Urbanismo
Una segunda vida para una de las rotondas más caras de Europa

La rotonda de la torre Miramar, uno de los despilfarros urbanísticos más simbólicos del País Valencià, recibe hoy una nueva oportunidad para ser un espacio de uso público al convertirse en un punto de encuentro para el arte y el deporte urbano.
20 feb 2022 10:00

Amenazaban lluvias pero el tiempo respetó hasta mediodía, en una especie de colaboración meteorológica con la iniciativa. La torre de Miramar, ubicada a la entrada norte de València, solitaria durante más de diez años, estuvo durante toda la jornada del pasado sábado 19 acompañada de música, arte y deporte. Lo importante del evento, más allá de lo positivo de dar cabida a disciplinas y arte urbano en la ciudad, es que trasciende a lo simbólico en lo que se refiere a recuperación de espacios para la ciudadanía: la rotonda de Miramar, considerada una de las más caras de Europa, es un claro ejemplo del despilfarro de dinero público que sufrió la población valenciana. 

Y es que probablemente las faldas del edificio de 45 metros de altura no habían acogido tanta actividad desde su inauguración en 2009, encabezada por la entonces alcaldesa de València, Rita Barberá, y el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque la obra urbanística venía heredada del Ejecutivo anterior (Aznar). La rotonda costó 24 millones de euros, 10 más de los presupuestados inicialmente, y solo duró tres meses abierta: pocas semanas después de su apertura al público el ascensor que permitía acceder a la parte superior de la torre se averió. Y averiado sigue hasta ahora, más de una década después. 

Nada tiene sentido en ese edificio, que genera rechazo estético a una gran parte de la ciudadanía: un bloque de hormigón alzado sobre el túnel de la avenida Catalunya, coronado con un vidrio de color oscuro, convirtiendo a la estructura en una suerte de trampolín rodeado de multitud de carriles con su correspondiente tráfico. Se suponía que serviría como atracción turística para ver el mar —de ahí su nombre—, pero desde arriba apenas se conseguía adivinar una fina línea del Mediterráneo entre las edificaciones agrupadas en las filas de delante. Así pues, lo que pasó podía resultar bastante previsible: el mirador quedó inhabilitado, la torre desértica, las fuentes que se habían ubicado en la rotonda vacías, las plantas muertas, los accesos subterráneos cerrados. El edificio se convirtió en poco más que un ejemplo de lo que no hay que hacer. 

Carles Vera, presidente de Valencia Movement y fundador de la escuela de parkour Motion Academy, reconoce que la idea de dotar de una nueva vida a estos 7.000 metros cuadrados partió del ámbito institucional: el Ayuntamiento de València le pidió que planteara una propuesta para reutilizar el espacio de la rotonda de Miramar, y él acudió a otros colectivos de cultura urbana para ponerse manos a la obra y hacer de “un espacio perdido, por decirlo de una manera amable, un lugar en el que compartir”. El primer paso era que Fomento realizara una serie de obras para mejorar el espacio, y a partir de ahí el Ayuntamiento ha hecho algunas aportaciones económicas en base a lo solicitado por el grupo impulsor del proyecto de convertir esta rotonda en un punto de encuentro de multitud de disciplinas. Vera no niega que tuviera sus reticencias cuando recibió el encargo: “El espacio tiene sus virtudes, pero también sus riesgos, como convertirse en una zona de botellón”. Pero sabía que tenía que decir que sí y tirar hacia adelante, del mismo modo que sabe que la victoria pasa porque la ciudadanía lo considere suyo y lo cuide, que lo utilice y se convierte en un lugar cotidiano, y el evento de ayer iba encaminado a fortalecer esa idea. 

Lo cierto es que la jornada, a la que Carles Vera prefiere no llamar “inauguración”, fue un éxito. Ni el encapotamiento del cielo ni la bajada de grados con respecto a los anteriores días impidió la afluencia ni el buen humor en el 'Miramar Urban Meet', que concentró a unas 400 personas entre monitores y aprendices de disciplinas urbanas —parkour, skate, calistenia, danza urbana...—, pero sobre todo personas curiosas de todas las edades que participaron en los talleres habilitados por los colectivos Motion Academy, Valencia Royals, Longboard Valencia y Let's grow. A lo largo de la jornada, artistas del graffiti pintaron los muros del espacio reafirmando, así, su renovación. La gran incógnita, todavía, es qué pasará con la torre, pero Carles Vera adelanta: entre las ideas previstas hay una propuesta de convertir parte del bloque en un área de rocódromo, y también se están contemplando opciones para llenar de colores sus muros de hormigón. 

La idea, expresa el también politólogo, es que el espacio esté abierto en todo momento y suponga un lugar de entrenamiento, competición y celebración de eventos donde acudan personas de todas las edades. “Para hacer comunidad en espacios como este, tienen que ser obligatoriamente transgeneracionales”, opina Vera. Otra cosa que percibe positiva es que el ejemplo de lo que ha pasado en València se puede llevar a muchos más lugares: “Hablamos de coger espacios que estaban olvidados y recuperarlos por y para la ciudadanía, y creo que en cualquier núcleo urbano donde haya gente con ganas de trabajar y una demanda de espacios de este tipo se puede hacer”.

El profesor de parkour, no obstante, se sigue mostrando prudente con el futuro inmediato de la rotonda de la torre Miramar: lo importante es hacer las cosas bien, no deprisa. Lo contrario a la filosofía con la que se construyó el área que ahora ocupan. Ahora la cosa parece diferente: se han ido habilitando nuevos accesos a la rotonda —desde que bloquearon los subterráneos no se podía llegar a la torre sin jugarte la vida—, puliendo el suelo, instalando pequeñas mejoras. A pasos cortos pero firmes, para ver cómo funciona. Los impulsores de esta segunda vida a la rotonda de Miramar se muestran optimistas: el sábado sirvió como una demostración de fuerzas, y sobre todo de entusiasmo. El tiempo dirá. En cualquier caso, es difícil que sea peor de lo que fue: de momento no hay planes de arreglar el ascensor de un mirador desde el que no se veía nada especial. Un recordatorio de que a menudo lo que mejor funciona es tener los pies en la tierra.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión El poder emancipador de unas sillas al fresco
Los corros de silla al fresco son un espacio de socialización, que para muchas personas puede llegar a ser el único fuera de su ámbito laboral o doméstico.
Urbanismo
Urbanismo ¿Es posible un urbanismo popular?
Una arquitectura popular contra el urbanismo neoliberal y sus lógicas de mercado
Pensamiento
Paulo Tavares “La imaginación es el primer acto político”
El arquitecto e investigador brasileño Paulo Tavares cuestiona las ideas fundacionales del pensamiento, el diseño y la ciudad occidentales en el marco de la crisis ecosocial.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Recomendadas

LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.