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Mugimendu Sozialista
“Si participamos en las instituciones lo haremos para ahondar en la estrategia comunista”
El Mugimendu Sozialista (MS) ha entrado en el 2024 con partido propio y una ramificación importante en los diferentes ámbitos que trabaja para “hegemonizar el comunismo”. Lejos quedan ya sus épocas embrionarias, cuando hace cinco años se presentó GKS (Gazte Koordinara Sozialista) tras la escisión del histórico sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak de la Izquierda Abertzale. Durante este tiempo el movimiento se ha diversificado “para atajar las diferentes problemáticas que afectan al proletariado en su día a día”. Itaia, Etxebizitza Sindikatua, Ekida, los grupos de autodefensa laboral… Miles de jóvenes de Euskal Herria orbitan alrededor de estos agentes y lo han demostrado en las multitudinarias manifestaciones celebradas en Bilbao e Iruñea en 2022 y 2023.
Este año no se ha convocado ninguna concentración, pero en diciembre se produjo otra demostración de músculo con la presentación del partido Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS). Hace apenas dos semanas, también se anunció la creación del Instituto Socialista de Investigación y la celebración de un congreso por los cien años de la muerte de Lenin. Toda esta militancia se reúne en centros socialistas autogestionados y en el de Azpeitia nos reciben Ane Ibarzabal (1994, Kanala), portavoz de EHKS, y Unai Martinez (1996, Azpeitia), militante del MS. Este espacio, Esklabak, fue testigo de sus inicios, ya que aquí se celebró el primer Topagune en 2019. Sin olvidar los tiempos pasados, ambos miembros del movimiento relatan en esta entrevista los retos futuros para la construcción de un Estado socialista.
El Mugimendu Sozialista se erigió a mediados de diciembre como partido dando lugar a Euskal Herriko Kontseilu Sozialista. Aunque ya habéis aclarado que no concurriréis a las elecciones autonómicas vascas, habéis dejado la puerta abierta para presentaros en el futuro. ¿Cuáles son los próximos pasos en la construcción del partido y qué funciones se prevén para el mismo?
Ane Ibarzabal: EHKS cumple la función de ser la organización principal y al mismo tiempo la portavocía del Mugimendu Sozialista. Desde que hizo su primera aparición en Eibar nos hemos dedicado a presentarlo en la mayoría de comarcas y pueblos de Euskal Herria para llegar a amplias masas del proletariado, y eso implica mucho trabajo organizativo. Así, los encuentros de EHKS pretenden plantar su semilla en la construcción del socialismo en distintos ámbitos de la vida del proletariado. Parecen palabras mayores, pero nosotros hacemos una lectura de la coyuntura que tiene dos vertientes. La primera es que estamos en un contexto de crisis bajo una ofensiva económica que ataca a una gran parte del proletariado y a una clase media en descomposición. Eso provoca que se desmantelen los servicios públicos como la sanidad o se encarezcan las condiciones de vida… En ese sentido, el Kontseilu Sozialista reivindica condiciones universales de vida y de trabajo de calidad para todos. La segunda cuestión es que se está produciendo un aumento del autoritarismo. Por eso, también nos comprometemos a crear herramientas de lucha que permitan alcanzar la libertad al proletariado vasco.
El Mugimendu Sozialista se organiza a través de sus consejos comarcales, ¿pero se trata de una organización horizontal a la hora de tomar decisiones y transmitirlas? ¿Cuenta con un grupo de personas que formen una especie de secretaría de organización?
Unai Martinez: En el Mugimendu Sozialista existe una distribución del trabajo que atiende a distintos factores. Para nosotros es importante crear organizaciones que politicen las opresiones del proletariado vasco y hagan frente al poder de la burguesía. Entendemos los Consejos Socialistas como referencias principales, como organizaciones intergeneracionales que van a abordar temáticas que influyen en el día a día del proletariado. Por ello, es importante contar con una táctica unificada, compartida y bien orientada por todas las organizaciones. El objetivo es lograr una unificación cada vez más grande, en cuanto a la construcción del partido comunista a nivel internacional.
