We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Brasil
Esta vez sí, Lula presidente
Por primera vez en 25 años de historia política de Brasil un presidente no es reelecto. Aunque se esperaba algún tipo de posicionamiento por parte del actual mandatario, Jair Bolsonaro, hasta ahora no lo hubo. Lula, que asumirá por tercera vez el cargo de presidente, leyó un discurso para la prensa en una sala abarrotada de periodistas en el Hotel Intercontinental de São Paulo primero, luego saludó a los invitados internacionales y se dirigió a la Avenida Paulista, donde lo esperaba una multitud de seguidores frente a quienes dio un encendido discurso. Esta vez, además de los habituales, Lula tuvo a su lado a la expresidenta Dilma Rousseff.
Ayer domingo, Lula y Bolsonaro, al igual que la gran mayoría de los ciudadanos llamados a las urnas, votaron en los mismos lugares en los que ya lo habían hecho en primera vuelta. Lula en San Bernardo do Campo (a 20 km de São Paulo) y Bolsonaro en Rio de Janeiro. “Hoy posiblemente sea el 30 de octubre más importante de mi vida. Creo que es un día muy importante para el pueblo brasilero porque hoy el pueblo está definiendo el modelo de Brasil que desea, y el modelo de vida que quiere”, señaló Lula inmediatamente luego de votar.
Bolsonaro fue el primero en votar en su mesa y antes de retirarse también hizo declaraciones a la prensa: “Expectativa de victoria por el bien de Brasil. Solo hemos tenido buenas noticias los últimos días. Si Dios quiere, saldremos victoriosos esta tarde. O mejor, Brasil saldrá victorioso esta tarde”.
La noticia destacada del día de las elecciones fue el intento por parte de la Policía Federal de Carreteras (PFR según las siglas en portugués), que realizó operaciones que obstaculizaron el tránsito de votantes en zonas del Nordeste que suelen ser favorables a Lula. El Tribunal Superior Electoral pidió explicaciones sobre este accionar que fue filmado y denunciado por los propios votantes. A lo largo de la jornada también se denunció la falta de transporte gratuito en diversas ciudades donde había sido garantizado, algo que podía perjudicar, fundamentalmente, a votantes de bajos recursos que es donde Lula cosecha su mayor caudal de votos. Estos dos hechos pusieron en alerta al equipo de Lula ya que con un resultado tan ajustado se temía que pudieran afectar negativamente el conteo final.
Manha (mañana)
A partir de ahora Lula deberá vérselas con una composición del Congreso fundamentalmente de derecha, o de extrema derecha, que lo obligará a establecer alianzas y negociaciones sobre todo con el Centrao, cuyos miembros se caracterizan por su profundo pragmatismo antes que por sus profundas convicciones. Por lo demás, Lula sabe que además de mantener y consolidar sus apoyos en la comunidad internacional —que en general mantiene buenos recuerdos de sus anteriores gestiones de gobierno—, su base social será su más sólido apoyo en la reconstrucción del país. Esta misma base social es la que lo sostuvo, y lo acompañó mientras estuvo en prisión, y que luego impulsó fuertemente su candidatura.
El frente que hoy encabeza está compuesto por fuerzas que incluso se colocan a la izquierda del PT y que muy probablemente lo marquen de cerca para que cumpla su programa de gobierno
El frente que hoy encabeza está compuesto por fuerzas que incluso se colocan a la izquierda del PT y que muy probablemente lo marquen de cerca para que cumpla su programa de gobierno. Es ahí donde la mayoría coincide que se verán las dotes de Lula, su experiencia y su enorme capacidad de negociación, ya que la oposición y la elite económica también lo marcarán de cerca y no querrán perder privilegios frente a quienes sueñan con retomar la discusión por la reforma agraria, por poner solo un ejemplo. Aunque Brasil en 2015, y luego de los dos gobiernos de Lula, salió del mapa del hambre de la FAO, en julio pasado volvió a entrar y el número de personas que pasan hambre o están en riesgo de ello es escalofriante.
