Coronavirus
Bolsonaro cesa al ministro de Salud y se queda solo en el negacionismo del covid-19

El cese del ministro de Salud, Luíz Henrique Mandetta, defensor de las medidas de aislamiento, coloca a Bolsonaro en la selecta lista de presidentes que niegan la importancia del covid-19. La medida provocó fuertes caceroladas de repudio en Río de Janeiro, São Paulo y otras ciudades, acompañadas de gritos de “Fuera Bolsonaro!”. 

Bolsonaro
Tras las rectificaciones de Boris Johnson y Donald Trump, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es de los pocos líderes mundiales que siguen defendiendo que el covid-19 es un “resfriadito”.
17 abr 2020 09:02

En la tarde de este 16 de abril, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, cesó al ministro de Salud, Luíz Henrique Mandetta. En su lugar colocó al médico oncologista Nelson Sperle Teich, que en artículo reciente se manifestaba en contra de las políticas de aislamiento y cuarentena adoptadas por su antecesor. El previsible desenlace de este choque entre dos formas de afrontar la crisis del covid-19 se produce en un contexto de fuertes disputas de poder, tanto entre el ejecutivo y la oposición como en el interior del propio Gobierno que preside el exmilitar.

Coronavirus
Bolsonaro, entre el coronavirus y la tentación dictatorial

El virus se ha introducido en la vida política brasileña como un torbellino perturbador, tejiendo un manto de incertidumbre y ambigüedades sobre el sentido de acciones y gestos de los actores políticos.

No le ha sido fácil a Bolsonaro tomar esta decisión. El ministro, que había sido nominado por el propio mandatario, comenzó a ganar prestigio por seguir las directivas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la gestión de la pandemia. Pero, simultáneamente, ese ascenso le llevó a chocar con el presidente, conocido por sus tesis negacionistas, que acompaña con reiterados gestos de desafío a las prescripciones para prevenir el contagio.

Bolsonaro no vaciló en confundirse en selfies, abrazos y apretones de manos con los simpatizantes que el pasado 15 de marzo le esperaban en el Palacio de la Alvorada, para intentar una manifestación convocada por los suyos, con el objetivo de cuestionar al Congreso y al Supremo Tribunal Federal. Aunque finalmente la manifestación se vio frustrada por la pandemia, en los días siguientes el presidente volvió a saltarse las más mínimas recomendaciones de separación y aislamiento.

Bolsonaro cuestionaba en los hechos el sentido de la cuarentena exhibiéndose, sin tapujos, en las calles ante sus simpatizantes y con afirmaciones del tipo “parece que la pandemia ya se está retirando”, en plena curva ascendente de los contagios

Lo cierto es que la disonancia entre las posiciones enfrentadas de Bolsonaro y de su ministro de Salud ante el coronavirus sumieron a la sociedad brasileña en el desconcierto, dividida entre obedecer a su presidente o al alto funcionario. En la mayor parte del territorio, las tiendas, centros comerciales, escuelas e industrias se mantenían cerradas, mientras el presidente cuestionaba en los hechos el sentido de la cuarentena exhibiéndose, sin tapujos, en las calles ante sus simpatizantes y con afirmaciones del tipo “parece que la pandemia ya se está retirando”, en plena curva ascendente de los contagios.

La disonancia se vio amplificada cuando varios gobernadores se posicionaron a favor de la cuarentena, despertando las iras del ex capitán. Y, para más inri, los altos mandos militares parecieron sumar sus simpatías a la estrategia aislacionista, aunque sin hacer pública su discrepancia con el presidente.

Sin embargo, el coronavirus parece estar minando —con pulso difícil de precisar— el prestigio de Bolsonaro ante la población. Un dato relevante es el sondeo efectuado hace una semana por la empresa Datafolha, en el que la gestión de Mandetta ante la pandemia era aprobada por el 76% de los brasileños, mientras que solo un 33% se manifestaba a favor de la línea que sustenta el exuniformado.

