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Incendios Forestales
José Antonio Cuadrado: “La Administración ha renunciado a la prevención y apuesta solamente por la extinción”
José Antonio Cuadrado es activista comunitario y ambiental de la comarca cacereña de la Vera y dinamizador de la cooperación vecinal en la prevención y la lucha contra los incendios y por la conservación de los bosques.
Creo que conviene empezar esta entrevista haciendo una reflexión sobre el estado de los bosques en nuestra comarca de La Vera y, en general, en todo el norte de Extremadura.
La primera percepción que tengo es muy positiva, porque venimos de un pasado en que había un proceso severísimo de sobrepastoreo. Si vemos las fotos aéreas del vuelo americano de 1957, vemos que estaba todo esquilmado y deforestado, con unos procesos salvajes de erosión y pérdida de fertilidad, y lo que está pasando ahora mismo debería reconfortar a cualquiera porque lo que vemos es que la naturaleza, bien sea por el abandono o por lo que sea, se está recuperando, la naturaleza tiene una pujanza y una fuerza que es de una enorme belleza.
¿Qué es lo que pasa?, que eso estaría muy bien si sacáramos de la ecuación al factor humano o antrópico, y dejásemos que esto evolucionase en una serie temporal de doscientos años. Ahora estamos en las primeras etapas seriales de la recuperación de la aridez que tuvimos en el siglo pasado, los rebollos (Quercus pirenaica) empiezan a subir para arriba, los enebros comienzan a tirar, tenemos más piornos, empieza a bajar una vegetación como los cambrones que antes no estaban… o sea que tenemos un proceso de regeneración natural muy muy satisfactorio. Pero claro, si metemos más biomasa en esta etapa serial que es muy vulnerable aumenta el riesgo de incendios, porque si habláramos de un bosque que ha llegado a su fase clímax como los que tenemos muy cerca de aquí, en Viandar de la Vera, con robles que ocupan un área de más 30 metros cuadrados, ahí es muy difícil que haya un incendio, pero hasta llegar a esa etapa de clímax en la sucesión, un período que puede requerir dos siglos, hay momentos de gran vulnerabilidad en el bosque.
Entonces lo que está pasando ahora mismo es un proceso de matorralización y enorme densidad arbórea, que insisto es una fase previa y necesaria para llegar al bosque maduro que buscamos, pero si aquí metemos el factor humano en este momento de enorme vulnerabilidad del bosque, con la extrema sequía que padece el suelo a causa del Cambio Climático, pues ya tenemos la combinación perfecta para que esto sea un desastre. Pero insisto mi percepción sobre qué pasa en los bosques es muy positiva, este volver a los bosques primigenios es algo a valorar mucho, pero claro tenemos que conservarlos.
Además, constituyen una vía de absorción y fijación de CO2 gratuita…
Brutal, y todas las superficies de pastizal que se están creando de forma natural, y retienen el suelo, y generan humedad, si es que esta sería la solución. Realmente la naturaleza nos está mostrando cuál es el camino para la solución, pero al mismo tiempo es un momento de gran vulnerabilidad con lo cual nuestra tarea debería partir de mucha más consciencia, de mucha más prevención, pero para dejar que la naturaleza siguiera su camino. No lo que estamos haciendo ahora mismo, que con la situación que estamos viviendo en la que tenemos incendios que lejos de volver a esos bosques maduros, lo que hacemos es perder toda la regeneración y entramos en un proceso de más aridez, de pérdidas de suelo fértil… Porque luego, encima, no hay medidas de recuperación de los suelos después de un incendio.
El ejemplo es el gran incendio de más de 5.000 hectáreas que tuvimos en Aldeanueva que ha dejado la montaña destrozada y sin visos de recuperación.
Claro, es que, si fuéramos serios, y digo serios no sólo a nivel de Administración sino sobre todo de la ciudadanía, habría que empezar un proceso primero de reconocimiento del valor que tenemos ahora mismo, creo que es importantísima esta necesaria reconexión emocional con la naturaleza, para ponerla en valor. La naturaleza no es un juguete, no es una cosa que usemos, sino que tiene un espíritu por encima de nosotros y hay que darle ese valor.
La naturaleza no es un juguete, no es una cosa que usemos, sino que tiene un espíritu por encima de nosotros y hay que darle ese valor
Después hay que ver que estamos aquí, que somos el factor antrópico que desencadena los desastres por lo que vamos a prevenir y en el caso de que ocurran y cuando ocurran vamos a ver cuáles son las etapas para evitar que pase después de un incendio lo que ha pasado en Aldeanueva de la Vera, que echaron desde un helicóptero cuatro alpacas de paja, y se acabó la historia…
Bueno, y abrieron pistas, generando más erosión… fue hasta contraproducente.
Sí, es que fue una mala gestión desde el principio.
En cuanto a la situación de los bosques, has hablado de lo que ha hecho la naturaleza por sí misma, pero otra cuestión a valorar es la Gestión Forestal, es decir, lo que las administraciones y la propia sociedad rural hacen con las masas arbóreas.