“A partir del 1 de enero de 2023 —la fecha de la asunción— voy a gobernar para 215 millones de brasileños, y no para quienes votaron por mí”, sostuvo Lula en el discurso de la victoria. “No existen dos brasiles. Somos un único país, un único pueblo, una gran nación. Es hora de bajar las armas que nunca debieron ser empuñadas. Las soluciones van a ser a través del diálogo y no con la fuerza bruta”. Franqueado por su equipo de campaña, comenzó su discurso agradeciendo especialmente a Janja, su compañera, a Dios, y a los principales candidatos, entre quienes destacó a Fernando Haddad, el candidato a gobernador del PT, derrotado en São Paulo por el bolsonarista Tarcisio de Freitas (55,27% a 44,73%). Esto representa una dura derrota para Lula y los suyos. São Paulo es el estado más poblado (46 millones de habitantes) y genera la tercera parte de las riquezas del país. Por otra parte, con el 52,77% de los votos, Jerónimo Rodrigues fue elegido gobernador de Bahía durante esta segunda vuelta electoral. El electo gobernador es el primer candidato indígena en conquistar ese cargo en el país. En esta segunda vuelta fueron elegidos los candidatos de 12 gobernaciones y, con los números en la mano, se puede decir que Lula tendrá el apoyo explícito de 10 de un total de 27 gobernadores. Esto, sumado a la nueva composición del Congreso, plantea un escenario de poder complicado para el recién electo presidente.
Con el 52,77% de los votos, Jerónimo Rodrigues fue elegido gobernador de Bahía durante esta segunda vuelta electoral. El electo gobernador es el primer candidato indígena en conquistar ese cargo en el país
Después de los agradecimientos, Lula leyó un texto en el que repitió algunas de sus promesas de campaña, entre ellas mencionó la urgencia de acabar con el hambre “otra vez” y sostuvo que sí Brasil es capaz de exportar comida para el mundo entero también debe poder garantizar la comida de todos. Hablo de terminar con el muro de concreto que separa Brasil en partes desiguales y de lo inaceptable que resulta ver tanta gente durmiendo en las calles. En el plano internacional, volvió a hablar del aislamiento al que ha sido sometido Brasil, y señaló que en sus viajes por el mundo “hay saudade (nostalgia) de Brasil; que se va a trabajar en la credibilidad y la previsibilidad del país y en establecer un comercio exterior más justo. También se refirió a las políticas que llevará adelante respecto al cuidado del medio ambiente, y muy especialmente de la Amazonia. Durante la lectura se mencionó, en numerosas ocasiones, la necesidad de paz, amor y esperanza, y de un diálogo con todos los partidos políticos y gente de todas las religiones. “Nuestra lucha no empieza ni termina con la elección, esta es una lucha para toda la vida”, concluyó.
La previa
El sábado las calles de São Paulo fueron una fiesta para los seguidores de Lula, y para quienes sabían que el 30 de octubre era la última oportunidad que tenían —al menos por cuatro años—, de ver materializada la consigna que motorizó gran parte de las luchas de estos años: “Fora Bolsonaro”. Lula primero hizo una breve aparición ante la prensa nacional y extranjera, y luego participó de una larga y enorme “Caminata para la victoria” por la Avenida Paulista, en pleno centro de la ciudad, acompañado de Pepe Mujica, Alckmin (electo vicepresidente), Fernando Haddad (candidato a gobernador de São Paulo), Janja (su compañera), y Jeremy Corbyn, entre otros. Corbyn, Noam Chomsky y Pepe Mujica, fueron parte del enorme contingente de personalidades que vinieron a dar su apoyo a Lula en estas elecciones históricas. Bolsonaro, por su parte, participó de una de sus habituales caravanas de motos en Belo Horizonte (Minas Gerais).
Los números que se conocieron el sábado a última hora daban como ganador a Lula, pero lo sucedido en primera vuelta hizo que esta vez los resultados de las encuestas se tomaran con pinzas. Aun así, las dos principales encuestadoras dieron a conocer sus datos: Ipec le dio un 54% de votos válidos a Lula y un 46% a Bolsonaro, mientras que Datafolha le dio 52% a Lula y 48% a Bolsonaro.
