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Elecciones
Sevilla, una ciudad espacial sin luz en los barrios obreros y una provincia sin salud ni infraestructuras
La provincia de Sevilla es la más poblada de todo el territorio andaluz, con 1 963 000 habitantes en el año 2022, según los datos del INE. Una población que según la EPA del primer trimestre de 2023 cuenta con un 16,9% de paro, tres puntos por encima de la media del estado español. La mayoría del empleo se concentra en el sector servicios protagonizado por el turismo, que tiene como foco principal la capital, pero que se extiende por las zonas rurales como la Sierra Norte. Según los datos de la IECA la provincia es la que mayor desigualdad en cuanto salario tiene entre las distintas localidades. Según la estadística, una vecina de Mairena del Aljarafe tiene un sueldo bruto que ronda de media los 20.000 euros anuales, mientras que una vecina en Écija tiene un salario que apenas llega a los 12.000 de media.
Derecho a la vivienda
Andalucía: líderes en desahucios
Los dolores que atraviesan las distintas localidades que componen la provincia tienen su semejanza con el resto del entorno andaluz: desmantelamiento en la salud y la educación pública que aíslan a distintas poblaciones, escasez y sequía que suponen la pérdida de producción económica en las diversas localidades, falta de infraestructura y un empobrecimiento de la población. Unas problemáticas que aumentan cuando se trata de localidades marginalizadas por las instituciones y la economía, El Palmar de Troya y Pruna encabezan la lista de las localidades más pobres del estado español según el INE de 2022. Con esta mochila a cuesta se preparan los municipios sevillanos para las elecciones del próximo 28 de mayo, donde podrán elegir quienes serán los gobernantes que se enfrenten a esta situación a nivel local.
Sevilla: turismo, viajes espaciales y vecinas sin luz
Hay que patearse mucho Sevilla para encontrar un lugar donde alzar la vista y ver la ropa tendida en los balcones, niñas jugando al fútbol y al escondite en las plazas mientras las adultas hablan del día a día sentadas en un banco. El sonido de los ruedines de las mochilas escolares hace tiempo que fue sustituido por el traqueteo de las maletas turísticas. En la ciudad de Sevilla hace años que el turismo está absorbiendo a los vecindarios históricos, cada vez son más las zonas urbanas que se han convertido en auténticos resorts vacacionales expulsando a sus vecinas. En la ciudad actualmente hay más de 7.800 viviendas turísticas, una de cada cuatro viviendas de los barrios históricos de la ciudad está dedicada a fines turísticos según un estudio de la universidad de Málaga publicado este abril. A principios de abril, los datos del Informe ReviTUR anunciaban que el barrio con más concentración turística de todo el estado español es el emblemático barrio sevillano de Santa Cruz, donde la vivienda turística ya es más de un 65% de las que se encuentran en el barrio.
La turistificación de la ciudad es una problemática transversal e influyente en todas las preocupaciones de la ciudadanía, ya que incide en el acceso a la vivienda, el modelo de ciudad en el que habitan y la calidad del trabajo de las vecinas. Según los datos de precio de la vivienda del portal Idealista, en abril de 2023 en Sevilla el alquiler subió un 7%. Un aumento que se acumula a la subida de los últimos meses en los que la capital hispalense se ha convertido en una de las ciudades más caras para vivir del estado español, sin que esto se vea reflejado en un aumento de los sueldos que siguen manteniéndose entre los más bajos.
Opinión
Opinión Airbnb, el Voldemort del turismo
El actual alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, se defiende ante la situación de la vivienda alardeando de que bajo su mandato en Sevilla “Se está construyendo vivienda como nunca antes se había hecho”; sin embargo, la candidata de IU-Podemos para la alcaldía de la ciudad, Susana Hornillos, le rebate argumentando “cualquiera que se pasee por Sevilla puede ver que no es un problema de construcción, no falta vivienda el problema es que está limitada porque está enfocada al turismo y eso afecta a la oferta pública”.
“Al alcalde se le llena la boca con lo de la ciudad espacial y la gente se está muriendo en los barrios”, comenta Laura Cárdenas de la plataforma Barrios Hartos.
La candidata por Adelante Andalucía al consistorio sevillano exige y pone sobre la mesa la necesidad de una moratoria de pisos turísticos en la ciudad para ponerle coto al turismo con el objetivo de “tener una ciudad para todas y todos, más habitable y que estén los derechos de todas garantizados”. La gestión del alcalde Muñoz es criticada por la derecha desde su visión desarrollista de las ciudades, ya que buscan, según comenta el candidato del PP, José Luis Sanz, “una Sevilla que funcione”, en términos económicos basados en la construcción urbanística. Por su parte, las izquierdas critican el modelo de ciudad que propone el alcalde socialista, que ha destinado parte de su mandato a proyectar la ciudad de Sevilla hacia fuera con grandes eventos y proyectos como ser la próxima sede de la Agencia Espacial Española o la celebración de los Grammy latinos. Ante esta propuesta de ciudad hacia fuera, la candidata de IU, Susana Hornillos, propone “una ciudad que cuide a las personas”.