Si hablamos de Gestión Forestal hay que distinguir entre gestión forestal privada y gestión forestal pública, porque muchos de nosotros vivimos en fincas con lo que yo entiendo que ahí tenemos que asumir nuestra responsabilidad, somos los custodios del terreno que tenemos, y hemos venido a vivir aquí precisamente buscando esa percepción de vivir en el bosque, con la belleza que implica, pero esa búsqueda de belleza implica también una responsabilidad con la conservación de esa belleza. Y si queremos conservar necesariamente tenemos que intervenir con lógica, porque si no intervenimos al final tenemos grandes masas muy frágiles, altamente vulnerables frente al riesgo de incendios, que es lo que no queremos. Entonces está la gestión nuestra, de las personas que vivimos en fincas y terrenos insertos en el bosque, que tenemos que asumir nosotras en primer plano.
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Luego está la Administración, y creo que va un poco de la mano: en la medida que la ciudadanía se ha alejado y ha perdido ese cordón umbilical emocional con el bosque, ha dejado de presionar a la Administración para que cuide el bosque, y entonces la Administración ha ido incumpliendo sistemáticamente todos los decretos y órdenes técnicas en cuanto a la prevención hasta un punto que llega a ser un escarnio: si miras la legislación desde 2004 lo puedes ver, yo en mis talleres recomiendo la lectura del decreto 260 de 2014, porque es una lectura apasionante, ya en el preámbulo te empiezan a hablar de medidas preventivas, del papel del ganado, y según lo vas leyendo te llenas de ilusión, el problema es que se queda en el papel, que nada de eso llega a materializarse. Las Administraciones no tocan tierra con el tema, su gestión es la no gestión, con lo cual volvemos a la matorralización, a la fragilidad.
En la medida que la ciudadanía se ha alejado y ha perdido ese cordón umbilical emocional con el bosque, ha dejado de presionar a la Administración para que cuide el bosque, y entonces la Administración ha ido incumpliendo sistemáticamente todos los decretos y órdenes técnicas en cuanto a la prevención
Y luego hay un tema que creo que ya está calando mucho en la sociedad es el contraste en la cantidad de dinero público que se invierte en extinción y lo que se invierte en prevención, creo que ese decalaje o contraste demuestra dónde está la Administración: la extinción es muy aparatosa, se ve un Estado poderosísimo, enorme, con grandes helicópteros, las sirenas, y todo este montaje espectacular. Sin embargo, la prevención es algo anónimo, discreto, que se lleva muy poca inversión, el decalaje es brutal. Han renunciado a la prevención y apuestan solamente por la extinción.
En relación con esta distinción entre la gestión pública y la gestión privada o incluso social-comunitaria, después de los incendios de Villanueva de la Vera del año pasado surgió una asociación para la autodefensa ciudadana frente a incendios llamada ‘Albura La Vera’, que es pionera en la región y de la que tú has sido uno de sus animadores y formadores, y que merece ser conocida más allá de nuestra región por si sirviera de inspiración a otras personas en otros lugares.
El año pasado tuvimos en Villanueva los incendios de Zaragate, que fueron bastante salvajes, de hecho se perdieron casas, llegó casi al Tudal, casi sin control, no había capacidad de extinción, lo que vimos allí fue muy dantesco, y un grupo de propietarios a los que el fuego les pasó prácticamente por la valla, acudieron a mí a ver que podían hacer, habían pasado mucho miedo, tuvieron que salir de sus casas y evacuar, precisamente la vía de evacuación que ellos tienen era por la zona incendiada, etc., de modo que se juntaron toda una serie de variables que les hicieron ver su propio riesgo, y se plantearon qué podían hacer en su fincas, para poder estar seguros.
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Yo ya había leído que existía una figura que está reconocida en la Ley de Montes desde 2004, aunque no conocía ninguna realmente existente, y es la Agrupación de Propietarios Colindantes para la Prevención de Incendios Forestales, como siempre estoy con los comunales y todas esas historias me parecía una figura muy útil, pues esto de la Agrupación de Propietarios tiende a esa especie de comunal, a ese espíritu de mutuo apoyo entre el vecindario, y se lo planteé a esta gente que fue muy receptiva a la idea.
La primera reunión fue en agosto de 2022, y ya en septiembre dimos los pasos para constituirla, pero tuvimos un problema y es que a pesar de estar reconocida en la Ley de 2004 y referenciada en otras muchas leyes y decretos, resulta que no había ninguna constituida y aunque la Ley recoge que debe inscribirse obligatoriamente en un registro, el primer obstáculo es que este ni siquiera existía, por lo que era imposible constituir la Agrupación porque dos décadas después la Administración no había ni siquiera establecido el registro y desarrollado el reglamento, lo que ilustra el desinterés por la prevención.
