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Crisis climática
Mucho ruido y pocas nueces: el norte no aporta el dinero para la adaptación climática del sur
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
La semana comenzaba con buenas noticias para la lucha climática. John Kerry, el enviado especial de Estados Unidos a la Cumbre de Adaptación Climática, celebrada telemáticamente los días 25 y 26 de enero y organizada por los Países Bajos, oficializaba con su presencia la vuelta de la segunda nación más contaminante del planeta al regazo del Acuerdo de París. “Regresamos, me gustaría que lo sepan, con humildad por nuestra ausencia de los últimos cuatro años y haremos todo lo podamos para compensarlo”. El envío de un peso pesado como Kerry, candidato demócrata a la presidencia estadounidense y ex secretario de Estado en la administración de Barack Obama, era un mensaje en sí mismo.
Pero a medida que avanzaba la semana, las buenas noticias se irían truncando. Mientras el 21 de enero António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, celebraba la vuelta yanki a París, cuatro días después, en su intervención en la Cumbre de Adaptación Climática 2021, pedía que el 50% del total de la financiación climática se destinase a la creación de resiliencia y adaptación a los efectos de un planeta que se calienta. “La adaptación no puede ser la mitad descuidada de la ecuación climática”, señalaba, recordando además el reciente informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente por el que se calcula que los costes anuales de la adaptación solo en los países e desarrollo se sitúan en torno a los 70.000 millones de dólares anuales, cifras que pasarían a entre 140.000 y 300.000 millones en 2030 y 280.000 y 500.000 en 2050.
Patata caliente
La adaptación de la economía y las sociedades al clima, y más concretamente los fondos para la misma, que los países del norte global —causantes históricos de la emergencia climática— deberían poner sobre la mesa para que las naciones con menos recursos puedan hacer frente al desafío, es uno de los escollos principales en las negociaciones sobre la crisis planetaria.
La última Cumbre sobre el Clima de Madrid (COP25) no fue una excepción, y fue aplazado una vez más el refuerzo de instrumentos como el Fondo Verde para el Clima y el Fondo de Adaptación, así como la creación de un fondo para el Mecanismo Internacional de Varsovia sobre pérdidas y daños. Todas estas estructuras constituyen las principales herramientas para que una transición ecológica justa no se cargue sobre los países y los sectores con menores recursos. Su no concreción fue uno de los mayores fracasos de la cumbre.
COP25
Los grandes contaminadores bloquean el acuerdo final de la COP25
EE UU, China, India, Brasil y Sudáfrica, entre otras naciones, se cierran a la adopción de consensos para poner en marcha el Acuerdo de París y acelerar la reducción de emisiones global. Es más, las ONG denuncian que incluso podría rebajarse la ambición planteada en 2015 por dicho Acuerdo. El movimento por el clima ya habla abiertamente de “fracaso de la cumbre”.
Oxfam señala que los países donantes proporcionaron, de media, unos 60.000 millones en 2017 y 2018, remarcando que “el 80% fueron préstamos a devolver en lugar de subvenciones”
El compromiso adquirido por casi medio centenar de países, entre los que se encuentra España, es aportar anualmente 100.000 millones de dólares desde 2020 para la adaptación de los países en desarrollo. Sin embargo, como denuncian este jueves desde Alianza por la Solidaridad-ActionAid, “los países que se han reunido esta semana en la Cumbre de Adaptación Climática están lejos de aportar los fondos necesarios que ayuden a financiar las acciones para adaptarse al cambio climático en los países empobrecidos”.
Los datos que maneja la ONG Oxfam señalan que los países donantes proporcionaron, de media, unos 60.000 millones en 2017 y 2018, remarcando que “el 80% fueron préstamos a devolver en lugar de subvenciones, aumentando así la deuda externa de los países más afectados por el cambio climático”.
Intensificar esfuerzos
Si bien la opacidad y complejidad de este tipo de transacciones no permitirán conocer datos corroborados sobre la financiación de la adaptación climática en 2020 al menos hasta 2022, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó en noviembre un informe que cifra en 78.900 millones de dólares la financiación climática proporcionada 2018 por los países desarrollados, un 11% más que los 71.200 de 2017 pero lejos aún de los 100.000 millones planteados. De la cifra relativa a 2018, 64.300 millones vinieron desde la financiación pública, mientras 14.600 llegó desde manos privadas.
Al igual que destaca Alianza por la Solidaridad, la OCDE alerta de que entre 2013 y 2018 los préstamos en la financiación pública han pasado de suponer un 52% a un 74%
“Los donantes deben intensificar urgentemente sus esfuerzos para ayudar a los países en desarrollo a responder a los efectos inmediatos de la pandemia e integrar las acciones climáticas en la recuperación de cada país de la crisis de covid-19 para impulsar un crecimiento económico sostenible, resiliente e inclusivo”, señalaba entonces Angel Gurría, secretario general de la OCDE.
El informe destacaba que el 70% de la financiación de 2018 se destinó a actividades de mitigación del cambio climático, mientras que el 21% fue a parar a la adaptación y actividades transversales. La mitad de los fondos se destinaron a infraestructuras económicas, principalmente a energía y transporte. Al igual que destaca Alianza por la Solidaridad, la OCDE alerta de que entre 2013 y 2018 los préstamos en la financiación pública han pasado de suponer un 52% a un 74%.
Suma y sigue
A la vista de la falta de fondos, y a pesar de la creación de la Agenda de Acción de Adaptación, un instrumento “que servirá de guía durante los próximos años para acelerar la acción de adaptación”, apuntan desde la organización del encuentro, la Cumbre de Adaptación Climática no ha conseguido sus objetivos. “Debía haber servido para dinamizar los mediocres esfuerzos de adaptación que están poniendo en marcha, pero lo que se ha puesto de manifiesto una vez más es que hay una gran carestía de recursos en el sur global para poner en marcha soluciones, especialmente a nivel local en las comunidades que están en la primera línea del impacto del cambio climático”, denuncian desde Alianza por la Solidaridad.
De hecho, la ONG va más allá y remarca el informe de la organización independiente Climate & Development Knowledge Network, que destaca que solo el 10% de la financiación climática actual llega a las poblaciones locales, además de resaltar las dificultades que tienen las instituciones para acreditarse y poder conseguir los fondos.
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Hey, cuando comenté en metáforas (para que todos aquí me entendieran) lo de pensar -o soñar- (o poner a un superprocesador a hacer lo mismo) para lograr una teoria del todo o unificada, también me refería a poder lograr algún día el poder encontrar vacunas y curas (para acabar con las pandemias del futuro). De ahí mi anhelo y deseo de formación para estudiantes que no tienen esa capacidad económica. Ojalá encontremos también una energía barata con esa teoría. Las metáforas no son lo mio, pero deseo que todos lo entiendan y esas cosas del boson unidimensional y demás me cuesta comprenderlas, Ojalá la universidad para mayores de 25 y a distancia avancen en esa dirección.