Argentina
Julia Expósito: “Los gobiernos progresistas y los feminismos tenemos que hacer autocrítica”

En la ciudad de Rosario, conversamos con la socióloga Julia Expósito en busca de algunas claves económicas y sociales que expliquen el éxito de Milei y la derrota de la izquierda.

Javier Milei asumió la presidencia el pasado 10 de diciembre en una puesta en escena mesiánica y llena de simbolismo y con un discurso repleto de datos falsos o erróneos. Mientras Argentina se despierta de la gran resaca electoral, desde diversas posiciones se multiplican los análisis para explicar cómo se ha llegado hasta aquí. En la ciudad de Rosario, conversamos con la socióloga Julia Expósito en busca de algunas claves económicas y sociales que expliquen el éxito de Milei y la derrota de la izquierda. 

Politóloga, feminista, marxista y doctora en la Universidad de Buenos Aires, Expósito ha centrado sus investigaciones en la teoría feminista del capitalismo patriarco-colonial. Autora del libroFeminismos revolucionarios (Buenos Aires, Red Editorial, 2021), una suerte de mapeo de las tensiones internas del feminismo marxista, en torno a la consideración del trabajo reproductivo, y de El marxismo inquieto(Buenos Aires, Prometeo Libros, 2018), sobre los nuevos retos del marxismo como herramienta de análisis de la contemporaneidad, además de numerosos artículos académicos. Docente de la cátedra Análisis Político y del Centro de InvestigacionesFeministas y estudios de género y en la Maestría en Cultura Pública, es una de las miles de investigadoras que se encuentran ahora en el punto de mira de las políticas de ajuste del nuevo Gobierno de la Libertad Avanza.

Tras ganar las elecciones primarias, Javier Milei ratificó que eliminaría el Ministerio de Ciencia y Tecnología en caso de ser electo presidente. ¿Crees que realmente va a desaparecer la ciencia del sistema público argentino?
Hice mi estudio de posgrado como becaria doctoral y postdoctoral de Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina), que es uno de los frentes que el Gobierno de Milei quiere hacer desaparecer.  

Desde las elecciones nos han bombardeado con toda una serie de medidas que supuestamente se van a tomar y luego no. Todo eso genera una especie de terror. Uno de esos frentes es la ciencia, la tecnología, la investigación y la educación. Ahora parece que no lo va a cerrar, sino que lo va a definanciar, que es otra forma de reventar la ciencia y la tecnología del país.

Ese terror se da en todos los espacios. La dolarización también va en esa clave. Amenaza con ir a por todo y después en realidad lo que sucede es la estanflación y los ajustes. Y así la gente se va conformando. Tiene que ver con el proceso de precarización en el trabajo que sucede desde hace tiempo a nivel internacional. Ese proceso de implementación neoliberal es un proceso violento en América Latina con las dictaduras de los 70 y 80. En toda América Latina, el neoliberalismo nace con violencia, con recortes y con ajustes. 

El Gobierno de Milei viene a reponer algo de esa clave neoliberal cuando dice en su discurso que “los planes contra la pobreza generan más pobreza”, que “la única forma de salir a la pobreza es con más libertad”.  

Julia Expósito - 2

En España se habla mucho de la aporafobia, el odio a los pobres, incluso por parte de gente que tienen pocos recursos.  
Sí, gente que es pobre te va a hablar mal de la gente que vive de prestaciones sociales y no trabaja. Me parece que la batalla ideológica que se perdió es justamente esa. Hay algo de este plan económico que está totalmente ligado a una forma de construcción de la subjetividad.  

En los 90 comienza ese neoliberalismo de las empresas y, de ahí hasta ahora, esa batalla ideológica la ganó la derecha. Y la perdimos en términos de clase. La clase trabajadora no se siente trabajadora o siente que no es pobre. Como que el pobre siempre es el otro, el negro siempre es el otro, el violento siempre es el otro.

