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Sindicatos
La apatía no es real
Viene de la primera parte. Enlace al primer artículo de la serie aquí.
El primer cambio de actitud que un organizador necesita es superar la idea que a sus compañeros de trabajo no les importa nada, que su lugar de trabajo está empantanado con “apatía”. Esta es una queja frecuente. En los talleres de Labor Notes, a menudo les pedimos a los miembros de los sindicatos que escriban una lista de razones por las cuales la gente no participa en el sindicato. Las razones principales incluyen:
- Falta de tiempo
- No saben cómo hacerlo
- El sindicato no es abierto; no hay una manera fácil de entrar
- Hay conflictos entre los grupos
- Hay dificultades entre los individuos
- Los compañeros de trabajo sienten que nada va a cambiar
- Piensan que todos los demás son apáticos
- Buscan soluciones individuales
- Y lo principal: tienen miedo
¿Suena familiar? A lo mejor usted piensa que a sus compañeros de trabajo no les importa nada. Pero al indagar un poco, se ve que esto nunca es verdad.
A todos nos importa algo de lo que sucede en el trabajo
A todos nos importa algo de lo que sucede en el trabajo. Por ejemplo, a todos les interesa su sueldo. Todos quieren ser tratados con respeto. Nadie desea tener un turno miserable. Es imposible que no les importe algo. ¿Es posible que su lugar de trabajo sea uno en un millón, en donde todo esté bien? Tal vez sus compañeros de trabajo se sienten seguros de su trabajo, aman a sus superiores, tienen un sueldo excelente con coberturas estupendas, no se preocupan de la reducción de personal o de los despidos, no existen riesgos para su salud y se sienten seguros con su plan de pensiones. ¡Si es así, ponga este libro a un lado y encuentre otro pasatiempo! Pero lo más probable es que la gente tenga miedo de decir algo o se sientan impotentes.
Puede ser que digan que todo está bien porque piensan que nada va a cambiar, o no pueden imaginarse que las cosas puedan ser diferentes, o asumen que el problema que les preocupa no es un “asunto sindical”. Organizarse es el antídoto. ¿Recuerdan a los compañeros de trabajo de María Martínez en la planta empacadora de carne? La mayoría nunca habían participado en una reunión sindical, pero sí les molestaba que sus supervisores los estuvieran intimidando. Ellos no creían que pudiesen hacer algo al respecto. Una vez que vieron que la gente se organizaba para enfrentar el problema, quisieron involucrarse.
Diagnostique el problema antes de decidir el tratamiento
Así que cuando usted evalúe por qué no hay más personas que tienen valor para enfrentarse al jefe, es importante que averigüe las razones verdaderas. Diagnostique el problema antes de decidir el tratamiento. Deje a un lado su frustración y vea las cosas desde la perspectiva de organizarse. Esta gráfica ilustra cinco problemas comunes y cómo puede ayudar a sus compañeros de trabajo a superarlos.
Aquí van algunas formas de entender lo que parece ser apatía y cómo responder a ella.
“Nadie parece preocuparse”
Todos se preocupan por algo, pero ese algo puede ser lo que usted no se espera. Elija a unos cuantos compañeros de trabajo a los que le gustaría conocer mejor. Hable con ellos y averigüe lo que están pensando. A lo mejor es la regla sobre la prueba de consumo de drogas lo que le molesta a usted, pero no es la primera en la lista de prioridades de sus compañeros de trabajo ya que hay algo que les está molestando aún más: un olor químico insoportable en la ventilación, un mal encargado, un dolor de muelas sin tener un seguro dental, un turno de trabajo que casi no les permite ver a sus hijos, tener que defender una norma estúpida frente los clientes... La única manera de averiguarlo es escuchar. Por ejemplo, alguien que tiene que sufre acoso sexual puede considerar que es una situación muy difícil, pero a lo mejor puede pensar que eso no es un problema del organizador o que no es un asunto sindical. Muestre respeto y comprensión hacia sus compañeros de trabajo. Cuando usted lo haga, es más probable que ellos respeten las cosas que a usted le importan.
