LGTBIAQ+
Violencia intragénero, una realidad invisible: “Pensaba que en las relaciones cuir todo era equitativo”

Los datos escasean y no se le presta la atención “debida” porque “se supone que afecta a un grupo minoritario”, pero la violencia en parejas del mismo sexo es el segundo motivo de consulta en el teléfono arcoíris.
Orgullo Crítico 2019 10
Interior de un bar de Madrid durante el día del Orgullo Crítico. Álvaro Minguito

El maltrato por parte una pareja del mismo género es el segundo motivo más frecuente para llamar al teléfono contra la LGTBIfobia. Concretamente, el 13 % de las personas que marcan el 028 lo hacen para denunciar esta violencia, difícil de identificar para ellos por vergüenza y para ellas por el mito de que las mujeres no pueden ser violentas. 

La socióloga Inmaculada Mujika define la violencia intragénero como “aquella que se produce en el seno de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo constituyendo un ejercicio de poder siendo el objetivo de la persona que abusa dominar y controlar a su víctima”. A diferencia de la violencia de género, en la intragénero no se da una subordinación de un género a otro mediada por el machismo, pero otras jerarquías pueden llevar a que una persona ejerza violencia sobre la otra. La diferencia en la situación económica, edad o estado administrativo o seropositivo pueden aprovecharse por parte de una de las personas integrantes de la pareja para maltratar a la otra, explica Charo Alises, abogada integrante del equipo jurídico de la Federación Estatal LGTBI+.

Personas que han vivido maltrato en parejas del mismo género relatan incomprensión por parte del entorno o dificultad para entenderlo como violencia por ser un tema invisibilizado a nivel social.

El marco legal

A pesar de los intentos del equipo de Irene Montero en la pasada legislatura, la violencia intragénero no está definida en la normativa de ámbito estatal. Este tipo de maltrato se enmarca en la violencia doméstica y, como tal, queda regulada por los artículos 153.2 y 173.2 del Código Penal, además de aplicársele el agravante de parentesco incluido en el artículo 23, indica el Ministerio de Igualdad. Preguntada la cartera que hoy dirige Ana Redondo sobre si emprenderán acciones legislativas en materia de violencia intragénero, rechazaran precisar y dicen que el ministerio “seguirá defendiendo los derechos de las personas LGTBI+, como ha hecho desde el inicio” del mandato.

Las víctimas de violencia intragénero pueden acceder a recursos de violencia doméstica, además de herramientas que establece la ley trans o las normativas de algunas autonomías

En el ámbito autonómico, al menos siete comunidades recogen medidas específicas para luchar contra la violencia intragénero en sus leyes trans y LGBTI+, aunque Charo Alises advierte que muchas de ellas no se han “implementado lo suficiente” y “se han quedado en el papel”. Además, cualquier víctima tiene los recursos que se contemplan en los casos de de violencia doméstica. La ley trans estatal recoge algunos específicos para las víctimas de violencia intragénero, aunque las menciones más específicas no vieron la luz por las enmiendas presentadas por el PSOE durante la tramitación. 

Con todo, “las víctimas de violencia intragénero tienen los mismos derechos que las de violencia machista, aunque no los mismos recursos”, resume Charo Alises. Es decir, pueden acceder a órdenes de alejamiento o peticiones de no comunicación, por ejemplo, pero no a casas de acogidas o los centros de crisis 24 horas que establece la ley del solo sí es sí

Una violencia ausente en el imaginario

La escritora Elisa Coll, autora de la novela Nosotras vinimos tarde (Amor de madre, 2023) y del ensayo Resistencia bisexual (Melusina, 2021), había tenido por pareja a un hombre que la maltrató y, al comenzar su primera relación con una mujer, pensó que había llegado a un lugar donde no podía existir la violencia: “Tenía una idea de que en las relaciones cuir todo era equitativo, sobre todo si las dos personas se consideran feministas, sentí euforia porque pensé que las barreras que tenía con hombres no serían necesarias con una mujer”.

