Turismo
Garrot: “No podemos vivir en la Marina Alta, los propietarios prefieren hacer el verano en un mes”

El colectivo Garrot de la Marina Alta es un grupo de acción ciudadana que se ha formado recientemente para combatir la turistificación en la comarca. Denuncian que el modelo turístico actual está convirtiendo la cultura local en un decorado, lo cual ha llevado a un aumento desmesurado de los precios de la vivienda, la expulsión de las vecinas de sus pueblos y a la masificación de las zonas costeras. Garrot explica que la proliferación de viviendas turísticas y piscinas privadas está afectando negativamente a la calidad de vida de los residentes locales, que encuentran cada vez más difícil acceder a viviendas asequibles y que están siendo expulsados de su tierra.
Entre las acciones que ha llevado a cabo Garrot, destacan la organización de protestas y la sensibilización en redes sociales para concienciar sobre los efectos negativos del turismo descontrolado. Una de sus acciones más visibles fue el despliegue de una pancarta de quince metros a una cala de Xàbia, que denunciaba la masificación turística y sus consecuencias. El objetivo principal de Garrot es promover un modelo turístico más sostenible y equilibrado que permita a los residentes de la Marina vivir dignamente en su tierra.

¿Cómo y cuando decidís formarlo y cuál es el punto de inflexión para arrancar el colectivo? ¿Qué acciones habéis estado llevando a cabo y como os organizáis actualmente?
Garrot es un grupo de acción contra la turistificación en la Marina Alta. Nacemos en las redes en julio de este año, el 2024, pero empezamos un poco antes. Llega un momento en que hay una desidia constante en nuestras vidas provocada por la turistificación. Hablamos y decidimos transformar este malestar en lucha y politizar ese sufrimiento.
El colectivo lo formamos personas de diferentes pueblos, y esto nos da una visión bastante realista de los problemas que hay, porque, claro, la Marina Alta no tiene los mismos problemas de turistificación en la costa, en la parte central y en el interior; a pesar de que puede parecer un terreno pequeñísimo, es muy diversa la situación. Como conocemos la situación de todos los pueblos, podemos tener unos datos mucho más representativos.
Todas las personas que forman parte del colectivo habitan en la Marina Alta. Creo que también es un punto relevante, no nos tiene que contar nadie de fuera cuáles son los problemas, sino que los estamos viviendo nosotros y tenemos trato y contacto con la realidad todos los días, porque es donde habitamos. Y también nos sirve a las tres zonas principales para diseñar campañas, para cómo diseñamos la comunicación que queremos, para prestar atención también a las problemáticas... Porque a veces se pone mucho el foco en la costa pero, a pesar de que tiene más presión turística, no significa que el grado de sufrimiento de las habitantes del interior de la Marina Alta no sea similar al que sufrimos nosotros. Queremos dar voz a las tres áreas.

Nosotros tenemos dos vertientes que queremos siempre destacar: una cosa son las redes sociales y otra las calles. No queríamos quedarnos en las redes. En cuanto a las redes, lo que estamos haciendo es dar los datos de registros públicos y denunciar las diferentes situaciones. Y, en la calle, hemos hecho una primera acción en la puerta azul del Portitxol en Xàbia, que es la típica que utilizan los instagramers; hemos desplegado una pancarta en la AP-7 durante la operación retorno, cuando todo el mundo vuelve a sus casas después de las vacaciones; y la más importante, yo creo que en cuanto a contundencia, la que llevamos a cabo desplegando una pancarta en la Cala Barraca en pleno agosto. En esta última, además, era la primera vez que se hacía una acción de este tipo en la Marina Alta por parte de un colectivo contra la turistificación y sí que tuvo bastante repercusión entre los medios, entre las personas de la comarca y también del País Valenciano.
¿Cuando empezó el problema y por qué este año ha aumentado tanto?
Yo creo que tenemos que hacer un ejercicio de revisión histórica del origen del problema, porque nos tenemos que remontar al franquismo, a los años 50. Esto a veces parece ir muy lejos para explicar la situación, pero es que tenemos que entender que en esa etapa, cuando hay un empobrecimiento de la población, cuando hay una insatisfacción social en plena guerra fría, los Estados Unidos de América recomiendan que el Estado español se abra al turismo.
