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Movilidad
De eliminar Madrid Central a recuperar el Metro: la movilidad entra en campaña
El debate 'El futuro de la movilidad en la ciudad de Madrid', al que acudieron representantes de los cinco partidos con representación local en la ciudad, desvela algunas de las claves en materia de movilidad para las elecciones municipales del 26 de mayo.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
Acabar con Madrid Central (o modificarlo sensiblemente), dar libertad total a los vehículos a motor para que puedan entrar en la ciudad, que el Ayuntamiento vuelva a tener un accionariado mayoritario en Metro de Madrid o crear miles de plazas para aparcamientos disuasorios y nuevos carriles Bus-VAO en las principales arterias de entrada a la capital. Medidas que se encuentran en modelos de ciudad completamente antagónicos pero que están sobre la mesa, según el partido, en una megaurbe con la sombra de severas sanciones desde Europea por exceso de contaminación.
A escasas horas del comienzo oficial de la campaña electoral de las elecciones municipales del 26 de mayo, representantes de las cinco formaciones con presencia institucional en la capital —Madrid en Pie Municipalista, Más Madrid, PSOE, Ciudadanos y Partido Popular— participaron este miércoles en el debate ‘El futuro de la movilidad en la ciudad de Madrid’, una cita que fue organizada por la Comisión de Movilidad Sostenible de Ecologistas en Acción Madrid.
A vueltas con Madrid Central
La medida estrella del actual Ejecutivo local, la zona de bajas emisiones (ZBE) Madrid Central —el principal motivo por el que la Comisión Europea decidió aplazar la ejecución de las multas millonarias por incumplir los niveles máximos de contaminación durante nueve años, al considerar que el Consistorio por fin se estaba poniendo por fin manos a la obra— fue uno de los temas más mentados en la jornada.Tres formaciones abogaban por mantenerlo, e incluso ampliarlo en el futuro —Madrid en Pie Municipalista, Más Madrid y el PSOE—, mientras una dejó claro que iba en la dirección contraria: “Vamos a decir no a Madrid Central”, afirmaba el actual consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Carlos Izquierdo. “Es un bloqueo absoluto de la ciudad”, señalaba, añadiendo que “mientras unos partidos hablan de inmovilizar y prohibir, otros apostamos por una movilidad sostenible inteligente”.
El modelo de movilidad que planteaba el representante del PP se encontró con la oposición del arco izquierdo de la mesa, así como de parte del público, que se lo hizo saber al consejero con protestas y alguna que otra risa. “Nuestro concepto es dejar libertad a la gente que venga a la ciudad como quiera”, remarcaba este, exponiendo por otro lado que su partido sí apostaba por el transporte público: “De 13 millones de viajeros diarios que se hacen en la Comunidad, el 28% lo hace en transporte público. Es la tercera región del mundo en que más se utiliza el transporte público, y eso es por la construcción de líneas de metro que hicimos”.
La duda respecto a qué pasará con Madrid Central —en caso de un gobierno local de los tres partidos de la derecha, incluyendo a Vox— la había dejado en el aire Ciudadanos, formación que se ha mostrado crítica con la iniciativa en numerosas ocasiones. Concha Chapa, su representante en la jornada, apuntaba: “No vamos a combatir Madrid Central, es una operación interesante y ha tenido sus ventajas en cuanto al medio ambiente, pero ha tenido sus problemas de conculcación de derechos, problemas económicos en algunos sectores, ha fomentado la picaresca y, desde el punto de vista del equilibro del sistema de transporte, en ocasiones ha implicado congestión en las zonas periféricas”, señalaba.
A pesar de que Chapa planteaba que “son problemas que se pueden solucionar”, no convencía a los asistentes y, desde el público, el coordinador de Contaminación Atmosférica de Ecologistas en Acción, Juan Bárcena, insistía en que la representante de Ciudadanos aclarase ese “Madrid central sí pero” y cuáles serían esos cambios que realizaría la formación naranja. “Sí, pero con refuerzo de transporte público. Sí, pero mejorando los problemas de gestión y sí, pero teniendo medidas de postevaluación”, replicaba Chapa, frases que no dejaron contento a gran parte de un público que expresó su incredulidad con la respuesta.