Juventud
Gazte Koordinadora Sozialista “Sozialismoaren ulerkera berritu bat dugu”
Apostamos por una cultura política basada en la autorrealización y el compromiso, pero también en la militancia cualificada. Es importante que los militantes del movimiento sean partícipes y que hagan contribuciones importantes al desarrollo de la estrategia. En el día a día existe una distribución del trabajo porque no todos podemos hacer todo, pero nuestra apuesta es que, utilizando la inteligencia colectiva, cada uno pueda aportar en la actualización de la estrategia. No se trata de si hay o no un grupo dirigente, la apuesta es crear las capacidades para que el movimiento no dependa de ello.
La opción de acudir a las urnas choca con vuestras reiteradas críticas a los políticos profesionales y a los partidos institucionales, especialmente a EH Bildu, que según el MS se sitúa en la socialdemocracia. ¿Cómo plantearía el movimiento ese proceso electoral? ¿Cabe la posibilidad de que se produzcan escisiones si se da un paso de esta magnitud?
Ane Ibarzabal: Ander Goiatxe (portavoz de EHKS) hablaba de participar en las instituciones, pero solo en el caso de que se decidiese que hay un momento táctico en el que nos puede aportar algo a la construcción del partido comunista. No concurriríamos en ningún caso como lo hacen hoy en día los partidos políticos. No sería para cambiar desde dentro las instituciones burguesas, ni tampoco para legitimarlas. No creemos que el cambio en la sociedad puede llegar desde los aparatos institucionales. Si participáramos en esos marcos, sobre todo nos dedicaríamos a las posibilidades de agitación y propaganda que permiten esos espacios. No querríamos hacer una buena gestión o repartir mejor la miseria, sino deslegitimar desde dentro las instituciones y ahondar en la estrategia comunista. En este momento no hay ningún partido que tenga esa función. Pero esto es lo que los grupos comunistas revolucionarios han hecho históricamente cuando han participado en las instituciones.
Unai Martínez: Es un proceso de educación política. Por ejemplo, para nosotros es importante que el Kontseilu Sozialista sea una herramienta política para luchar en el día a día y mediante esos procesos mostrar efectividad a la hora de defender derechos y desarrollar la ideología revolucionaria. Así, se genera una idea de que el agente de cambio no es el Estado, sino el proletariado organizado a una escala cada vez mayor. Hay que generar un contexto donde se den esas condiciones. Toda la actividad en las instituciones debería estar subordinada a la dinámica que se desarrolla más allá de estas.
“Hay una impotencia política por parte de la socialdemocracia para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora porque han cerrado la puerta a una reforma interna del Estado”
No es la primera vez que surgen partidos comunistas en Euskadi, y además, cuando lo hicieron en el siglo XX, las crisis del capitalismo y su industria eran más agudas. Con una estructura laboral cada vez menos centrada en la industria, ¿cómo se espera que sea exitoso ese movimiento ahora?
Unai Martínez: El comunismo ha sido un proyecto internacional y todas las experiencias han dado frutos muy valiosos, pero todavía no se ha completado el programa revolucionario. Es innegable que ha habido una campaña por parte de la burguesía para desprestigiar el comunismo. Aun así, este proyecto histórico está más vigente que nunca. El socialismo es actual porque estamos en un contexto de crisis y eso trae una destrucción de la calidad de vida de los trabajadores y un aumento del autoritarismo. Existe la urgencia política de un programa socialista liberador. Hay una impotencia política por parte de la socialdemocracia para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora porque han cerrado la puerta a una reforma interna del Estado.
Por otro lado, las últimas décadas han traído un desarrollo tecnológico inmenso, que ha sentado las condiciones para que se haga una división más racional y efectiva del trabajo, reducir la jornada laboral y tener mayor tiempo disponible para eliminar trabajos que degradan a la humanidad. Pero para eso es condición necesaria que la riqueza social y los medios de producción dejen de ser atributo de una minoría y que estén controlados por la clase trabajadora.
Entre los siete puntos que EHKS ha presentado en su programa se encuentra la amnistía. En la presentación de Eibar se jaleó a los presos políticos vascos al más puro estilo Izquierda Abertzale, pero también se ha dicho que, más que mirar al pasado, esta medida es un blindaje para casos futuros. ¿A qué presos políticos se refieren? ¿Para qué casos futuros serviría esta amnistía?