El ultraliberalismo de Milei proviene de un discurso viejísimo, pero el envoltorio es totalmente contemporáneo con TikTok, las fake news

Milei no se monta sobre la nada. Se monta sobre un proceso que viene sucediendo hace años. Hace 15 años empezamos a tener linchamientos a pibitos en situación de calle que robaban un celular o una billetera.  

En los 90 comienza ese neoliberalismo de las empresas y, de ahí hasta ahora, esa batalla ideológica la ganó la derecha. Y la perdimos en términos de clase

Acá le llaman “planeros” a aquellos que reciben ayudas del Estado. Ahora son percibidos como vagos, lumpen, que no quieren trabajar y que viven de la teta del Estado. Pero eso sucede tanto con gente que cobra para el agua, la asignación universal por hijo o los becarios de Conicet. 

Fue una de las luchas que se dio en el sector bajo la consigna de “investigar es trabajar”. La investigación como una inversión, no como un gasto del Estado. Es importante que un Estado pueda tener ciencia, tecnología, investigación y educación propias, y no coloniales. La discusión de fondo es una discusión colonial clásica en Argentina.  

Milei dice que “no hay plata”. Sin embargo, según el Instituto Internacional de Finanzas, los argentinos poseen 260.000 millones de dólares en depósitos y cuentas del exterior. 
Eso de que “no hay plata”, es una falacia, a diferencia de lo que fue el menemismo, hoy en Argentina hay sobrante de pesos. No es que no haya plata, hay pesos circulantes. Todo el plan de las Leliq —instrumento de deuda remunerada por el Central por el Banco Central— y los plazos fijos para los trabajadores precisamente era un gesto para mantener la plata en el banco. Lo que no hay son dólares. 

Esos dólares se materializan en esa fuga de divisas de la que estás hablando, que es el problema sobre el que habría que ir y no en ajustar sobre lo público. Además, lo público no representa la cantidad de dinero suficiente para sacarnos de la situación inflacionaria y devaluatoria en la que en la que nos encontramos en este momento. 

Otra de las cuestiones es la deuda con el FMI y que hay que pagarla este mes. 
Claro, vence el acuerdo. Sobre eso no hay nada en concreto. No conocemos el proyecto económico concreto de Milei, sí sabemos que vamos a ser cada vez más pobres. 

Y esa deuda de la que hablan y de la que culpan a la “pesada herencia de los últimos cuatro años”, nombrando específicamente el Gobierno de Alberto Fernández, es la deuda que tomó el Gobierno de Mauricio Macri con Luis Caputo, el mismo ministro de Economía de Milei. 

Otra de las cosas que dijo Milei en su campaña es que iba a cerrar el Banco Central.
El concepto de ir contra la casta está asociado en el discurso electoral de Milei al cierre del Banco Central y al proceso de dolarización. Hoy esas medidas no parecen que vayan a ocurrir. La casta ya nos son los políticos corruptos, sino todos los trabajadores del Estado.

El mileísmo cambia de piel y habla de negociar con la casta para formar gobierno. Sale en un tono muy tranquilo, reivindica al padre de Macri y al propio Macri como los mejores políticos y empresarios, y empieza este plan donde la dolarización y el Banco Central pasan a un segundo plano. Lo que vuelve es el ajuste y la deuda, cosas que conocemos muy bien. 

A diferencia de las ofensivas de la derecha de otra época en América Latina, hoy esos golpes se hacen por la vía institucional.
Eso no es un dato menor respecto a cómo se construyeron los mecanismos democráticos en nuestro país. En Argentina, no hay un debate sobre cómo fue esa transición a la democracia, sobre cómo se generaron los mecanismos de la memoria. ¿Qué le sucede a la memoria cuando se institucionaliza? Ahí creo que hay una pregunta interesante para pensar por qué prende tan rápido un discurso fascistoide, de derecha, en lo popular. Ahí hay algo en relación a otras reflexiones: ¿cómo construimos memoria?, ¿cómo hicimos esa transición en la democracia?, ¿cómo se pensó la institución democrática?, ¿y cómo se pensó el mundo del trabajo?  

