Cine
El saber de las putas

Reseña sobre la nueva película de María Galindo, ‘Revolución Puta’, que estrena en estos días en Zaragoza, Barcelona, Valencia, Madrid y Santander.
Documental Revolución Puta María Galindo - 1
Fotograma del documental "Revolución Put4", de María Galindo, que presentará la próxima semana en varias ciudades del Estado español. Foto cedida.
Doctora en estudios fílmicos, especialista en cine de no ficción hecho por mujeres en Perú y Bolivia. Profesora en la Universidad de Aberdeen (Escocia).
19 jun 2023 06:00

Hay muchas maneras de entrarle al análisis de un documental o una docu-ficción. Si su tema es la vida o la acción política de gente con escaso acceso a los medios de producción cinematográfica, una de las más productivas es fijarse en quién habla y desde dónde —lo que en la jerga académica se suele llamar lugar de enunciación— para detectar prácticas de ventriloquía y extractivismo. En general, el capital cultural y simbólico que resulta de una película de no ficción lo acumula el director o directora y no se redistribuye, así que es nuestro deber como espectadoras críticas cuestionar la pretensión de “dar voz a los sin voz”. Porque poner a un grupo social en pantalla no es darle voz.

La activista, artista y pensadora anarco-feminista boliviana María Galindo ha estrenado su última película titulada Revolución puta (2023), una producción de Mujeres Creando. En el documental de cincuenta y pocos minutos hablan prostitutas autogestionarias organizadas en Bolivia y también habla ella, aunque no escuchemos su voz. Después deslindaré este diálogo, pero primero un poco de contexto. Galindo lleva más de veinte años colaborando con mujeres en situación de prostitución. En el año 2007 publicó, junto con Sonia Sánchez, el libro Ninguna mujer nace para puta, que, para su disgusto, ha sido cooptado y convertido en una de las biblias del abolicionismo.

Ni regulacionista, ni abolicionista, Galindo genera un posicionamiento ideológico en las antípodas de la victimización del colectivo

La postura de Galindo respecto al trabajo sexual es refrescante pues no se ha enzarzado en la sangrante disputa que divide al movimiento feminista. Ni regulacionista, ni abolicionista, Galindo genera un posicionamiento ideológico en las antípodas de la victimización del colectivo. Considera a la trabajadora sexual “anfitriona del cambio social (…) figura central (…) la puta tiene la vara con que remover sexualidades, romper mitos, diluir estructuras de todas las mujeres y por eso es un sujeto imprescindible” (Feminismo bastardo 55). No es que hay que salvar a las putas, más bien, ellas manejan una información que puede salvar a las que no lo somos. Porque nosotras andamos bastante desubicadas y sabemos poco de los hombres. A decir verdad, conocemos en profundidad solo a unos pocos, en cambio ellas acumulan “cantidad de conocimientos sobre la afectividad, la sexualidad, el cuerpo, las dolencias y los complejos del macho” (Feminismo bastardo 60). Además, porque diariamente hacen de dique de contención de las violencias machistas, saben como evitarlas y combatirlas. Por todo ello —por su intel y conocimientos especializados— las putas son aliadas imprescindibles en las luchas antipatriarcales.

Como aliadas, a su vez, Mujeres Creando han apoyado una política concreta, encarnada en la práctica de la prostitución autogestionaria, que consiste en trabajadoras organizadas sin proxenetas en locales gestionados por ellas mismas. Y lo que hace décadas parecía una utopía, ahora es ley. Gracias al trabajo de la Organización de Mujeres en Estado de Prostitución (OMESPRO) y Mujeres Creando se ha conseguido que la Alcaldía de La Paz apruebe una ley municipal que regula los establecimientos en los que se ejerce el trabajo sexual de manera libre y autónoma con el objetivo de resguardar la seguridad y salud de las trabajadoras sexuales independientes.

En Revolución Puta, el lenguaje fílmico es heterodoxo, difícilmente clasificable y no aceptable por los guardianes del gusto cinéfilo europeizante y colonizado

Galindo siempre se ha interesado por el registro visual de la performance, tanto en foto como en vídeo. Hay grabaciones muy tempranas y hermosas de intervenciones callejeras en las que se juega prácticamente la vida junto con otras fundadoras de Mujeres Creando. Con el paso del tiempo estos registros han ido mutando y convirtiéndose en ejercicios cinematográficos en sí mismos, aunque siempre partiendo de la performance como elemento estructurante.