“Es difícil ver cómo podrían cambiar las cosas”
Tal vez sus compañeros de trabajo se sienten tan molestos como usted con la regla sobre la prueba de consumo de drogas, pero les parece un problema insuperable. El jefe ha hecho un buen trabajo para cimentar la idea de que la decisión respecto a la prueba es definitiva y que oponerse a ella es una pérdida de tiempo. Es perfectamente razonable que las personas se sientan así, especialmente si siempre se han sentido sin poder y que están desorganizadas en el lugar de trabajo. La gente está acostumbrada a ser complaciente para llevarse bien con todos. Si sus compañeros de trabajo nunca han sentido la fuerza de la unidad, o nunca han visto a un grupo en acción para cambiar algo, aunque sea pequeño, ¿por qué iban a creer que se puede cambiar algo? Como organizador, su trabajo es inspirar a sus compañeros de trabajo para que lleguen a pensar que el cambio es posible si trabajan unidos. Para ello hay que desarrollar un plan para ganar que sea creíble. Pregúnteles: ¿Qué solución estamos proponiendo? ¿Quién en la gerencia tiene la autoridad para decir que ‘sí’? ¿Qué podríamos hacer unidos para lograr que esa persona diga ‘sí’? Comparta historias de tácticas que han funcionado en otros lugares (encontrará muchas de ellas en este libro). Generalmente es útil comenzar con algo pequeño. Involucrar a sus compañeros de trabajo en una campaña pequeña que obtenga resultados positivos es una forma de “demostrar y no de simplemente decir” que la acción colectiva tiene poder. Busque luchas que pueda ganar con las personas que ya están involucradas, pero den un pequeño paso más allá de lo que están acostumbrados a hacer. Cuando esto funcione, atraerán a más personas. Y cuando ellas participen, sentirán más confianza y así ustedes avanzarán cada vez más. La desesperanza puede ser un hábito persistente. Es más fácil romper esta conducta con el apoyo del grupo. Unir a la gente puede ayudar a que los individuos superen su desaliento.
“Nadie está dispuesto a hacer nada”
¿Les ha propuesto usted personalmente que hagan algo específico? La mayoría no nacemos siendo organizadores naturales. Muchos de sus compañeros no van a ponerse en marcha por sí solos, pero sí pueden responder si alguien en quien ellos confían se lo pide directamente. Piense en algunas pequeñas reivindicaciones específicas y acérquese personalmente a un compañero de trabajo. Al principio podría ser algo tan simple como responder una encuesta, salir a almorzar con otros compañeros para hablar sobre algún problema o firmar una carta escrita por el grupo. Respete las limitaciones de tiempo que tienen en sus vidas diarias. Muestre mucho aprecio por cualquier cosa que estén dispuestos a hacer y aclare que cualquiera de las victorias conquistadas fueron logradas por el equipo. Esta actitud de respeto los animará a hacer todavía más en el futuro.
“Nadie asiste a las reuniones”
Piense en cómo se le notifica a las personas que habrá una reunión. Un correo electrónico o una nota en el tablón de anuncios no son suficientes. Las invitaciones en persona, cara a cara, funcionan mejor. Divida su lugar de trabajo y encuentre varias personas que quieran compartir la tarea de invitar a otras personas cara a cara. También tenga en cuenta las cosas prácticas que podrían hacer que las reuniones sean más accesibles: horario, lugar, cuidado de niños, traducción, transporte. Cuando las personas lleguen a la reunión, esta debe de ser agradable y productiva o ¡ya no volverán! La gente está muy ocupada hoy en día y usted comunicará respeto a su tiempo y participación si planifica la reunión con antelación. Prepare orden del día claro, establezca un límite de tiempo y una razón para asistir, como por ejemplo, un asunto de importancia en ese momento. Si una reunión es sólo informativa”, es fácil que la gente encuentre una razón para no asistir. Las personas se sentirán más motivadas a asistir a una reunión en la que desempeñarán un papel importante, por ejemplo, ayudar a crear un plan de acción. Y si no asisten a esa reunión, sabrán que habrá una consecuencia: el plan será elaborado sin su contribución. Sin embargo, a veces las personas simplemente no pueden llegar a las reuniones debido, por ejemplo, a las responsabilidades que tienen como padres de familia. Estas personas aún pueden asumir un papel fundamental en la organización cuando estén en el trabajo. Sea flexible.
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