Es importante hablar del franquismo en el turismo porque no se necesita inversión para la formación de trabajadores, tenemos un tiempo buenísimo, es una zona controlada por el régimen y es muy fácil obtener divisas. El problema originario viene de aquí porque en los años 50 ya se entienden los lugares turísticos como una mina de extracción. Yo llego, extraigo lo que necesito con un empresariado franquista, pongo un controlador en el territorio para hacer proyectos urbanísticos y después me voy y dejo la tierra como sí hubiera excavado una mina. El origen del problema está aquí. Esto se ha ido agraviando con los años y no ha habido intervención ni autonómica ni local para frenar este modelo. El problema viene de ahí. El modelo se ha ido ampliando, agravando y las consecuencias se han reflejado en los últimos tiempos.
“Costa Blanca” es una denominación franquista y continuamos utilizando esa herencia, también hace falta un replanteamiento de eso
Hay que hablar también de cuando se crean estas marcas turísticas en el País Valenciano. ¿Qué es la Costa Blanca? En 1971 hay una orden franquista que determina las zonas y rutas turísticas donde se distinguen nueve zonas y aquí, en el País Valenciano, se denominó “Costa Blanca” al ‘Levante’, que se refiere a las provincias de Castelló, València, Alicante. Es una denominación franquista y continuamos utilizando esta herencia, también hace falta un replanteamiento de esto.
El otro punto es el motivo por el cual este año ha aumentado tanto el problema. Yo creo que lo importante es que nos hemos hecho conscientes de la problemática, porque a veces no sabes que están vulnerando derechos porque no tienes información. Ahora tenemos información, no detectamos estas situaciones que nos molestan bajo un paraguas de normalidad, sino que las vemos como vulneraciones en una vida digna y nos quejamos. Esto impacta en la vida. Y llega un momento en que las personas no podemos más.
¿En qué situación se encuentra ahora mismo la turistificación en la Marina Alta?
Nosotros pensamos que es una situación grave porque es un problema estructural. Es una cosa que repetimos desde el principio de nuestras publicaciones, porque, cuando decimos estructural, queremos decir que afecta todos los niveles. Desde los servicios, el ocio, la configuración del espacio público, las instalaciones, las infraestructuras, los comercios... todo se orienta, como siempre, pensando en los turistas más que en los ciudadanos.
Hemos pasado de 63.000 y pico plazas de alojamiento turístico a 136.000 en 10 años. Es una barbaridad, no es un crecimiento moderado, es un crecimiento exagerado
Para entender la situación de la masificación, la Marina Alta en 2023 tiene 192.160 habitantes y, en 2023, recibió 2.480.000 turistas. Esto en 2023. Y solo en el primero y segundo trimestre del 2024, ha recibido 1.129.000. En cuanto a las plazas de alojamiento turístico en conjunto, de 2013 a 2022, en menos de 10 años, se han incrementado un 116%. Esto significa que hemos pasado de 63.000 y pico plazas de alojamiento turístico a 136.000 en 10 años. Es una barbaridad, no es un crecimiento moderado, es un crecimiento exagerado. Y, según plazas de viviendas de uso turístico, a hoy en día la Marina Alta tiene más de 133.000 turistas. Es un panorama poco esperanzador.
¿Habéis observado cómo ha cambiado el panorama entre la costa y el interior?
En cuanto a la densidad turística poblacional, que es por cuánto se multiplica la población del territorio en un periodo, el verano anterior, si hablamos de datos anuales, en la Marina Alta, en general, la población se multiplica un 5,8%. En la costa se multiplica un 7,67%. Estamos hablando de solo dos puntos más en cuanto al nivel de población en la costa respecto a la Marina en general. Sí que es verdad que los datos de la Marina Alta están divididas en la zona de costa, la zona intermedia y la zona interior. La máxima presión turística siempre la sufre la zona de costa. Es decir, la sensación que tenemos de cómo ha cambiado, como se han modificado todas nuestras vidas está mucho más agravada en la zona de costa que en la zona intermedia y en la zona interior.
Con los hospitales, por ejemplo, la presión que hay en la Marina Alta no es la misma que hace 10 años y el dinero invertido no es proporcional al número de gente que tienen que asumir, sobre todo en periodos estivales
¿Qué cambios habéis notado en las inversiones de infraestructuras y servicios en el territorio en los últimos tiempos? ¿Cómo está afectando esto al tejido social y vecinal y qué cambios está produciendo en la economía de la zona?