En Revolución Puta, el lenguaje fílmico es heterodoxo, difícilmente clasificable y no aceptable por los guardianes del gusto cinéfilo europeizante y colonizado. Galindo usa formas de creación artística provenientes del ámbito popular urbano, que a menudo recuerdan a la estética la televisión local y la publicidad chicha, recursos como pantallas partidas, abundantes fundidos, cortinillas y transiciones digitales con efectos visuales tipo croma, inclusión en el montaje de imagen fija, intertítulos animados, y ausencia casi total de planos tomados con trípode (en esta ocasión llega a utilizar planos de dron). Su deliberada elección de lenguaje visual, a la vez que efectiva y atractiva para todos los públicos por bastarda, impide que una película así pase el corte de un festival europeo. El gusto cinéfilo está claramente codificado, homogenizado e higienizado.

Por eso, y paradójicamente, Galindo distribuye sus películas en Europa a través de un circuito aún más más elitista que el de los festivales, el de las instituciones de arte contemporáneo, en el que tiene fácil entrada debido a su prestigio y contactos. Esa es la paradoja que acompaña la figura pública de María Galindo: en Bolivia es ninguneada por élites culturales, mientras en Europa es abrazada por las instituciones que las mismas acomplejadas élites culturales bolivianas tienen por referente. Y ella se ríe.

Al principio he dicho que quería deslindar cuando habla Galindo y cuando las compañeras trabajadoras sexuales en Revolución Puta. Galindo habla a través de la puesta en escena, guionización, dirección de las performances, diseño de vestuario, decorados y los movimientos de cámara. Esto no lo hace sola, Danitza Luna, muralista y miembro de Mujeres Creando, colabora en el diseño del setting; la coreógrafa trans Devi Beatrix introduce una sorprendente profesionalidad y espectacularidad y ayuda a sacudir la vergüenza y rigidez corporal de las protagonistas, que no son bailarinas ni actrices profesionales. La cámara es de Rafael Venegas, entre otros. De la músicalización se encarga su antiguo colaborador Sergio Calero, y el himno de las putas, el leitmotiv de la película, es una letra creada colectivamente por decenas de mujeres y musicada por la banda argentina Kumbia Queers. Además, Galindo colabora siempre con artesanos locales en la producción de la utilería. Y el cuerpo y la sapiencia lo ponen las trabajadoras sexuales que actúan y son corresponsables de la escritura de guion. En resumen, Galindo asume la dirección que no la autoría de un documental que es una co-creación.

Documental Revolución Puta María Galindo - 2
Otro fotograma del documental "Revolución Put4", de María Galindo

El filme se divide en cuatro episodios que van in crescendo. Empieza con una pregunta sencilla, ¿Qué es un trabajo?, y termina quemando en efigie al Estado proxeneta. En la apertura un grupo de trabajadoras sexuales desfilan danzando tras el estandarte de su cofradía por un mercado callejero de El Alto mientras interrogan a los comerciantes sobre las diferencias entre sus respectivos trabajos. El proceso fílmico propicia un vuelco en los roles tradicionales. Las normalmente silenciadas son aquí las que hacen las preguntas. Destaca la empatía demostrada por las vendedoras, otro de esos colectivos permanentemente reivindicados por Galindo ya que son las dueñas informales del espacio público. La película permite así el encuentro entre estos dos grupos de mujeres que deberían estar hermanadas porque como se afirmará más adelante, las fruteras, las lavanderas, las doctoras y las ingenieras también tienen sus chulos.

Siguiendo esta línea argumental, el segundo y tercer episodios, “Lecciones para esposas y novias” y “Testamento”, buscan mostrar “la continuidad entre puta y no puta” (Feminismo bastardo 59) y dar valor a los saberes propios del oficio. En el episodio grabado en Santa Cruz de la Sierra, la performance colectiva se moviliza mediante la coreografía de Oscar Rea, quien ejerce de arquetipo masculino, llevando escritas en el cuerpo desnudo las palabras hijo, policía, juez, abogado, pastor, senador, Dios. Se funden cortes del bailarín enmascarado interactuando de manera juguetona con las trabajadoras sexuales, no enmascaradas, con planos de testimonios que nos informan de manera muy concreta sobre el comportamiento de los hombres en la intimidad de la habitación de un prostíbulo. El objetivo de la sección es ofrecernos información sobre el rol de profesora, terapeuta y asesora, que forma parte inseparable del ejercicio del trabajo sexual.

