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Opinión
Cómo Hegel y Lacan inventaron el andalucismo
Tengo la tesis de que tanto Hegel como Lacan inventaron, o por lo menos, describieron los pasos por los que cualquier movimiento social o político deben pasar para tomar conciencia de sí mismos y poder lograr su objetivo más fácilmente. Esta tesis me recuerda a la expresión italiana se non è vero, è ben trovato: “Aunque no sea cierto, bien pensado está”. Así que, ¿es esta tesis un arranque de ingenio, una completa locura o tras estas palabras se oculta una verdad?
Comencemos pues con el primero de los dos guías, el psicoanalista Jacques Lacan y su estadio del espejo. El psicoanalista francés explica esta fase en su libro Écrits. En dicho libro argumenta cómo los niños, entre la edad de seis y dieciocho meses de edad tiene la capacidad necesaria para autopercibirse como un ser completo. El proceso se realizaría de la siguiente manera: antes de que se diera el estadio del espejo, los niños solamente son capaces de percibir miembros aislados de su cuerpo e independientes, es decir, no tienen la capacidad de comprender la relación entre todos sus miembros. De este modo, sienten angustia al no poder entender por qué sus piernas no se mueven cuando él quiere o sienten que sus brazos actúan de forma independiente a sus otras extremidades. El estadio de resuelve en el momento en el que el niño se observa delante del espejo, comprendiendo finalmente que la figura reflejada es él mismo. Así, observa por primera vez su totalidad como ser, su unidad, desarrollándose el yo psíquico.
Una vez explicado de qué se trata el estadio del espejo, no debería sorprendernos la necesidad de esta instancia en cualquier movimiento social y político. Todo movimiento comienza aislado, desestructurado, angustiado, ya que no entiende el aislamiento entre sus partes. Pero necesita su espejo, necesita un momento en el que gane su consciencia completa, debe de desarrollar su yo psíquico como movimiento. Podríamos comentar lo mismo del movimiento andalucista. Se siente mareado, angustiado, observa cómo sus partes reaccionan y actúan independientemente los unos de los otros, debido a que no comprende su unidad. De este modo, sería necesaria una acción en la que obtuviera su propia conciencia de ser, como puede ser una manifestación u otra acción unificadora. Así, la primera autoconciencia del yo se logra tras el entendimiento y la obtención de una imagen completa del yo psíquico a través de una imagen especular que dote del movimiento una conciencia entera de sí mismo.
La dialéctica del amo y el esclavo
Seguimos con el segundo de nuestros guías y el siguiente estadio necesario para la creación de la autoconciencia nos la encontramos en la obra del filósofo alemán. Nos estamos refiriendo al pasaje de la dialéctica del amo y el esclavo, aparecida en el libro La fenomenología del espíritu de Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Al comienzo, ambas conciencias abstractas se encuentran y se observan sorprendidas la una a la otra. En este momento pueden ocurrir dos cosas. O ambas conciencias ignoran a la otra y no se completa la autoconciencia, o bien, observan a la otra conciencia como si fuera un espejo (véase el estadio del espejo lacaniano) y deciden imponer su voluntad sobre la otra conciencia. De este modo, ambas conciencias comienzan una lucha a muerte para reafirmar su voluntad y su yo, pero en el momento en el que alguna de las dos conciencias muera, falla la adquisición de la autoconciencia. Así, el amo emerge como el amo porque antepone su voluntad a la muerte, mientras que el esclavo antepone la vida a la voluntad. En esta situación, el amo no puede matar al esclavo, porque en ese momento dejaría de reconocerse como ama, mas el esclavo debe de reconocer al amo bajo amenaza de muerte de su conciencia. Sin embargo, al estar el reconocimiento del amo supeditado a la existencia del esclavo, y este último proporcionarle los medios de subsistencia del amo, el esclavo se da cuenta que en realidad él tiene la posición del amo, y viceversa.
Por motivos dialécticos, el Estado debe de emerger como amo en la lucha a muerte, y así el andalucismo (como esclavo) tomar conciencia de su propio poder en la relación
La toma de conciencia en los movimientos sociales
¿Cómo deberíamos interpretar este pasaje en los movimientos sociales? Esta pregunta ya la respondió Karl Marx con la lucha de clases; en otras palabras, en la toma de conciencia del papel que toma cada uno en los movimientos sociales y actuar en base a este para la resolución dialéctica del conflicto. La interpretación del pasaje en el movimiento andalucista es incluso más obvia. En el apartado político, las conciencias que se enfrentan son la del andalucismo y la del Estado. Por motivos dialécticos, el Estado debe de emerger como Amo en la lucha a muerte, y así el andalucismo (como Esclavo) tomar conciencia de su propio poder en la relación, revirtiendo la situación al estar el Estado (Amo) esclavizado por el trabajo del andalucismo (Esclavo). Entendemos pues que es necesario que cualquier movimiento social o político alcance su autoconciencia completa (el Geist hegeliano) a través del resurgimiento dialéctico de la lucha por el autoreconocimiento, es decir, la libertad.
En conclusión, entendemos que los pasos para que cualquier movimiento social o político tenga éxito debe pasar por ambas fases en orden estricto. Primero el estadio del espejo, para que la autoconciencia se contemple unida como ser y poder llegar a la siguiente fase sin un conflicto de identidad. Luego tendría que superar dialécticamente el conflicto del amo y el esclavo, para que finalmente pueda emerger como amo en la nueva relación y así obtener la libertad.