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Industria aeroespacial
Contrapartidas al rescate de aerolíneas: Air France reducirá emisiones mientras Iberia negocia con el Gobierno
El Gobierno francés ha impuesto como condición para el rescate de Air France con 7.000 millones una reducción de las emisiones de CO2 de sus vuelos domésticos del 50% para 2024. Lufthansa deberá eliminar los dividendos de sus accionistas para poder obtener 9.000 millones. En España, el Gobierno negocia con Iberia un rescate del que no se conoce si tendrá las contrapartidas medioambientales que exigen los colectivos ecologistas.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
La concreción de los rescates a las aerolíneas que se vienen anunciando en las últimas semanas y que podrían alcanzar los 200.000 millones de euros sigue su curso con cuentagotas. Lufthansa y Air France han sido las últimas compañías en anunciar acuerdos con sus respectivos gobiernos para obtener ayudas ante la crisis de liquidez que ha provocado el parón del covid-19 y el complicado futuro a corto plazo que le espera a la industria del transporte aéreo.
Sin embargo, en tiempos de emergencia climática los multimillonarios rescates no están siendo aprovechados por la mayoría de los gobiernos para imponer todas las contrapartidas medioambientales que se le podían exigir a un sector responsable de entre el 5 y el 8% de las emisiones globales, según datos la federación de organizaciones ecologistas Stay Grounded, cifra que el lobby aeronáutico rebaja al 2%.
El Ejecutivo alemán y Lufthansa anunciaron este lunes un acuerdo por el que el Gobierno rescatará con cerca de 9.000 millones de euros a la compañía, lo que hará que la Administración pase a tener una participación del 20% en el capital de la empresa. Una vez formalizado el convenio, la aerolínea deberá reembolsar en un plazo de tres años la ayuda al Gobierno alemán, una condición que no se dio en anteriores rescates, como el que el Ejecutivo español desembolsó al sector bancario español tras la crisis de 2008, que apenas recuperó 20.000 millones de un total de en torno a 80.000.
Las contrapartidas medioambientales, sin embargo, prácticamente brillan por su ausencia en el multimillonario rescate a Lufthansa. Entre las reivindicaciones de los ecologistas se encuentran imponer un compromiso de las compañías de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para cumplir con los compromisos climáticos —lo que supondría reducirlas un 7,6% anualmente—, frenar el modelo low cost, reducir los vuelos de corta distancia, acabar con la brecha salarial de género o prohibir el reparto de dividendos, entre otras.
En el caso de Lufthansa, solo este último se encuentra entre las condiciones del rescate. Los accionistas no podrán repartirse temporalmente dividendos y se aplicarán recortes a la remuneración de los directivos de la compañía.
Es un camino similar al que van a seguir Austria y Suiza con el rescate de Austrian Airlines y Swiss Airlines —ambas filiales del Grupo Lufthansa—. La primera prohibirá el pago de dividendos y de bonus a sus directivos durante un año y Suiza hará lo propio hasta que Swiss Airlines reembolse los 1.400 millones prestados por un consorcio de bancos suizos, un préstamo garantizado por el Estado suizo para el 85% del montante total.
Francia mueve ficha
Francia es, por el momento, la que ha ido más lejos. El paquete de 7.000 millones que el grupo Air France-KLM recibirá —3.000 millones en préstamos del Gobierno y 4.000 de créditos bancarios avalados por el Ejecutivo al 90%— tendrá una contrapartida clara en reducción de emisiones. La ministra gala de Medio Ambiente, Élisabeth Borne, señaló este 24 de marzo que “a cambio del préstamo garantizado por el Estado, Air France ha asumido compromisos muy fuertes para reducir en un 50% las emisiones de CO2 de sus vuelos domésticos para 2024, en particular con una disminución drástica en las rutas donde hay un alternativa ferroviaria en menos de dos horas y media”. Además, para 2050 el 2% del combustible deberá provenir de “fuentes sostenibles”, mientras que para 2030 la intensidad de carbono (los kilogramos de CO2 por pasajero y kilómetro) deberá volver a niveles de 2005.
Sin embargo, desde sectores ecologistas son cautos. “Reducir los vuelos cortos no puede servir para que, por ejemplo, las compañías utilicen los slots que les han quitado de vuelos cortos para meter vuelos de medio y largo alcance, que son más rentables para ellas”, señala Pablo Muñoz, coordinador de la Campaña de Aviación de Ecologistas en Acción (EeA). “Hay que ir con cuidado”, añade, “puede haber juegos en los que la industria haga un lavado de cara de verde por el que diga que reducen los vuelos para dejárselos al tren pero a cambio meten los que más les interesan, que además son los más contaminantes”.
Por su parte, el coportavoz de Equo y exeurodiputado de Los Verde/ALE, Florent Marcellesi señala: “Obviamente, nos gustaría que fuese más allá pero, dentro de lo que cabe, la reducción de vuelos domésticos con una disiminución bastante sustancial de las emisiones de CO2, no solo por pasajero sino también por volumen, lo que es muy importante, nos parece bastante potente como punto de partida”.
Rescate con 1.715 millones de beneficios en 2019
Las miradas están puestas ahora en las negociaciones sobre el rescate de Iberia —ya adelantado por el ministro de Fomento, José Luis Ábalos— entre el Gobierno español e International Airline Group (IAG), grupo al que pertenece la aerolínea junto con Vueling. Solo en 2019, IAG obtuvo un beneficio de 1.715 millones de euros. Por el momento Iberia suscribió un contrato de financiación por valor de 750 millones de euros con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), mientras que Vueling ha conseguido cerrar otro por valor de 260 millones.
Desde Stay Grounded, confederación a la que pertenece Ecologistas en Acción, se envió en abril una carta dirigida al Gobierno en el que exponían las líneas rojas que los ecologistas planteaban al rescate de la aviación, entre ellas la necesidad de una reducción drástica de emisiones o la imposibilidad de que estas compañías radiquen en paraísos fiscales. Además, el 7 de mayo una decena de entidades ecologistas solicitaba a Pedro Sánchez “un plan de viabilidad y redimensionamiento de AENA que implique un cambio profundo urgente en las políticas insostenibles de transporte actuales”. El gestor aeroportuario firmó el 6 de mayo créditos por 851 millones —300 del ICO—, que se sumaban a los 1.075 que consiguió en abril.
Muñoz señala que, ante ambas cartas, no han obtenido respuesta oficial. Sin embargo, desde Ecologistas en Acción esperan que haya contrapartidas medioambientales al probable rescate de Iberia. “Lo primero por coherencia”, destaca el coordinador de EeA, “ya que no se puede impulsar una ley de cambio climático y luego no poner este tipo de condiciones”. Muñoz recuerda además el anunciado pero nunca ejecutado impuesto al uso de la aviación.
En la misma línea, el coportavoz de Equo y exeurodiputado de Los Verde/ALE, Florent Marcellesi, apunta que actualmente “debe haber una lucha importante entre Ábalos y [la ministra de Transición Ecológica] Teresa Ribera, por lo que lo que tenemos que hacer ahora mismo es presionar, sobre todo con la ley del cambio climático, que tengan un poco de coherencia”.