El pasado 2 de mayo el actual alcalde de Sevilla comenzaba su intervención en el primer debate electoralista de la ciudad de Sevilla organizado por la Universidad Pablo Olavide haciendo una pregunta al público presente: ¿Está mejor Sevilla que hace cuatro años? Los vecinos de los barrios afectados por los cortes de luz que cada año se sufren de un modo más continuado e intenso tienen clara la respuesta negativa. “Al alcalde se le llena la boca con lo de la ciudad espacial y la gente se está muriendo en los barrios”, comenta Laura Cárdenas de la plataforma Barrios Hartos.
Pobreza energética
Sevilla Barrios a oscuras, barrios hartos
En los últimos años, barrios sevillanos como Palmete, Amate, Los Pajaritos y Su eminencia llevan viviendo sin electricidad debido a lo obsoleto que se encuentran los generadores de sus zonas. Endesa no se hace cargo de la reparación y sustitución de estos, los cortes han provocado en la ciudad la muerte de dos vecinos dependientes de una máquina para respirar que funcionaba con electricidad y que se paró en medio de la noche debido a un corte de luz. “De algún modo nos están quitando el derecho a la vida y a la vivienda”, sostiene Cárdenas. El verano pasado las vecinas de los barrios afectados ocuparon distintos centros vecinales para reclamar los cortes de electricidad en plena ola de calor, unas acciones que concluyeron con la empresa eléctrica poniendo varios generadores en las zonas afectadas, sin embargo, como sostiene Cárdenas: “nos la metieron doblada porque los generadores ni siquiera se pusieron en funcionamiento”. La plataforma Barrios Hartos ha vuelto a convocar movilizaciones en los barrios a las puertas de un verano que se prevé vuelva a estar protagonizado por esta situación “propia de países en guerra” como sostiene Juan García, portavoz de Barrios Hartos. El próximo 20 de mayo han convocado una concentración por la mañana y participarán los próximos 18, 19 y 20 de mayo en las jornadas por la vivienda que se organizan en la ciudad de Sevilla en la que también participaran la oficina de okupación de Sevilla, el PIVE de APDHA y las distintas PAH de la capital.
El verano pasado, la ciudad de Sevilla estuvo en el punto de mira informativo por el proceso de tala de un ficus centenario en el barrio de Triana. A pesar de las múltiples movilizaciones ciudadanas que llevaron a encadenarse a algunas vecinas al propio árbol el consistorio continúo con el proceso hasta que fue paralizado por la fiscalía dejando el árbol apuntado. El pasado 29 de abril la plataforma salvemos el ficus de san jacinto celebró los 110 del árbol y aprovechaba para “instar al Ayuntamiento a que cumpla de una vez con lo que venimos exigiendo y retire la licencia de tala que el juez ha paralizado”. La plataforma busca la protección de este símbolo del patrimonio de la ciudad que desde este verano luce amputado y que no vuelva a verse amenazado con su desaparición. Este es uno de los ejemplos de la situación de las zonas verdes en la ciudad de Sevilla, a pesar de la insistencia del alcalde en plantear una ciudad “verde y con pulmones naturales para la ciudadanía”, las estrategias empleadas en los últimos años han pasado por el abandono y la tala de los árboles presentes en la ciudad. Desde la Mesa Ciudadana del árbol de Sevilla, Mecuidas denuncian que “la gestión del Ayuntamiento de Sevilla en lo referente al “sistema verde”, compuesto por el arbolado, parques, jardines y áreas arboladas, dista mucho de la que se reivindica dada la situación de baja calidad del aire, la emergencia climática, la inhabitabilidad urbana y la demanda social”. La Mesa además ha comunicado el plantón continuo que el PSOE de la ciudad le ha dado ante las continuas propuestas de reuniones para hablar del asunto del arbolado de la ciudad.
En los barrios obreros de la ciudad se están viviendo además el cierre de distintas líneas educativas, recortando la calidad y los servicios para las infancias y adolescencias de estas zonas. Para poner sobre la mesa algunos ejemplos en la cartografía de la capital sevillana, en Pino Montano la AMPA del centro educativo CEIP Adriano se ha puesto en pie de lucha para evitar la fusión de las aulas de 3 y 4 años. En Amate el IES Diamantino ha denunciado los cortes y luz y el recorte en personal que llevan años viviendo y en el CEIP Valdés Leal, más de 600 familias se están movilizando por la falta de un comedor en condiciones dignas de salubridad para sus hijes, un proyecto que lleva parado casi 17 años. En otras zonas de la ciudad, como en la Macarena, las vecinas llevan años denunciando el abandono por parte de las instituciones, un movimiento que ha resurgido tras el asesinato de uno de sus habitantes. “Llevamos tiempo solicitando medidas para acabar con la delincuencia a corto plazo y programas de intervención social comunitaria para la población afectada por la falta de oportunidades y no llegan”, sostiene la plataforma de vecinas.
