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Ilustración
Pepa Prieto Puy, la mirada múltiple
La ilustradora Pepa Prieto se está labrando un camino que se intuye imprescindible para entender el porqué del auge creativo dentro de una disciplina artística impulsada a día de hoy por un ramillete de artistas tan personales como María Ramos, Roberta Vázquez, Teresa Ferreiro o ella misma.
Hace cuatro años, Pepa Prieto Puy volcó sus intereses artísticos en el mundo del cómic y la ilustración. De su paso por toda clase de publicaciones, de las más underground a otras tan prestigiosas como The New Yorker, se está labrando un camino que se intuye imprescindible para entender el porqué del auge creativo dentro de una disciplina artística impulsada a día de hoy por un ramillete de artistas tan personales como María Ramos, Roberta Vázquez, Teresa Ferreiro y la propia Pepa Prieto. Pero ¿quién es Pepa Prieto y dónde comienza su pasión por el noveno arte?
“Hacíamos fanzines de pequeñas, revistas de cotilleos de la clase, cómics de Harry Potter y cosas así. Es algo que estuvo siempre muy presente en mi vida”, recuerda Pepa Prieto
“Por un lado, me viene de familia. Era un poco inevitable que ocurriera en casa. Mi abuelo pintó siempre, tengo otra tía que es pintora y también a una prima tercera, que es como si fuese primera, que también se dedica a esto. Mi padre, al estar metido en teatro y cine, pues también: nos hacía cómics a mi hermano y a mí cuando éramos pequeños. Esto también me influyó mucho. En el colegio conocí a Roberta Vázquez. Hacíamos fanzines de pequeñas, revistas de cotilleos de la clase, cómics de Harry Potter y cosas así. Es algo que estuvo siempre muy presente en mi vida. Desde muy pequeña hice cómics, así que es un medio en el que me siento muy cómoda”, recuerda para El Salto antes de reconocer que, durante los estudios universitarios, se sintió perdida. “Al final, el rollo académico te hace perder casi el punto crítico porque te mete muchas tonterías en la cabeza. Pero en tercero de carrera conocí a Roberto Masó, que también es dibujante, y me motivó mucho para hacer fanzines por mi cuenta. A raíz de eso, comencé a hacer fanzines con gente de Galicia, porque Roberta y Teresa Ferreiro estaban haciendo Bellas Artes allí. Fue una generación brillante. Y surgió casi sola. Teníamos el fanzine Firecream, que fue algo súper motivador para todas nosotras”.
Los caminos abiertos a través de publicaciones como esta fueran acompañados por figuras como Ana Galvañ, autora clave en la visibilización de las generaciones posteriores a la suya, “por medio de una web cómic como Tik Tok Cómics, a partir de la que se descubrieron a un montón de artistas que ahora mismo lo están petando. Pero fue ella quien, desde mi punto de vista, los descubrió. Y fue ella quien tomó la iniciativa de hacer todo este trabajazo”.
“Lo del New York Times y The New Yorker surge porque me escriben ellos. Son cosas que te suben el ánimo porque te dan reconocimiento internacional”, explica la ilustradora
Una de las autoras que participaron en Tik Tok Cómics fue Pepa Prieto, cuya rápida evolución artística le propició dar el salto internacional a publicaciones con la solera de The New York Times y The New Yorker: “Lo del New York Times y The New Yorker surge porque me escriben ellos. Son cosas que te suben el ánimo porque te dan reconocimiento internacional”.
En un paralelismo interdisciplinar, las viñetas de Pepa Prieto cuentan con la puntería y economía narrativa que Robert Bresson destilaba en cada uno de sus planos cinematográficos. Siempre jugando con la profundidad de campo, primerísimos primeros planos, planos detalle e incluso la intimidad del fuera de campo, de forma consciente o no, sus ilustraciones avanzan sobre raíles de dinamismo puro, ya sea en sus detallados cuadros a distancia de la ciudad como en la descripción de personajes que, por momentos, pueden llegar a recordar a un híbrido imposible entre el surrealismo de Magritte, el humor corrosivo de Terry Gilliam y las multitudinarias escenas corales reflejadas por Jacques Tati en films como Playtime (1967).