Por suerte encontramos una actitud muy proactiva por parte de los responsables de prevención de la Junta de Extremadura, era la primera vez que se constituía una y les pareció muy interesante, nos permitieron constituirnos como Asociación mientras ellos iniciaban el proceso de hacer el reglamento para el registro y seguimos para adelante según lo que disponía la ley, contratando a un Ingeniero de Montes que nos hiciera la Memoria Técnica de Prevención, un Ingeniero que facilitó mucho la participación vecinal, porque cuando entras en un proceso como este de algún modo renuncias a los límites de tu finca, y esto tiene sentido, porque la unidad territorial de prevención es la suma de todas la fincas, en este caso Albura suma 25 hectáreas, y ahí independientemente de dónde cada uno tenga su valla se buscan las mejores rutas de evacuación, los mejores puntos para estar seguros, los puntos de almacenamiento de agua para todo el mundo, la prevención es para el conjunto, clasifica las zonas más vulnerables, las cañadas, la inclinación del terreno, las vías posibles de propagación del fuego, etcétera, así cuanto más grande es la agrupación de terrenos más protegidos están en conjunto.
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Conseguimos que la Junta aprobase esta Memoria Técnica de Prevención de Incendios que contempla todo: caminos para que entren los camiones bomba, la inclinación, aparcaderos, volteaderos, obras para almacenamiento de aguas, tomas de agua adecuadas para los vehículos, labores preventivas como la sustitución de especies alóctonas e inflamables por autóctonas más resistentes al fuego, haciendo barreras cortafuegos que crean líneas de discontinuidad del combustible, se podaron los árboles para evitar la propagación vertical del fuego, se establecieron líneas de defensa de agua para saber desde dónde atacar al fuego, se hicieron los simulacros previos, se hicieron las obras en invierno y para el mes de abril de este año ya estaba todo realizado. También hay que poner en valor que el acceso a Albura es un monte público de pino repoblado que es propiedad de Villanueva pero que había cedido su gestión a la Junta, y la gestión de la Junta era la no gestión, con lo que la propia entrada a la Agrupación de Propietarios era una encerrona en caso de tener que evacuar, y sin que se les pidiese nada, la propia Junta a lo largo del invierno destacó allí unas cuadrillas que hicieron las tareas preventivas, los accesos, etc, de forma que fue un apoyo importante. No se ejerció ninguna presión sobre la Administración, pero ante la iniciativa del vecindario se vio arrastrada a acometer las tareas.
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De modo que el trabajo ha sido modélico, aunque el Plan tiene una vigencia de 4 años y ha de ser renovado y revisado entonces, el objetivo era llegar a este verano con menos riesgo en caso de incendios y eso se ha conseguido ahora ya sólo quedan labores de mantenimiento, y recientemente los medios de comunicación han publicitado esta iniciativa pionera.
Pero seguimos más adelante, una vez acabada la labor preventiva, empezamos con la labor formativa, con el objetivo de preparar al vecindario en la gestión del pronto auxilio, evacuación de personas mayores, etc., y otro módulo de intervención temprana sobre los conatos que ha tenido mucho éxito, ya que todo gran incendio es al principio un conato, si se tienen los medios, si se conocen las técnicas básicas para sofocar el fuego y se cuenta con la formación adecuada el propio grupo de vecinos puede dar una pronta respuesta a un conato y evitar su propagación.
Todo gran incendio es al principio un conato, si se tienen los medios, si se conocen las técnicas básicas para sofocar el fuego y se cuenta con la formación adecuada el propio grupo de vecinos puede dar una pronta respuesta a un conato y evitar su propagación
Se hizo una formación muy intensa y positiva que, sobre todo, ha creado un fuerte sentimiento de grupo, un sentimiento de que dejas de estar solo en tu finca y estás unido con un montón de gente que responden como tú, que tienen protocolos de comunicación, de respuesta, constituyendo una organización absolutamente civil sin participación política de ningún tipo.
Además, esa formación la has extendido a la población en general, a otros vecinos y vecinas que no están en la Asociación.
De forma totalmente imprevista y espontánea, dentro de esta formación en Albura, tropezamos con un producto que se denomina ECO-FIRE, que, aunque se comercializa desde 2012 yo no lo conocía, lo he conocido buscando retardantes de hidrantes para sofocar los conatos y tropezamos con él, hicimos unas pruebas para ver cómo funciona y la verdad es que fueron muy positivas en los diferentes escenarios que montamos. Como era algo caro, independientemente de Albura, yo organicé las primeras compras comunales para La Vera a precios mejores y con la compra comunal a la gente que se adhirió, les ofrecía el taller para conatos que yo había impartido en Albura, de modo que si te reunías con tus vecinos con los que compartes el mismo paisaje yo me ofrecía a compartir mi experiencia, mostrar lo que hemos hecho en la Asociación y hacer las prácticas de uso del Eco-fire como un germen para autoorganizarnos.
Esto ha sido un éxito tremendo, de una cosa que yo pensaba que iba a tener un interés local y limitado se ha convertido en un interés manifiesto con una demanda que ha sobrepasado la comarca de La Vera, y todo ha sido boca a boca. Es importante resaltar que no hay un proyecto, que no hay un diseño, ni tenía previsto el alcance, esto ha sido una organización espontánea de los vecinos, son ellos los que quedan, los que perciben la necesidad y los que se reúnen, son ellos los que me llaman y yo voy y les explico lo que sé.