BOLSONARO Ante la crisis

Los indicadores financieros, económicos y sociales de Brasil vienen mostrando una crisis creciente. Durante 2019 el real brasileño sufrió una desvalorización récord ante el dólar y el euro. A inicios de 2020 la moneda estadounidense se cotizaba a 4,01 reales y al día de hoy su valorización ante el real creció un 27%. Un recorrido semejante en relación al euro.

En 2015 y 2016 el país fue azotado por una fuerte recesión que trajo aparejada una contracción del 7% en su economía. A partir de allí se recuperó con marcada timidez, con un crecimiento en 2017 y 2018 de 1,1% anual. Y en 2019 se desplomó a un 0,6%. Y entre enero y marzo ha cedido otro 0,2%. Al día de hoy, Brasil está en recesión técnica, según la nomenclatura económica al uso.

A pesar de las reformas tributaria y de pensiones, una profunda crisis azota al mercado laboral, en el que 12 millones de trabajadores están en el paro. Todo esto sin tener en cuenta que el mercado de trabajo brasileño se caracteriza por su extrema precariedad y en él abundan vendedores ambulantes y buscavidas de todo tipo, con poca o ninguna cobertura social.

Ante la previsible debacle política, donde se pedirá rendición de cuentas por la gestión de la crisis, especulan con poder colocar las culpas de la catástrofe económica y social en “aquellos que optaron por paralizar la economía del país”

El escenario que hemos descrito en pocos trazos augura un desenlace probablemente complicado a la salida de la crisis del coronavirus. Bolsonaro y su equipo son conscientes de la potencial explosividad del cuadro y, en la dicotomía entre “salud” y “economía” —no exclusiva de Brasil— no han dudado en posicionarse en favor de la segunda. Para ello, apelan a un discurso negacionista que llevó al presidente a calificar el coronavirus como una simple “gripecita” o “resfriadito”, llevando al extremo posiciones que originariamente compartía con Donald Trump y Boris Johnson y que estos finalmente han abandonado. Ahora solo le acompañan en su exótico negacionismo los presidentes de Turkmenistán, Bielorrusia y Nicaragua.

Con esta posición en favor de “la economía”, Bolsonaro y los suyos estarían adelantándose a los acontecimientos. Ante la previsible crisis política, donde podría pedirse rendición de cuentas por la gestión del coronavirus, especulan con poder colocar las culpas de la catástrofe económica y social en “aquellos que optaron por paralizar la economía del país”. Y, en ese escenario, algunos analistas apuntan a la posibilidad de un autogolpe con el apoyo de la cúpula militar. Una situación que no se puede descartar, dada la tradición del país sudamericano y la declarada admiración de Bolsonaro por la dictadura militar que asoló al país entre 1964 y 1985.

EL PARALELOGRAMO DE FUERZAS DE LA POLÍTICA BRASILEÑA

Son varias las líneas de acción que están en juego en la disputa por los espacios de poder político en este país de 210 millones de habitantes. Por el momento se observa un paralelogramo de fuerzas donde ninguna gana hegemonía ante las otras. Habrá que ver si la destitución de Mandetta potencia alguna. Aún es pronto para saberlo. El presidente cuenta con sus hijos y un grupo áulico de incondicionales. También con el apoyo de Edir Macedo, obispo de la evangélica Iglesia Universal del Reino de Dios, que ejerce férreo control sobre sus numerosos fieles, de las milicias —nutrido grupo paramilitar y parapolicial con base en Río de Janeiro— y de un porcentaje de la población, hoy difícil de cuantificar, dada la fluidez de la situación que atraviesa el país.

En el arco opositor, antiguos aliados se han convertido en importantes opositores de Bolsonaro, como João Doria, gobernador del Estado de São Paulo, o Wilson Witzel, del Estado de Río de Janeiro, quien después de hacer público que se había contagiado el virus ha llamado a la población a respetar la cuarentena. O el propio juez Sérgio Moro, ministro de Justicia y, según todos los indicios, dispuesto a enfrentarse a Bolsonaro en las próximas elecciones presidenciales. Moro no ha querido suscribir ni cuestionar las posiciones del jefe del ejecutivo, alegando irónicamente que “él no puede librar mandato de prisión contra el virus”.

