Honduras
La violencia política, paramilitar y pro-capitalista asola a Honduras

Numerosas instituciones internacionales han situado a Honduras entre los países más mortíferos para los defensores de la tierra, el medioambiente y los derechos humanos. La atención total sobre las pandillas deja en la oscuridad la violencia contra activistas.
Honduras UNAH
Represión policial en la Universidad Nacional de Honduras en junio de 2019.

Este artículo surge del enfado, la indignación, las alianzas con compañeras y compañeros de Honduras, la investigación y el análisis fruto del Monitor de Violencia Política y Violaciones de DDHH de Honduras. Este proyecto es una herramienta analítica y política para las personas defensoras de derechos humanos y socioambientales en el territorio, que responde a uno de los mayores desafíos que enfrentan: la falta de datos consolidados y fiables de violaciones de derechos humanos relacionados con la violencia política, que es especialmente invisible y difícil de detectar debido a la participación de actores armados estatales y no estatales, locales y globales.

Antes de indagar en cómo y por qué se manifiesta la violencia política en Honduras, es preciso romper algunos mitos sobre la violencia en el territorio. Detrás del estigma que caracteriza a Honduras como un territorio cuya violencia es fruto exclusiva e inequívocamente de maras o pandillas, reside un silencio social y sociológico que oculta la violencia política. Numerosas instituciones internacionales, como Global Witness, han situado a Honduras entre los países más mortíferos para los defensores de la tierra, el medioambiente y los derechos humanos. La atención total sobre las pandillas deja en la oscuridad la violencia contra activistas instrumentalizada por los grupos dominantes. Es más, la violencia política es la que crea las condiciones propensas para que se den otros tipos de violencia —como pandillas o doméstica. Por eso, debemos desbordar los discursos dominantes prestando atención a las causas de la violencia, y no sólo a los síntomas (como las migraciones forzosas), para reconocer su multidimensionalidad. Esto nos llevará también a cuestionar una noción de seguridad elitista que promueve la inversión en las fuerzas de seguridad del estado como el remedio para acabar con la violencia.

Detrás del estigma que caracteriza a Honduras como un territorio cuya violencia es fruto exclusiva e inequívocamente de maras o pandillas, reside un silencio social y sociológico que oculta la violencia política.

La violencia política es ya una tendencia global cuya característica definitoria es la represión de personas y movimientos sociales que defienden la tierra, el medioambiente y los derechos humanos. En Honduras, esta forma de violencia —ocultada— se ejerce cada vez más sobre defensores de la tierra y el medioambiente que articulan una resistencia frente al extractivismo y la mala praxis de proyectos agroindustriales, de minería, turismo y energía, y que la mayoría provienen de o tienen alianzas con el Norte Global. Es decir, la expansión de proyectos a gran escala cuentan con una serie de dispositivos de violencia, que emplean para expulsar a campesinos y comunidades indígenas del territorio y acallar las movilizaciones sociales que denuncian los ataques a la vida humana y ambiental de estas empresas. Los perpetradores de la violencia política son actores estatales y no estatales; guardias de seguridad privada de la empresa, militares en activo, ex-militares u otro personal de seguridad del Estado que participan en acciones que exceden sus obligaciones legales, sicarios, pandilleros y grupos armados. Estas alianzas al servicio del capital constituyen la violencia paramilitar.

Los grupos paramilitares en Honduras están aún en las primeras etapas de formación, a diferencia de los de Colombia o México que ya están consolidados. La violencia paramilitar está al servicio de corporaciones locales y extranjeras, y tiene lugar en entornos militarizados y con una historia colonial de despojo de tierras y violencia empleada por quienes poseen poder económico y político. Si bien en Honduras la desigualdad de acceso a la tierra es una cuestión histórica que se remonta a la colonización, en esta época se generaron conflictos entre campesinos y terratenientes que han sido y siguen siendo instrumentalizados para impulsar y consolidar un modelo económico capitalista; el gobierno de Estados Unidos, a mediados y finales de la década de los 90, empleó tácticas de contrainsurgencia mediante la alianza criminal de la “seguridad” pública y privada; también a finales del siglo XX y principios del XXI, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ofrecieron a Honduras una reestructuración de su deuda condicionada a la implementación de políticas neoliberales orientadas a la apertura al capital global y la explotación del territorio para la acumulación de capital. Este fortalecimiento del aparato coercitivo del Estado a través de una mayor militarización y la proliferación de asociaciones de seguridad público-privada ha ido acompañado por una legislación de seguridad orientada a la flexibilización del uso del ‘Estado de emergencia’ y la criminalización de la protesta social y el activismo por el derecho a la tierra y protección del medioambiente.

