Cine
Cuando la antigüedad era sexy: erotismo y fe en el cine de Cecil B. DeMille

Cecil B. DeMille, director de ‘Cleopatra’, uno de los realizadores que contribuyeron a definir el modelo hollywoodiense de cine espectacular, firmó varias ‘christian movies’ salpicadas de sensualidad.
Claudette Colbert
Claudette Colbert en una escena de la película ‘Cleopatra’, de 1934.
30 abr 2021 06:00

En los últimos meses se han recuperado en soporte Blu-ray algunos de los clásicos de Cecil B. DeMille, un realizador cuyo nombre se convirtió en sinónimo parcial del Hollywood más grandilocuente. Varios de los títulos editados, Cleopatra, El signo de la cruz y Sansón y Dalila, tenían en común su ambientación en la Antigüedad, con la represión del cristianismo como uno de los temas principales en los dos últimos filmes mencionados.

El director de El mayor espectáculo del mundo ya había filmado una primera versión de Los diez mandamientos y también Rey de reyes en el Hollywood presonoro. Y siguió tomando la historia, vista desde una cierta cristianidad, como telón de fondo narrativo de algunas de sus principales aportaciones a un proceso colectivo: El signo de la cruz o Las cruzadas contribuirían a definir cómo sería el cine espectacular y de gran presupuesto en la primera década del cine sonoro, cómo seguía evolucionando la tradición edificada alrededor de obras silentes como el western épico (y desatadamente racista) El nacimiento de una nación. El visionado de estas películas resulta altamente recomendable para establecer una especie de genealogía del blockbuster y también de las christian movies, mucho antes de que surgiese la idea de tratar este tipo de audiovisual como un producto destinado a un nicho de mercado específico.

A diferencia de otros autores que llevaban materiales religiosos a la gran pantalla, DeMille hacía coexistir la proclama beata con restos de la sensualidad que desprendían algunas de sus películas ambientadas en la contemporaneidad

Las propuestas de DeMille tenían algún aspecto distintivo. A diferencia de otros autores que llevaban materiales religiosos a la gran pantalla, el realizador estadounidense hacía coexistir la proclama beata con restos de la sensualidad que desprendían algunas de sus películas ambientadas en la contemporaneidad. Algunas de las imágenes que filmó en el Hollywood previo a la censura atropellaron la visión de la antigüedad tal y como la visualizó, por ejemplo, el D. W. Griffith de Intolerancia. Posteriormente, sería el Código Hays el que pondría freno a DeMille.

Quizá hipócrita, quizá posibilista

Ochenta y nueve años después de su estreno, que tuvo lugar en 1932, El signo de la cruz sigue proyectando fricciones y contradicciones. Se examinaba Roma con la misma mirada escandalizada de un Ned Flanders cuando imagina la vida hollywoodiense en algún capítulo de Los Simpson. Proyectaba una aparente admiración ante una religiosidad solemne y recatada que se mantenía firme ante una sanguinaria represión imperial, y también ante las tentaciones de un hedonismo que el mismo cineasta plasmaba a través de bailes notoriamente sexualizados, de ropajes sensuales e insinuaciones de un lesbianismo concebido como fantasía masculina... porque la Roma de DeMille era una Roma pasada por el tamiz sensacionalista de ese mismo Hollywood y de un director que ponía a prueba los límites de lo que era aceptable mostrar (o insinuar) en el audiovisual comercial. Así que no faltó la correspondiente escena con Claudette Colbert interpretando a una oligarca aparentemente desnuda mientras toma un baño de leche, y animando a una amiga a unirse a ella.

En El signo de la cruz se usaba un protagonista ‘descreído’ para atraer a una audiencia no necesariamente alineada con los postulados de los auténticos héroes de la película: los mártires. Poco a poco, se despeja el camino hacia la conversión, visualizada en una escalera hacia el cielo final. Un oficial romano se enamora de una mujer cristiana en plena persecución del colectivo a cargo del emperador Nerón. El militar intenta persuadir al sujeto de su amor sobre las bondades de la sensualidad y de los placeres de la carne. “Un canto de amor debe poder más que un canto fúnebre”, exclama cuando comienza a oír cánticos cristianos desde su bacanal. Pero los rezos se imponen a la danza de connotaciones lúbricas. Y el mismo personaje principal acaba subyugado por el impulso sacrificial de esa mujer íntegra que prefiere morir a renegar de su fe.

