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Contaminación
El aire de Madrid, más sucio en 2017
Los niveles de polución por dióxido de nitrógeno del año pasado fueron superiores a los de 2016. Los ecologistas valoran positivamente la introducción del protocolo anticontaminación, pero lo ven insuficiente y plantean la necesidad de aplicar medidas estructurales de reducción del tráfico.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
El problema de la calidad del aire en Madrid no para de crecer. Las medidas adoptadas hasta ahora para hacer frente a la contaminación atmosférica en la ciudad no han conseguido frenar lo que todas las previsiones ya anunciaban: 2017 ha sido peor que el año anterior y los niveles de polución han aumentado. Son las conclusiones del informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid en 2017 de Ecologistas en Acción, presentado en la mañana de este martes.
El documento se basa en los datos recogidos por las 24 estaciones de medición del Ayuntamiento y sostiene que se ha producido un importante incremento de la polución por dióxido de nitrógeno (NO2), el principal contaminante al que se enfrenta la ciudad, producido por el tráfico rodado, y en el que tienen especial incidencia los vehículos diésel.
“En 2017, un año más Madrid ha incumplido los dos valores límite que afectan a la ciudad”, ha señalado el responsable de Calidad del Aire de la federación ecologista, Juan Bárcena, una situación que se da por octavo año consecutivo. Un total de 15 de las 24 estaciones rebasaron el valor límite anual de contaminación por NO2 –40 microgramos por metro cúbico (µg/m³)– para la protección de la salud, frente a las nueve que lo hicieron en 2016, las 13 de 2015 o las seis de 2014.
Además, el valor límite horario, establecido en 200 µg/m³, una cifra que no debería sobrepasarse más de 18 horas al año según lA normativa vigente, se ha rebasado en siete estaciones, un registro peor que el de 2016 (cuatro estaciones) pero mejor que en 2015 (ocho estaciones).
“El problema es generalizado”, ha señalado Bárcena, y las cinco zonas en las que se ha dividido la ciudad en lo referente a contaminación, a excepción de la 4 –que comprende grandes extensiones verdes como la Casa de Campo y el Monte del Pardo–, “sufren graves problemas de contaminación por NO2”.
Diferencia de valores
En lo referente a las partículas en suspensión PM10 y PM2,5, otros contaminantes clave generados en gran parte por el tráfico rodado, siete de las 12 estaciones que miden las PM10 igualaron o superaron el valor límite anual recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En el caso de las PM2,5 hay que hacer una salvedad sobre la diferencia que existe entre la normativa europea y la de la OMS”, ha matizado Bárcena, ya que mientras el valor máximo recomendado por la OMS es de 10 µg/m³, el límite legal vigente aumenta hasta los 25 µg/m³. Las PM2,5 son más perniciosas para la salud que sus hermanas mayores y cinco de las seis estaciones que las miden igualaron o superaron el valor límite anual recomendado por la OMS al respecto, lo que supone un ligero repunte respecto a 2016.
Por último, el informe recoge las conclusiones respecto al ozono troposférico (O3), una sustancia que, según explica el portavoz de Ecologistas en Acción Juan García Vicente, “hasta hace poco era considerado un contaminante que se manifestaba en las zonas periféricas de las grandes ciudades pero que, a partir de 2013, produjo un fenómeno significativo al superar todas las estaciones el umbral”.
Seis de las 14 estaciones que miden esta sustancia registraron más de 25 superaciones del valor límite legal octohorario (120 µg/m³) y 12 de ellas el valor recomendas por la OMS (100 µg/m³ 25 veces al año), lo que supone una situación similar a la de 2016.
Paradójicamente, “en zonas de ocio y deporte como la Casa de Campo o el Monte del Pardo la contaminación por 03 es muy intensa”, ha señalado García, quien ha recordado que en las zonas centrales del día de los meses de primavera y verano –cuando se produce más concentración de este contaminante secundario generado por la acción de los rayos del sol sobre otras sustancias como el NO2– “hacer deporte se puede convertir en una práctica no demasiado aconsejable”.