La violencia paramilitar está al servicio de corporaciones locales y extranjeras, y tiene lugar en entornos militarizados y con una historia colonial de despojo de tierras y violencia empleada por quienes poseen poder económico y político

Más de 40 años de despojo de tierras, asaltos al tejido asociativo político, y erosión de los programas sociales han producido numerosos movimientos sociales desde abajo con una clara agenda antineoliberal que ha presentado un desafío permanente a las élites y sus aliados capitalistas extranjeros al resistir y luchar contra la legislación y las políticas económicas favorables al mercado, que los condenan al hambre y a la muerte. Es aquí donde la violencia ha servido como instrumento indispensable para los grupos económica y políticamente dominantes. Por eso, nombramos esta violencia como pro-capitalista (Hristov, 2020) para interpelar a las motivaciones económicas (del modelo neoliberal) e implicaciones estructurales de clase social, raza, etnia y género. El uso sistemático de la violencia contra periodistas, estudiantes, campesinos, indígenas, organizaciones de mujeres y personas LGTB y otros sectores de la sociedad civil tiene el objetivo de criminalizar a los y las que denuncian la reestructuración económica neoliberal y defiende un modelo de socioeconomía que ponga en el centro la vida humana y ambiental.

Es precisamente cuando se procura instaurar o expandir un negocio en los sectores de la agroindustria, la minería, la construcción de represas hidroeléctricas y el turismo, el momento y el lugar en los que prolifera la violencia paramilitar. Por ejemplo, en el caso de la agroindustria; el Valle de Bajo Aguán, en el Departamento de Colón, es una de las regiones más fértiles de América Latina, y también una de las más mortíferas para defensores de la vida humana y ambiental. Entre los años setenta y mediados de los noventa, las tierras del Valle del Aguán pertenecieron a cooperativas campesinas, hasta que la Ley de Modernización Agraria de 1992 revocó las prohibiciones de la venta de tierras de propiedad colectiva. Esto, junto con otros factores, permitió la rápida toma de tierras de cooperativas por un par de grandes empresas, entre ellas Corporación Dinant —propiedad de Miguel Facusse, conocido antes de su muerte como el hombre más rico de Honduras y uno de los partidarios del golpe de Estado contra Zelaya.

También se hicieron 57 concesiones de tierra a grandes empresas bananeras extranjeras, incluyendo tierras y exenciones fiscales, entre ellas la transnacional estadounidense Standard Fruit Company. Desde el año 2000 se han formado numerosos movimientos campesinos con el objetivo de disputar la legalidad de estas controvertidas ventas de tierras cooperativas. Gradualmente, representantes de la mayoría de estos movimientos se unieron para coordinarse bajo la Plataforma Agraria del Valle del Bajo Aguán. Esta organización ha estado exigiendo al gobierno una investigación adecuada sobre las circunstancias en las que se llevaron a cabo las ventas de tierras en la década de 1990, la nulidad de los acuerdos de compra y una reforma agraria nacional integral y justa. Dada la falta de respuesta del gobierno a estos llamamientos, los campesinos se han involucrado en acciones directas en forma de ocupaciones para la recuperación de tierras en disputa.

Desde el año 2000 se han formado numerosos movimientos campesinos con el objetivo de disputar la legalidad de controvertidas ventas de tierras cooperativas

Las corporaciones que a finales del siglo XX se hicieron con tierras en el Aguán, actualmente cuentan con grupos paramilitares que desalojan de manera forzosa a campesinos y comunidades indígenas, intimidan a los pobladores y acosan sexualmente a las mujeres. Sin ir más lejos, en el 2019, la comunidad de Guadalupe Carney fue víctima de la intimidación y el desalojo forzoso llevado a cabo por militares y policías hondureños, militares israelíes y colombianos, una avioneta de Standard Fruit Company y dos helicópteros de la Fuerza Aérea Hondureña. Adolfo Cruz, de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) publicó en Facebook: “este día sábado 1 de junio se escribe una página negra más para los pobres que reclaman su derecho a una vida diferente, sin embargo, como recompensa el ejército y la policía apoyados por personal israelí, colombianos, y otros han llevado a cabo un desalojo violento ya que solo les interesa el dinero que reciben de Standard Fruit Company, Corporación Dinant, René Morales y Reinaldo Canales”.