Ane Ibarzabal: Reivindicamos la amnistía como un concepto político y no tanto como un término jurídico. No pedimos solo la libertad de los presos políticos, sino la legitimación de los motivos que les han llevado a luchar por la libertad. De esa forma, reivindicamos esta medida tanto para los presos que ha habido en el proceso de liberación como para todos los que han luchado por la libertad del proletariado. Y también la pedimos para cualquier futuro militante que vaya a luchar a favor de estas condiciones. Entendemos que hasta que se estructure el Estado socialista va a haber represión política para el proletariado que luche por su liberación y por eso la amnistía es una reivindicación política actual y vigente.
Unai Martínez: Se decía que con el nuevo ciclo la conflictividad iba a bajar y la represión iba a ser algo del pasado, pero lo que vemos es que la represión adquiere otras formas. Lo que estamos viendo es que hay medidas antiproletarias, como la Ley Mordaza, que el acoso policial sigue presente… y que la lucha revolucionaria siempre se enfrentará a la represión.
La Euskal Herria libre y socialista por la que aboga EHKS es, utilizando estos términos, similar a la que ha pedido siempre la Izquierda Abertzale. ¿Cuáles son las diferencias entre una y otra?
Unai Martínez: En Euskal Herria la voluntad nacional de los trabajadores y los elementos culturales propios están oprimidos. En ese sentido, defendemos el derecho de autodeterminación de la clase trabajadora vasca a formar un Estado socialista propio. Eso solo lo vemos posible si se desarrolla junto a un proceso político que va más allá a nivel internacional. Hay que generar un Estado socialista internacional para que se pueda crear un Estado socialista vasco. Los partidos políticos autonomistas están integrándose en el Estado y son incapaces de desarrollar un proceso de ruptura y formar un Estado burgués vasco.
Ane Ibarzabal: Nuestro proceso de autodeterminación tiene claras diferencias con los que se han planteado hasta ahora. Planteamos que sea una autodeterminación de clase, no interclasista, es decir, que la decisión de la autodeterminación se le ofrezca al proletariado vasco. Ese proceso se dará necesariamente con una organización del proletariado independiente a las instituciones, la cual abandere todo el proceso de la constitución del Estado socialista vasco y no mediante una puja para conseguir mejores derechos a nivel autonómico.
“Los partidos políticos autonomistas están integrándose en el Estado y son incapaces de desarrollar un proceso de ruptura y formar un Estado burgués vasco”
EH Bildu pelea en el Congreso por ser el grupo vasco más influyente y aspira a ser la formación más votada en las próximas elecciones autonómicas. También ha cambiado de estrategia al sacar de sus cargos más importantes figuras históricas relacionadas con los años del terrorismo. ¿Qué os parece este movimiento?
Ane Ibarzabal: Ahora su política central está dentro de las instituciones, que reúne a una masa electoral y no a una base social que sea políticamente activa y transformadora, además han ganado posición como 'buenos gestores' frente al PNV. Ofrecen una cara renovada, un relevo generacional al votante de la formación jeltzale, que se ha cansado de su forma de gobernar. EH Bildu intenta ganar unas cuotas autonómicas en Euskadi y Nafarroa pero sin lograr ningún cambio dentro de la sociedad de clases. Su objetivo es ser el representante de las clases medias de Euskal Herria. Es importante la expansión de la conciencia socialista dentro de las masas y no tanto generar un apoyo electoral que no es un motor real para el cambio.
¿La Izquierda Abertzale os ha vetado colocar una txosna en Aste Nagusia de Bilbao? ¿Os quieren fuera de los espacios populares y culturales?
Unai Martínez: El Mugimendu Sozialista supone para ellos un desafío a la hora de poseer hegemonía política en la calle, por lo que estamos en el punto de mira de su estrategia. Paradójicamente lo que dicen en público es que nosotros no suponemos ningún peligro para ellos o que estamos condenados a la irrelevancia política, pero, por otro lado, lo que vemos es que cada día intentan obstaculizar nuestra actividad política de distintas maneras. Públicamente nos acusan de sectarismo, machismo, españolismo y luego nos vetan políticamente en muchas txosnas para cortar nuestra financiación, porque somos un movimiento autoorganizado y autofinanciado que no recibe ingresos a través del Estado o de las empresas privadas. Atacan directamente ese medio para golpearnos económica y políticamente. A eso hay que sumarle los obstáculos permanentes en los ayuntamientos y sus intentos por intoxicar el ambiente.