A raíz de estos talleres ahora mismo hay ya seis demandas en la comarca para constituir sendas Agrupaciones de Propietarios a las que he dado la hoja de ruta para hacerlo, y también hay demanda de talleres de formación, ya que para constituir una Agrupación las fincas tienen que cumplirse el requisito de ser colindantes para tener una unidad territorial de prevención. Como algunos no colindan no pueden hacer la Agrupación, pero eso no quita para hacer un grupo de vecinos de ayuda mutua, no solamente contra el fuego, estoy dando la formación para lluvias torrenciales, para vientos huracanados, y es que vivimos en fincas, estamos expuestos a las inclemencias naturales… y de estos talleres, en los últimos tres meses, hemos realizado veinte y seis, lo que evidencia que es una necesidad social que está ahí.
A raíz de estos talleres ahora mismo hay ya seis demandas en la comarca para constituir sendas Agrupaciones de Propietarios a las que he dado la hoja de ruta para hacerlo, y también hay demanda de talleres de formación
Es muy significativo que quién está organizando a los vecinos para que yo vaya a dar las charlas sean mayoritariamente mujeres, las que contactan conmigo son mujeres y su participación en los talleres es también mayoritaria, es un movimiento con mucha fuerza femenina, y es porque se basa en el cuidado y la conservación…
Y creo que quizás es también porque las mujeres no han perdido tanto la conexión emocional con la naturaleza, creo que los hombres estamos peor en eso…
Hay bastantes hombres también, pero hay una fuerza femenina muy intensa y luego hay muchas mujeres que viven solas en fincas, muy empoderadas, muy seguras de lo que hacen, y es esperanzador porque creo que tienen la fuerza para dinamizar estos procesos colectivos, y creo que ese es el secreto para que esto esté funcionando: esa energía femenina, y ya no digo sólo mujeres, sino esa energía femenina en lo que se refiere al cuidado de la vida.
Estamos hablando de una necesidad de autodefensa y autoprotección que contrasta llamativamente con la desidia de la Administración, hace poco Ecologistas en Acción denunciaba el incumplimiento por parte de los ayuntamientos de la comarca de la Vera y de otras Zonas de Alto Riesgo de incendios de aplicar medidas para proteger a los pueblos a través de los Planes Periurbanos de Prevención de Incendios Forestales que a pesar de ser obligatorios son inexistentes o se quedan sólo en el papel.
Sí, creo que hay que considerar un hecho que yo he observado a cerca de esta pérdida de conexión con el bosque y es que la gente que asiste a los talleres es gente que vive en fincas, no así la gente de los pueblos que tienen una percepción de seguridad frente al fuego, una percepción de seguridad que es falsa, porque como tú señalas, al incumplirse los Planes de Prevención Periurbanos, los incendios pueden arrasar los pueblos, pero en los pueblos se tiene esa falsa percepción de seguridad.
En cambio, la gente que vive diseminada en fincas se siente completamente sola. Hay cada vez más información sobre incendios, incendios de sexta generación, imágenes de tantas poblaciones evacuadas, y todo esto genera una especie de conciencia del peligro que la gente que está en las fincas percibe y siente que puede perder la finca y necesita una formación sobre el tema.
La gente que asiste a los talleres es gente que vive en fincas, no así la gente de los pueblos que tienen una percepción de seguridad frente al fuego, una percepción de seguridad que es falsa
Cómo te decía antes, en la legislación también está recogida la necesidad de campañas de sensibilización y de la participación social, pero al igual que se incumplen los requerimientos técnicos y físicos de los Planes de Prevención, también se incumple lo referido a la sensibilización y la información, con lo cual se genera una situación de abandono por parte de la Administración que da pie a que la gente concienciada busque otra forma de organizarse. Está claro que, si la Administración gestionase correctamente el tema de la sensibilización, el tema del acceso a la información, etc, otro gallo cantaría, pero es que es todo lo contrario: ante un siniestro las autoridades prácticamente te expulsan del terreno, se da todo el poder de decisión a los técnicos y se aparta a la población a pesar de que son los que tienen el conocimiento del terreno. Cuando hacemos los talleres una parte importante de ellos es recorrer el paisaje que habitan para identificar la ladera, la inclinación, la vallejada…, para que tú tengas un cierto control del territorio que habitas.
