Independencia de Catalunya
¿Es aún posible un ‘nosotros’ no identitario?

Se requisan urnas y se resuelven disputas políticas a porrazos ¿represión lo llamáis? ¡Qué antiguos! Nosotros preferimos hablar de defender la legalidad y garantizar el orden democrático.

Imágenes del 1-0 (XI)
Un policía nacional recoge su porra en una calle de Barcelona el día del referéndum del 1 de octubre. Ione Arzoz
Sarah Babiker
6 nov 2017 15:21

La sensación es la siguiente: desconcierto. Leer y escribir, y leer y leer, e intentar escribir e intuir que da igual, que nada alcanza: impotencia. Alberti la describió muy bien en su poema Nocturno: “Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, humaredas perdidas, neblinas estampadas. ¡Qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!”.

No reproduzco aquí los primeros versos porque podrían ser carne de Ley Mordaza. Los escuché por primera vez en los 90, cantados por Paco Ibáñez. Ponía la cinta, llegaba esa canción, y lloraba. Su voz sonaba a dolor, a exilio, a dos Españas. A una etapa disfuncional de nuestra historia, feliz y herméticamente cerrada meses antes de que yo naciera —qué suerte la mía— o al menos eso era lo que me contaban los libros de texto del instituto. Eran los años 90, y como yo, el régimen del 78 estaba en pleno pavo. Llenaba sus televisores de mamachichos y otras mujeres luciendo tetas. Hacía cosas vistosas para suscitar la admiración de los demás: Expos, Olimpiadas. Sufría crisis acotadas, ritos de pasaje de los que forman la personalidad. Vendía lo que quedaba del Estado porque era lo que se llevaba para ser moderno y dinámico y pertenecer al club de los más guays del instituto. Éramos emergentes, europeos, molones. Fueron años de pueril cortoplacismo. Una adolescencia, que como las contemporáneas, se alargó más de la cuenta.

Se requisan urnas y se resuelven disputas políticas a porrazos ¿represión lo llamáis? ¡Qué antiguos! Nosotros preferimos hablar de defender la legalidad y garantizar el orden democrático 
Y llegó la crisis, las crisis. En consonancia con los ciclos vitales actuales, el régimen del 78 saltó de la adolescencia directamente a la vejez. Tanto olía a vetusto el Estado, que cada vez era más difícil ignorarlo. Os equivocáis, nos decían, nos siguen diciendo, vivimos en un saludable marco de convivencia, en una España plural y democrática. Muy lejos del NO-DO, nuestros telediarios públicos tienen una estética moderna y colorida. Se requisan urnas y se resuelven disputas políticas a porrazos ¿represión lo llamáis? ¡Qué antiguos! Nosotros preferimos hablar de defender la legalidad y garantizar el orden democrático.

Tomo por ejemplo dos imágenes que, en blanco y negro, podrían haber ilustrado los capítulos franquistas de mis libros de historia del instituto. Una es del 27 de mayo del 2011, la otra del 1 de octubre de este año. En la primera varios Mossos arrastran a la gente fuera de plaza Cataluña. En la segunda, policías nacionales se emplean a fondo contra personas que defienden con sus cuerpos el acceso a un colegio. Parto del supuesto de que disparar con balas de goma a inmigrantes que pelean por su vida en las aguas del Estrecho, aporrear a okupas veinteañeros, o enchironar a raperos de incendiarios textos no es menos grave en términos democráticos que pegar a abuelas o encarcelar a cargos electos.
Quizás el problema es que los modos franquistas que se habían diluido en los años 90 —porque no eran sexies— venden bien en esta democracia como envejecida, en esta Europa también vetusta y autoritaria

Pero aunque todas estas situaciones transpiren autoritarismo, las dos últimas son simbólicamente mucho más costosas: una ley que debe protegerse a hostias contra cientos de personas desarmadas, un orden que necesita para perpetuarse de órdenes de busca y captura internacionales para políticos díscolos, no pueden ser una ley y orden que alcancen.

Quizás el problema es que los modos franquistas que se habían diluido en los años 90 —porque no eran sexies para los amigotes europeos, porque no encajaban con nuestra modernísima modernidad— venden bien en esta democracia como envejecida, en esta Europa también vetusta y autoritaria, obtienen un rédito que supera al costo. Porque total, quienes sentimos indignación moral ante esas imágenes ya nos cansaremos, ya claudicaremos ante el shock, ya quedaremos mareadas en esta dialéctica de la velocidad, ya nos distraeremos pensando en cómo vamos a llegar a fin de mes. Ya nos enzarzaremos entre nosotras. Si es necesario usan la cárcel, e ilegalizan partidos, recursos no les faltan.

“Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla”. En 2012 volví mucho al poema de Alberti en la voz de Paco Ibáñez. Vivía en Buenos Aires, en un cierto exilio —hacer la vida de la gente económicamente inviable hasta el punto que deban irse es otra forma de exilio, también muy en boga durante el franquismo—. 

El PP acababa de ganar las elecciones generales por mayoría absoluta, el 20N (glups) de 2011, sí, ese año en el que todo iba a cambiar. Volvieron al Gobierno y se aplicaron concienzudamente al cambio, a peor. Ya no sé ni lo que pasó, porque pasó de todo: los recortes en todos los servicios sociales, privatizaciones, ley de sanidad, ley Wert, la ocurrencia aquella del aborto de Gallardón, la ley Mordaza, Fátima Báñez y la Virgen del Rocío combatiendo el desempleo. Una tormenta imparable, doctrina del shock de manual, vamos teniendo cada vez más conceptos para explicar lo que nos hacen, pero eso no consigue mellar su eficacia. Entender todo, para nada. Allá en la indignación solitaria del migrante era difícil creer que sirvieran las palabras. No fui la única. A veces ante situaciones determinadas hay mucha gente que siente cosas parecidas. Es en ese sentipensar común, en esa indignación moral, sobre el que se tejen “nosotros” capaces de convertirse en mareas, de llenar las calles, de mostrarle al poder sus vergüenzas, de ir más allá de las palabras.

Seguramente pequé de ingenua o simplista, quizás de cosas peores, pero no puedo evitarlo. Busco desesperadamente un “nosotros” donde quepan las identidades pero que no sea solo identitario
El 1 de octubre, en Cataluña, había un “nosotros” movilizado, decidido a ir más allá de las palabras, a mostrarle al poder sus vergüenzas. Y a mí me parece admirable. Me siento convocada a sumarme, comparto la indignación moral. Claro que el Gobierno no escuchó la voluntad de una parte significativa de la sociedad catalana de poder votar sobre su continuidad en el Estado. Claro que desde los tiempos del estatut fallido, la humilló, la ninguneó y siguió a lo suyo. Lo mismo que hizo con las gentes de la PAH, con las mareas, con quienes luchaban por la sanidad pública, contra los recortes, contra la ley mordaza. Cuando no puede seguir ignorando las demandas, reprime, legisla contra la protesta, multa, encarcela. En fin, despliega autoritarismo a punta pala. En todo el Estado. Puedes verlo como una España que ataca y oprime a Cataluña. O apreciar los bandazos represores de un régimen envejecido dispuesto a llevarse todo por delante para sobrevivir.

Seguramente pequé de ingenua o simplista, quizás de cosas peores, pero no puedo evitarlo. Busco desesperadamente un “nosotros” donde quepan las identidades pero que no sea solo identitario, pues éste no es solo un conflicto identitario aunque el despliegue de banderas, de grandilocuentes proclamas, y futboleros cánticos nos quiera llevar a ese terreno: esa panda autoritaria y corrupta a la que nos enfrentamos pone su españolismo en la retaguardia a conveniencia, y hace no tanto, hasta hablaba catalán en la intimidad si lo consideraba necesario.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Congreso de los Diputados
Acuerdo con Junts y ERC La Ley de Amnistía volverá al pleno del Congreso con una enmienda que amplía el periodo de aplicación
Si no hay más sorpresas, la semana que viene se aprobará una norma que pretende reencauzar a la vía del diálogo el problema político que dio lugar a los procesos judiciales contra el independentismo catalán.
Congreso de los Diputados
Congreso de los Diputados Junts devuelve la Ley de Amnistía a comisión parlamentaria tras ver rechazadas sus enmiendas
El Congreso de los Diputados tendrá que volver a discutir la proposición de Ley de Amnistía. La derecha ha votado que no y Junts también la ha rechazado después de ver como caían sus enmiendas.
Congreso de los Diputados
Lawfare El Congreso debate la Ley de Amnistía en un contexto de embestida judicial
Los jueces García Castellón y Aguirre se sacan de la chistera dos prórrogas para mantener las diligencias abiertas en sendos casos que no contemplaría la Ley de Amnistía.
Chomi
7/11/2017 20:25

Exilio por motivos económicos, canticos futboleros... que bueno que haya gente que tenga esas expresiones en la cabeza


1
0
Kadra
7/11/2017 15:07

El único nosotros útil es un nosotros de barrio y de planeta, infinitamente respetuoso de las decisiones de cada persona y cada colectivo que se tomen de abajo a arriba. Algunas serán para salvaguardar identidades porque la identidad decidida pacífica y democráticamente es una dimensión más de la persona y del colectivo, como derecho propio junto a, y no por encima ni por debajo, de sus otras necesidades.