Esa idea “edulcorada” de las relaciones entre mujeres feministas hizo que, en un primer momento, Coll negara la violencia que sufría: “No es un hombre, no me puede estar maltratando”, pensaba. “Piensas que estás loca, que estás proyectando o que te están haciendo la víctima”, relata Coll, que cree que si se hablara más de violencia intragénero o si el relato de relaciones cuir “no estuviera tan romantizado” habría identificado antes los patrones de maltrato.

Apenas hay datos, pero los existentes apuntan a que, en la comunidad cuir, un 27% de hombres y 34% de mujeres han sufrido violencia intragénero

La violencia intragénero no solo está ausente en el ideario social, sino también en las estadísticas. Las únicas disponibles sobre qué proporción de personas cuir la sufren son de un informe de COGAM de 2017, que subrayaba unos porcentajes de violencia “elevadísimos”: un 27% de hombres y 34% de mujeres reportaban haber sufrido maltrato en su pareja del mismo género. La escasez de estudios sobre el tema se debe a la “falta de atención debida” porque “es un tema que se supone que afecta a un grupo minoritario”, explica Alises. La abogada, autora de varias guías sobre violencia intragénero, considera “fundamental” investigar sobre el fenómeno para “saber cómo está la cuestión y dónde falla la protección para ponerle remedio”.

Violencia y armario

El 14 de abril de 2009 tuvo lugar en la localidad almeriense de Adra (Almería) el primer asesinato conocido en el seno de un matrimonio igualitario. Quince años después en esa misma fecha, ya instaurada como Día Nacional contra la Violencia Intragénero, Víctor Aristimuño publicó un vídeo en redes sociales contando su experiencia: había sufrido maltrato por parte de su pareja masculina entre los 19 y los 24 años, aunque el acoso se prolongó varios más. “Quería aportar mi testimonio porque creo que no hay mucha información ni concienciación sobre la violencia intragénero”, cuenta Aristimuño a El Salto. 

Como ocurre en muchas relaciones de maltrato, la del riojano comenzó por la vertiente psicológica: “Invalidaba mis inquietudes y me manipulaba para crearme una sensación de inutilidad. No me dejaba hacer vida aparte de él y siempre me hacía ver que él sabía más que yo”, cuenta Aristimuño. Estas conductas por parte de su entonces pareja desembocaron en una falta de autonomía y una ansiedad social exacerbada.

El chico, ahora con 31 años, relata que también sufrió alguna agresión física. “Se piensa que en parejas de hombres no puede haber violencia física porque tienen la misma fuerza, cuando una víctima con la autoestima mermada tiene muy difícil defenderse”, apunta Charo Alises. La abogada cuenta que, en un caso que conoció, el hombre que recibía violencia era más fuerte que su pareja y aseguraba poder devolver el golpe si así lo quisiera, “pero era tal el sometimiento psicológico en el que estaba que no se defendía”.

Aristimuño normalizaba el maltrato en su relación porque no tenía otros referentes y pensaba que todas las parejas eran como la suya. Tampoco podía contar con su entorno para abrirle los ojos: estaba en el armario con su familia y, sus amigos, que formaban parte del círculo de su entonces pareja también, percibían solo la parte pública de la relación. “Todo el mundo veía el carisma de mi ex y yo sentía que no había nadie en quien pudiera confiar”, cuenta el chico. 

Superando el maltrato

En el último año de relación, Aristimuño desesperaba por pensar que toda su vida iba a ser un continuum de discusiones. Fue entonces cuando hizo un amigo, hoy su novio, que le trataba “como un ser humano”. “Hice la comparación de lo bien que me sentía con él versus mi pareja de entonces y ahí es cuando me di cuenta de que podía aspirar a más”, dice el chico, que tuvo que renunciar a los amigos que compartía con su ex para dejarle atrás y, aun así, el maltratador le acosaba en redes o se creaba perfiles falsos para tratar de sonsacarle detalles íntimos.

