Música electrónica
El club como espacio de reivindicación: la influencia de los colectivos en la cultura de club

El club nos ha dado el espacio que la sociedad no nos ha dado. Pero ha sido un espacio que hemos tenido que pelear.
ANUSCHKA 02
DJ ANUSCHKA durante una sesión DJ ANUSCHKA
26 sep 2024 06:00

Los últimos diez años han supuesto un cambio de paradigma en la escena española. No solo ha surgido toda una oleada de nuevxs dj, sino también de colectivos que fomentan un género o una propuesta de espacio específico. Chica Gang, desde Madrid, promueve line-ups protagonizados por mujeres e integrantes del colectivo LGTBI+; Mareo, desde Granada, busca visibilizar la nueva generación de productores de electrónica; Jokkoo Collective, desde Barcelona, pone en el centro la música africana y su diáspora.

Estos colectivos y sus integrantes buscan influenciar mediante su propuesta a todo aquel que esté dispuesto a escucharles. Trabajan artesanalmente durante horas y horas, seleccionando finamente cada canción de su set. El hilo conductor puede ser la intensidad: elegir canciones con bpm tan altos que ni el propio correcaminos pueda seguir su ritmo, para crear una atmósfera de desenfreno y expresión; poner en el centro íntegramente a productores latinoamericanos, cuyos sonidos se están popularizando ampliamente en Europa, pero sin embargo no los vemos ocupar los line-ups del viejo continente; o preparar un set con canciones románticas exclusivamente.

Las pistas de baile se han convertido en espacios no solo de expresión sino también de reivindicación gracias al trabajo de estos colectivos: las cabinas se han llenado de caras, cuerpos y propuestas que no tenían espacio hace apenas unos años atrás

Sin duda, las pistas de baile se han convertido en espacios no solo de expresión sino también de reivindicación gracias al trabajo de estos colectivos: las cabinas se han llenado de caras, cuerpos y propuestas que no tenían espacio hace apenas unos años atrás. Estos lugares han servido de refugio pero también de espacio de celebración para aquellos que pocas veces son protagonistas en el día a día o en los espacios comunes. Aunque queda un largo recorrido, las mujeres están empezando a colocarse en el centro y la apreciación cultural de géneros como el reguetón, el afrobeat o el amapiano, o los orígenes reales del house y del techno ya forman parte de la cultura del club.

Hay dj que, aunque no tengan música subida a plataformas, hacen canciones en vivo y en directo. Samplean las partes esenciales de una canción, a saber: bombo, caja, melodía y voz, para crear algo nuevo que no existe y que quizás solo sea escuchado en esa ocasión. Entonces, ¿son los dj productores? No me atrevería a tanto, pero sí los consideraría Directores de Arte. Buscan generar un ambiente específico para transmitir una idea particular. Jugar con la energía del público para poder atravesar creativamente durante 90 minutos esos cuerpitos que bailan.

Los dj actúan como espías perfectos: buscan detrás de cada piedra, detrás de cada ventana, incluso la más lejana y perdida de internet, para llegar a sonidos frescos y originales. Nos abren mundos, incluso pasiones completamente desconocidas; sales una noche pensando en pasártelo bien y acabas descubriendo artistas o géneros que terminan acompañándote e inspirándote durante muchos años. O nos regalan momentos que recordarás hasta el último día que cierres tus ojos. Cuántas veces has estado en la pista, en el punto justo de trance, bailando una canción que no conoces pero se ha convertido ya en tu favorita, y pensando en lo mucho que te gusta vivir.

También actúan como cocineros, mezclando ingredientes que a ti en la vida se te hubiese ocurrido mezclar y que te suena a que te van a saber fatal, como el helado de vainilla y la pimienta. De primeras, te parece que no tienen que ver el uno con el otro, pero cuando te lo metes en la boca, sientes esa explosión de sabores. Quién te iba a decir que el reguetón de origen puertorriqueño es el match casi perfecto con el dabke, un sonido folclórico tradicional de Palestina, Siria, Líbano e Iraq. La música y los dj construyen puentes y apelan a corazones transatlánticos.