“El gesto que acaba de protagonizar Bolsonaro, a modo de 'golpe en la mesa', podría indicar que goza aún de la autonomía y fuerza necesarias como para llevar su proyecto adelante sin timideces

Otra incógnita lo constituye “el partido militar”, un grupo de altos oficiales que componen el Gobierno de Bolsonaro. Días atrás surgió el rumor de que —precisamente por los desaciertos cometidos por el excapitán en la conducción de la crisis del coronavirus— le habrían impuesto un cerco, restringiendo su campo de acción en favor del general Walter Braga Netto, jefe de la Casa Civil. Según esas fuentes, el excapitán habría quedado reducido a una especie de “figura decorativa”, que de ahora en más se ocuparía de asuntos secundarios, dejando los temas de carácter estratégico en manos del general de marras.

El gesto que acaba de protagonizar Bolsonaro, a modo de “golpe en la mesa”, podría indicar que goza aún de la autonomía y fuerza necesarias como para llevar su proyecto adelante sin timideces

Otras fuentes periodísticas consultadas por El Salto sugieren que la cosa sería más sutil y complicada. Afirman que los militares, muy conscientes de la imprevisible irascibilidad de Bolsonaro y del simultáneo poder de convocatoria social que aún detenta, habrían sido sumamente prudentes en señalarle sus reparos ante la gestión de la pandemia. Habrían tenido mucho cuidado en exhibir cualquier gesto que pudiera generar una fractura en el proyecto que en términos estratégicos comparten con Bolsonaro, porque se podría abrir una brecha en favor de los partidos de izquierda o del amplio arco opositor.

El gesto que acaba de protagonizar Bolsonaro, a modo de “golpe en la mesa”, podría indicar que goza aún de la autonomía y fuerza necesarias como para llevar su proyecto adelante sin timideces. A punto tal que él y sus hijos –a efectos de garantizar una comunicación más fluida y garantista- con sus adeptos están abriendo un canal de televisión que operaría bajo el nombre de “TV Bolsonaro”.

En otro rincón está el establishment político partidario —PMDB, PSDB y partidos regionalistas— con amplio descrédito entre la población, cuyo ámbito “natural” de acción es el parlamento. Y que, hasta el momento no han suscrito la única línea institucional contra el presidente que se insinúa en el horizonte: el impeachment. Apenas un puñado de solitarios políticos, buena parte de ellos desmembrados del bolsonarismo, han llevado adelante la iniciativa. También suscribieron el gesto dos diputados del Psol —partido de la asesinada concejala Marielle Franco—que, en discrepancia con la dirección del partido, presentaron un impeachment con formulación propia.

Finalmente la izquierda —el Partido de los Trabajadores (PT) y el Psol, con poca cohesión interna— hoy aparece dividida y débil. Hasta el momento apuesta su baza a las elecciones municipales de octubre próximo. Consideran que es el camino más seguro y consistente de recobrar músculo social y enfrentar el proyecto que encabeza Bolsonaro, pero que también comparten los generales que le acompañan. Mientras, la mayoría social asiste a estas disputas políticas como si de un trampantojo se tratase, congelada entre la incertidumbre del porvenir y una amenaza que aún parece no hacerse del todo presente.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Pandemia La Fiscalía abre diligencias por primera vez por muertes sin asistencia en domicilio durante la pandemia
Los padres de Francisco Rodríguez fallecieron en su domicilio de Madrid tras contagiarse de covid-19 y después de llamar de manera recurrente para conseguir asistencia médica que no consiguieron a tiempo.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Presentan la primera demanda por mayores muertos en domicilios sin traslado hospitalario durante el covid
Los padres de Francisco murieron sin recibir traslado hospitalario ni asistencia médica a tiempo cuando enfermaron por covid-19 en su domicilio de Madrid, entre mediados de marzo y principios de abril de 2020.
Sanidad
Investigación La exclusión hospitalaria de mayores durante el covid en Madrid precedió a la existencia de protocolos
El primer protocolo de la Consejería de Sanidad sobre derivación a hospitales de pacientes de covid residentes en centros de mayores es del 18 de marzo, pero la disminución de residentes derivados empezó el 7 de marzo, según una investigación.
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.