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Música
Cooperativa La Divergente, o cómo conservar un oasis de cultura independiente en pleno corazón de Toledo
Sábado 22 de julio, concierto en directo. Viernes 21 de julio, otro concierto, el 17 de julio, un concierto más, el 13 de julio un recital, el 7 de julio un mercadillo de arte, el seis de julio una sesión de Slam. Estas son solo algunas de las actividades que La Divergente, un espacio cultural y social que se ha hecho un hueco en una esquinita de la Plaza Mayor de Toledo ha ofrecido en las últimas semanas.
La selección de actividades no es casual, La Divergente es una cooperativa formada: “por artistas, músicos, escritores, fotógrafos, pintores”, enumeran desde el espacio, pero también “por todo un amplio espectro de la sociedad civil, funcionarios, hosteleros, albañiles, o arquitectos”. Una sumatoria de personas que en mayo de 2022 consiguieron abrir este local por donde, siguen las enumeraciones, se pueden ver “grupos de rock, cantautores, danza, cuentacuentos, cine, presentaciones de libros, charlas sobre memoria histórica, sobre diversos temas de actualidad, exposiciones de fotografía, charlas en francés y en inglés, payasos…”.
“Llevamos un año trabajando y demostrando la necesidad de un espacio de cultura colectiva en la ciudad de Toledo y en concreto en su casco viejo”
Tener un lugar en el casco antiguo de Toledo no se hace solo, se hace con amigas y compañeros, son 87 cooperativistas, 87 personas que se implicaron con este centro social, no es poca cosa en una ciudad del tamaño de Toledo, apunta Carlos Ávila. Este cantautor y poeta está entre ese montón de gente que hace ya más de un año se animó a aportar por un “proyecto diferente y osado”, como explican desde La Divergente en el crowdfunding que abrieron hace unas semanas para pedir un impulso que garantice la continuidad de su propuesta.
Y es que, como saben tantas cooperativas y propuestas de cultura alternativa, trabajar desde la independencia y la autogestión tiene un costo que no siempre se puede pagar. “Llevamos un año trabajando y demostrando la necesidad de un espacio de cultura colectiva en la ciudad de Toledo y en concreto en su casco viejo”, defienden desde La Divergente su trayectoria, esperando que quienes la visitan a menudo o creen en el proyecto, pongan un granito de arena para poder llegar al mínimo de 9.000€ que marcan en su crowdfunding.
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“Hemos dado mucho que hablar y estamos muy contentos por ello”, explica Ávila. Como otras iniciativas autogestionadas el bar es fundamental para La Divergente, “pero es mucho más que un bar”. De hecho, son en realidad los conciertos los que más hacen por el sostenimiento del bar, pero necesitan insonorizar el espacio, cambiar puertas y ventanas por unas que no solo se adecuen a las necesidades técnicas sino que también respeten la normativa urbana del espacio en el que están: un casco histórico. Las obras que necesitan para obtener definitivamente la licencia son mucho más costosas de lo que esperaban, a ello se une la necesidad de ir saldando las deudas en las que incurrieron para lanzar La Divergente.Seguramente, hubiera sido más barato ubicarse en algún otro barrio fuera del centro de la ciudad, como en su día lo estuvo La Internacional —un espacio donde se congregaba mucha de la gente que ahora conforma la Divergente y que tuvo que cerrar sus puertas con la pandemia, dejándoles “un poco huérfanos”, pero, explica Ávila, la apuesta de estar en el centro era importante. “Nos parecía muy injusto que todo el movimiento cultural que tenemos y que movemos estuviera invisible a los ojos de muchísimas personas que pasean por el casco antiguo,es una manera de decir: estamos aquí. Toledo no es solamente una postal. Nosotros queremos hacer ciudad”. Frente a la gentrificación y la turistificación como destino único de los centros de las ciudades, la cooperativa quiere conservar su plaza.
Para Ávila un lugar como la Divergente “donde se pudiera debatir todo tipo de cuestiones, donde cualquier persona llega y dice oye, propongo hacer esto y se hace, un espacio que todo el mundo lo considera la casa de todos” era necesario en la ciudad
Sostenible vs rentable
Para Ávila un lugar como la Divergente “donde se pudiera debatir todo tipo de cuestiones, donde cualquier persona llega y dice oye, propongo hacer esto y se hace, un espacio que todo el mundo lo considera la casa de todos” era necesario en la ciudad. No aspiraban a que fuera un espacio rentable, porque, subraya Ávila, no todo tiene que ser rentable. “Buscamos la sostenibilidad intentando encontrar el equilibrio”.
Para lanzar el crowdfunding tuvieron que darle una vuelta, “a mí me da un poquito de palo, por decirlo de alguna manera, el hecho de decir, jo, vamos a pedir ayuda económica”, desarrolla el integrante de La Divergente. Falta asumir que para sostener espacios libres, espacios propios, es necesario dinero, se resigna. Es a partir de esta constatación que desde la cooperativa han superado los reparos y llevan unas semanas intentando sumar apoyos para enderezar el proyecto, ahora están en la recta final, seis días para sumar los casi 4.000€ que les separan del mínimo, aunque con la mirada puesta en acercarse al óptimo, una cifra que les permitiría afrontar el futuro con algo más de serenidad.