Migración
La marcha de los sin papeles llega a París: “Nos tratan como si no existiéramos”

Miles de personas se manifiestan en la capital francesa para pedir la regularización de los trabajadores extranjeros. Centenares de migrantes recorrieron Francia a pie durante semanas para concienciar sobre su situación.

manifestantes paris sin papeles
Miles de personas se manifiestan en París para exigir la regularización de los trabajadores extranjeros. Teresa Suárez Zapater

“Sin papeles, no tenemos derecho a un trabajo ni a una vivienda digna”. Ipe Odeh, de 27 años, empezó a andar a mediados de septiembre en Marsella y este 17 de octubre llegó a París. Una marcha desde el sur hasta el norte de Francia con un objetivo muy simple: lograr regularizar su situación. Como este joven nigeriano, centenares de migrantes recorrieron a pie el territorio francés en las últimas semanas. Esta marcha de los sin papeles se vio culminada este sábado con varios miles de personas manifestándose por la capital francesa, en una de las movilizaciones más importantes que han tenido lugar en esta rentrée marcada por la pandemia. Un buen reflejo de la autoorganización creciente de las personas migrantes. 

Impulsada por 15 colectivos y 120 organizaciones, esta movilización, también conocida como la “marcha de la solidaridad”, empezó con varios centenares de migrantes que iniciaron su tour reivindicativo el 19 de septiembre en Marsella. Más adelante se le unieron otros grupos que partieron desde Grenoble, Estrasburgo o Rennes. Cada etapa era de unos veinte kilómetros y constituía en sí una acción de protesta. Las distintas columnas confluyeron este sábado en París. La fecha para culminar esta singular movilización no fue elegida al azar, ya que recordó el asesinato el 17 de octubre de 1961 de más de un centenar de trabajadores argelinos durante una manifestación duramente reprimida por la policía en la capital francesa.

La fecha para culminar la movilización no fue elegida al azar, ya que recordó el asesinato, el 17 de octubre de 1961, de más de cien trabajadores argelinos durante una manifestación duramente reprimida por la policía en París

Para esta tercera edición de la marcha de los sin papeles, sus organizadores pretendían que su destinación final fuera el Elíseo. Enviaron una carta al presidente francés, Emmanuel Macron, y pretendían reunirse con él para transmitirle sus reivindicaciones. “No andamos para suplicar un regalo, sino que lo hacemos para lograr la igualdad. La ausencia de derechos para los sin papeles degrada toda la sociedad, favorece el racismo, legitima los controles policiales por criterios raciales y todas las desigualdades”, aseguraban en la misiva. Sin embargo, la prefectura de la policía de París se opuso a que protestaran ante las puertas de la presidencia francesa. Y en el último momento les obligó a cambiar el recorrido de su manifestación autorizada.

manifestacion paris sin papeles 2
Centenares de personas han recorrido Francia a pie para concienciar sobre su situación. Teresa Suárez Zapater

“No queremos ayudas, solo trabajar en condiciones normales”

“Queríamos manifestarnos en el corazón de París para que todo el mundo escuche nuestras reivindicaciones. Nos tratan como si no existiéramos, ya que no nos reconocen ningún derecho”, explica a El Salto Aboubakr Doumbia, de 37 años, del colectivo Sheffer, que reúne a trabajadores del África Occidental que residen en Aubervilliers, en el nordeste de la región parisina. “Como somos migrantes clandestinos, esto nos obliga a trabajar en negro y facilita que nuestros jefes nos puedan explotar”, añade este inmigrante de Costa de Marfil, empleado a tiempo parcial en el sector de la limpieza por solo unos 500 euros al mes. 

Aunque lleva más de cuatro años en territorio francés, Doumbia aún no ha logrado su permiso de residencia. Como sucede en muchos otros países europeos, esta documentación se concede bajo unas estrictas condiciones como poder justificar un empleo fijo, sólidos vínculos familiares en Francia o contraer matrimonio con una persona de nacionalidad francesa. Entre 300.000 y 600.000 personas migrantes en situación irregular residen en el país vecino. Muchas de ellas realizan trabajos esenciales, desde la limpieza, la construcción o la repartición de comida.

“No pedimos ayudas sociales, solo la documentación necesaria para trabajar en condiciones normales”, sostiene Mohamed Sassi

“No pedimos ayudas sociales, solo la documentación necesaria para trabajar en condiciones normales”, sostiene Mohamed Sassi, de 37 años, que hasta hace cinco meses trabajaba como rider para la aplicación Frichti. Aunque estuvo repartiendo comida a lo largo del confinamiento, un día en mayo vio cómo esta start-up le bloqueó su cuenta. Es decir, le despidió con el argumento de que no disponía de documentación francesa. “Cuando empecé a trabajar para ellos hace un año y medio, solo me pidieron mi pasaporte de Túnez”, recuerda este inmigrante tunecino presente en la manifestación parisina, que empezó en la Plaza de la República bajo el cántico constante de “so-so-so, ¡solidaridad con los sin papeles del mundo entero!”.

