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Crisis climática
No es Mazón, es el negacionismo
Hagámonos la siguiente pregunta: ¿qué haríamos cualquiera de nosotros si nos dijesen que mañana van a venir los marcianos de Independence Day a succionarnos el cerebro? Pues seguramente echarnos unas risas, quizá comentarlo con algún conocido, y, por lo demás, vida normal. Eso es lo que haría cualquier persona razonable frente a una información, un aviso, de lo que él considera, siendo generosos, una soberana estupidez. Y eso es exactamente lo que hizo Carlos Mazón, Presidente de la Generalitat Valenciana, frente a los avisos de AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar, ignorarlos. Y no lo hizo por negligencia, ni incompetencia, ni dejadez (aunque no podamos descartar tales posibilidades), sino porque es un negacionista climático.
Repasemos los hechos conocidos: ya el viernes 25 de octubre, AEMET avisa de que puede haber complicaciones desde las últimas horas del lunes 28 y durante todo el martes 29. Dicho avance lo van confirmando durante todo el fin de semana, poniendo avisos naranjas en las zonas interiores de Valencia, y aumentando dichos avisos a rojo el martes 29 a primera hora de la mañana. También por la mañana del martes 29, la CHJ avisa de que el caudal en el barranco del Poyo era preocupante, alertando de posibles desbordamientos. Varios alcaldes alertaron de su preocupación, e incluso el de Utiel suspendió las clases ya a primera hora. Evidentemente, lo que pasó después es de sobra conocido.
¿Y qué hacía mientras tanto Carlos Mazón? Pues a todas luces, parece que cumplir su agenda oficial escrupulosamente; tras una rueda de prensa en que resta importancia a la DANA diciendo que se iba hacía la Serranía de Cuenca, se va a una reunión con sindicatos y empresarios, y luego una comida con una periodista para no se sabe qué, y, mientras tanto, el móvil fuera de cobertura. Ya hay varios testimonios, incluso de gente de su gabinete, de que fue complicado contactar con él.
Finalmente acude a la reunión del CECOPI, el órgano de gestión de la emergencia, y decide mandar un mensaje a los móviles a las 20:11 horas, cuando ya la tragedia era inevitable. Es decir, que a pesar de que se habían dado las alertas, el responsable de gestionar dicha crisis estaba comiendo tranquilamente en un lugar donde no había cobertura. No sale a ver cómo va todo, no está pendiente, no está localizable. Nada.
Espero que los ciudadanos tomemos buena nota de lo que supone elegir como representantes, como gerentes, a negacionistas
Ha habido análisis de todo tipo que tratan de explicar este comportamiento por parte de Carlos Mazón. Sin embargo hay una explicación, sencilla, que explica la desidia del presidente valenciano: que es un negacionista climático. Igual que nosotros con los extraterrestres, un negacionista no cree que vaya a ocurrir un fenómeno climático extremo, puesto que esto respaldaría las tesis de que el cambio climático favorece la frecuencia y virulencia de este tipo de episodios. AEMET, y todos esos organismos que estudian el clima, no son más que chiringuitos al servicio del comunismo. Por tanto, para un negacionista lo más coherente es ignorarlos, pues de otro modo estaría validando tesis cuyo objetivo real es sumir el mundo en una dictadura social-comunista, como ha insinuado Isabel Diaz Ayuso.
Parece una broma, de muy mal gusto, pero sin embargo no lo es. Hay muchos intereses detrás de alentar los dogmas negacionistas, eso igual daba para un libro, pero como ciudadanos nos tenemos que plantear en cómo nos afecta tener al mando a quienes se hacen adalides de estos discursos. Despreciar el conocimiento, la ciencia, porque no cuadra con tus tesis tiene consecuencias nefastas para los ciudadanos, y por eso nos tenemos que cuidar mucho de ello. Espero que, tras este episodio, las autoridades tomen medidas para prevenir eventos futuros. Pero también espero que los ciudadanos tomemos buena nota de lo que supone elegir como representantes, como gerentes, a negacionistas.