Con los hospitales, por ejemplo, la presión que hay en la Marina Alta no es la misma que hace 10 años y el dinero invertido no es proporcional al número de gente que tienen que asumir, sobre todo en periodos estivales. Además, los ayuntamientos a veces configuran todo el ocio, cualquier acontecimiento, más pensando para el turista que para nosotros mismos. Y, después, las inversiones que pueda hacer también el Ayuntamiento, los municipios, están pensadas en este sentido, por ejemplo, no se enfocan a mejorar el transporte público entre los pueblos de la Marina Alta, pero sí a invertir en el trenecito turístico que va por la costa. Esto siempre es muy peligroso. También las carreteras, los parkings que son de competencia municipal, pues obviamente, notamos la presión poblacional en esto, en los meses de verano, sobre todo.
El primer cambio que reivindicamos desde hace mucho tiempo es el desplazamiento de los residentes. Los residentes no podemos vivir en la Marina Alta, el alquiler turístico ha elevado muchísimo los precios porque es mucho más interesante para los tenedores hacer el verano en un mes y no durante todo el año con el alquiler a las personas de la Marina Alta, y esto es una consecuencia compartida para todos los territorios donde hay problemas de turistificación. Y una cosa que creo que también se ha hablado poco es el tema de la sustitución lingüística en los territorios donde tenemos otra lengua. Es verdad que dependerá mucho de la realidad política y cultural, pero estamos viviendo también un momento de sustitución lingüística.
Desde Garrot pensamos que la banalización y la sustitución de nuestra cultura también implica la banalización de la lengua. Son procesos lentos, pero que se dan, por ejemplo, en el paisaje lingüístico: en las direcciones que se dan, en la toponimia de los complejos residenciales, en las poblaciones, en las cartas que ofrecen los restaurantes, etc. Esto también es un factor que ha afectado al tejido social, el hecho de no poder ir a un bar y pedir un cortado en valenciano, básicamente. Creemos también que hay una pérdida de identidad local y una erosión de las tradiciones, con el objetivo de ser simplemente un parque de atracciones y banalizar nuestra cultura. Puede haber un aumento de conflicto por el ruido y la convivencia, porque no es lo mismo que haya una persona que estará una semana que una persona con quien tienes que convivir. La capacidad de mediación de las problemáticas es muy diferente.
Queremos apuntar a la estacionalidad laboral, porque el trabajo en turismo muchas veces es temporal y afecta a la estabilidad económica de la Marina Alta
Al final también hay una disminución de la cohesión del tejido vecinal, para que no conozcamos las personas que hay en la calle. Piensa que la Marina Alta son pueblos. Una cosa que queremos apuntar es la estacionalidad laboral, porque el trabajo en turismo muchas veces es temporal y también afecta a la estabilidad económica de la comarca. Creemos que el turismo hace que la Marina Alta tenga una dependencia económica brutal de este “monocultivo”. Somos la segunda comarca más pobre del País Valenciano. Otra idea que queremos expresar es que el turismo es una actividad extractiva que revienta el territorio y lo explota de forma intensiva, genera beneficios para pocos y después se va y deja el territorio destruido.
¿Qué alternativas proponéis al turismo tradicional para reducir el impacto ambiental?
Siempre que nos preguntan a las entrevistas sobre alternativas o soluciones, no queremos dar. Nosotros nos configuramos como un grupo de denuncia y de acción y hablar de soluciones creemos que no nos corresponde.
Creo que también es legítimo ser las personas que analizan, disgregan y señalan el problema y no aportan soluciones o alternativas. Creo que el turismo es un fenómeno supercomplejo de responsabilidades compartidas entre empresas, autoridades estatales, autonómicas y locales, medios de comunicación, turistas... Con todos estos actores, nosotros no estamos para aportar soluciones.
Hay gente experta de la academia, de la administración del Gobierno... Nosotros lo que queremos es analizar como estamos y señalar los problemas. No creemos que tengamos que dar nosotras la solución. Además, creo que también es bastante capcioso el hecho de pedírselo todo al colectivo. Analizáis, denunciáis, reivindicáis y, además, aportáis soluciones.
No han entendido que la turistificación es un problema estructural y complejo y, por lo tanto, no se ha hecho un análisis para dar soluciones concretas al problema
A nivel administrativo, ¿como está actuando el gobierno de la Generalitat y el gobierno
central ante este problema?
Yo separaría el gobierno estatal y el del País Valenciano para diferenciar. Es verdad que la mayoría de competencias las tiene la Generalitat, pero para resumirlo todo con una frase: no han entendido que la turistificación es un problema estructural y complejo y, por lo tanto, no se ha hecho un análisis estructural ni complejo para dar soluciones estructurales y concretas al problema. Pensamos que la Consellería, que la lleva ahora mismo el PP, está muy alineada con los intereses empresariales y que, por lo tanto, no hará un replanteamiento del problema. Hicieron una campaña hace poco donde aparecen muchas preguntas sobre cómo el País Valenciano quiere al turismo para deslegitimar nuestra lucha, porque en ningún momento nosotros somos turismóbicos y no estamos en contra del turismo, estamos en contra de la turistificación.