Sequía y Sanidad, las principales preocupaciones de la provincia.
Una de las problemáticas generalizadas en la provincia de Sevilla es el recorte en los servicios de sanidad pública, que ya están haciendo que muchas zonas se encuentren sin médicos, especialmente es notable la falta de pediatras en la provincia. Según los datos de la Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria, el 22% de las niñas sevillanas no cuentan con un servicio especializado para ellas. Los recortes en personal está afectando a la población que espera hasta 40 días para poder tener una cita en su centro de salud. En el caso de Lebrija esta situación ha llevado a sus vecinas a convocar manifestaciones de forma constante y a realizar un encierro en el centro de salud el pasado 11 de enero. “Nos recortan servicios porque las instituciones lo ven como un gasto y no son consecuentes con el prejuicio que eso tiene en la salud de las personas”, comenta Tito Giménez, vecino participante en el encierro y en las movilizaciones.
En la Sierra Sur de la provincia el sistema sanitario público se encuentra al borde del colapso por la falta de facultativos, según los datos de la marea blanca de Sevilla la zona sanitaria básica de estepa solo cuenta con 15 de las 31 médicas que necesitan para atender los 11 puntos de atención que tienen. Las vecinas de poblaciones como La Roda, Lora de Estepa y Casariche se manifestaron frente a sus centros de salud el pasado 30 de marzo. Estas manifestaciones se repiten por toda la cartografía de la provincia, como en Fuentes de Andalucía, Sanlúcar la Mayor y Villaverde del río, donde las vecinas reivindican una sanidad digna y los servicios con los que han contado toda la vida.
Otra de las preocupaciones de la población en la provincia es la sequía y las consecuencias que esta tiene al uso diario del agua, al entorno natural y a la agricultura. Según EMASESA los embalses en las provincias se encuentran actualmente a un 39,7%. El Bajo Guadalquivir se ha caracterizado históricamente por su producción de tomate, sin embargo, la situación hídrica está cambiando este paisaje. En condiciones normales se producen en la zona más de 264.000 toneladas de tomate fresco y 55.000 toneladas de concentrado, según datos de la cooperativa las marismas de Lebrija. Sin embargo, como apunta Diego Bellido de la COAG, “la siembra este año ha sido testimonial”. Los agricultores de la zona están llevando sus producciones a otras provincias como Cádiz y Sevilla ante la imposibilidad de seguir en su zona, lo que supone un impacto económico negativo en la provincia que podría suponer la pérdida de 120 millones de euros, según datos de la COAG.
“Nos recortan servicios porque las instituciones lo ven como un gasto y no son consecuentes con el prejuicio que eso tiene en la salud de las personas”, comenta Tito Giménez, vecino participante en el encierro y en las movilizaciones.
Además, la zona también cuenta con un déficit en el ámbito de las infraestructuras. El pasado marzo las vecinas del Bajo Guadalquivir creaban la plataforma ‘Carreteras Dignas para nuestros pueblos’ en la que exigen que los caminos construidos durante la década de los 50 con el objetivo de unir regadíos se renueven: “Con la evolución lógica de la vida, lo que eran necesidades puramente agrícolas se han ido convirtiendo en necesidades vitales, y los desplazamientos se hacen ahora en condiciones de auténtico riesgo, ya que las carreteras están en muy mal estado”, sostiene el presidente de la Plataforma y alcalde de Marismillas, Castor Mejías.
Minería
Los ecologistas alertan de nuevas catástrofes mineras
Las cinco principales organizaciones ecologistas del Estado español denuncian el riesgo de nuevas catástrofes por la posible rotura de presas como la de Minas de Riotinto y exigen el desarrollo de una nueva ley marco que proteja el subsuelo del Estado.
La población de la provincia tiene más reivindicaciones y problemáticas a poner en el centro, como la cuestión medioambiental, con casos como el proyecto de reapertura de la mina de Aznalcóllar, 25 años después de la catástrofe. El alcalde pretende volver a abrir la mina el próximo julio para dar empleo a la población con más de un 40% de paro. A pesar de las voces críticas dentro del ecologismo, «Ni la Junta de Andalucía ni el Ministerio para la Transición Ecológica han recuperado el coste de las labores de limpieza y recuperación de los espacios afectados», sostiene Greenpeace ante el aniversario de los vertidos.
Las vecinas de Sevilla se encuentran en una situación donde la falta de servicios sanitarios, infraestructuras y la amenaza de la escasez de agua dificultan su día a día definido también por el paro y la incertidumbre económica y de proyecto vital. Una situación que influirá en el voto local el próximo 28 de mayo.