Podemos ver en DeMille a un propagandista sincero que empleaba un cierto barniz erotizante como un peaje que dotaba a su obra de un mayor atractivo comercial

También Dalila acabará subyugada por la religiosidad de Sansón, en otro relato donde la conversión religiosa y la atracción amorosa se entrelazan. En ambos filmes, ese aparente apoyo a un discurso que roza el rechazo a la vida se decora con imágenes de vitalismo y sensualidad greco-latina. Con los años transcurridos, que se acercan al centenar, resulta muy difícil hacer cualquier juicio de intenciones. Podemos ver en DeMille a un propagandista sincero que empleaba un cierto barniz erotizante como un peaje que dotaba a su obra de un mayor atractivo comercial.

También hay otras interpretaciones posibles: DeMille puede verse como un hipócrita que instrumentaliza la historia y el material bíblico para dotar de legitimidad cultural a la imagen sensacionalista. En El homicida, por ejemplo, empleó una alusión a la decadencia moral del imperio romano como excusa para incorporar una escena orgiástica. La referencia servía de aparente excusa para incrustar tres minutos de desenfreno coreografiado y calculadísimo, tensionando los límites de lo que era representable en un contexto de fricciones entre las productoras de cine, la prensa y diversos grupos de presión políticos y religiosos.

Con todo, alguna película del DeMille sonoro podría servir para explicar su método. Madame Satán fue una loca y divertida mixtura de géneros donde convivieron el vodevil (y juego de máscaras) romántico, el drama y el catastrofismo espectacular. El filme trataba de una mujer cuyo matrimonio se está yendo a pique: el esposo busca en una amante la sensualidad que no le proporciona una esposa contenidísima en los aspectos sexuales y emocionales de la relación. Y ella decide luchar con las mismas armas que esa tercera persona, apareciendo enmascarada y sugerente en una fiesta de disfraces.

Para la protagonista de Madame Satán, el gancho sexual era un medio que usar con el fin de preservar la unión conyugal. ¿DeMille usaba la carta erotizante como una herramienta para popularizar el mensaje religioso? Alguna anécdota explica que el realizador parecía tener al dios cristiano bastante en mente, y no solo para buscar inspiración (y, quizá, estimular la asistencia de una audiencia afín) para el siguiente espectáculo histórico-cinematográfico. Según escribe Tim Adler en el libro Hollywood y la mafia, un gánster fue a amenazar al director para que pagase la correspondiente ‘protección’. DeMille, que ya había sufrido un intento de asesinato en el pasado, le desafió a atentar contra su vida. Estaba convencido de que no le ocurriría nada: “Tengo a dios de mi parte”, exclamó.

Antes y después de la censura

Fuese como fuese, la asunción del Código Hays de censura por parte de los grandes estudios dificultaría que DeMille reincidiese en los aspectos más sensuales de sus christian movies de los años 30. La exhibición de centímetros de epidermis de los cuerpos, casi siempre femeninos, fue una de las víctimas de los nuevos límites del audiovisual estadounidense. Aunque cada proyecto tuviese sus especificidades, la confrontación entre Cleopatra, estrenada en 1934, y Sansón y Dalila, estrenada en 1949, puede servir para ilustrar algunas dinámicas del Hollywwod censurado.

‘Cleopatra’ pareció beneficiarse de dos circunstancias: el poder dentro de la industria adquirido por DeMille y el hecho de que la producción estuviese en marcha cuando la incipiente maquinaria censora todavía no había adquirido una plena capacidad coercitiva

De hecho, Cleopatra ya estuvo sujeta al Código Hays, pero pareció beneficiarse de dos circunstancias: el poder dentro de la industria adquirido por su realizador y el hecho de que la producción estuviese en marcha cuando la incipiente maquinaria censora todavía no había adquirido una plena capacidad coercitiva.

DeMille saludaba a la audiencia con unos títulos de crédito sobreimpresionados sobre un cuerpo de mujer falsamente desnuda. Y la trama versaba sobre el amor y la ambición de poder, pero nacía de la seducción (vista desde un punto de vista androcéntrico, por supuesto) y se fundamentaba en una escenografía rutilante de arquitecturas bellas y vestuarios femeninos más o menos exiguos.

Apenas unos meses después, DeMille estrenaría Las cruzadas, que parecía una narración mucho más ingenua, incluso bobalicona. Quizá influyó en el resultado la infantilización de facto que suponía la censura, por mucho que una gran cantidad de profesionales buscasen maneras ingeniosas de subvertir esa inercia a golpe de sobreentendidos y mensajes subterráneos.