Bolsonaro ha puesto en duda, en numerosas ocasiones, el sistema electoral brasileño y a su máxima autoridad, el Supremo Tribunal Electoral, allanando el terreno para denuncias de fraude
Pero la noticia del sábado la dio Carla Zambelli, una de las diputadas bolsonaristas más votadas el pasado 2 de octubre, que pistola en mano, corrió a un hombre por las calles de São Paulo. Aunque no está muy claro qué originó la pelea, en varios vídeos que circulan por las redes sociales se puede ver que la discusión terminó con Zambelli y varios de sus acompañantes detrás del hombre que se refugió en un bar. Durante la corrida se oyó un disparo que luego se supo provenía de un miembro de la seguridad de Zambelli, que fue arrestado. En recientes declaraciones Zambelli, que es una defensora del uso de armas, ha declarado que es necesario estar armados ante la posibilidad de que en Brasil surjan dictaduras como la de Fidel Castro o Hugo Chávez, de las que haya que defenderse. Esto sucedió a pocos días del escándalo que tuvo como protagonista al ex diputado bolsonarista, Roberto Jefferson, que se resistió a una detención lanzando tres granadas y 20 disparos de fusil contra policías federales, tras lo cual se entregó en una causa por atentar contra la democracia. En esa ocasión Zambelli había dicho que rompía relaciones con Jefferson porque era intolerable disparar contra policías.
Aunque los escándalos de Zambelli y Jefferson no fueron los únicos que sacudieron la campaña de Bolsonaro estos últimos días. Tanto lo de las adolescentes venezolanas, que el actual presidente caracterizó como prostitutas, y con las que se jactó de haber tenido un encuentro, como el anuncio de su ministro de economía, Paulo Guedes, sobre la desindexación del salario mínimo y las pensiones respecto a la inflación, minaron el último tramo de campaña de Bolsonaro.
Comunidad internacional
Por otra parte, si bien en la noche del viernes —finalizado el último debate cara a cara entre ambos candidatos en los estudios de la TV Globo—, Bolsonaro aseguró que iba a respetar los resultados de las elecciones aunque no le fueran favorables, la pregunta de qué hará Bolsonaro en caso de perder sobrevoló toda la campaña, y representa una de las grandes incógnitas y una de las mayores amenazas de esta elección. Bolsonaro ha puesto en duda, en numerosas ocasiones, el sistema electoral brasileño y a su máxima autoridad, el Supremo Tribunal Electoral, allanando el terreno para denuncias de fraude y su no reconocimiento de los resultados. También manifestó su deseo de que las fuerzas armadas participaran del proceso electoral para garantizar los resultados. En este mismo sentido, hace algunos días, un grupo de senadores demócratas de EE UU le enviaron una carta al presidente Joe Biden en la que le pidieron que “Estados Unidos y la comunidad internacional deben estar preparados para reconocer rápidamente los resultados anunciados por la autoridad electoral brasileña el 30 de octubre”.
En la breve conferencia de prensa que dio el sábado antes de la caminata Lula se mostró en compañía de Pepe Mujica, y su habitual equipo de campaña. Hablo poco pero hizo un especial hincapié en los apoyos que le brinda la comunidad internacional y en el aislamiento al que los ha sometido Bolsonaro, y resaltó su condición de paria internacional con una frase contundente: “No tiene condiciones psíquicas para gobernar Brasil”. Asimismo habló de la importancia de recomponer relaciones y recuperar organismos de integración regional como Unasur, Mercosur o Celac. Aunque Lula siempre hizo hincapié en las relaciones internacionales, quienes forman parte de la mesa chica del PT y pertenecen a su núcleo duro, sostienen que esta vez Lula hará mayores esfuerzos (que en sus anteriores gobiernos), por establecer un bloque regional fuerte que le/s permita a los países de la región (y a sus economías) negociar con más peso. Incluso se habla de la creación de una moneda sudamericana.