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Entonces tenemos un incumplimiento de los planes de sensibilización, y reitero que en casi toda la normativa se repite una y otra vez: participación social, sensibilización social desde el nivel escolar, y no se hace nada en absoluto, de modo que la Administración se ha quedado solo con el aspecto punitivo. Esto llega hasta tal punto que en el decreto 260 de 2014 en el que se recoge todo lo relacionado con la prevención en Extremadura, se habla de medidas de autoprotección, dónde te dice lo que tú como pequeño propietario tienes que hacer (ya que los propietarios de fincas de más de 200 hectáreas están obligados a tener una Memoria Técnica Ampliada de Prevención de Incendios y a implementar las medidas ahí contempladas, algo que también se incumple sistemáticamente), en la sección séptima de ese decreto se especifican las medidas que los pequeños propietarios tienen que adoptar obligatoriamente para autoprotegerse y prevenir incendios, pero luego vas a trámites en línea del INFOEX y no existe la forma de tramitar la autorización para que implementes las medidas de protección a la que estás obligado. Es surrealista que para hacer lo que la ley te obliga en cuanto a aclareo, poda, etc., tengas que hacer trámites diversos y obtener permisos diferentes en vez de uno unificado, así que la labor de la Administración lejos de ser un apoyo representa una dificultad añadida.
Es surrealista que para hacer lo que la ley te obliga en cuanto a aclareo, poda, etc., tengas que hacer trámites diversos y obtener permisos diferentes en vez de uno unificado, así que la labor de la Administración lejos de ser un apoyo representa una dificultad añadida
¿Qué sucede? Que la sociedad civil se organiza, pero creo que eso está bien, de hecho, a mí me llena de esperanza la motivación que se genera al dinamizar estos grupos porque la gente participa muy activamente, después de cada taller la demanda de información es continua, y la interrelación no acaba al terminar el taller, como te decía se están creando 6 agrupaciones de propietarios aquí a nuestro alrededor, lo que me parece fantástico. Yo creo que este movimiento, que es espontáneo y no responde a una estrategia, sí que va a tener un peso sobre la Administración, va a significar una presión sobre ella para que cambien las políticas y las actitudes.
Me comentabas antes de empezar que después del incendio provocado la semana pasada en Madrigal de la Vera, a tu taller realizado allí sí que ha asistido población autóctona.
Sí que asistió población verata de origen. Fue una catarsis, estuvo muy muy bien, era muy emocionante estar con gente que se había visto damnificada por el incendio, había una parte de tragedia de la gente que había perdido las fincas con el impacto emocional que eso representa, pero había una parte de esperanza: vamos agruparnos todos porque es evidente que la unión y la reciprocidad multiplica los beneficios, si paramos un frente en la finca de mi vecino no sólo salvamos lo de mi vecino sino todo lo que colinda con su terreno.
Este renacer del espíritu comunal, este renacer del vecindario unido, del pronto auxilio, de que si hay un conato pues vamos todos y lo controlamos, pero vamos todos con equipos de protección personal, con batefuegos, mochilas extintoras y una mínima formación, entonces se puede ser muy eficaz. E insisto en lo poderoso que es el sentimiento de grupo, el sentimiento de que estás arropado, de que vas a tener ayuda de tu vecino, todo eso está creando esa conexión emocional que hablábamos antes que se ha perdido.
Insisto en lo poderoso que es el sentimiento de grupo, el sentimiento de que estás arropado, de que vas a tener ayuda de tu vecino, todo eso está creando esa conexión emocional que hablábamos antes que se ha perdido
Pero, ojo, esto no es contra los incendios, la base de todos estos talleres es la conservación, la gente quiere intervenir, quiere saber, quiere prevenir para mantener lo que tiene, para mantener el bosque, para mantener la biodiversidad, hay un nivel de conciencia por el que en la medida de que conoces los valores del territorio que habitas más quieres conservarlo, y vas buscando herramientas para hacer esa conservación. Porque a veces asociamos la prevención a hacer cortafuegos 200 metros de ancho arrasando con bulldozers y ya está, pero no es así, la prevención se basa en el cuidado: yo cuido mi finca, yo quiero tener la casa a la sombra y a ver cómo hago para mantener los árboles que la rodean y que hago para minimizar el peligro, esto es lo que tratamos en los talleres y está siendo una experiencia muy fértil y especial.
Sí, a mí me parece una experiencia muy bonita y por eso tiene tanto sentido esta entrevista, considerando además que la tipología de los incendios está cambiando, ya sea por el carácter de bosques juveniles que habitamos en muchos espacios rurales, no sólo en La Vera, a causa del retroceso de la ganadería que ha posibilitado que la naturaleza recupere los espacios que ocupaba antes de la deforestación, ya sea por el Cambio Climático. Me gustaría conocer tu opinión sobre este nuevo tipo de incendios tan peligrosos, que algunos llaman de 6ª generación, como los que hemos visto esta primavera en Gata-Hurdes.