El siguiente episodio es el conmovedor testamento de Cristina Fernández, quien con cuarenta años de ejercicio a sus espaldas decide jubilarse y, como matriarca, reúne a sus compañeras para pasarles su legado. La recreación registrada con planos cámara en mano, desde adentro, es muy similar formalmente al trabajo de cámara llevado a cabo por Antonio Eguino en El Coraje del Pueblo (Jorge Sanjinés, 1971) en una escena en que Domitila Chungara se dirige a las compañeras de la asociación de amas de casa de la mina Siglo XX. No creo que Galindo o el camarógrafo (nombre) tuvieran esa escena de la película testimonial de Ukamau como referente, ni que estuvieran intentando comparar los liderazgos de Cristina y Domitila. Supongo que la similitud es simplemente resultado del modo orgánico de registrar un reenactment de este tipo, pero el paralelismo nos permite conectar y afirmar la “continuidad fundante entre puta y no puta” en la memoria audiovisual de la cultura política de las mujeres bolivianas.

Como buena anarquista, Galindo termina su película con la exigencia de que el Estado boliviano deje de ser proxeneta. En la plaza San Francisco, lugar de la ciudad de la Paz que ha servido tradicionalmente de coliseo callejero para todo tipo de espectáculos y protestas, Mujeres Creando erigen un gran panel frente al cual dos trabajadoras sexuales alegorizadas como la Puta Medusa y la Puta Bendición inquieren al numeroso público con la frase ¿alguien ha oído alguna vez hablar a una puta? La reivindicación de la agenda colectivo de trabajadoras sexuales en la plaza se enraíza en protestas centenarias llevadas a cabo en ese mismo espacio urbano cargado de simbolismo, pues es donde se encuentran la ciudad india y la colonial. El espectro de las voces de las campesinas indígenas, las amas de casa mineras, las vendedoras ambulantes, los sindicatos anarquistas de cocineras y floristas, que han desfilado en el pasado por el mismo lugar, se materializan en la plaza acompañando a Puta Medusa y Puta Bendición quienes terminan prendiendo fuego al enorme escenario que representa las instituciones del Estado. Finalizar una película con un incendio es un recurso catártico bien testado. Las alegorías, Medusa y Bendición, epitomizan a las mujeres bolivianas de las clases populares cuando afirman “el Estado boliviano no nos ve como personas pensantes, como parte del pueblo. Nos quiere mudas”. El público en la plaza San Francisco aplaude enfervorecido por las palabras y el efecto del fuego.

Galindo nos ofrece una ventana, pero no es una ventana “naturalista”, sino mediada por una apuesta visual provocadora que distorsiona cualquier inercia de victimización o revictimización

La que será la reacción de las audiencias europeas o colonizadas es otro cantar. Galindo nos ofrece una ventana, pero no es una ventana “naturalista”, sino mediada por una apuesta visual provocadora que distorsiona cualquier inercia de victimización o revictimizacion y evita que las espectadoras nos podamos colocar en el lugar de la que otorga la gracia de su compasión. Las espectadoras blancas, de clase media no nos podríamos apoderar de este relato, aunque quisiéramos. No se nos entrega el testimonio de las putas para nuestro consumo. No van a ser cooptadas y usadas como peones en conflictos ideológicos entre feministas burguesas.

Revolución puta es una interpelación directa, una mano tendida a esas otras putas que no cobran y ni saben que lo son, nosotras, las espectadoras. Nos regalan generosamente una lección, si es que la podemos entender y aprovechar. Y si no la podemos entender, no la vamos a poder digerir a nuestro antojo. Nos producirá indigestión. Esa es la mediación que aporta Galindo a la voz de un colectivo al que no pertenece. Esa es la materialización de su alianza. En este particular momento político en el que la ultraderecha, aliada del proxenetismo organizado, está tomando el poder en el estado español, una alianza entre todas las que tenemos cara de puta, seamos o no trabajadoras sexuales, es crucial. Si esto es una guerra, Galindo nos propone abrirnos a la posibilidad de incorporar como compañeras estrategas a quien conoce más íntimamente a nuestro oponente. ¿Las escuchamos?