En Argentina vivimos procesos de precarización sobre los cuales se activó el consumo de las clases populares vía deuda. Finanzas y deuda son importantes para entender por qué hoy puede ganar un tipo como Milei.

Milei te está amenazando con quitarte la beca, la ayuda del comedor, el subsidio. Los sectores populares están en el puro presente, solucionando el cómo comer hoy 

¿Qué representa la actual vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, familiar de genocidas, y Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad?
Villarruel y Bullrich son dos figuras con una disputa interna en la coalición de Gobierno respecto al eje de seguridad. Las dos representan lugares de represión y violencia. Bullrich es la responsable de la represión policial de los últimos años, del asesinato de Santiago Maldonado, por ejemplo. Pero Villarruel representa a los militares más duros de la dictadura. Pretende volver a la teoría de los “dos demonios” según la cual no hubo un genocidio, sino que había un enemigo interno que había que exterminar. Ese discurso, si bien no había desaparecido socialmente, de alguna manera no se podía decir públicamente. Algo de eso se empezó a quebrar y se puso en el debate. Por ejemplo, frente a la denuncia de los 30.000 desaparecidos, Milei dice que fueron 8.000. Y volvemos a esa teoría del enemigo interno, del “algo habrán hecho”, que es el discurso de la dictadura cívico militar. Nos han ganado la batalla de alguna manera y vuelven a habilitarse estos lugares tremendos de la violencia política, de la violencia social y de culpabilizar al otro.

¿Qué significa la frase de Milei “el que corta no cobra”?
En 2001 con el proceso de resistencia que se dio a la crisis del horror neoliberal surgen los piqueteros. Ahí se junta la clase trabajadora que estaba totalmente desempleada y la privatización de empresas públicas, o sea, nada muy distinto a lo que se está gestando ahora. Cuando se le toca el bolsillo a la clase media es cuando todo salta, ¿te acordás del corralito?  

Tradicionalmente los trabajadores hacían huelga tomando su lugar de trabajo. Pero cuando no tienen trabajo, ¿cómo se hace para generar algún tipo de escucha? Se cortan las calles, se hacen ollas populares, se generan mecanismos de reproducción social súper interesantes de sostenibilidad de la vida de forma colectiva, popular y callejera. Y en términos de organización eso hasta hoy persiste. 

Pero también ha ido generando algo de este discurso que hablábamos antes de derechización de lo social. Se pone al resto de los trabajadores contra los piqueteros porque no les cortan las calles y no pueden llegar a tiempo al trabajo. 

Cuando Milei dice “El que corta no cobra”, está hablando de esa figura. De un piquetero muy relacionado a los planes sociales. Hay una amenaza: “Yo sostengo mientras ustedes no corten”. Esa frase marca la represión a la movilización. 

Milei te está amenazando con quitarte la beca, la ayuda del comedor, el subsidio. Los sectores populares están en el puro presente, solucionando el cómo comer hoy. ¿Cuál es la proyección a futuro cuando vos solo podés cerrar hoy? ¿Cómo discutís que estos mecanismos que Milei tiene no son democráticos cuando tenés a parte de la población que no accede a derechos? Es muy complejo cuando nosotros decimos “nos van a quitar los derechos”, y la gente más pobre nos dice “pero si yo ya no los tengo”.

Hay algo de eso por lo que gana Milei y ahí es donde me parece que tanto los gobiernos progresistas como los feminismos tenemos que pensar qué pasó en estos años que no funcionó. Jugar ahí con la autocrítica. El concepto de democracia es el que está puesto en tensión y también los derechos humanos. No hemos sido capaces de generar un discurso que sea atractivo para la gente joven o que lo entienda y lo sienta como propio.

