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Alemania
Conservadores y SPD proponen un difícil acuerdo de Gobierno en Alemania
Tras más de tres meses de conversaciones, la cúpula de los partidos conservador y socialdemócrata alemanes han llegado a un acuerdo para formar una nueva coalición de gobierno con la conservadora Angela Merkel como canciller. El pacto para impulsar el cuarto mandato de Merkel ha sido anunciado la mañana del viernes por la propia presidenta en funciones, el líder de los socialdemócratas, Martin Schulz, y el presidente del partido hermano de los conservadores en el Estado de Baviera, el socialcristiano Horst Seehofer.
El principio de acuerdo está basado en un programa de gobierno de 28 páginas consensuado tras cinco días de negociaciones. Hasta que el Partido Socialdemócrata (SPD) no respalde el acuerdo de sus líderes en el congreso del próximo día 21, la reedición de la llamada Gran Coalición entre ambas formaciones no es en absoluto segura.
Tras haber apoyado a Merkel en dos de sus tres legislaturas como canciller, el SPD cosechó en las elecciones de septiembre su peor resultado desde la fundación de la República Federal Alemana en 1949. Estas elecciones también supusieron un hito por abrir la puerta del parlamento a los nazis del AfD (Alternativa por Alemania) como tercera fuerza más votada; el AfD ganó presencia en circunscripciones de tendencia más socialdemócrata.
La incertidumbre de un nuevo acuerdo es, por lo tanto, alta para el SPD. Kevin Kuehnert, el jefe de los ‘jusos’, la rama juvenil del partido, ha anunciado una gira por todas las federaciones para inclinar la balanza en contra del acuerdo de cara al Congreso del día 21. Otro factor en contra del pacto es que Martin Schulz excluyó una nueva gran coalición durante la campaña electoral.
Una gran coalición para controlar la UE
Pero las presiones de sus bases y sus dirigentes no es la única para los socialdemócratas. El papel de Alemania como principal potencia política y económica de la Unión Europea hace que más semanas sin gobierno o una nueva cita electoral resulten menos preferibles para los dirigentes que una gran coalición. En 2018 se cierra el acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea o se discute el relevo de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo, por mencionar sólo dos citas marcadas con grandes letras en la agenda alemana.
El pacto anunciado hoy incluye de hecho tantas medidas de política europea o internacional como medidas de política interna -la frontera entre ambas es de hecho porosa en la política alemana-. Así, CDU y SPD se comprometen a impulsar junto con Francia un nuevo acuerdo económico para la UE que incluya, entre otras medidas, acuerdos sobre programas sociales y de inversión específicos que sienten las bases de un presupuesto común europeo, todo con el objetivo declarado de “fortalecer el euro” frente a previsibles nuevas crisis.
Además, conservadores y socialdemócratas ven posible acelerar las negociaciones para la entrada de Turquía en la Unión Europea y limitar las exportaciones de armas; quieren de hecho prohibirlas inmediatamente en el caso del conflicto del Yemen.
En el plano interno, la gran coalición se fija el objetivo de llegar a un porcentaje del 65% de renovables en las fuentes de energía para el año 2030 y la prohibición de cultivos de organismos genéticamente modificados, medidas cuyo alcance conviene poner en sordina dada la caída de los Verdes de las conversaciones para formar gobierno el pasado octubre.
En lo económico, la propuesta es continuista y mantiene el tono de la austeridad: progresiva retirada de los fondos de reequilibrio territorial para las regiones deprimidas del este, contención de la deuda y del gasto coherente con una anunciada congelación de impuestos.
La reacción del euro da una idea de las expectativas: la moneda europea ha escalado a máximos de tres años y se ha cambiado por 1,21 dólares.