Galicia
La Xunta de Rueda ejecuta su última maniobra para hacerse con el control total de la TVG

El PP lleva al Parlamento la nueva ley de medios que otorga al Gobierno gallego la capacidad de elegir al director de la cadena sin mayoría cualificada, elimina la fiscalización de contenidos por profesionales y abre la puerta al castellano.
Alfonso Rueda Land Rober
Imagen de la asistencia de Alfonso Rueda al programa de Televisión de Galicia `Land Rober'

Lo que empezó Alberto Núñez Feijóo en mayo de 2009, lo remata esta semana su eterno aprendiz, Alfonso Rueda, hoy al frente de la Xunta de Galicia: tomar el control político total de la Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG). La jugada tiene nombre de asignatura de la carrera de Periodismo, pero forma de legislación. Este martes, previsiblemente, el Parlamento de Galicia aprobará, con el rodillo de su mayoría absoluta, la Ley de servicios de los medios públicos de comunicación audiovisual de Galicia para la sociedad digital. Una normativa que otorga al Gobierno gallego del Partido Popular la capacidad de elegir al director de la cadena sin mayoría cualificada, elimina la fiscalización de contenidos por profesionales independientes y abre la puerta por primera vez al castellano.

Tribuna
Tribuna Ladrones de guante blanco en el Parlamento de Galicia
Los trabajadores y trabajadoras de la CRTVG pagaremos las consecuencias de una ley antidemocrática que nos quita algunas de las pocas herramientas para defendernos y exigir respeto a la misión de servicio público encomendada a la corporación.

Conviene empezar por lo más grave: los cambios en el método de elección del director general de la corporación. La maniobra es, a ojos de Raquel Lema, presidenta del Comité Intercentros de la CRTVG, máximo órgano de representación de los trabajadores y trabajadoras, “burda, lamentable, retrógrada y desvergonzada”. Como mínimo es, a la vista de los hechos, oportunista. Apenas unos meses después de que el actual director, Alfonso Sánchez Izquierdo, anunciase su decisión de abandonar la dirección del ente público, los despachos de la Xunta, coordinados por Alfonso Rueda, se afanaron en crear una ley a la medida del clima político. Es decir, que quedase todo atado y bien atado.

Tras 15 años en el asiento de mando —ocho de ellos de forma transitoria a causa de otra jugada ganadora—, Alfonso Sánchez Izquierdo, escogido por el dedo de un recién estrenado Feijóo en San Caetano y la complicidad de un PSdeG-PSOE hoy intentando despegarse del fondo electoral en el que lleva desde el 18 de febrero de 2024, se va. Tras él, queda un reguero de procesos judiciales —algunos ganados y otros perdidos—, pero sobre todo quedan 15 años de historia de Galicia. Por un lado, la historia oficial no contada por lo incómoda que hubiese resultado para la Xunta y, por otro, una historia en la memoria colectiva de luchas sindicales y sociales, la mayor huelga de la que se tiene registro —con 355 venres negros de paros— y decenas de denuncias de manipulación informativa y hasta de acoso laboral. Esta última, todavía en el juzgado y con la imputación de toda su cúpula.

Sánchez Izquierdo se va, pero el método del Partido Popular de Galicia se queda y hoy está más vivo que nunca. A partir de la aprobación de esta ley, el director general de la Corporación Radio e Televisión de Galicia se elegirá sin mayoría cualificada, aunque para esto también hay maquillaje: “La persona titular de la Dirección General es elegida por el Parlamento de Galicia por mayoría de dos tercios. Si no se consiguiera esta mayoría, en el plazo de un mes se podrá repetir la votación y será suficiente para la elección una mayoría de tres quintos”. Esto quiere decir, en traducción libre, simularemos una votación democrática y plural, simularemos una falta de consenso y simularemos un acuerdo de la cámara solo con los votos garantizados del Partido Popular. Así, los titulares de la prensa —hegemónica y sobrealimentada con dinero público— al día siguiente de la elección del relevo estarán adornados del ornamento de la unidad: “El Parlamento de Galicia aprueba la elección de...”.