Sí, esto está directamente relacionado con lo que no se ve. Mi sensación es que no nos fijamos en lo que no se ve, no nos fijamos en los acuíferos y los maltratamos y lo mismo nos pasa con el suelo que es una parte importantísima en esta historia. El Cambio Climático lo podemos percibir mirando el estrés hídrico de la vegetación, pero lo que realmente está pasando es que el suelo se está perdiendo, esta es la verdadera consecuencia y el verdadero drama, estamos perdiendo fertilidad, estamos perdiendo el suelo como tal, el suelo se está compactando y lo que es más grave: cuando hablamos de estos incendios lo que ocurre es que la acumulación de biomasa ya muy seca está sobre suelos muy secos, entonces cuando llega un incendio no hay una mínima proporción de agua que ralentice la propagación del calor que es el motor del incendio. Antes había muchos incendios, pero como había muchas masas verdes y humedad en el suelo, parte de esa energía del fuego se tenía que desviar a evaporar toda la masa de agua que el sistema acumulaba, si no hay agua la proyección del incendio es tremenda, con unos niveles de temperatura y velocidad que hace que los equipos de extinción sean incapaces. No tenemos capacidad, hay incendios ahora mismo a los que no se puede atajar ni con aviones, ni helicópteros, ni nada.
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Estos de 6ª generación ya son el horror, no sé si habrá una 7ª o una 8ª, el año pasado los vimos también en Sierra Bermeja (Málaga), son eventos que rompen aquello de que un incendio es peligroso cuando hay menos de un 30% de humedad atmosférica, más de 30 grados y vientos de más de 30 km/h, este tipo de incendios, con la sequedad ambiental que hay, generan su propio clima, producen pirocumulonimbos brutales, crean corrientes de convección enormes, generan su propio viento de avance, con lo que no tenemos capacidad de extinción.
Va de la mano con lo que tú has dicho también de la sequedad y de la biomasa: los bosques jóvenes que, aunque como decíamos antes estamos en un momento muy fértil de vuelta de bosque y renaturalización de todo el ecosistema, incrementan exponencialmente la vulnerabilidad, porque coincide con el Cambio Climático. Si ahora tuviéramos la situación de humedad de hace 40 o 50 años no tendríamos estos problemas, es la combinación de estas variables la que nos coloca en estos tremendos escenarios como los incendios de 6ª generación para los que no tenemos capacidad de extinción, sólo podemos esperarlos o hacer contrafuegos en otros lugares, y aquí volvemos al tema de la discontinuidad: el fuego que hemos tenido hace pocos días entre Villanueva y Madrigal era en una repoblación de pinos llena de arbustos ininterrumpidos, sin ninguna alteración, sin ningún corte tipo mosaico, con lo cual el calor ha ido aumentando y la propagación es lineal sin obstáculos y no tienes dónde pararlo, porque al fuego hay que esperarle en algún sitio, no te puedes enfrentar a él cuando está avanzando sin freno, y estos incendios de 6ª generación se nos escapan, generan sus vientos de avance con lo cual ya no sirve eso de consultar las previsiones meteorológicas para predecir la evolución de las llamas, eso lo tienes que dejar de lado, avanzan a su albedrio, consumen todo el carbono a su paso, son inabordables, a mí me da miedo hasta escuchar la denominación 6ª generación.
Entonces, siendo inabordables, la única manera que tenemos de luchar contra ellos son las medidas preventivas, algo que siempre fue así, pero que ahora son más necesarias que nunca.
Absolutamente, es que no hay otro camino.
Porque además a esto se le une un problema psicopatológico y es que tenemos incendiarios, tenemos gente enferma, por llamarlo así, o criminales, como los de los fuegos de la semana pasada y la anterior provocados con muchos focos, mechas retardantes, a última hora de la tarde, con viento, etc., entonces ¿qué medidas preventivas consideras que necesitamos porque por ejemplo no hemos mencionado la ganadería extensiva y de pastoreo?
Sí, mi percepción es que el fuego nos va a llegar y hay que pensar que, cuando llegue, nuestras fincas han de estar en condiciones de amortiguar el incendio, y si se amortigua, es decir, si el calor de ese incendio es asumible entonces lo podemos controlar, y para eso son las medidas preventivas para que el fuego sea abordable.
Yo en cuanto a las medidas preventivas estoy aprendiendo, porque con el Cambio Climático las condiciones están cambiando tanto que necesitamos replantear todo, pero hay un elemento que es fundamental y es que hay que evitar que el fuego suba a las copas del arbolado, lo que llamamos propagación vertical, porque a un fuego de copas no podemos ni acercarnos. Entonces el primer objetivo no es cortar árboles como tal, eso no tiene sentido, sino podar (refaldar) las ramas hasta 5 metros de altura y que por debajo el estrato arbustivo sea razonable y muy diverso, no estamos hablando de roturar y dejar la tierra desnuda ni mucho menos. También obviamente hay que sustituir las especies alóctonas altamente inflamables, como pináceas, arizónicas y otras, por especies como el madroño que son más resistentes a las llamas, en las fincas tenemos que hacer diseños con barreras de vegetación resistente y discontinuidades que frenen al fuego y nos permitan intervenir. Luego es muy importante en las fincas localizar las zonas de mayor vulnerabilidad, que hagamos un mapa en el que situemos las pendientes, las zonas de mayor carga de biomasa y más riesgo de propagación y en ellas reducir la carga vegetal, pero dejando siempre biomasa, porque el suelo es la mayor riqueza que tenemos y la cuestión no consiste en dejarlos desnudos y desprotegidos.
