthijs Schüssler, lobista de ELNET, Lega habló sobre la Red de los Acuerdos de Abraham. Esta red, liderada por Lega, reúne a eurodiputados dedicados a promover los acuerdos del mismo nombre, impulsados por Trump con el objetivo de normalizar relaciones entre Israel y países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos. En el vídeo, Lega afirmó que esta idea surgió “tras un viaje a Oriente Medio”. Sin embargo, como más tarde reveló Cronin, dicho viaje se trataba de un evento organizado y financiado por ELNET.
Según la propia página web de la organización, el viaje tuvo lugar en noviembre de 2021 y contó con una delegación de 13 personas, entre ellas tres eurodiputados del Partido Popular: Isabel Benjumea, Juan Ignacio Zoido y Antonio López-Istúriz. Ni Benjumea ni Zoido declararon el viaje, lo cual es obligatorio. López-Istúriz, en este caso, sí lo hizo.
Dos meses después de dejar su cargo como eurodiputado, la European Jewish Association (EJA) anunció la contratación de Lega como asesor experto
Uno de los momentos más llamativos del itinerario fue una visita al norte de Israel, donde los eurodiputados recorrieron un túnel excavado por Hezbollah. Al finalizar la visita, la eurodiputada Assita Kanko, del partido Nueva Alianza Flamenca, resumió sus impresiones con una declaración que encaja perfectamente con la propaganda israelí: “¿Por qué dar el dinero de los contribuyentes europeos, que tanto trabajan, a personas que lo utilizan para odiar a los demás?”. No hay ninguna evidencia de que fondos de la UE hayan financiado a Hezbollah.
No todo fueron túneles y reuniones. Los eurodiputados pudieron disfrutar de dos noches en el lujoso David Citadel Hotel y dos más en el Royal Beach Tel Aviv.
Las puertas giratorias entre el Parlamento Europeo y el lobby pro-Israel son una extensión natural de estos vínculos entre eurodiputados y grupos de presión. Hay varios ejemplos de este fenómeno.
El partido de Macron, Renaissance, también mantiene vínculos con organizaciones pro-Israel en Bruselas. Ilana Cicurel, eurodiputada macronista entre 2019 y 2024, participó en varios viajes de ELNET y en un mínimo de diez reuniones con la embajada de Israel en París, con la embajada de Israel ante la UE, o con ELNET, entre otros. Previamente, de hecho, Cicurel fue directora general de la Alianza Israelita Universal, una organización francesa, y formó parte de la Delegación para las Relaciones con Israel en el Parlamento Europeo entre 2020 y 2024. Damien Bertrand-Fortobeaux, exasistente de Cicurel, ahora trabaja en la oficina de ELNET de Bruselas, lo que constituye un claro ejemplo de puertas giratorias.
Dos meses después de dejar su cargo como eurodiputado, la European Jewish Association (EJA) anunció la contratación de Lega como asesor experto. Nina Katzemich, de la organización LobbyControl, ha señalado una posible irregularidad en la declaración ante el Registro de Transparencia de la EJA: Lega no está correctamente identificado como exeurodiputado. (El propio David Lega está inscrito en el registro como lobista con su empresa Ransam Lega AB).
El lobby pro-Israel y la extrema derecha
¿Qué partido político es el más pro-Israel de toda Europa? Esta pregunta debió hacérsela en algún momento la European Coalition for Israel, uno de los principales grupos de presión sionistas en Bruselas.
Esta organización se define como “sionista cristiana” y se dedicada principalmente a promover mejores relaciones entre Europa e Israel. Una de sus principales actividades es la elaboración anual del “Ranking Israel”. Este ranking evalúa, en una escala de 0 a 100, el grado de apoyo a Israel de cada eurodiputado, partido político y grupo parlamentario, basándose en sus registros de votación.
Con una valoración de 98,74 sobre 100, el partido político más favorable a Israel no es otro que Vox. Entre los 10 partidos más favorables durante la legislatura de 2019 a 2024, de hecho, todos pertenecían o al Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos o al Grupo Identidad y Democracia, los dos grupos del Parlamento Europeo situados a la derecha del Partido Popular Europeo.
En noviembre de 2024, IDSF organizó una conferencia en Bruselas junto a eurodiputados del Partido Popular Europeo
Esta alianza entre Israel y la extrema derecha representa un giro histórico significativo. A pesar de su pasado antisemita, muchos partidos de extrema derecha han encontrado puntos en común con Israel en su hostilidad hacia los musulmanes y en su apoyo a una visión conservadora de la identidad europea o judeocristiana. Son frecuentes los discursos que presentan Israel como una “avanzadilla” o “muro” de la civilización occidental contra la “barbarie islamista”. Esta narrativa ha permitido a Israel reforzar su imagen entre sectores conservadores y ultraderechistas.
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Abascal, por ejemplo, mantiene una postura extremadamente pro-israelí, presentando a Israel como un modelo de “defensa de la civilización occidental”. La reunión con Netanyahu en junio de 2024 consolidó esta alianza entre el gobierno israelí y Vox.
Este relato islamófobo, así como el foco en la seguridad europea, han sido claves para la creciente influencia del lobby pro-Israel. Otro actor clave en este ámbito es el Israel Defense and Security Forum (IDSF), una organización que reúne a más de 35.000 militares retirados o en reserva de las fuerzas de seguridad israelíes.