El ultraliberalismo de Milei proviene de un discurso viejísimo, pero el envoltorio es totalmente contemporáneo con TikTok, las fake news. Lo que hace a Milei un líder carismático y atractivo que prende entre la gente joven es esa contemporaneidad. 

El concepto de libertad viene siendo disputado y no supimos ver lo que estaba gestando. El movimiento feminista a nivel internacional también puso en cuestión y en disputa lo que era pensar la libertad. Se puso en la discusión y la pelea por la libertad y no sobre la social, por la libertad y no sobre la igualdad y eso sucedió tanto en los feminismos como en la ultraderecha. 

La libertad en el feminismo apareció en frases como “mi cuerpo, mi decisión”. Pero si esa libertad no está vinculada al debate sobre la igualdad, es una libertad solo para blancas o ricas

Hay un problema muy serio, porque dentro de los feminismos —un movimiento plural, heterogéneo, complejo— apareció esa libertad en frases como “mi cuerpo, mi decisión”, por ejemplo, pero si esa libertad no está vinculada al debate sobre la igualdad, es una libertad solo para blancas o ricas. Eso explicaba también por qué podíamos pensar un proceso tan complejo como el de un feminismo neoliberal. 

Pero el feminismo está siendo utilizado como arma arrojadiza por esta derecha que habla de ideología de género. 
Se disputa ese concepto de libertad y lo hace de otra manera, y también responde a la libertad de masculinidades que se sintieron agredidas. Milei no habla de familia. ¿Cuál es la familia de Milei? Cinco perros, tres clonados y su hermana. Eso es una familia queer en los términos feministas. El peligro neoliberal de lo queer que había en los feminismos, ¿no? 

Pero, sin embargo, en los feminismos sí hay una puesta en cuestión más allá de esos términos liberales, de las estructuras de reproducción social del capitalismo, de la colonialidad y de las formas del patriarcado y por eso podemos decir que el feminismo es un movimiento revolucionario en esos términos, y ese es el peligro para las nuevas derechas. 

El concepto de libertad lo que viene a defender es a la propiedad, que es un concepto claramente capitalista, pero también colonial y patriarcal. Traes la libertad para vender lo que quieras.  

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¿Y se están organizando los grupos feministas?
No es un momento fácil de pensar cómo salir y no es momento para apurarse. Hay algo de eso de entender la gravedad, la urgencia de esta situación y lo que está pasando en términos de movimiento. Es más bien un repliegue organizativo, de ver qué forma de cuidado vamos a tener y cómo nos vamos a organizar cuando la clave de lo acostumbrado cambia. Salir a la calle así nomás es convertirse en carne de cañón. 

No hemos sido capaces de generar un discurso que sea atractivo para la gente joven o que lo entienda y lo sienta como propio

Vimos muchos elementos de la extrema derecha internacional en la toma de posesión de Milei. Parece que Argentina se puede convertir en un laboratorio de la extrema derecha. 
Sí, y con financiación extranjera. En sus orígenes, el laboratorio del neoliberalismo también fue América Latina. Pensar en Milei solamente como un fenómeno nacional es un error, hay que ligarlo a toda la coyuntura internacional que se hizo fuerte en la pandemia.  

Parece que es más fácil pensar y construir distopías que construir utopías 
Sí, me parece que la utopía es un lugar en crisis desde hace mucho tiempo. Además tenemos una experiencia histórica de la crisis del marxismo respecto a lo que a lo que fueron las utopías socialistas. 

Hay que volver a esa pregunta por el futuro. Hay algo en el feminismo que es interesante, la pluralidad, no aparecer como un movimiento, sino como algo heterogéneo que puede pensar quizá heterotopías y no utopías o generar otra apertura. Pero hay que pensar el futuro, no se lo podemos regalar. 

Porque esa idea de que no hay futuro es la única que toma como guante la derecha. Para la derecha este es el futuro y nos van a reventar, vamos a sufrir. Es casi religioso el discurso de Milei: sufra y después ya vamos a ser potencia internacional. 

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