Funcionan también como arqueólogos contemporáneos. Nos descubren sociedades, culturas y movimientos a los que de otra manera sería imposible acceder. La exponente del funk brasileño sabemos que es Anitta, pero en los clubes empezamos a escuchar sonidos cariocas unos cuantos años antes gracias a los bootlegs de Dinamarca y su colectivo Staycore. La explosión del reguetón en España no empezó con Lola Indigo, sino con Rosa Pistola, rompiendo los esquemas en aquella Boiler Room donde fue abanderada del Perreo Pesado. Ahí, descubrimos no solo que poner perreo en el club era legítimo, sino también motivo de orgullo. Fue un punto de inflexión para quienes fuimos diana en el patio del colegio por compartir algo de nuestra cultura migrante.

Entendimos ahí que nuestra identidad, nuestras raíces, eran tan valiosas como cualquier otro género para ocupar un espacio como Boiler Room o cualquier escenario de música electrónica. Por supuesto que Rosa y los que fuimos detrás de ella nos tuvimos que enfrentar al clasismo tan característico que impregna la industria musical. Tumbar los estigmas de que el reguetón, el rkt, el funk, el dembow y básicamente toda la música que viene de los barrios hecha por pobres, periféricas y marronas es tan legítima como el techno y el house.

El club nos ha dado el espacio que la sociedad no nos ha dado. Pero ha sido un espacio que hemos tenido que pelear. No ha sido fácil convencer a promotores y dueños de sala que cedan un slot de su fin de semana a las misfits de la escena. Qué decir del mansplaining cons-tan-te que hemos aguantado por parte no solo de compañeros, sino también por técnicos de sonido que consideran que aunque literalmente te estén pagando por estar ahí como artista, consideran que no tienes los conocimientos adecuados y necesitan explicarte cosas.

Tener un espacio donde expresarnos y celebrarnos como mujeres, migrantas, bolleras, travestis, mariconas… era una deuda histórica que nos teníamos que cobrar

Tener un espacio donde expresarnos y celebrarnos como mujeres, migrantas, bolleras, travestis, mariconas… era una deuda histórica que nos teníamos que cobrar. Un trabajo que tiene más vigencia que nunca, pues la violencia en contra de la comunidad LGTBIQ+, el racismo y la misoginia parece estar resurgiendo en los espacios nocturnos.

Por último, no quiero dejar de reconocer la labor casi de solidaridad que hacen estos pequeñxs niños ratas a los que llamamos dj, que trabajan horas y horas en su casa, se toman transportes imposibles, sufren la falta de sueño constante, así como la soledad de un backstage o un viaje largo, todo para regalarnos un momento inolvidable en colectividad y que muchas veces no se ve equitativamente recompensado económicamente o socialmente. La puja por el reconocimiento en una industria de derechos laborales sospechosos o inexistentes puede llegar a ser muy cruel, afectando profundamente no solo la salud física sino también la salud mental.

Así que, la próxima vez que estés bailando, disfrutando con tus amigos, en lugar de acercarle el móvil a la cara al dj para pedirle cualquier canción del Top 30 de Spotify, te invito a que disfrutes, escuches y le prestes el respeto correspondiente a esa pobre diabla que ha pensado cada canción y cada transición para hacer de tu noche, una noche memorable.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sirat y las zonas temporalmente autónomas
En la película de Olivier Laxe prevalece el relato sobre la deserción del mundo que una mirada a la propia creación de la comunidad que surge en torno a las raves.
Música electrónica
Música Herbert y la banda sonora sin fin de un tiempo revuelto: “Si todo funcionara bien, necesitaríamos menos arte”
El músico británico Matthew Herbert desea cambiar el mundo y una de las herramientas que usa para ello es la música. El 4 de abril presenta en Madrid su nuevo proyecto junto a la vocalista e improvisadora Momoko Gill.
Rubén_Proletkult
Rubén_Proletkult
26/9/2024 6:44

Se que cuesta entenderlo desde fuera pero, sin duda, los marcos de relación que se establecen alrededor de la música electrónica de baile tanto a nivel social, como de la propiedad misma, es de lo más avanzado que hemos conseguido como especie.

Techno para cambiar el mundo.

0
0
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.