2
1
Elecciones
Elecciones Aliança Catalana: a las puertas del Parlament de Catalunya atizando la xenofobia y escondiendo la ‘estelada’
El partido liderado por Sílvia Orriols llega con una campaña mediática promovida por los principales medios españolistas del Estado, con el discurso antiinmigración como punta de lanza y con el deseo explícito de hacerse con parte del voto de Vox.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel ataca Rafah y se hace con el paso fronterizo con Egipto
Tel Aviv da la espalda a las negociaciones internacionales que piden un alto el fuego e invade Rafah, el último refugio de los palestinos de la Franja expulsados por la ofensiva israelí.
Opinión
Opinión ¿Por qué lo hacen?
Los estudiantes que ocupan Bolonia y otros lugares no pueden detener el Holocausto. Pero pueden señalar que estamos del lado de los colonizados de todo el mundo y que desertamos de la guerra que los nuevos Hitler nos están imponiendo.
Desempleo
Reforma Podemos apoyará el nuevo decreto de subsidio al no incluir el recorte en la cotización para mayores de 52 años
Este acuerdo desatasca la Componente 23 para la recepción de fondos Next Generation y fue tumbado el pasado enero en el Congreso con los votos en contra de Podemos, PP, UPN y Vox.
Sphera
Libertades civiles La secuela de un infiltrado
Los nuevos movimientos ecologistas llevan tiempo siendo objeto de vigilancia y criminalización por parte de los cuerpos de seguridad del estado y la judicatura.

Últimas

Poesía
Galiza Morre aos 92 anos a poeta, activista e revolucionaria Luz Fandiño
O falecemento foi anunciado publicamente pola súa amiga e alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Sanidad pública
Sanidad Pública Aumenta el gasto en conciertos sanitarios mientras el Ministerio crea un observatorio de la corrupción
Organizaciones como Mareas Blancas piden la derogación de la ley 15/97, al tiempo que esperan el borrador de una nueva ley de gestión pública que el Ministerio de Sanidad estaría ultimando con los diferentes grupos parlamentarios.
Universidad pública
Protestas contra el genocidio El consejero de Educación de Madrid pide sacar “la política” de la facultad de Políticas
La Comunidad de Madrid reacciona contra una declaración universitaria que exige al Santander, con quien la UCM mantiene un convenio, que deje de financiar proyectos contaminantes y a la industria armamentística corresponsable del genocidio en Gaza.
Palestina
Universidades Estudiantes de la Universidad de Alicante acampan para pedir el final del genocidio
Comienzan la acampada con una jornada en la que han realizado charlas, asambleas y un taller de pancartas en el campus de San Vicent del Raspeig.
Educación pública
Huelga de profesorado La Marea Verde vuelve a vaciar las aulas para tomar las calles de Madrid
Con un seguimiento que supera el 65% la primera jornada de huelga del profesorado madrileño transcurre entre piquetes y marchas por todos los puntos de la Comunidad de Madrid para exigir que se reviertan los recortes.
Más noticias
Energía nuclear
Cerrar Almaraz Una primavera para empezar a cerrar Almaraz
Unas palabras para explicar la urgencia del necesario cierre de la contestada central nuclear de Almaraz y sus argumentos.
Aborto
"Mi voz, mi decisión" Madrid se llena de estatuas masculinas en favor del aborto
Una acción del colectivo Violetas(N) viste al famoso Oso y el Madroño o al exministro Alonso Martínez con el pañuelo verde en defensa del derecho al aborto, dentro de la campaña “Mi voz, mi decisión” para combatir el auge de la extrema derecha.
Ecología
¿RENOVABLES? La lucha contra los megaproyectos eólicos en Euskal Herria
Dicen querer luchar contra el cambio climático, pero el despliegue renovable no va acompañado por medidas reales para reducir el consumo fósil.

Recomendadas

Poesía
Poesía e activismo Luz Fandiño, a poeta rebelde que loitaba cantando
Patricia González e Alejandro Balbuena, músicas e amigas de Luz Fandiño, foron as últimas persoas que a poeta recoñeceu antes un do seu desnacemento. Na mesma cociña na que estiveron con ela tantas veces, lembrámola.
Cómic
Julie Doucet “Cada cómic es un experimento, no me gusta ceñirme a categorías asignadas por otros”
Julie Doucet, icono del cómic alternativo y feminista de los años 90, publica ‘El río’, su nueva novela gráfica que constituye un hito editorial, dado que llevaba un cuarto de siglo alejada del medio.