Ane Ibarzabal: Esto genera una cultura política peligrosa en toda Euskal Herria. Nos han vetado en Hernani, Deusto, Bilbao, Gasteiz… Esta negativa a colocar nuestras txosnas, que ha sido un lugar abierto para los actores políticos que no tenían una financiación institucional, vulnera las libertades políticas a través de falacias que no están argumentadas. Con el objetivo de apartarnos o marginarnos lo que están generando es una cultura política basada en la irracionalidad y eso es un tanto peligroso. Se normaliza negar los derechos políticos de algunas organizaciones que pueden pelear la hegemonía a la Izquierda Abertzale. Ya que entendemos que es la IA el impulsor de la estrategia del veto en distintos puntos de Euskal Herria.
¿El bertso de despedida de Gorka Pagonabarraga en la final de bertsolaris de Bizkaia dando la bienvenida a Kontseilua es un ejemplo de que la lucha cultural que se ha puesto en marcha? En ese caso además, muy significativo, ya que ese espacio ha estado históricamente copado por perfiles nacionalistas y de la Izquierda Abertzale.
Ane Ibarzabal: El movimiento socialista siempre ha reivindicado un compromiso sobre los elementos culturales (siempre y cuando no estén basados en ninguna opresión) y hacia el euskera en particular. La mayor parte de la militancia del MS se ha educado desde joven en elementos culturales propios de Euskal Herria y en ese sentido toman parte en distintas expresiones de ello. Esa final era una plaza de reivindicación para Gorka y la utilizó muy bien. Si el mugimendu puede tener un lugar en el bertsolarismo, me parece necesario utilizar ese espacio, en este caso con más de 4.500 personas, para reivindicar el comunismo y la militancia política. Entendemos que la expansión cultural del comunismo, es decir, la forma de entender y mirar el mundo desde una óptica comunista, es primordial para conseguir una hegemonía del proyecto. Y eso exige necesariamente hacerlo en todos los aspectos del día a día. Tanto en distintas expresiones artísticas como en los puestos de trabajo o cuando se reivindican los derechos políticos.
“La Izquierda Abertzale dice que estamos condenados a la irrelevancia política, pero cada día intentan obstaculizar nuestra actividad”
El Mugimendu Sozialista cuenta con jóvenes universitarios provenientes de familias de clase media. Este es también el perfil electoral mayoritario de la izquierda vasca, al margen de los sujetos inmigrantes, feminizados y racializados que componen sus clases más bajas. ¿Cómo se ha trazado la estrategia para dirigirse a ese proletario? ¿Cómo vais a trascender vuestra composición sociológica mayoritaria actual?
Unai Martínez: El movimiento cuenta con una sociología diversa y aunque algunas personas puedan tener unas familias de clase media, eso no significa que el militante forme parte de la clase media y que sea capaz de reproducir esas condiciones de vida. Su presente laboral y vital tiene condiciones proletarias. En los últimos años hemos trabajado con distintos sectores proletarios. Desde Itaia, por ejemplo, con mujeres trabajadoras en el sector de la limpieza. También se han realizado procesos similares desde el sindicato de vivienda o desde los grupos de autodefensa laboral… Nuestra intención es ir de manera progresiva y gradual politizando a todos esos sectores proletarios.
Ane Ibarzabal: El Kontseilu Sozialista pretende ser un espacio donde cada uno pueda aportar a la militancia en función de sus capacidades y según sus condiciones de vida. Así, espera generar dentro de la organización distintos niveles de compromiso siempre y cuando se siga expandiendo la conciencia socialista. Esta es la primera vez que hemos publicado un programa intergeneracional.