Problema estructural
Las conclusiones del infome señalan que en 2017 ha habido “un agravamiento del problema de la contaminación”, según ha apuntado Bárcena. Sin embargo, el experto ha valorado positivamente el protocolo anticontaminación del Ayuntamiento de Madrid, que se ha activado en repetidas ocasiones, especialmente en los últimos meses del año, agravado por un leve repunte del tráfico y la situación atmosférica anticiclónica. Y es que 2017 ha sido el año más cálido y el segundo más seco desde que existen registros, lo que perjudica a los niveles de polución del aire.
“Desde que existe el protocolo estos episodios son más visibles para el público”, ha remarcado Bárcena, quien ha recordado que estos picos “suceden desde siempre”, pero que hasta ahora no se había actuado frente al problema.
Para la organización ecologista, a grandes rasgos, el protocolo mitiga la contaminación cuando se alcanzan valores límite. Sin embargo, recuerdan que este “no es suficiente” y hace falta modificarlo para que sea más estricto. En palabras de Bárcena, “Madrid tiene un problema de contaminación que tiene que abordar de manera estructural”.
En la buena dirección
El Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático que el Consistorio aprobó en septiembre contiene una treintena de medidas que los ecologistas consideran que, “si se aplican de verdad, podrían tener una incidencia importante”, señala Bárcena.
Dotado inicialmente con 543,9 millones de euros hasta 2025, habrá que ver qué iniciativas se ponen en marcha tras el recorte a las cuentas públicas municipales, fruto del techo de gasto impuesto por Montoro y acatado por la administración de Manuela Carmena. Según el Ayuntamiento, el Plan A podría reducir los niveles de NO2 en 2020 en un 23% respecto a los niveles de 2012.
Una de las medidas más aplaudidas por los ecologistas es el Área Central Cero Emisiones, que englobaría gran parte del centro de la ciudad –su perímetro está delimitado por las calles Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Génova, Paseo de Recoletos, Paseo del Prado, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, Ronda de Toledo, Gran Vía de San Francisco, Bailén, Plaza de España, Princesa y Serrano Jover– y cuya creación está prevista para el próximo junio.
La nueva zona será practicable solo para vehículos de residentes e invitados, propietarios de plazas de aparcamiento y usuarios de aparcamiento de uso público, además de para los menos contaminantes, así como el transporte colectivo o mercancías.
“El Plan A, en general, va en la buena dirección”, ha destacado Bárcena, aunque el responsable ha remarcado las limitaciones de las medidas del Ayuntamiento si no cuentan con la colaboración de la Comunidad de Madrid, regida por el PP. Tal es el caso de los carriles Bus-VAO en los accesos por autopista a Madrid, solo existentes en la A-6, y que los ecologistas consideran vitales.
Gran Vía más limpia
La valoración que Ecologistas en Acción ha realizado la reducción de carriles para el tráfico rodado en la Gran Vía adoptada desde el 1 de diciembre es positiva y el colectivo señala que “actuaciones como esta permiten corroborar cómo cuando se reduce el tráfico disminuye la contaminación”.
En concreto, las mediciones de la estación de la plaza de El Carmen, a escasos 100 metros de la vía, muestran una disminución de un 20,6% de los niveles de NO2 respecto a la media de los seis años anteriores. De hecho, el dato de diciembre en dicha instalación es el más bajo desde que hay registros.
Los datos del Ayuntamiento señalan que, con la eliminación de un carril por sentido, el tráfico se ha reducido un 14% en la zona. Además, los días en que se añadieron restricciones de tráfico al estrechamiento de la zona destinada a los vehículos, esa disminución llegó al 40%.
Bárcena ha querido zanjar el debate sobre la desviación de la contaminación a otras zonas tras las medidas adoptadas en Gran Vía. “La contaminación no se fue a otra parte”, ha señalado, “el mes de diciembre hubo una reducción de la contaminación general en todas las zonas, aunque en plaza del Carmen fue mayor, y en zonas aledañas [a la Gran Vía] también hubo una reducción de la contaminación”.
Con todo ello, su diagnóstico es claro: “Si bajas el tráfico, bajas la contaminación. Es de Barrio Sésamo pero, si se aplica, funciona y nos dice en la dirección en que tenemos que actuar”.
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La única promesa electoral que pretendían cumplir. Que desastre, que mal todo.