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Universidad
Las novatadas disminuyen, pero no cesan: “Es violencia trivializada, tienen la estructura de dominio-sumisión”
Laura, nombre ficticio, es una veterana. Y no por su edad, sino por su estatus universitario. Durante la primera semana de clases, los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos (UB), entre los que se incluye ella, realizan sus novatadas. El lunes, a los estudiantes de primer curso se les cita en un lugar y se les recomienda acudir con “ropa para manchar”. Una vez allí, tienen que decir su nombre, apellidos, estado civil y una cualidad. Todo ello con una cuchara con ‘colacao’ en la boca. Se les tira un huevo y harina en la cabeza, se les escribe una ‘n’ de novato en la frente y en su bata de futuros químicos, una ‘l’ de lerdo.
Esta es una de las “pruebas” que se realizan al comenzar el curso, según indica esta veinteañera en una conversación con El Salto. “También jugamos al ‘beso o placaje’. A cada chica se le asigna una letra y a cada chico, un número, Si sale ‘E5’, las personas que coincidan tienen que salir, y el chico tiene que besar a la chica y ella placarle a él”, añade Laura.
El resto de los días se hacen más “pruebas”. “Jugamos al pañuelo, pero de otra forma. Se llena un preservativo de vinagre y lo tienen que coger con la boca”, agrega esta estudiante. Asimismo, paseando por las calle burgalesas, recaudan dinero para sus fiestas ofreciendo a los viandantes un tartazo a un novato a cambio de unas monedas.
“Jugamos al pañuelo, pero de otra forma. Se llena un preservativo de vinagre y lo tienen que coger con la boca”, explica Laura
Por su parte, Daniel, otro joven estudiante de la misma facultad y quien ha preferido permanecer en el anonimato, señala que “en su momento” las novatadas se hacían en la cafetería de la facultad. Los dos jóvenes recalcan que no se obliga a nadie a ir: “Se pone una lista y se apunta quien quiera. El primer día va mucha gente y según van pasando los días, baja”. Sin embargo, no es en el único lugar de la geografía española donde suceden estos actos.
Teléfono contra las novatadas
Hernán Álvarez, delegado del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Extremadura (UEx), subraya que todos los años se hacen novatadas. Este joven extremeño pone el foco en una de las facultades de la UEx: “En Medicina hacen ‘el foso’: cavan un agujero y te meten ahí con todo lo que te puedas imaginar”. Álvarez no especifica qué es lo que introducen en la perforación, pero no descarta que se incluyan heces, entre otros ingredientes.
Por otro lado, el Consejo de Estudiantes de la UEx ha lanzado un teléfono contra las novatadas. “Si te sientes incómodo o sufres algún tipo de agresión: 628 19 04 55”, destaca un comunicado. Atienden mensajes a través de WhatsApp y llamadas, así como consultas a través de un correo electrónico. A fecha de la composición de este reportaje, no han recibido ninguna consulta: “Es buena señal”.
“Lo peor que te puede ocurrir es que te pinten, además se hacen cerca de un lavadero de coches para que luego se limpien”, explica el delegado. “Aquí, el que no quiere no va. No he visto ni agresiones físicas ni sexuales”, aclara Álvarez al otro lado del teléfono. “Las novatadas de aquí no son como las de Madrid”, dice el joven, quien hace alusión a la capital, donde se aglutinan una gran cantidad de colegios mayores y residencias universitarias.
La ley 3/2022, de 24 de febrero, de convivencia universitaria recoge en su artículo 13 las sanciones aplicables a las faltas muy graves, entre las que se encuentran la realización de novatadas, el acoso sexual o la discriminación
Desde el Consejo de Colegios Mayores aclaran a este digital que las novatadas “no son un problema” de estos centros, “sino social”. Asimismo, estas mismas fuentes recuerdan que están prohibidas y perseguidas por la legislación vigente.
La ley 3/2022, de 24 de febrero, de convivencia universitaria recoge en su artículo 13 las sanciones aplicables a las faltas muy graves, entre las que se encuentran la realización de novatadas, el acoso sexual o la discriminación por razón de sexo, orientación sexual o identidad de género, entre otras: la expulsión de dos meses a tres años del centro universitario donde sucedan los hechos o la pérdida de la matrícula, durante un curso o semestre académico.
Además de estar perseguidas por la vía judicial, en España nació hace 12 años una asociación que busca ponerle punto y final a estas conductas.
“Lo que más se escucha es: ‘Se van a cagar’”
La presidenta de la Asociación No Más Novatadas, Loreto González-Dopeso, advierte que las novatadas no son ni bromas, ni juegos, a pesar de que hayan disminuido: “No es un sinónimo de broma. En las bromas no hay un criterio de jerarquía y son recíprocas. En las novatadas no. Aunque sean leves, no son bromas. Es violencia trivializada. Siempre hay una estructura de dominio-sumisión”.
González-Dopeso alerta que desde hace años existen las prenovatadas. Se realizan en las ciudades de origen, antes de llegar al destino universitario. “Los veteranos se enteran a través de las redes sociales. Te mandan mensajes y te hostigan. Hay gente que se lo toma como ‘estoy hay que pasarlo’, otros, con mucha presión”, apostilla esta psicóloga. Sin embargo, muchos exnovatos, cuando se convierten en veteranos, descargan en los nuevos alumnos los sufrimientos vividos: “Lo que más escuchamos es: ‘los del próximo curso se van a cagar’”.
González-Dopeso, presidenta de la Asociación No Más Novatadas, condena actitudes que “privan de derechos fundamentales”, como que una chica se tenga que sentar en el regazo de un chico y “darle la sopita”
González-Dopeso condena actitudes que “privan de derechos fundamentales”, como que una chica se tenga que sentar en el regazo de un chico y “darle la sopita” o subir las escaleras del colegio o residencia a gatas “diciendo miau, miau”, simulando a un gato. “Otra de ellas es la recreación de una felación a un joven con un plátano”, lamenta, así como tomar un yogur con colillas o beber un vaso con vinagre.
Actualmente, indica que continúan ocurriendo en algunos colegios, pero mantiene que ahora se alquilan locales, pagados por los novatos, acuden a parques o tienen lugar en los pisos de los veteranos.
El miedo al señalamiento
La psicóloga del Colegio de Psicólogos de Madrid Ana Aizpún avisa de los peligros que puede suponer ser una víctima de las novatadas. Entre ellos, se encuentran la ansiedad, los trastornos alimenticios o conductas de riesgo “para quitar el miedo”, como el consumo de alcohol y otras drogas.
Aizpún, quien arroja luz sobre estas actitudes en su obra Novatadas. Comprender para actuar, asevera en una charla con este medio que los jóvenes hacen “lo que sea” para que les acepten, y, de no ser así, les señalan.
Valentín Martínez-Otero, doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, persiste que por el hecho de que un alumno ingrese en un centro universitario, no tiene por qué experimentar molestias: “Así no se integran. Se perjudican a las personas y cogen miedo. Favorecen un ambiente de hostilidad”.
“Hay que prevenirlo”, comenta Martínez-Otero. Por su parte, la presidenta de la Asociación No Más Novatadas afirma que ”se está viendo un progreso”. “Nuestro objetivo es erradicar las novatadas, aunque yo no lo veré. Ojalá me equivoque”, sentencia.