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Ocupación israelí
Juana Ruiz, cooperante presa en Israel: “En la cárcel me dejo las mejores amigas del mundo”
El pasado 7 de febrero fue el comienzo del final de la pesadilla para Juana Ruiz Sánchez, la cooperante española encarcelada por Israel y que fue puesta en libertad condicional con cargos después de un periplo judicial lleno de irregularidades y largos períodos de interrogatorio.
300 días desde que esta trabajadora humanitaria, conocida por todos como Juani Rishmawi, fuera detenida el 13 de abril de 2021 por parte del ejército de ocupación israelí en su vivienda, en la pequeña localidad palestina de Beit Sahour, al sur de la ciudad de Belén.
Hasta allí nos hemos desplazado para ver cómo se encuentra y cuáles son sus planes de futuro.
Si algo define el sistema de apartheid que Israel impone sobre la población palestina es su política de detenciones y prisiones. En la actualidad, según la organización de derechos humanos Addameer existen 4.450 presos políticos en las cárceles de la ocupación. Entre ellos, 160 menores y 32 mujeres.
Una red de prisiones que supone todo un sistema de opresión y castigo colectivo a la población palestina bajo ocupación. Un crimen de guerra, tal y como estipula la IV Convención de Ginebra y que sigue siendo la herramienta fundamental de Israel para mantener bajo control a los palestinos que resisten la ocupación.
En esa red de prisiones rige la ley marcial, la misma que le aplicaron a Juani Rishmawi a pesar de tener ciudadanía española. A pesar de todo, ha vivido buenos momentos: “En la cárcel me dejo las mejores amigas del mundo, mi otra familia, la que he tenido durante 9 meses. La que me ha mimado y me ha cuidado. He encontrado personas maravillosas ahí dentro”.
Una detención ilegal que la mantuvo sin cargos ni juicios durante meses y que no ha podido demostrar la financiación ilegal de grupos armados, tal y como pretendía hacer Israel.
Mientras aguardaba en prisión, el movimiento de solidaridad con Palestina en España se movilizó para forzar al gobierno español a actuar. Se organizaron decenas de manifestaciones en todo el territorio estatal, y desde el parlamento vasco al Ayuntamiento de Barcelona, mostraron públicamente su solidaridad con la presa española. Sus hijos fueron clave en todo esto, recalca Juani, organizando hasta un crowdfunding para sufragas los costes legales de su abogado. “No sé qué habría hecho sin ellos. Lo que han conseguido ha sido admirable”.
Juani Rishmawi está feliz, sonríe a carcajadas, como solía hacer y no se separa de su marido, el gazatí Elías Rishmawi, quien descubre a través de esta entrevista cosas nuevas sobre su periodo en prisión. “Parece que estoy bien, pero estoy destrozada por dentro. Necesito ir a España para recuperar fuerzas” subraya al término de la entrevista. A finales de mayo ya podrá viajar y poder ser, como ella afirma, la voz de todas esas mujeres que siguen en una cárcel militar israelí esperando su libertad.
El tema musical que acompaña este podcast es Palestine, de Homeless Balloon, y se encuentra bajo licencia creative commons.