Comunismo
Mugimendu Sozialista Euskal Herriko Kontseilu Sozialista emerge como partido para “la hegemonización del comunismo”
¿Cuál es el motivo que lleva al Mugimendu Sozialista a marcar distancias con otros tejidos militantes? Los sindicatos de vivienda, la lucha contra la mercantilización de los cuidados, etc., ya partían de una sensibilidad y doctrina comunista, aunque quizás más difusa. ¿Qué ha traído el MS que lo hace tan diferente?
Ane Ibarzabal: No se marca una distancia con todos los sindicatos de vivienda, de trabajadoras o de mujeres migrantes. Nuestra labor es una lucha más integral que genere cambios reales para la superación de ese problema que es estructural. Eso no significa que no se pelee por mejoras concretas, pero siempre dentro de un horizonte socialista. Hay organizaciones con las que sí se marcan líneas rojas por estrategias incompatibles, pero hay muchísimas con las que no. Aunque no haya un 100% de vinculación ideológica sí que se puede trabajar para trazar una mejora conjunta en las condiciones políticas del proletariado.
¿Cómo se afronta la tarea de hegemonizar el comunismo entre los trabajadores asalariados sin sindicatos laborales al estilo de ELA, LAB, UGT o CCOO?
Unai Martínez: Una de las tareas más importantes que tenemos es organizar el puesto de trabajo en la producción. Contamos con un esbozo de respuesta a eso en el documento estratégico, porque creemos que hay que organizarse en el ámbito de la producción. Por varios motivos. Por ejemplo, para crear una democracia proletaria dentro del puesto de trabajo y crear un poder que alimente de manera técnica el proceso revolucionario…No tenemos una respuesta concreta pero sí que es una tarea urgente. De momento lo que hacemos es crear grupos de autodefensa laboral que denuncian los abusos, la pérdida de derechos con sectores que quedan al margen de los sindicatos como personas sin contrato.
Para el Mugimendu Sozialista las medidas que promulgan los demás grupos feministas se engloban en programas reformistas que abogan por la libertad individual en lugar de la unión estratégica. De hecho, en diversas ocasiones Itaia ha convocado manifestaciones y encuentros al margen de otros grupos a raíz de una misma cuestión. La huelga general socialista visualizó esos desencuentros.
Ane Ibarzabal: La mayor diferencia que plantea Itaia, y es de donde vienen estas desavenencias, es la reivindicación de un programa para la liberación de la mujer trabajadora. Hoy en día la mayoría de los programas feministas están copados por la problemática de la mujer de clase media y resulta que quien sufre opresión de una forma más brutal es la mujer trabajadora. Para nosotras la huelga general es una herramienta del proletariado para luchar por sus derechos y es legítimo que Itaia llamara a la huelga porque siempre ha defendido la cuestión de los cuidados como uno de los ejes principales en la opresión de la mujer. Supone una carga adicional en el hogar, pero también en la esfera productiva estos trabajos caen sobre nosotras. Después de unos años reivindicando los derechos económicos y políticos de la mujer trabajadora era legítimo ir a la huelga.
“La mayor diferencia que plantea Itaia, y es de donde vienen las desavenencias, es la reivindicación de un programa para la liberación de la mujer trabajadora”
Esa liberación de la mujer trabajadora llegaría con la consecución de un sistema socialista, ¿pero hasta ese momento como se debe actuar? ¿Los programas reformistas son la única opción?
Unai Martínez: El Movimiento Socialista tiene que ser el germen de una sociedad sin opresiones, y su crecimiento debe traer consigo el empoderamiento y la liberación de la mujer trabajadora. Además, hasta la creación del estado socialista lo que hay que hacer es poner las condiciones políticas, económicas y culturales para ir dando pasos en esa dirección, y no reforzar los aparatos del estado e intentar generalizar la idea de que el Estado es un agente para la transformación social. Toda esa forma de entender la política está provocando que abandonemos la ideología revolucionaria, reforzar el estado capitalista y desplazar hacia la derecha el eje de la política.
Ane Ibarzabal: Es importante cualquier mejora que pueda tener el proletariado pero lo principal es el empoderamiento de la mujer trabajadora y que esta se organice dentro de una estrategia socialista que implique la superación de su opresión. Itaia, en ese mientras tanto, está politizando a masas de mujeres trabajadoras, generando un programa de liberación de la mujer y consiguiendo mejoras en las condiciones de vida y laborales.
