Ilustración
Si eres joven y rebelde, el Fascismo te comprende

Qué dilema dominical esta convocatoria,
tan incómoda como estival y electorera,
porque es entre no votar, y que ganéis
voxotros, o abalar un sistema que permite,
o impulsa cuando le conviene, el ascenso
del fascismo estimulado por nostálgicos
que olvidaron el final de aquella hecatombe.

Tú, que tienes seguridad social y sanitaria
y patrones con subsidios de la UE vituperada
y defenestrada pero en secreto ordeñada…
Tú que vas a la Universidad a estudiar y
viajas por el mundo, o simplemente eliges
mamar del salario básico o de tus padres
dime si el Pepe votó ¡la reforma laboral!

¡Caña! quieres para España y ¡Olé!
Pero cañas hay muchas: una es de beber,
y otra es que te den, como sucede cuando
los monos azules, junto a fusileros verdes,
se ensañan con quien opina distinto. Y, que
ironía, amigo de cañas en el bar, al recordar
que un sublevado trajo la muerte con stukas.

¿O es que quieres impunemente matar mujeres?
¿A tu madre y tu hermana, quizá? ¿O quieres
ir tú a recoger fresas y tabaco por tres pelas?
Porque trabajo hay en el campo pero: no pagan
lo que el sindicato rojo exige porque el migrante,
de aldea bombardeada con nuestras bombas,
dobla el lomo por ti, para mantener su familia.

No olvidar nunca que la rebeldía que nace
con el caño abierto de una cervecería,
sea de Múnich o de El Ferrol, siempre
termina doblando las rodillas de cara al sol.

Ramón Haniotis.