La A5 y sus semáforos
Una genérica mención a la mejora de la red de transporte público, así como la promesa de la creación de miles de plazas de aparcamientos disuasorios, fueron consensos de los cinco partidos. No lo fueron, sin embargo, las actuaciones en torno a la autopista A5 en su tramo urbano.La polémica por la instalación de dos semáforos y un radar de tramo para pacificar esta autopista urbana, que pasa a escasos metros de cientos de viviendas, no pudo faltar. “Tenemos que tener una postura coherente, tiene que disminuir el número de vehículos que entran por la A5”, indicaba Carlos Sánchez Mato, cabeza de lista de Madrid en Pie. “Si Ciudadanos o el PP quieren enterrar vehículos y pensar que eso soluciona el problema, craso error, sobre todo si ponen las cifras que pusieron sobre la mesa con la M30, donde cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.
Con Sánchez Mato coincidieron tanto la representante del PSOE, Emilia Martínez, como la actual consejera de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid y número seis en la lista de Más Madrid, Inés Sabanés. “Hay que hacer una vía urbana, que es lo que es, con actuaciones complementarias en todo el distrito y actuaciones reservadas para el transporte público. La ciudad no puede asumir más coches, ¿a dónde irían esos coches que entren por ahí? No tiene ningún sentido”, apuntaba Sabanés.
Por su parte, el consejero del PP se reafirmaba en su promesa de soterramiento de la vía, una vieja promesa que ya aprobaron los conservadores en 2009 y no llevaron a cabo, dado el elevadísimo presupuesto de la obra. Ciudadanos también se ha sumado a la opción del soterramiento, como ya anunció en febrero su portavoz y candidata de Ciudadanos al Consistorio, Begoña Villacís.
La guerra del Metro
El estado de Metro de Madrid fue también polémico en el debate. Mientras desde el PP Izquierdo defendía la gestión del gobierno regional, Sánchez Mato acusaba a los populares de “destrozar financieramente el Metro, con un desequilibrio patrimonial de 750 millones de euros, por lo que ha desaparecido la inversión”.
Salvo el PP, todos los grupos abogan por aumentar la presencia del Ayuntamiento en el accionariado de Metro de Madrid, gestionado por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM), una participación del Consistorio que Gallardón vendió a la Comunidad en 2011, en años de sobrecostes y deuda desorbitada por las obras del soterramiento de la M30. Las opciones van desde la recuperación del total que el Consistorio tenía, defendido por Madrid en Pie, a “aumentar la presencia institucional” en el CRTM señalado por la respresentante de Ciudadanos.
Carriles bici pendientes
La bicicleta tampoco faltó en la discusión. Si bien todos los grupos apuestan por la ampliación del servicio municipal de alquiler de bicicletas BiciMad, remunicipalizado esta legislatura con un coste de 10,5 millones de euros, fue la implantación de carriles bici la que trajo la polémica.
Desde el público, una integrante de la asociación Pedalibre preguntaba a Ciudadanos “por qué era el único partido en contra de los carriles bici”, en referencia a las críticas del partido naranja tanto a los carriles bici ya implantados como a los planteados, vías que Begoña Villacís llegó a decir que han sido “impuestas” a los vecinos. Chapa aseguraba que “no están en contra” y que en su programa se encuentra potenciar el uso de la bicicleta, si bien matizaba: “Tenemos una sensibilidad y una gran preocupación por la seguridad de la bici en la ciudad y de que se preserve la funcionalidad de las vías, y defendemos unos criterios técnicos claros, que son que la bicicleta tiene que ir por las vías más seguras”.
Fueron muchas las promesas electorales que se dejaron caer en una tarde en que no faltaron clásicos como la implantación de carriles Bus-VAO en las grandes arterias de entrada, apoyada por todos los partidos pero en el aire desde hace décadas, o la mejora de la regulación de los vehículos de movilidad personal —patinetes eléctricos principalmente— para que los usuarios de estos no tengan que saltarse la ley ordenanza de movilidad para cruzar la ciudad, como ocurre hoy en día.
Habrá que ver cuáles de estas promesas se cumplen finalmente una vez finalice la época de promesas y arranque la nueva legislatura, sea escorada a la derecha o a la izquierda.