Sansón y Dalila fue creada en 1949, con la censura plenamente vigente y normalizada. Y continuaba siendo un espectáculo visual, esta vez reforzado mediante la aparición de colores vibrantes, pero parecía perder una gran parte del espíritu calculadamente juguetón de los viejos éxitos de su director. Aun así, DeMille y la presencia escénica de la actriz Hedy Lamarr inocularon en los encuadres algunos rastros de esa lubricidad pretérita. Aunque quizá podamos encontrar en ella más belleza que erotismo, la obra desprende algún pico de sensualidad que difícilmente podemos encontrar en otras como Ben Hur o Espartaco. El motivo no debe entenderse solo en clave autoral ni relacionarse exclusivamente con el gusto por el gesto picante del director: Ben Hur y Espartaco estaban narrativamente marcadas por sus historias de amores trágicos en circunstancias penosas de esclavitud y explotación sexual.

La Dalila de DeMille y Lamarr, convenientemente convertida a la fe desde el amor al final del relato, tiene algo de fotocopia atenuada de los antiguos personajes del DeMille del primer Hollywood sonoro. En ese Hollywood clásico que tenía algo de utopía y distopía puritana, y que ensayaría una vuelta de tuerca excluyente con el macarthismo, la menor explotación de los cuerpos femeninos vino acompañada de la imposición de un camino estrecho de maneras ‘aceptables’ de vivir en sociedad. Porque no podían cambiar solo las imágenes, sino que también se transformaron los personajes que las poblaban. La sexualidad desaparecía del encuadre, y con ella también eran todavía menos visibles las figuras conflictivas, desplazadas por los matrimonios perfectamente capitalistas que dormían en camas separadas y formaban familias nucleares.

Aunque Lamarr aportó algo de fuego, su Dalila encaja en el camino dual reservado a las mujeres del Hollywood censurado. En la condena a escoger entre ser ángel del hogar o devenir una femme fatale que podía redimirse, como en ese caso, en el último rollo de película. Lejos quedaban algunos personajes femeninos bulliciosos, ambivalentes, que poblaron el audiovisual estadounidense previo a la asunción del Código Hays, cuando las conductas que podían escandalizar a la National Legion of Decency no necesariamente derivaban en lo abiertamente criminal.

Arquivado en: Cine
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Entrevista La Poderío
La Poderío Celia de Molina: “Todo lo que se considera universal no tiene nada que ver con nosotras”
Celia de Molina, nacida en Linares y con el corazón en Málaga, es guionista y directora con mucho poderío. Su cine busca transformar el mundo, como demuestra su corto 'Cuarentena', nominado a los Goya. En su último proyecto, 'No soy universal', desafía el concepto de “universal” desde una visión feminista y personal.
Cine
Cine Del taxi en Cádiz, a la alfombra roja en EEUU: la vida de película de Antonio González Guerrero
El gaditano es el único actor español del elenco de ‘Mobland’, serie de Paramount Plus que se acaba de estrenar en Reino Unido, EEUU y Canadá, y que estará disponible en España a partir del 9 de junio.
Cine
Cine Los cantos de Cecilia Barriga, apuntes de una filmografía disidente
La filmografía de Cecilia Barriga atesora un material fundamental para el conocimiento de algunos de los momentos políticos más relevantes en los movimientos de izquierdas de las últimas décadas.
#88506
30/4/2021 12:20

Buen artículo. Hace falta.

Tirar todo el erotismo, toda la magia del amor caprichoso, sería un descuido de lo más bárbaro.

Todo tiene que ver con una cosa: pensar la vida en azul, eso es lo que para mí triunfó en mi adolescencia y primera juventud.

Ahora sí: pensar todo en azul, y siempre, tiene sus consecuencias. Y mis hormonas ya no están para tanto.

0
0
contacte.fractal
30/4/2021 11:08

Más comercial si hay bacalao ???

0
0
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.

Últimas

El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.
Más noticias
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.
Palestina
Palestina La UE apoya a Palestina con 1.600 millones de euros más pero sin entrar en la situación de Gaza
Los ministros de Exteriores europeos, que se han reunido en la mañana del 14 de abril con la Autoridad Nacional Palestina en Luxemburgo, no aumentan las sanciones contra Israel.
Fronteras
Fronteras El Gobierno de Mauritania alerta de que ya son más de cien cadáveres hallados en sus costas en 2025
Desde 2023 Mauritania es el principal punto de salida de embarcaciones hacia las Islas Canarias. El Gobierno reconoce el hallazgo de cuerpos. Mali reclama un trato humanitario a las personas que permanecen varadas en el país vecino.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y lo saca de parrilla tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.