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Argentina
Trabajo sexual AMMAR, el sindicato de referencia para las trabajadoras sexuales, cumple treinta años en Argentina
La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina cumple tres décadas pidiendo derechos para las trabajadoras sexuales ante el abandono y la represión institucional.
Trabajo sexual
Anneke Necro “Es imposible hablar de porno sin analizar cómo hemos llegado hasta aquí en materia de placer”
Hablar de cómo se ha construido el deseo en nuestra cultura occidental es una de las motivaciones que Anneke Necro persigue en su primer texto, ‘Deseo disidente: las políticas del placer’.
saltodeje
19/6/2023 23:17

Vaya artículo bien escrito.
Que lección de cine, de militancia y de feminismo.

0
0
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.
Derecho a la vivienda
Manifestación estatal Mapa | Más de 40 ciudades se movilizan este 5 de abril por el derecho a la vivienda
Decenas de miles de personas en más de 40 localidades de todo el Estado español saldrán a la calle el próximo 5 de abril para reclamar medidas para hacer frente a la crisis de vivienda.
Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Israel
Guerra en Gaza Israel ordena evacuar Rafah ante la previsión de un ataque terrestre
En la mañana del 31 de marzo, las fuerzas militares de Israel han ordenado a la población evacuar gran parte de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Francia
Francia Marine Le Pen es condenada por malversación y no podrá concurrir a las elecciones de 2027
Un caso de corrupción con los asistentes del Parlamento europeo golpea a la ultraderecha francesa. Le Pen y su partido, Agrupación Nacional, son condenados por el Tribunal Penal de París.
Precariedad laboral
Precariedad laboral Europa presiona de nuevo a España para que modifique la indemnización por despido improcedente
El Consejo de Europa concluye que el sistema español viola la Carta Social Europea al considerar que la compensación española no repara el daño a los trabajadores ni disuade de hacerlo.

Últimas

Myanmar
Terremoto Myanmar: un país bajo los escombros
Con el cronómetro en contra, los equipos de rescate de Myanmar continúan buscando bajo los escombros a los supervivientes del que ya se considera el peor terremoto sufrido en las últimas siete décadas en el país.
Dependencia
Dependencia Los cuidados necesitarán entre 300.000 y 600.000 trabajadores más en cinco años
Las empleadas de residencias y ayuda a domicilio reclaman mejoras en esas nuevas plazas. “Debemos tener un sistema de cuidados universal y público, debe ser un derecho y no un negocio”, piden desde el sindicato ELA.
Huelga
Huelga Nueva jornada de huelga en Renfe el 1 de abril
Los tres sindicatos que no firmaron el acuerdo recuerdan que hay convocatoria de paro en todo el territorio. Reclaman mejoras en el servicio público.
Análisis
Análisis Inmigración, trenes e ilusiones de soberanía
El mayor beneficiario de la situación política en Catalunya sigue siendo el PSC, que ve cómo la definitiva irrupción demoscópica de Aliança Catalana reduce el campo de los principales partidos del independentismo.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Los trabajadores de Metro celebran el nuevo convenio pese al temor de perder empleos por las automatizaciones
“Es el mejor acuerdo que he visto en 43 años que llevo trabajando aquí”, explica el representante de Solidaridad Obrera en la mesa negociadora, Braulio del Pozo, que destaca que se recupera en parte el poder adquisitivo de la plantilla.
Opinión
Vivienda Abrazar la reacción para salvar la propiedad privada
La rearticulación de las posiciones políticas de las clases propietarias con los discursos de extrema derecha alumbran la hipótesis del rentismo nativista.
Opinión
Opinión Sonará tu nombre cuando nazca el mío
No fue hasta que empecé a habitar mi propio cuerpo que entendí que podía contar mi historia. Una carta de amor travesti en el Día de la Visibilidad Trans.

Recomendadas

Literatura
Silvia Nanclares “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.
Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
¿Encarna Superman a la socialdemocracia liberal, es Batman un militante anarcocapitalista y el Capitán América la bandera del nacionalismo? La respuesta no es tan sencilla si se repasa la historia del género.
Memoria histórica
Manuel Pérez, ‘camarada Arenas’, tras salir de prisión “Cordón trató de escaparse, se cayó y se mató”
El militante histórico del PCE reconstituido y, según la Justicia, líder de los Grapo, mantiene su inocencia en todos los casos que le han llevado a pasar 32 años en prisión.