Tras la ruptura, el chico empezó a hablar de la situación que había vivido. Sus amistades le respondieron quitándole peso y diciendo “eso son solo discusiones”, reporta, aunque con el tiempo la reacción de su entorno ha mejorado. “Aún queda mucho para que la gente pueda entender la violencia intragénero”, añade. Él mismo no lo consideraba maltrato en el momento de cortar con su expareja y se sentía culpable de haber entrado en la relación, pero tras años de terapia psicológica y apoyo de su novio, es capaz de hablar el tema y denunciar esa violencia.

Víctor no podía contar con su entorno porque estaba en el armario con su familia y sus amistades solo veían el carisma de su entonces novio; Elisa no pensó que una mujer pudiera ejercer maltrato

Elisa Coll, que explora el tema de la violencia intragénero en su novela, se dio cuenta del maltrato que sufría por la ayuda de sus amigas, que lo señalaban, y porque empezó a ver en su pareja conductas parecidas a las que había tenido su anterior maltratador. “Es muy útil escuchar a las bisexuales que hemos sufrido ambos tipos de maltrato para aplicar lo que sabemos de la violencia de género a la intragénero” aunque haya “diferencias claras” entre una y otra, dice Coll.

Tabú en los feminismos y movimientos cuir

En diciembre de 2022, la Comisión de Igualdad del Congreso aprobó varias enmiendas a la ley trans y LGTBI+, aún en tramitación, para eliminar las menciones a la violencia intragénero en el proyecto de ley. El grupo parlamentario socialista, impulsor de las modificaciones, argumentaba que “la actual regulación de la violencia doméstica y violencia de género da cobertura a todos los supuestos” y que regular la violencia intragénero generaría “un plano de protección superpuesto” que induciría “a la confusión”. 

“Había miedo a que la violencia de género perdiera importancia frente a la violencia intragénero”, explica Charo Alises, la abogada, que cree que esas reticencias no eran fundadas: “Que las víctimas de violencia intragénero tengan derechos no quita ninguno a las mujeres víctimas de violencia de género, siempre dejando claro que esta última es una violencia estructural y la primera no lo es”, asegura. “La idea de que hablar de una opresión resta visibilidad a otra me parece simplista y un poco reaccionaria. Los recursos sobre violencia de género pueden ser muy útiles para entender la violencia intragénero y viceversa”, apostilla Coll.

“Hemos interiorizado la idea de que hablar de violencia intragénero es traicionar al feminismo, pero la idea de que hablar de una opresión menoscaba otra es simplista y reaccionaria”

Cuando estaba superando su relación de maltrato, a la escritora le preocupaba que apuntar a las similitudes entre su experiencia de violencia con una mujer y la previa con un hombre se interpretara “como sinónimo de que la violencia no tiene género, como dicen los fascistas”. “Hemos interiorizado la perversa idea de que hablar de violencia intragénero significa traicionar al feminismo”, afirma la escritora en una columna en Pikara Magazine. 

El rechazo a poner el foco en las violencias intragénero no solo viene por parte de los feminismos, sino que también puede existir en espacios cuir. En su artículo de Pikara, Coll asegura que, cuando un colectivo está estigmatizado, el impulso es “cerrar filas”, pero no hablar de lo que pasa “puertas adentro” tiene una “consecuencia clara”: “Que cueste mucho más reconocer, nombrar y pedir ayuda cuando ocurre lo que, en el fondo, todas sabemos que ocurre”, concluye.