Juventud
Gazte Koordinadora Sozialista “Masa handiek aldaketak egin ditzaten eszenatoki politiko egoki bat sortu behar dugu eta horretarako garrantzitsua da mobilizatzea”
¿Existe una estructura organizada entre todos los grupos socialistas estatales y se ha hablado de una actualización de la dimensión de escala territorial del partido? ¿Y a nivel internacional?
Ane Ibarzabal: La ruptura de la UJCE nos parece bastante lógica porque el Partido Comunista de España (PCE) está totalmente burocratizado e integrado en los aparatos del Estado. Nosotros vemos bien cualquier ruptura que se dé dentro de las líneas de querer generar el movimiento socialista más amplio. Respecto a los demás movimientos que se están generando en Catalunya, Valencia… en distintas partes del estado español sí que hay un horizonte compartido por la construcción del partido comunista a nivel europeo. Tienen todo nuestro apoyo en el desarrollo de sus actividades. En ese mismo proceso entendemos que cada territorio tiene sus particularidades y cada destacamento comunista tiene que responder a ellas. Una de las proyecciones es que haya una organización más allá de las estructuras estatales. Nuestras miras están puestas en Europa.
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Aún sabiendo que este sistema de representación NO es nada del otro mundo, estamos metidos en él y las reglas del juego están marcadas por el franquismo, su constitución del 78 hecha por ministros como Fraga y mayoría de derechas.
Para combatir los Estados de Excepción, nacieron varias organizaciones armadas, las cuales NO acabaron con casi nada. ¿Nos echamos al monte?
El comunismo es el final de todo socialismo. ¿Es el P$0E socialista? Hacer batallas con un cubata en la mano. . .¿dónde pones las prácticas? Ni los comunistas hablan de comunismo, claro te tienen que votar y eso dice. . .¡Que se tiene que participar con las mismas reglas.
En Euskal Herria, nadie quiere volver atrás. Es mi humilde opinión.
Eso de cambiar las instituciones desde dentro de las instituciones, como dice jamfribogart, se ha intentado pero se produce una simbiosis y realmente los que cambian son los que entran. A mi me suena como algo que se hace desde arriba, desde una minoría y, si en algún momento se lleva a cabo una consulta a las bases, al final los resultados de maquillan para dar la razón a esa minoría. ¿Ejemplos? Hay tantos..., pongamos uno: la táctica "entrista" de CCOO, aquello de entrar en las instituciones franquistas para subvertirlas. ¿El logro? Lo que entró fue la burocracia en CCOO, y ya no se marchó. Eso es lo que se consigue.
Es evidente que habrá que ensayar otras fórmulas.
Si no se puede cambiar el sistema por dentro, entonces olvídense de derribarlo (o incluso presionarlo) desde fuera: Las fuerzas policiales-militares y los servicios secretos (a.k.a. "el estado real") se han vuelto a prueba de revoluciones, por lo que jamás serán derrocados por la sociedas civil
Eso de cambiar desde dentro ya se ha intentado mil veces y ninguno a vuelto... tampoco esta va a ser la excepción.
Las instituciones no se cambian, cambian al que entra, quizás porque los mas honestos se encuentren en aquellos que no aspiran a cambiar las cosas desde dentro y allí vayan los que son todo humo y más corruptibles en su foro interno aunque vayan de lo contrario.
Y si por un casual hubiera alguna excepción, ya se encargaría el sistema de eliminarlo, porque no hay que olvidar que jugar con las reglas del sistema es jugar con las reglas que han creado los que están ahí arriba.Saludos..
Será un mal sistema, pero si NO estás dentro de él. . .¡NO puedes conseguir subir la pensión el 8,5! Los jubilados sabemos eso por que: "Más sabe el diablo por viejo, que por diablo". Falange, tenía algún punto de "anarquismo".
Todos los que nos representan, NO entran con el ideario del partido, lo usan de pantalla hasta estar dentro y ya sies caso. . .¡A medrar! NO todos, bastantes.
Pues no le falta a usted razón, y lo sé por experiencia cercana. El sistema aplasta sin piedad a quien intente cambiarlo.