Creo que se tiene que separar el tema de la administración local, porque parece que sí que hacen algo, pero no tenemos que ser inocentes y creer que lo están haciendo. Hay muchos ayuntamientos, en la Marina Baixa, y ahora aquí, en la Marina Alta, como por ejemplo en Dènia, que han hecho una moratoria de licencias de viviendas turísticas. Pero, cuando rascas un poquito, te das cuenta también que no son soluciones estructurales, son soluciones muy simplistas porque, por ejemplo, ahora en Dènia se pararán las licencias turísticas hasta septiembre del año próximo, pero las dadas ya están dadas y, además, solo se regulará en el casco antiguo del municipio. Esto es un porcentaje muy bajo, puesto que tan solo el 54,6% se encuentra en el casco y el resto están en otro lugar. No han tratado el aumento de alquiler, no han tratado la expulsión del vecindario, no han tratado cómo afecta nuestras vidas... Son parches que van muy bien para sacar un titular, pero que no tratan en profundidad la cuestión.
Por lo tanto, el resumen es que están haciendo propaganda. Y mostrar esto es una de nuestras tareas. Lo que queremos decir es que se están haciendo cosas, pero no son estructurales. Queremos dar datos. Queremos dar datos y que la gente conozca, se informe, piense y reivindique, y que, si tienen cualquier duda, preguntan.
¿Qué papel crees que tienen que jugar las comunidades locales en la transformación del turismo?
Creo que tienen un papel mucho más grande del que ellas creen, y lo estamos viendo con nosotros, creo, todas tenemos responsabilidades políticas hacia el lugar donde habitamos y las tenemos que utilizar.
Si tú no sabes los datos, si tú no sabes que tienes un derecho, si tú no entiendes la situación, no puedes saber si están vulnerando tus derechos o no. Lo primero es estar informadas y, después, decidir. ¿Qué más podemos hacer? Quejarnos, reclamar, denunciar, mediante la vía que creamos, pero hacerlo. Por eso, insistimos mucho en estar en la calle. Es decir, no vale solo montar escándalo en redes, no sirve solo quejarse ahí. Se tienen que hacer instancias en los ayuntamientos, se tiene que ir a los plenos y se tiene que reivindicar en la calle. Proteger la identidad en la manera que podamos cada una y defender nuestra lengua y cultura, para evitar que nos banalicen constantemente.
Y participar. Participar en la toma de decisiones, en los procesos informativos, que a veces nos da pereza, pero cuando hacen consultas de planificación urbana, de infraestructuras, de turismo... Estar atentas y participar en la medida que podamos.
Creemos que el turismo acentúa las actividades contaminantes que tenemos. Hablamos de carreteras, ruido, tráfico, motos de agua, parques, consumo... Lo que hace es aumentarlas
¿Cómo veis el futuro del turismo en un contexto de cambio climático? ¿Cómo creéis que está afectando ahora mismo? ¿Creéis que el impacto del cambio climático influirá?
Creemos que el turismo acentúa las actividades contaminantes que tenemos. Hablamos de carreteras, ruido, tráfico, motos de agua, parques, consumo... Lo que hace es aumentarlas. Y después, ¿como afecta el cambio climático? Quizás es un dato no tanto de la Marina Alta, pero el aeropuerto de Alicante sí que puede dar contexto. El aeropuerto acapara el 68% de los pasajes de todo el País Valenciano. El año pasado creció un 17,1%. Los datos de junio muestran que recibió un total de 775.000 pasajes, entonces se prevé una ampliación del aeropuerto de Alicante, pero creo que no se tiene que hablar mucho del avión, el consumo de energía y el cambio climático. Estamos en contra de la ampliación del aeropuerto de Alicante.
¿Tenéis relación con otras zonas como por ejemplo Canarias, Barcelona o diferentes zonas del País Valenciano?
Sí, sí que hemos tenido contacto. Y hemos tenido muy buena acogida por parte de todas, pero al final pensamos que nosotros somos un embrión, digamos. Piensa que acabamos de nacer. Hemos empezado a hacer contactos,y estamos muy agradecidas de la acogida por parte de todas.
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