Desde el inicio de la guerra, IDSF ha intensificado su actividad en Bruselas. Bajo la dirección del exbrigadier general Amir Avivi, el grupo no solo rechaza la existencia de un Estado palestino, sino que defiende activamente la ocupación y colonización de Cisjordania.
Esta organización también ha sido señalada por su falta de transparencia. En noviembre de 2024, IDSF organizó una conferencia en Bruselas junto a eurodiputados del Partido Popular Europeo. Según una investigación de Follow the Money, los miembros del IDSF participaron sin acreditaciones oficiales de lobistas, utilizando en su lugar los pases proporcionados por los propios eurodiputados. Uno de los principales mensajes de este evento fue la “necesidad” de detener la financiación de la UE para proyectos de igualdad de género en Palestina. Horas después, el eurodiputado checo Tomáš Zdechovský envió una pregunta escrita a la Comisión Europea centrada exactamente en esta cuestión.
Al menos 19 eurodiputados se han reunido con lobistas de IDSF, cuyas actividades se financian a través de una organización vinculada a los asentamientos israelíes en Cisjordania. Las reuniones han sido todo un éxito para el lobby. Días después de su reunión con IDSF, el eurodiputado ultraconservador Bert-Jan Ruissen reiteró en el Parlamento la necesidad de desmantelar la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, y otras entidades proporcionando ayuda humanitaria. Esta es una petición recurrente de IDSF.
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Antisionismo y antisemitismo: definiciones políticas
Yoav Shemer-Kunz, cofundador y miembro del equipo coordinador de European Jews for Palestine, lo resume así: “Ahora es automático: si alzas la voz contra Israel, te acaban acusando de antisemita. Equiparan el antisionismo al antisemitismo. Así funciona la estrategia de Israel. No toleran el debate democrático”.
El origen de esta confusión deliberada entre antisionismo y antisemitismo se encuentra, de hecho, en las instituciones europeas. En 2005, el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia organizó una reunión para hablar de antisemitismo. “Sin embargo, este grupo estaba formado principalmente por grupos pro-Israel”, explica Cronin. La definición de antisemitismo que propusieron, y que la UE acabó adoptando, “fue concebida para mezclar el racismo y el odio contra los judíos y las críticas a Israel”.
La definición resultante indicaba, acertadamente, que el antisemitismo se caracteriza por “cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio a los judíos”. Sin embargo, se señalaba que esta “percepción” puede tener por objetivo el Estado israelí, que se define como una “colectividad judía”.
Israel es considerado un socio estratégico de la UE y, en la actualidad, y a pesar de la violación sistemática de derechos humanos, ambas partes están negociando un Acuerdo de Asociación
La red European Jews for Palestine representa varias organizaciones a lo largo y ancho del viejo continente, incluyendo entre otros la Alianza Judía Antisionista de Bélgica, la Unión Judía Francesa por la Paz, o la Associació Catalana de Jueus i Palestins. Este movimiento, que Shemer-Kunz llama “judaísmo antisionista”, está ganando fuerza, y eso es un problema para aquellos grupos de presión que intentan equiparar el antisionismo con el antisemitismo. “Para los sionistas, somos un problema. Nuestra posición es que somos judíos y no estamos de acuerdo con el sionismo, ni con el apartheid, ni con el genocidio. Eso les resulta incómodo“, explica Shemer-Kunz.
En diciembre de 2024, European Jews for Palestine pidió oficialmente participar en la Conferencia sobre la Memoria del Holocausto, organizada por la Comisión Europea. Su participación no fue aceptada. Sin embargo, en la conferencia participaron múltiples organizaciones abiertamente sionistas. “Si no eres sionista, no te invitan a la mesa” concluye Shemer-Kunz.
¿Por qué no hay caso Israelgate?
En 2023, el escándalo de Qatargate llevó al Parlamento Europeo a impulsar nuevas medidas de transparencia. El informe adjunto señalaba a Catar, Marruecos, China, Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Serbia, Turquía, y Mauritania como países de riesgo en materia de influencia extranjera. Israel no figuraba en la lista.
Así pues, ¿por qué no se habla de Israelgate en los medios de comunicación?
Una de las razones fundamentales por las que el lobby pro-Israel recibe menos atención que otros grupos de presión es su percepción de legitimidad diplomática. Israel es considerado un socio estratégico de la Unión Europea y, en la actualidad, y a pesar de la violación sistemática de derechos humanos, ambas partes están negociando un Acuerdo de Asociación.
Otro factor clave es la deslegitimación sistemática de las críticas a Israel bajo la etiqueta del antisemitismo. Cualquier intento de analizar la influencia del lobby pro-Israel corre el riesgo de ser etiquetado como tal, una acusación que ha sido utilizada para sofocar el debate público. Un ejemplo reciente es el caso de Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados, quien tras denunciar el genocidio en Gaza ha sido acusada de ser “apologista de Hamás” y de “propagar antisemitismo”.
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Por último, la falta de regulaciones efectiva en la UE ha permitido que estos grupos operen con una transparencia limitada. Las normativas existentes sobre conflictos de interés, viajes financiados por terceros o reuniones con grupos de presión se incumplen a menudo sin que esto conlleve consecuencias significativas.
Actualmente, hay un tabú en Bruselas sobre la influencia del lobby pro-Israel. En el futuro inmediato, la postura europea respecto a Israel y Palestina dependerá en gran medida de si este tabú se mantiene intacto o comienza a resquebrajarse.