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En los talleres trabajamos mucho esta mirada estratégica de la defensa aplicada a cada terreno, pensando las posibles trayectorias de las llamas, trazando líneas de agua como defensa, previendo los posibles escenarios y las respuestas más eficientes. Otra cuestión muy importante es pensar en las rutas de evacuación que suelen constituir un gran problema porque en zonas de montaña a veces los caminos y vías de evacuación se convierten en trampas, hay mucho humo, no hay información, te puedes encontrar con los camiones de extinción y encima bloqueas el camino, hay que analizar todo esto porque a veces es más seguro quedarte en tu finca y para eso necesitas tener una zona de seguridad en la que permanecer las dos o tres horas que dura el paso de un incendio.
En los talleres trabajamos mucho esta mirada estratégica de la defensa aplicada a cada terreno, pensando las posibles trayectorias de las llamas, trazando líneas de agua como defensa, previendo los posibles escenarios y las respuestas más eficientes
Y luego hay que defender las edificaciones, en las fincas solemos tener el cuarto con maquinaria, combustibles, aceites, y otros materiales altamente inflamables, las propias casas tienen madera y otras estructuras muy vulnerables. Todo esto hay que pensarlo y modelizarlo para tener una respuesta casi automática, para que en el momento en que llegue no ya el incendio sino sólo el humo, que es un momento en que va a haber un estado de gran nerviosismo y estrés, puedan darse respuestas eficaces y racionales, y si además vienen tus vecinos a ayudarte… O sea, si tienes la finca preparada, el arbolado bien podado, líneas de discontinuidad de combustible, los caminos preparados, zonas de seguridad, entonces vas a poder contener el desastre y paliar mucho los peores efectos de las llamas.
A nivel general de los pueblos también habría que incidir en la importancia de que las administraciones regionales y municipales pongan en práctica las medidas obligatorias que se contemplan en los Planes de Periurbanos de Prevención y que se ponga remedio a la pérdida de la ganadería extensiva.
Claro. No solamente la Administración debe poner en marcha los Planes Periurbano, sino que al estar La Vera en una Zona de Alto Riesgo los propietarios de fincas de más de 200 hectáreas están obligados a hacer una Memoria Técnica Ampliada de Prevención de Incendios Forestales, que incluyen medidas como fajas de defensa, líneas cortafuegos, puntos de agua, etc., todo está perfectamente recogido y definido en las leyes, y nada se cumple. ¿Quién es el encargado de hacer cumplir eso?, en el artículo 36 de este decreto 260 literalmente encarga de ello a los Agentes del Medio Natural. O sea que no sólo incumple la Administración, es que tampoco presiona a los particulares que tienen la obligación de implementar medidas preventivas, claro que es lógico que si la Administración no cumple sus propias leyes tampoco tenga fuerza moral para exigir a los particulares que hagan lo propio. Estamos en un bucle de total irresponsabilidad que se retroalimenta.
No sólo incumple la Administración, es que tampoco presiona a los particulares que tienen la obligación de implementar medidas preventivas, claro que es lógico que si la Administración no cumple sus propias leyes tampoco tenga fuerza moral para exigir a los particulares que hagan lo propio
Ahora la Fiscalía de Medio Ambiente ha abierto un expediente en torno al incumplimiento de los periurbanos, no sólo por la denuncia a los alcaldes de La Vera, y ya se está pidiendo documentación a los ayuntamientos para ver qué han hecho, veremos a ver dónde acaba esto.
Luego hay otro factor muy importante, algunas de las nuevas corporaciones que ha entrado ahora en la Vera son mucho más receptivas, han empezado con los periurbanos, bueno han sido sólo tres ayuntamientos, pero ahí están, y a los demás no les va a quedar más remedio que seguir esa línea. Se están creando nuevos grupos de Protección Civil que no dejan de ser síntoma de concienciación, no tiene sentido que haya vecinos que de modo altruista y voluntaria colaboren para ayudar en emergencias y mientras los ayuntamientos no cumplan sus obligaciones. Todo esto va a generar un cambio positivo.
Casi para acabar, quería que valoraras la nueva Consejería de Gestión Forestal y Medio Rural.
Yo no conozco a quién ha entrado en ese puesto, pero a priori lo que me sale es la desconfianza; por esos cargos han pasado consejeros y consejeras y las medidas que han adoptado son totalmente nulas, ya veníamos de una situación en la que la ciudadanía tiene una enorme desconfianza, a todos los niveles, ahora hablamos de incendios, pero en el mundo rural por ejemplo cualquier tema de emprendimiento es dantesco en cuanto a dificultades, trámites, tiempos de respuestas, burocracias, de modo que la Administración que debía ser aliada de la ciudadanía tenemos la percepción contraria: el problema es la Administración. De esta nueva consejera ¿qué puedo esperar?, que mi percepción esté totalmente equivocada y haga las cosas que no han hecho las anteriores.
Si la Administración nos ha abandonado es lógica y necesaria la autoorganización civil para la autoprotección ¿no?