No sólo las luchas de los movimientos campesinos se enfrentan a la violencia, sino que las propias víctimas a menudo enfrentan cargos penales, en ocasiones incluso de terrorismo. Actualmente, la usurpación de tierras es uno de los delitos más comunes de los que se acusa a personas pobres de las zonas rurales. Las personas y movimientos víctimas y supervivientes de esta violencia sin precedentes articulan una crítica sobre el sistema económico capitalista que, priorizando la acumulación del capital sobre la vida humana y ambiental, despoja a comunidades indígenas y campesinas de sus tierras y su forma de vida. Es decir, no son sólo ambientalistas si no también anticapitalistas, aunque desde ciertos lugares de poder del Norte Global se nombran únicamente como lo primero para promover una especie de “greenwashing” o capitalismo verde perverso que impide el cuestionamiento del conjunto de la estructura y la denuncia pública y punidad de los responsables. Reducir la lucha campesina al ambientalismo es inexacto y daña cualquier esfuerzo en identificar y abordar las causas de la violencia política en Honduras, y otros países del Sur Global.

Por todo ello, es urgente que desde el Norte Global hagamos reflexión crítica y articulemos una demanda pública sobre el papel que juegan las inversiones extranjeras en empresas que operan gracias a la violencia política, paramilitar y pro-capitalista y a costa de la vida humana y ambiental. También debemos reconocer y desmantelar la dinámica colonial de extracción de bienes naturales, que ha acompañado al capitalismo desde su origen. Su transformación requiere re-pensar el modelo económico actual, poniendo en el centro la reproducción de la vida humana que, como defienden los grupos y movimientos campesinos, funciona también fuera de los mercados capitalistas.

Arquivado en: Honduras Honduras
Sobre o blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Honduras
Reportaje Honduras, el país que sembró Berta Cáceres
Honduras heredó del narcogobierno de Juan Orlando Hernández la violencia que ejercen de forma estructural la Policía, el Ejército, las maras y los sicarios contratados por las empresas para matar a líderes ambientales.
América Latina
Leandro Morgenfeld “El triunfo de Trump va a empoderar a los Milei y los Bukele”
El historiador e investigador argentino especializado en la relación entre Estados Unidos y América Latina, analiza el triunfo electoral de Donald Trump y el impacto que tendrá en una región que Washington sigue considerando su “patio trasero”.
Crisis climática
Crisis climática Las migraciones climáticas: el éxodo invisible de las mujeres en Centroamérica
Muchas consumen píldoras anticonceptivas antes de migrar para evitar posibles embarazos o bien ingieren pastillas para provocarse sangrado vaginal ante el riesgo de sufrir violaciones durante el éxodo.
Sobre o blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas as entradas
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
Medios públicos A TVG, condenada a rectificar por difundir unha información falsa sobre o BNG
A xustiza condena tamén ao director do ente público, Alfonso Sánchez Izquierdo, pola nova onde se afirmaba erradamente que o BNG non enviara representantes a un evento organizado pola Xunta e mais a Fundación Castelao para dar inicio ao Ano Castelao.
OTAN
Europa Los líderes de la UE cierran filas con Zelensky en el contexto de derrumbe de la alianza con Estados Unidos
La cumbre de Londres del domingo 2 de marzo se cerró con una hoja de ruta para llevar a EE UU de nuevo la mesa de negociaciones con Ucrania. La UE apuesta por el rearme ante la amenaza rusa y el desfallecimiento de la Alianza Atlántica.
Huelga
Derechos laborales Los sindicatos en Renfe y Adif llaman a siete días de huelga por “incumplimientos” en el traspaso de Rodalies
Las organizaciones consideran que no se están cumpliendo los acuerdos que previnieron una primera huelga en 2023. El traspaso de competencias es un momento delicado y los sindicatos quieren asegurarse de que la plantilla no sale perdiendo.
Estados Unidos
Análisis Trump, la naranja mecánica
La rueda de prensa entre el presidente de los Estados Unidos y su homólogo ucraniano fue una muestra de una humillación pública al más alto nivel.
Mozambique
Neocolonialismo La expansión del eucalipto en Mozambique para la papelera europea
VV.AA.
La creciente demanda de celulosa en Europa está dando lugar a nuevos mercados y a la expansión de las plantaciones de eucalipto en Mozambique. Pero algunas comunidades rurales ahora quieren recuperar la tierra que han perdido.