El Partido Popular abre las puertas al uso del castellano

Aunque se ha vuelto a poner en el foco desde la izquierda gallega desde que llegó a presidente, la foto de Alfonso Rueda en la manifestación de la ultra y extinta —o más bien en hibernación por falta de utilidad— Galicia Bilingüe, de Gloria Lago, hoy presidenta de la asociación nacionalista matriz Hablamos Español, lo acompañará para siempre. La conspiración de la persecución del castellano en Galicia fue una de las grandes aportaciones al corpus teórico de un movimiento ultra que el PP de Feijóo y Rueda aplaudían en la calle al grito de “TVG bilingüe ya” y que, desde luego, instrumentalizaron, entre otras muchas tácticas de dudosa ética política, para echar al PSdeG y al BNG del Gobierno gallego.

Desde este martes, gracias a la nueva lei del Partido Popular, la CRTVG podría comenzar una andadura hacia su castellanización. Para que no quede espacio a la interpretación, esto es lo que dice el artículo, que ha sido fuertemente criticado —como todo el proyecto de lei— por la práctica totalidad de los agentes sociales y partidos políticos presentes en Galicia: 

“Los medios públicos de comunicación audiovisual de titularidad de la Comunidad Autónoma de Galicia producirán sus programas, contenidos y servicios en lengua gallega y garantizarán la edición y difusión en gallego de los programas, contenidos y servicios de producción ajena, sin perjuicio de la posibilidad de utilizar adicionalmente otras lenguas cuando así lo justifique la finalidad de dar a conocer la identidad cultural de Galicia fuera del territorio de la comunidad autónoma, en cumplimiento de la misión de servicio público definida en esta ley”.

Como colofón, la nueva normativa eliminará para siempre la obligación de contar con órganos profesionales de control periodístico que la corporación de Sánchez Izquierdo no llegó a crear en 15 años desde que se aprobó en el Parlamento. Una de las demandas históricas tanto del comité de empresa como del movimiento Defende a Galega.

Quince años de lucha por una CRTVG plural

Desde 2009, la Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) ha sido escenario de diversos conflictos laborales que han marcado la relación entre la dirección y su plantilla. Las denuncias por precarización, censura informativa y vulneración de derechos han sido constantes, en un clima de tensión que se ha prolongado hasta la actualidad.

Uno de los principales puntos de fricción ha sido la contratación de trabajadores a través de productoras externas y la subcontratación de contenidos informativos. Esta práctica, denunciada desde hace años por los sindicatos, ha sido interpretada como un intento de precarizar el empleo y reducir costes a expensas de los derechos laborales y también como un modo de rehuir la fiscalización periodística.

Años más tarde, en 2015, el Comité Interempresas de la CRTVG presentó una demanda de conflicto colectivo contra la dirección, alegando que la normativa de uso de sistemas de información restringía derechos laborales. Esta medida reflejaba el creciente malestar de los trabajadores, que percibían un intento de control excesivo sobre sus actividades.

Sin embargo, el mayor estallido de descontento se produjo en 2018 con el nacimiento de los Venres Negros, una serie de protestas semanales en las que periodistas y empleados denuncian la manipulación informativa dentro del ente público. Vestidos de negro, reclaman una información plural e independiente y denuncian presiones por parte de la dirección para favorecer los intereses del Gobierno autonómico. Estas movilizaciones se prolongaron en el tiempo hasta hoy y han llevado acarreadas represalias contra algunos trabajadores, lo que derivó en un hito judicial en 2022. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia condenó a la CRTVG por vulnerar la libertad de expresión de un empleado vinculado a las protestas, obligándola a anular una sanción disciplinaria e indemnizarlo.

Los conflictos laborales en la CRTVG han puesto de manifiesto la tensión permanente entre la dirección y su plantilla. Las denuncias por precarización y censura han generado un clima de protesta sostenida, en el que los trabajadores han mantenido su lucha por unas condiciones dignas y una información pública libre de injerencias políticas. Desde hoy, y quién sabe hasta cuando, todo apunta a que esa lucha se recrudecerá.