Arquivado en: LGTBIAQ+
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

LGTBIAQ+
Memoria Plataforma Trans registra en el Congreso su propuesta de ley de memoria LGTBI
La propuesta que contempla una pensión para personas LGTBI represaliadas en el franquismos parte con el apoyo de Sumar, Podemos, BNG, JuntsxCat, Esquerra y EH Bildu.
Opinión
Opinión Mantícoras
Durante unas jornadas supuestamente feministas en una universidad pública, una ponente se atrevió a decir: “Las trans no sufren violencia porque son hombres”. Los espacios seguros no existen, aunque nos pese.
México
Identidades no binarias ‘Muxhes’: visibilidad y realidad del “tercer género”
En las comunidades zapotecas del Istmo de Tehuantepec, el colectivo rompe la dicotomía de género abrigándose en la tradición cultural de su pueblo originario.
#105506
1/9/2024 12:54

Es lo que pasa cuando se quiere ver la realidad con los ojos de la ideología en vez de observar la realidad tal cual es.
Hay frases convertidas en eslogan feminista que afirman que el maltrato es SÓLO cosa de hombres. Cuando lo escucho y lo comparo con lo que he visto y veo en mi vida de todos los días, me pregunto en qué mundo viven las personas que lo claman.
Desde siempre he conocido hombres y mujeres que abusan (lo veo indistintamente a menudo por la calle o en mi trabajo), incluso llegando a la violencia física en ambos casos. Mi lectura es que se trata de personas con un carácter y una historia personal que no se han trabajado personalmente lo suficiente, por lo que hacen que su entorno pague sus frustraciones o impulsos. ¿Es ésto que digo una negación del heteropatriarcado que aún campa a sus anchas en el mundo?, no. El heteropatriarcado es una herencia de miles de años y un esquema en el que todo ser humano está metido hoy día.¿ Que beneficia más a hombres que mujeres?, sí. ¿Que beneficia más a aquellas personas violentas y abusadoras independientemente de su sexo?, sí.
Gracias elsaltodiario.com por echarle valor y publicar este artículo, ante tanta simplificación e inmadurez generalizada respecto al asunto.

2
0
Opinión
Opinión Non sempre ter moitas luces é sinónimo de intelixencia
Que impacto ecolóxico e social produce a iluminación do Nadal de Vigo? A cidade sofre máis aló da masificación, o caos de tráfico, as molestias á veciñanza, o malgasto ou os recortes en orzamentos de emerxencia social.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El Congreso de EE UU vota la “ley más peligrosa para las libertades” desde la Patriot Act
En Gaza, Cisjordania y Líbano, nuevos ataques israelíes dejan más de un centenar de muertos. En Washington, el Congreso vota una ley que permite quitar fondos a ONG, universidades y colectivos sin pruebas ni un proceso transparente.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Más noticias
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Pontevedra
Ecoloxismo Unha investigación revela alta contaminación por nitratos en augas superficiais da comarca do Deza
Os resultados da análise de Ecoloxistas en Acción, con máis de 80 puntos de mostraxe, reflicten concentracións xeneralizadas e moi altas de NO3. Só o 19% das augas superficiais analizadas están “fóra de toda sospeita”.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.
Comunidad de Madrid
Violencias machistas Huelga en la red de atención a la violencia de género de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid el próximo 25N
Las trabajadoras de ambas redes se unen para reivindicar mejoras laborales y de atención a las mujeres víctimas en un paro de 24 horas. “Te sientes impotentes porque no puedes ayudar como deberías”, explican.

Recomendadas

Galego
Dereitos lingüísticos Miles de persoas desbordan a praza da Quintana para mudar o rumbo da lingua galega
A Plataforma Queremos Galego, que convocou esta mobilización, sinala unha nova data para outro acto protesta: o vindeiro 23 de febreiro na praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
València
Exclusiva El Gobierno de València contrata 12,9 millones en obras de la dana a una constructora investigada por pagos al cuñado de Barberá
La Generalitat Valenciana ha hecho el encargo a Ocide, una empresa cuya matriz está siendo investigada en el caso Azud por pagos “de naturaleza ilícita” al abogado José María Corbín a cambio de contratos adjudicados por el Ayuntamiento de València.