Entre los manifestantes, había numerosos repartidores precarios de Frichti o Deliveroo, que acudieron a la protesta con sus coloridas mochilas. También destacaba la presencia de colectivos de migrantes transexuales y de prostitutas. Además de regularizar su situación legal, las reivindicaciones de la marcha estaban relacionadas con el acceso a una vivienda digna y el cierre de los centros de retención administrativa (CRA), el equivalente de los CIE.

Miles de inmigrantes y refugiados siguen malviviendo en campamentos improvisados en París o Calais. Y la administración francesa ofrece una atención precaria a la mayoría de los menores no acompañados: “Solo el 40% de ellos se benefician de una ayuda estatal”, alertaba recientemente Pierre Henry, exdirector de la asociación France Terre d’Asile.

Fronteras
Volver a Calais

Nueve meses después del desmantelamiento de la Jungla, no deja de aumentar el número de inmigrantes que vuelven al norte de Francia. El gobierno de Macron combina la represión policial con la apertura de nuevos centros de acogida.

Convergencia entre sindicatos y colectivos de sin papeles

Ante esta precariedad extrema, muchos migrantes apuestan por organizarse en colectivos. Una tendencia acelerada con la crisis del covid-19. “Durante el confinamiento, muchos de ellos tuvieron que organizarse para afrontar esa situación. Y eso reforzó sus vínculos”, explica Richard Schwartz, del colectivo de los sin papeles de Marsella, que participó ahí en la primera etapa y en esta última en París. “En los últimos meses, hemos visto una efervescencia de nuevos grupos de migrantes. Ahora se manifiestan trabajadores de países que no solían hacerlo, como Sri Lanka o Bangladés”, defiende Smaïl Bessaha, delegado sindical de la CGT en el Museo de la Inmigración, quien recuerda que el 30 de mayo ya se produjo una destacada movilización de los sin papeles en París.

“En los últimos meses, hemos visto una efervescencia de nuevos grupos de migrantes. Ahora se manifiestan trabajadores de países que no solían hacerlo, como Sri Lanka o Bangladés”, defiende Smaïl Bessaha

Bessaha, uno de los impulsores del movimiento de los “chalecos negros”, se unió el 9 de octubre en su paso por Dijon (centro-este) a la marcha de los sin papeles que partió desde Marsella. Anduvo con ellos durante una semana hasta llegar a la capital francesa. “Pasamos por localidades rurales donde la presencia de migrantes suele ser escasa y allí pudimos concienciar a sus habitantes sobre la situación de los sin papeles”, explica este militante sindical. “Muchos de ellos nos recibieron con los brazos abiertos”, añade sobre los habitantes de unas zonas periféricas a menudo estigmatizadas por el apoyo electoral importante que logra ahí el partido de Marine Le Pen.

La CGT y Sud-Solidaires —dos de los principales sindicatos franceses— se involucraron en esta “marcha de la solidaridad”. Participaron activamente en la manifestación de este sábado, con exigencias como la “regularización de los trabajadores sin papeles” o “un salario mínimo de 1.800 euros”. “Ha sido una convergencia exitosa, miles de trabajadores se manifestaron con los sin papeles”, destacó Arnaud Chenain, secretario general de la CGT Comercio. Para los dirigentes sindicales, la regularización de los migrantes clandestinos no es solo una cuestión de dignidad, sino también un posible freno al canto de sirenas de la ultraderecha.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

En el margen
En el margen “Perdemos amigues y es una pena porque las personas LGTBIQ pueden ayudar a desarrollar África”
La filóloga camerunesa reside actualmente en España y estudia un doctorado en migraciones, cuerpos, negrofobia y vulnerabilidad de personas. Investigar sobre identidades disidentes en su país le ha traído críticas, hasta desde la propia academia.
Melilla
Opinión A tres años de la masacre de Melilla del 24J, ¿qué ha cambiado?
Lo que aconteció en 2022 es otra huella de la rutina neocolonial y racista de este enclave español en la frontera sur. El hecho nos permite recordar las necropolíticas racistas invisibilizadas en los juzgados y las esferas mediáticas.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
Medio ambiente
Medio ambiente A loita polo monte galego: lumes, eucalipto e ameazas á propiedade común
Galiza concentra un terzo dos incendios forestais rexistrados no Estado. Mentres a Xunta apunta aos montes veciñais, comuneiros e ecoloxistas denuncian unha estratexia política para favorecer a privatización e a expansión da industria madereira.

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.