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta de Rueda executa a súa última manobra para facerse co control total da TVG

O PP leva ao Parlamento a nova lei de medios que outorga ao Goberno galego a facultade de elixir o director da canle sen maioría cualificada, elimina a supervisión de contidos por parte dos profesionais e abre a porta ao castelán.
Alfonso Rueda Land Rober
Imaxe da asistencia de Alfonso Rueda o programa da Televisión de Galicia ‘Land Rober’.

O que Alberto Núñez Feijóo comezou en maio de 2009 remátao esta semana o seu eterno aprendiz, Alfonso Rueda, agora titular da Xunta de Galiza: asumir o control político total da Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG). O movemento ten o nome de materia do grao de Xornalismo, pero ten forma de lexislación. Está previsto que este martes o Parlamento de Galiza aprobe, coa axuda da súa maioría absoluta, a Lei de servizos dos medios audiovisuais públicos de Galicia para a sociedade dixital. Un regulamento que outorga ao Goberno galego do Partido Popular a facultade de elixir o director da canle sen maioría cualificada, elimina a supervisión de contidos por profesionais independentes e abre a porta por primeira vez á produción de contidos en castelán.

Tribuna
Tribuna Ladróns de luva branca no Parlamento
As traballadoras e traballadores da CRTVG pagaremos os efectos dunha lei antidemocrática que nos retira algunhas das poucas ferramentas que tiñamos para defendérmonos e esixir respecto pola misión de servizo público que a corporación ten encomendada.

Cómpre comezar polo tema máis serio: os cambios na forma de elección do director xeral da corporación. Segundo Raquel Lema, presidenta do Comité Intercentros da CRTVG, máximo órgano de representación dos traballadores e traballadoras, a manobra é “cruda, lamentable, retrógrada e descarada”. Cando menos, vistos os feitos, é oportunista. Apenas uns meses despois de que o actual director, Alfonso Sánchez Izquierdo, anunciase a súa decisión de deixar a dirección do ente público, as dependencias da Xunta, coordinadas por Alfonso Rueda, traballaron arreo para elaborar unha lei á medida do clima político. É dicir, que todo quedara atado e ben atado.

Despois de 15 anos no poder —oito deles temporalmente por outra xogada gañadora—, Alfonso Sánchez Izquierdo, escollido a dedo polo dedo dun recentemente elixido Feijóo en San Caetano e coa complicidade dun PSdeG-PSOE que hoxe intenta desvincularse do fondo electoral no que se atopa dende o 18 de febreiro de 2024, marcha. Atrás del queda un ronsel de procesos xudiciais —uns gañaron e outros perdidos— pero, sobre todo, quedan 15 anos de historia galega. Por unha banda, a historia oficial que non se contou porque tería sido incómoda para a Xunta e, por outra, unha historia na memoria colectiva das loitas sindicais e sociais, a maior folga rexistrada —con 355 venres negros en folga— e decenas de denuncias por manipulación informativa e mesmo por acoso laboral. Este último segue no xulgado e coa imputación de toda a súa dirección.

Sánchez Izquierdo marcha, pero o método do Partido Popular de Galicia segue e está hoxe máis vivo que nunca. Tras a aprobación desta lei, o director xeral da Corporación de Radio e Televisión de Galicia será elixido sen maioría cualificada, aínda que tamén hai algo de maquillaxe: “O titular da Dirección Xeral é elixido polo Parlamento de Galicia por maioría de dous terzos. De non acadarse esta maioría, poderase repetir a votación no prazo dun mes e será suficiente para a elección unha maioría de tres quintas partes”.

Isto significa, en tradución libre, simularemos un voto democrático e pluralsimularemos unha falta de consenso e simularemos un acordo da cámara só cos votos garantidos do Partido Popular. Así, os titulares da prensa —hexemónica e sobrealimentada de cartos públicos ao día seguinte da elección do substituto irán adornados co adorno da unidade: “O Parlamento de Galicia aproba a elección de...”.

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
Medios públicos A folga dos traballadores da TVG contra 15 anos de manipulación e privatización deseñados por Feijóo
Empregados e empregadas da Televisión de Galiza fan un mes de paros parciais tras a primeira externalización de contidos informativos da historia da cadea, convocados por catro do cinco sindicatos con representación.

