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Personas refugiadas
Japhet, refugiado del Aquarius con suerte
Tiene 29 años. Nació en Camerún y el 2017 decidió salir del país por los problemas que le estaba causando su orientación sexual. El destino elegido era Argelia, pero nunca llegó a poner los pies allí. Fue vendido como esclavo, encarcelado, torturado, liberado y lanzado al Mediterráneo. Y puede contarlo. Japhet Bruchel Ntouba cree que, a pesar de todo, tiene buena estrella: “Tuve suerte y pude pagar mi salida de la cárcel libia, si no, me hubieran pegado durante meses y después me hubieran obligado a trabajar en el campo sin descanso”. Si historia es casi un milagro.
Japhet es uno de los 629 refugiados que el 16 de junio de 2018 llegaron en una de las tres embarcaciones de la flotilla del buque de rescate Aquarius después de una semana en el mar. A finales de julio, ponía los pies en Mallorca. Le acompañaban 16 personas más. A día de hoy, quedan cinco. A tres de ellas, entre las que se encuentra, les han concedido el Estatuto de Refugiado y eso significa que gozan de los mismos derechos que cualquier ciudadano español. Los otros dos refugidos están a punto de conseguir el Arraigo Social. Del resto, doce, sabe que viajaron a Francia, Bélgica y Alemania.
La integración a la sociedad mallorquina no ha sido fácil, pero cuenta con la ayuda de los voluntarios de la Plataforma les Balears Acollim, que le han conseguido una vivienda y se han convertido en su primera red de amistades. Está agradecido, a la vez que no puede olvidar la dureza del largo viaje hasta Europa. En su odisea atravesó andando el Sáhara y navegó a la deriva en pleno Mediterraneo. En el barco, hacinado junto a un centenar de personas, Japhet pensaba pensaba en la muerte: “Nos mandan a morir. No se puede sobrevivir en el mar sin agua, comida ni combustible. Dos días después de salir de Libia no hacía más que rezar. Me decía a mí mismo que eso era todo. Pero tuvimos suerte, otra vez la suerte, y vimos un helicóptero italiano por encima de nuestras cabezas. Entonces pensé hoy no voy a morir. Y aquí estoy”.
Su historia es una lección de vida y nos recuerda el papel que los ciudadanos tenemos para que se apliquen soluciones al drama de los refugiados. “El foco debe ponerse en África”, considera Japhet, y recuerda que “los europeos llegaron a nuestro continente con la Biblia, cerramos los ojos para rezar con una mano encima de ella y, cuando los abrimos, la tierra era suya”. Su voz se erige también como el grito de los que han perecido sin dejar siquiera un rastro.
La música que acompaña este podcast se encuentra bajo la licencia creative commons. Por orden de aparición, los temas son los siguientes: Seagull, de Heinali, Postcard from Hell, de John Woodward, Refugee, de Naturalbodyartist, y Fusion, de Luis Alfonso.