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Movimientos sociales
Los “Martes al Sol”, constancia en el calendario
Martes al Sol nació hace cinco años de una manera callejera y popular con el objetivo de dar una respuesta fundamentalmente social alejada de cualquier tipo de “bloques” o partidismos
Martes al Sol va cumpliendo años. Concretamente, cinco. En un momento especialmente duro, allá por el verano del 2012, tanto en recortes sociales como en retroceso de las condiciones laborales, tres organismos que ya venían funcionando, entendieron esencial la necesidad de confluir. De ese modo, la Asamblea de Personas Paradas y Precarias, la Plataforma de la Renta Básica y las Plataformas de Afectados por la hipoteca, dieron nacimiento a lo que hoy se conoce como Martes al Sol. Un nacimiento callejero, popular, que trataba de dar una respuesta fundamentalmente social alejada de cualquier tipo de “bloques” o partidismos.
Inicialmente, dado el continuo goteo de medidas antisociales de aquel verano, sus concentraciones eran semanales, después se paso a un ritmo mensual que es el que hasta el presente mantienen: todos los martes primeros de mes, a las 19 horas, en Carlos III frente a Diputación se concentran con el lema genérico de “En defensa de los derechos sociales… Pobreziarik ez”. Una concentración en la que airean sus consignas y reparten una hoja.
La concentración, tras los gritos, se convierte en una asamblea donde se comentan todos los temas de interés social, del momento; por ejemplo en el último mes de septiembre se habló de Pamplona Ciudad de Acogida y una actuación que se proyecta para denunciar la situación de los y las refugiadas; el tema de la deuda pública y lo que condiciona las posibilidades de inversión social; el Hogar Invisible, casa ocupada por personas en situación de calle (sin techo); la ocupación como gaztetxe del palacio de Rozalejo en la plaza de Navarrería de Iruña; los atentados sucedidos en Barcelona...
“Somos asamblea, resistencia; Somos lo que queda después del paro, después de la Renta Básica, después de los desahucios; queremos visibilizar los rostros de los recortes, los nombres de las medidas vendidas como imprescindibles para salir de esta gran estafa llamada crisis”. Así reza su díptico. Unas palabras que deja bien a las claras su razón de ser.
Desde esa confluencia desarrollan otras iniciativas abordando otras problemáticas colindantes: han llevado a cabo diversas actuaciones reclamando medidas contra la pobreza energética; no dejan que caiga en el olvido la tragedia de Bangladesh, en la que murieron 1.134 personas tras el hundimiento del edificio Rana Plaza; y han participado activamente en las huelgas generales conformando un pikete social, intentando que sus objetivos no se reduzcan a lo laboral sino que se amplíen a lo social.
Durante estos cinco años la situación y la misma composición de Martes al Sol ha variado mucho, algún organismo que la integraba ha desaparecido o su presencia en Martes al Sol ha disminuido, otros se han incorporado, pero en todo caso esa integración se ha hecho más difusa, de modo que más que una iniciativa desarrollada por una serie de colectivos, sin que eso se haya perdido del todo, Martes al Sol ha cobrado una vida propia. Vida propia que tampoco le constituye en un organismo, sino en algo que se forma cada martes primero de mes a base de intentar recoger problemáticas e iniciativas ajenas, que no dejan de verlas como propias.
Hoy son eso: presencia, confluencia difusa, asamblea, recogida de iniciativas, eco, puesta en común, lugar de encuentro… en el que todos los temas sociales y laborales, todas las situaciones conflictivas, tienen cabida y son acogidos, contribuyendo en la medida de nuestras posibilidades a su impulso y llegada a buen puerto.
Seguramente el rasgo más definitorio de Martes al Sol sea la denuncia de un modelo social radicalmente injusto, que se desparrama en multitud de injusticias concretas, que precarizan y aminoran muchas vidas personales. La desigualdad creciente es el dato que mejor refleja ese modelo social; la desigualdad es la convivencia de situaciones de carencia en la cobertura de necesidades básicas, con otras situaciones de exceso y despilfarro, desigualdad abismal que vuelve indigna a la sociedad que la fomenta y a la ciudadanía que la soportamos.
El martes, 3 de octubre, volverán a estar en la calle. Será, como siempre, a las 19 horas en Carlos III frente a Diputación y, también como siempre, todas seremos bien recibidas.
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