O Partido Popular abre as portas ao uso do castelán

Aínda que volveu poñela no punto de mira a esquerda galega desde que asumiu a presidencia, a foto de Alfonso Rueda na manifestación da ultradereita e extinguida —ou máis ben en hibernación por falta de utilidade— Galicia Bilingüe, de Gloria Lago, hoxe presidenta da asociación nacionalista Hablamos Español, vaino acompañar para sempre. A conspiración para perseguir o castelán en Galiza foi unha das grandes achegas ao corpus teórico dun movemento ultra que Feijóo e o PP de Rueda aplaudiron nas rúas berrando “TVG bilingüe ya” e que, por suposto, empregaron, entre outras moitas tácticas de dubidosa ética política, para desbancar do Goberno galego ao PSdeG e o BNG.

A partir deste martes, grazas á nova lei do Partido Popular, a CRTVG podería iniciar un camiño cara á súa castelanización. Para que non haxa lugar á interpretación, así di o artigo, que foi duramente criticado —como todo o anteproxecto de lei— pola práctica totalidade dos axentes sociais e partidos políticos presentes en Galiza: 

“Os medios audiovisuais públicos de titularidade da Comunidade Autónoma de Galicia producirán os seus programas, contidos e servizos en galego e garantirán a publicación e difusión en galego dos programas, contidos e servizos producidos por outros, sen prexuízo da posibilidade de utilizar adicionalmente outras linguas cando así sexa xustificadi coa finalidade de dar a coñecer a identidade cultural de Galicia fóra do territorio da comunidade autónoma, en cumprimento da misión de servizo público definida nesta lei”.

Finalmente, a nova normativa eliminará para sempre a obriga de contar con órganos profesionais de control xornalístico que a corporación de Sánchez Izquierdo non conseguiu crear en 15 anos desde a súa aprobación no Parlamento. Unha das reivindicacións históricas tanto do comité de empresa como do movemento Defende a Galega.

Quince anos de loita por unha CRTVG plural

Desde 2009, a Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) é escenario de diversos conflitos laborais que marcaron a relación entre a dirección e o seu persoal. As queixas por precariedade, censura informativa e vulneración de dereitos foron constantes, nun clima de tensión que se mantén ata hoxe.

Un dos principais puntos de fricción foi a contratación de traballadores a través de produtoras externas e a externalización de contidos informativos. Esta práctica, denunciada dende hai anos polos sindicatos, interpretouse como un intento de precarizar o emprego e reducir custos a costa dos dereitos laborais, e tamén como unha forma de evitar a fiscalización xornalística.

Anos despois, en 2015, o Comité Interempresa da CRTVG presentou unha demanda de conflito colectivo contra a dirección, alegando que a normativa de uso dos sistemas de información restrinxiu os dereitos laborais. Esta medida reflectía o crecente descontento dos traballadores, que percibían un intento de control excesivo das súas actividades.

Non obstante, o maior brote de descontento produciuse en 2018 co nacemento dos venres negros, unha serie de protestas semanais nas que xornalistas e empregados denuncian a manipulación informativa no seo do ente público. Vestidos de negro reclaman unha información plural e independente e denuncian a presión da dirección para favorecer os intereses do goberno autonómico.

Estas protestas prolongáronse no tempo ata hoxe e provocaron represalias contra algúns traballadores, o que supuxo un fito xudicial en 2022. O Tribunal Superior de Xustiza de Galiza condenou á CRTVG por vulnerar a liberdade de expresión dun empregado vinculado ás protestas, o que obrigou a anular unha sanción disciplinaria e indemnizarlle.

Os conflitos laborais na CRTVG puxeron en evidencia a continua tensión entre a dirección e os seus traballadores. As denuncias pola precariedade das condicións laborais e a censura xeraron un clima de protesta sostida, no que os traballadores mantiveron a súa loita por unhas condicións dignas e unha información pública libre de inxerencias políticas. Desde hoxe, e quen sabe ata cando, todo apunta a que esta loita vaise intensificando.

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11/3/2025 15:00

¿Hacerse el PP con el control total de la RTVG? para nada, ya lo tenía desde hace muchos años.

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