Últimas

Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Las izquierdas rusa y ucraniana, ante un posible acuerdo de alto el fuego en Ucrania
Una de las principales demandas de la izquierda rusa es la liberación de los presos políticos. La ONU ha alertado de que la aplicación por parte de Ucrania del tipo de “colaboracionismo” está siendo excesivamente amplia.
Feminismos
En primeira persoa Relato dunha furgoneta roubada e un embarazo que perdemos
Temos que saber que para ter a liberdade de sentir sen morrer sepultadas no propio silencio é necesario que sexan habilitados, considerados e acompañados todos os xeitos, todas as dores, todas as dúbidas e todos os laios en tódolos ámbitos da vida.
Sphera
Soberanía alimentaria Sembrar zanahorias, recolectar comunidad
Una comunidad que sostiene la agricultura es un grupo de personas que alquila tierra y contrata a agricultores para cultivar. Es la forma de obtener frutas y verduras de kilómetro cero.
Opinión
Pueblo gitano 3 de marzo, 526 años de persecución racista antigitana
Ni los Reyes Católicos ni toda su ralea, incluidos los Borbones que aún detentan la Corona, consiguieron su propósito.
Más noticias
Estados Unidos
Genocidio Trump aprueba un paquete de armas de 3.000 millones de dólares para Israel
El presidente estadounidense ha alegado una “emergencia” para eludir al Congreso y aprobar un envío de armas que no llegará a Israel hasta 2026.
Madrid
Madrid Inquilinas despliegan decenas de piquetes para ampliar la lucha antirrentista e impulsar huelgas de alquileres
Estos grupos agitativos territoriales, que se mantendrán a lo largo de los próximos meses, se han distribuido por distritos y barrios de Madrid como Villaverde, Lucero, Vallecas o Leganés.
Nicaragua
Salvador Marenco “Los crímenes de lesa humanidad no solo deben ofendernos a nosotros como nicaragüenses”
El abogado, activista y miembro de la colectiva Nicaragua Nunca Más habla sobre las sistemáticas vulneraciones de DDHH y el silencio mediático entorno al régimen de Ortega
Opinión
Opinión Vitoria 3 de marzo. El memorial que soñamos
Cuando se cumplen 49 años de una de las masacres que marcaron el periodo postfranquista, se ha avanzado poco en la creación de un Memorial que establezca el relato preciso de lo que sucedió en Vitoria y por qué luchaban quienes estuvieron allí.
Migración
México México, la última frontera
En la frontera sur, la presencia de migrantes está aumentando, entre otras razones, debido a la política del gobierno mexicano de devolver a los migrantes sin documentación desde el norte del país hacia el sur.

Recomendadas

Urbanismo
Urbanismo salvaxe Un pobo contra o asfalto: Bembrive e Mos rebélanse contra unha autovía que arrasará o seu pulmón verde
Veciñas e veciños conseguen presentar 25.000 alegacións contra unha estrutura de dez quilómetros, defendida xa só polo PSOE en Madrid e en Galiza, que partirá en dous unha poboación enteira e forzará a expropiación de decenas de vivendas.
Feminismos
June Fernández “Estoy abierta a reconocer modelos en los que haya personas cuyo rol sea gestar”
La periodista June Fernández publica ‘Sueños y vasijas’, un volumen sobre la gestación subrogada que no quiere sacar a nadie de su posición, pero sí sumar elementos para analizarla con perspectiva feminista.
Turismo
Turismo depredador Poca agua, mucho turismo: la crisis hídrica amenaza las islas Eolias en Italia
Las islas italianas del Mediterráneo están acusando especialmente las consecuencias de la turistificación, pero también de una crisis hídrica sin precedentes provocada por el cambio climático. Es el caso de las islas Eolias, en el norte de Sicilia.