Claro, por eso insisto en la ilusión que me genera este movimiento espontáneo que hay en La Vera de gente que vive en fincas para organizarse civilmente y asumir la responsabilidad que tienen en la conservación del territorio, porque no se trata de explotación, creo que hay que señalar esta distinción: la gente que vive en fincas suele tener huertas, y cultivos, normalmente de autoconsumo, entonces no es un tema de que tenemos fincas para sacar el mayor rendimiento en el menor tiempo posible, sino que tiene un carácter de conservación, de preservación de la belleza y que está muy en contra de las prácticas cortoplacistas e intensivas del modelo agropecuario mayoritario al uso.
Por último, habría que hablar de las tareas de restauración y recuperación de los ecosistemas después de un incendio.
Al igual que hay dejación en la prevención, en ‘el antes del incendio’, hay dejación en ‘el después’. Haría hincapié en que como estoy convencido de que los incendios van a pasar, habría que hacer un protocolo para recuperar lo quemado. Por lo menos a nivel privado, ojalá también la Administración actuará así. Eso nos lleva a tomar aún más responsabilidad sobre lo que tenemos y conservamos: hemos tenido un incendio o una avenida de agua y hay que recuperar la finca, hay que recuperar ese suelo, su fertilidad, tenemos esa responsabilidad, entonces son acciones muy básicas.
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El incendio como tal no acaba con el suelo, porque las cenizas que quedan aportan nutrientes pero el problema es que se mueven, y si las dejas ahí sin más en cuanto lleguen las lluvias se lleva las cenizas, se lleva las semillas que hay ahí dentro y se pierde el humus del suelo, entonces creo que casi al día siguiente del incendio hay que empezar a fijar y sostener las cenizas sobre el suelo, simplemente con arrojar semillas de cualquier cespitosa, lo que sea, trébol, grama, a voleo, esto es lo primero: crear un mínimo de pradera para sujetar los nutrientes de las cenizas. Si tienes zonas con pendiente habrá que hacer acolchados con lana, con paja, con lo que sea, para evitar que las cenizas sean arrastradas, porque encima el arrastre las lleva a los cauces de agua envenenándolos completamente, y matando a toda la fauna y microfauna. Después de un incendio tenemos la responsabilidad de evitar que las cenizas de mi finca se conviertan en un problema aguas abajo y tenemos que asumirlo.
Si tienes zonas con pendiente habrá que hacer acolchados con lana, con paja, con lo que sea, para evitar que las cenizas sean arrastradas, porque encima el arrastre las lleva a los cauces de agua envenenándolos completamente, y matando a toda la fauna y microfauna
Volviendo a la regeneración: si tú fijas las cenizas ayudas a los procesos de reparación y restauración que la naturaleza por sí misma va a poner en marcha, pero esta primera ayuda por nuestra parte es absolutamente necesaria. Lo hemos visto en el incendio de Aldeanueva que tras las primeras lluvias las gargantas se llenaron de alquitrán, se acabó la vida, se murió todo, en un proceso descorazonador, máxime cuando encima es bastante fácil, ahora mismo hasta con drones se puede lanzar semillas y restaurar unas primeras praderas pioneras de la recuperación del suelo y los ecosistemas.
Cuando planteo este tema de la restauración en los talleres es muy reconfortante también, porque de algún modo es cerrar un ciclo, empezamos con la conservación y custodia de ‘tu’ bosque, vemos la vulnerabilidad, los peligros y riesgos, y haciéndonos responsables de lo que pasa ahí, seguimos con la importancia del suelo y su protección, las acciones frente a los incendios, las medidas preventivas, las barreras de vegetación, las líneas de agua, etc., pero luego si tenemos un incendio, ¿qué hacemos después?: pues a volver a regenerar y confiar en la naturaleza y sus procesos de auto-curación, y esto a las personas les saca de la desolación que queda después del drama de un incendio, porque con las llamas no se acaba todo, es una oportunidad, en las cenizas hay un montón de riqueza y nutrientes, entre las cenizas hay muchas semillas, hay que sembrar, hay una oportunidad ahí, que llena de ilusión a la gente. Colaborar con los procesos que la naturaleza pone en marcha después de un incendio es terapéutico.
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Excelente entrevista por su oportunidad, contenido, mensaje y claridad de exposición. Enhorabuena!
Sólo un pero.
Según la RAE:
- Pirómano/piromanía: tendencia patológica a la provocación de incendios.
-Incendiario: que incendia con premeditacion por afán de lucro o por maldad.
Los Incendiarios a los que se refiere el entrevistador NO son personas con problemas psicopatológicos, SON criminales, cabrones en sus cabales que actúan por interés.
Las personas que sufren problemas de salud mental (a todas puede pasarnos, ahora hay una ola) ya están, estamos, estáis suficientemente estigmatizadas como para ser asociadas a conductas criminales. Ya basta. Por favor.
Gracias por la entrevista.
Vivan los Bosques!!!
Viva la Naturaleza 💚❤️