No hay caminos cerrados en un universo repleto de compuertas abiertas a la versatilidad sin fondo, representadas en el cómic que, actualmente, está preparando: la obra radiografía de su modus operandi, que será publicada por Apa-Apa Cómics, una de las editoriales más fascinantes de lo que representa el cómic underground de hoy, en la cual ya han dejado su huella figuras tan interesantes como Roberta Vázquez, Anna Galvañ y Conchita Herrero.
“Durante la pandemia, los de Apa-Apa se pusieron en contacto conmigo, y ahí vi la oportunidad de hacer algo con lo que animarme, con lo que reírme y una excusa para pasar un rato conmigo misma. Esta idea surge de unas agendas semanales que llevo años haciendo. Yo iba coleccionando las portadas porque sabía que tenían cierto valor artístico, aunque estuviesen hechas rápido y no con los mejores materiales para dibujar. Y empecé a apuntar historias que me venían a la cabeza. Cuando ya tuve unas cuantas, me di cuenta de que podría ser un buen material para un cómic. De ahí surge la idea”, explica la ilustradora, que añade que este proyecto tiene mucho significado para ella. “Hace cuatro años que me dedico enteramente a esto. Con Apa-Apa me estoy atreviendo a sacar cosas que hacía tiempo que no hacía, incluso me pregunto si a veces nos es un poco ridículo, porque algunas historias son incluso muy adolescentes. Pero necesitaba hacer un cómic mío, sin apoyo en el guión. Siempre me gusta tener a gente cercana que me dé su opinión, pero me hace ilusión sacar un cómic yo sola”.
Pero antes de que vea la luz, la agenda de Pepa viene precedida por La Villa Luminosa, proyecto conjunto para el cual se ha aliado junto a un plantel de lujo intergeneracional, con figuras tan interesantes como María Ramos, Elisa Victoria (autora de la aclamadísima novela Vozdevieja) y Ana Galvañ. De su devoción conjunta por un icono de la empresa juguetera Feber como “La Villa Luminosa” de Chabel, surge un cómic-juguete que reconoce los patrones que traducen nostalgia en retorno natural a la diversión desprejuiciada.
“Al principio, este proyecto íbamos a hacerlo María Ramos y yo. Ella estaba fascinada con toda la estética del mundo Chabel, y me lo propuso. Dio la casualidad de que, al igual que ella, yo también tenía esa casa de muñecas cuando era pequeña. Las dos flipamos de que la tuviéramos porque, por generación, no nos tocaba tenerla, pero coincidió así. Enseguida entramos dentro de ese imaginario de colores pastel, de diseños ochenteros y geométricos, súper limpios, maravillosos. Poco a poco, le fuimos dando vueltas al proyecto. Se fue complicando, quisimos meter a más gente. La primera en la que pensamos fue Anna Galvañ porque compartimos más proyectos con ella y las dos admiramos su trabajo. Luego, nos dimos cuenta de que Elisa Victoria era súper fan de la Chabel. Y eso fue ya el descubrimiento máximo. María y yo nos quedamos con la parte más de cómic, que era la idea inicial, y luego Anna Galvañ se unió con la parte del póster, que por el otro lado es una mini-historieta. Elisa aportó unos cuentos que ya tenía, que volvió a revisar e incluso añadió otro nuevo. A lo tonto a lo tonto, llevamos casi cuatro años con este proyecto. Estamos deseando que salga a la luz. Queríamos que fuera en septiembre, pero esperemos que sea ya pronto, en octubre”.
Planes de este calibre definen la perspectiva múltiple de una creadora sobrada de habilidades como para seguir personalizando su trazo único: cromático cóctel de referencias que la reivindica como una de las propuestas a seguir en los próximos años.