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Casas de apuestas
Luces y sombras
Luces, luces de colores, de muchos colores, con destellos, intermitentes, alegres. Luces, que enganchan, que absorben, que anulan la razón.
Música, cómodos asientos, ofertas, bonos, comida y bebida a precios reducidos, incluso gratis. Cerca de nuestra casa, camino de nuestro instituto, de nuestro trabajo, accesible a cualquier hora del día, incluso de la noche.
Sin discriminación de sexo, raza, religión, ni siquiera de edad. Sin escrúpulos, sin ética…
Así se han ido instalando las Casas de Apuestas en nuestras calles, en nuestros barrios, en nuestras vidas, en silencio, con descaro. La heroína del siglo XXI la llaman y, al igual que la que en el siglo XX destruyó personas, arruinó familias, se llevó vidas a través de las venas, esta nueva droga está haciendo mella en millones de personas que atraídas por conseguir dinero de forma fácil, rápida, divertida y con un mínimo desembolso económico, se dejan abducir por esa extraña sensación, mezcla de riesgo y de emoción, que dispara la adrenalina del jugador a niveles insospechados, mientras poco a poco y sin ser consciente de ello, va cayendo por el precipicio de la adicción a las apuestas.
Mientras numerosos comercios se ven abocados a cerrar a causa de la mal llamada “crisis“, el auge de las Casas de Apuestas parece imparable. Pero, ¿hasta cuándo seguirán proliferando? ¿Por qué en los barrios más vulnerables? ¿Por qué impunemente cerca de institutos y colegios? Demasiadas preguntas sin respuestas para un problema tan grave que, día a día, se cobra nuevas víctimas cada vez más jóvenes.
Ante esta situación, colectivos sociales y vecinales se han organizado para luchar contra la lacra que suponen las Casas de Apuestas. La proliferación de estos locales y la facilidad para acceder a ellos fomenta peligrosamente la ludopatía y sus consecuencias pueden ser desde un trastorno adictivo que puede llevar hasta el suicidio.
Pero, al infame peligro que suponen las malditas Casas de Apuestas se suman las numerosas posibilidades de apostar online, desde cualquier ordenador, incluso desde los teléfonos móviles, en el trabajo, en el instituto… Sin control, sin restricción, con paso firme, con descaro, directamente al infierno de la ludopatía, donde se llega sin ser consciente de que una vez que te ha atrapado, te enreda en su perversa tela de araña y no te deja escapar hasta arruinarte, hasta destruirte.
Las apuestas online es un negocio que crece año a año. Sólo entre enero y septiembre del año 2019 se facturaron 5.227,4 millones de euros, según indicó la Dirección General de Ordenación de Juego.
Tras años de sufrir la lacra que supone esta nueva droga y luchar contra ella, se vislumbran algunas pequeñas, pero esperanzadoras, victorias para prevenir y frenar la ludopatía. Se prevé la aprobación de una Ley de Juego que regule, limite y restrinja las apuestas. Se pretende una legislación similar a la del tabaco, que entre otras medidas, restringiría la publicidad y el patrocinio con que se suelen financiar en clubes deportivos, mayoritariamente equipos profesionales de fútbol. Lo más destacable de dicha Ley de Juego son, por un lado la prohibición de que las Casas de Apuestas puedan instalarse cerca de centros escolares y que no puedan abrir antes de las 22 horas. Así se evitaría que pudieran entrar y apostar menores durante el tiempo de recreo de los colegios o los fines de semana porque las bebidas son más baratas que en otros establecimientos. Aunque la dificultad residirá en que será competencia de las comunidades establecer límites horarios a los locales de apuestas.
Desde CGT reclamamos más Bibliotecas y menos Casas de Apuestas, porque la base del futuro debe ser la cultura y no la ludopatía.