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Referéndum del 1 de octubre
Tic Tac Tic Tac: con el referéndum sobre Catalunya a la vuelta de la esquina
Crónica de la última semana antes del referéndum del 1 de octubre. De planes B y de la duda razonable de si alguna vez hubo un plan A.
Tic Tac Tic Tac.
Calma tensa en Catalunya.
Tic Tac Tic Tac.
A la espera de una tormenta.
Tic Tac Tic Tac.
Sin saber si los vientos soplarán de la meseta o de una tramuntana empurdanesa.
Tic Tac Tic Tac.
A cuatro días del uno de octubre, Catalunya y probablemente España entera, siguen a la expectativa de qué pueda suceder. El famoso choque de trenes ya llegó. Aquellos que nos manteníamos incrédulos, ya nos hemos tragado nuestras palabras. El resto, está claro que no.
Tic Tac Tic Tac.
Aquí todo el mundo espera. Unos esperan la embestida definitiva del Estado central. Toda la semana levantándonos con un ojo en twitter y un oído en la radio por si han arrestado a Puigdemont o han abierto todos los embalajes de fruta del país buscando las peligrosas papeletas.
Otros esperan la rendición definitiva del Govern. La disolución y entrega de urnas.
Y mientras, la calma. Nada. 150 web clausuradas sin juicio por medio. Incluidas web personales. La fiscalía ordenando la sumisión de los Mossos. Cartas de los bancos abiertas en ayuntamientos. Orden de precintar los colegios para evitar el acto terrorista del voto. La siempre oportuna justicia anunciando una fianza de cinco millones de Artur Mas por el 9N. La kafkiana escena de ver cajas de resistencia para apoyar al presidente que persiguió a huelguistas, quincemeros y otros activistas sociales. El Fiscal Maza, ese reprobado por el Congreso de los Diputados, hablando en prensa sobre una hipotética detención del President. Políticos anunciando las acciones de la justicia en este estado de derecho llamado España.
Decenas de asambleas de vecinos, convertidas en Comités de Defensa del Referéndum y las Libertades, se han repartido por el territorio para preparar la defensa no violenta
Nada, todo normal. La misma semana en que el Congreso de los Diputados condenaba la policía política del ministro Fernández Diaz, llega el portavoz Méndez Vigo y quiere hacerle un homenaje dándonos una lección de cómo se afina la fiscalía. Rueda de prensa con el epicentro en las manifestaciones en Catalunya por la acción judicial contra el Govern. Menciona cerca de una decena de veces esa palabra tan habitual en el vocabulario común de los españoles como es tumultuosa. Pocas horas después esa es la palabra central sobre la que gira la acusación de la fiscalía por sedición contra los manifestantes del 20S. Pim pam.
Y la Guardia Civil, nuestros queridos piolines, siguen a la búsqueda de la urna perdida. Hace unos días ocho agentes de paisano registraron una imprenta de embalajes en Ódena en busca del objeto del crimen. Solo encontraron cajas de yogures. La ultima: según informa El Mundo, sospechan que los panaderos puedan estar transportando las urnas. No es broma. Estamos a la espera que nos requisen todos los cruasanes por si llevan crema catalana.
Tic Tac Tic Tac.
En los barrios una especie de 15M reactivo y espontáneo se está fraguando. Decenas de asambleas de vecinos, convertidas en Comités de Defensa del Referéndum y las Libertades, se han repartido por el territorio para preparar la defensa no violenta ante una hipotética invasión de la Guardia Civil. Algunos barrios incluso han creado más de un comité. Participación masiva en un elenco ampliamente heterogéneo. Vecinos liberales que entran por primera vez en una okupa y libertarios que se encuentran ante la disyuntiva de defender el voto por defenderse, en definitiva, de la represión.
Entre voces ya se habla de la posibilidad de ocupar los centros para garantizar el referéndum el domingo. Incluso la consellera de Educación pareció contemplar la opción y pidió respeto por el mobiliario. Los vecinos sacan tinta a las irredentas impresoras para informar en sus calles de qué centro de votación toca. Hacen puntos de información para ayudar a los que “de internet y estas cosas” no entienden. Algunos están poniendo a disposición sus vehículos para ayudar a los más mayores a ir a votar. Mucha gente, como a cualquiera al que digan esto no se toca, se vota encima.
Catalunya no tendrá el referéndum que quería. Al menos no este domingo. El Estado no podrá parar el referéndum como quisiera. Al menos no evitará la foto
Los bomberos se han ofrecido a hacer de contención para garantizar el voto. Los estibadores siguen sin dejar dormir a los policías al bordo de los cruceros. La CGT ya anunció que se une a la huelga general anunciada por los sindicatos independentistas. Los estudiantes, con el rectorado de la UB ocupado, convocan a parones y movilizaciones para mañana.
Pero lo cierto es que, a cuatro días, no se tiene claro ni donde se votará, ni quién formará las mesas ni, en definitiva, si se podrá ejercer ese voto confiscado. El Govern no se atreve a dar información a solo cuatro días, ayer lo dejó claro el portavoz Turull. Eso no da la imagen de normalidad que algunos pretenden vender. Pero es que esa no existe. La pregunta es si se tiene realmente un plan B. O si este que se vislumbra, el de la movilización y la resistencia, es el plan B de un plan A iluso que nunca llegó a contemplarse.
Tic Tac Tic Tac.
No nos engañemos. Ambas partes se saben perdedoras. Aunque ambas partes se vendan vencedoras. Como siempre.
Catalunya no tendrá el referéndum que quería. Al menos no este domingo. El Estado no podrá parar el referéndum como quisiera. Al menos no evitará la foto.
En esta lucha de dialécticas, en la que todos tienen la palabra democracia en la boca, unos se reivindican como demos y exigen ejercer la cracia mientras los otros ejecutan esa cracia para negar todo demos.
Ambos buscan una foto. Unos, la de la sumisión. Los otros las de la única carta que tienen en la mesa. La movilización popular. Aquella que permita, en definitiva y aunque sea en un momento futuro, poner las urnas que realmente dejen expresar al pueblo catalán su futuro.
Tic Tac Tic Tac
Para muchos la guerra está en el exterior. Y esa es una batalla que Catalunya parece empezar a ganar tras años de prácticamente nulos resultados públicos. Los medios de comunicación retratan el estupor ante una situación surrealista en un país que se pretende avanzado. Pero, seamos serios. Se esta dando una imagen bastante opuesta.
Más allá de los colonialistas vítores del "a por ellos" escuchados ante las comitivas policiales camino de Catalunya, el desesperado Gobierno decidió reivindicarse como vasallo. Como hacen todos los regímenes despóticos cuando se sienten débiles, Rajoy salió volando a la Casa Blanca para arrancar de Trump un apoyo sobre Catalunya. Para garantizar la sonrisa, Rajoy se comprometió a la compra de los polémicos F35. 6.000 millones de euros por unos cazas que han sido el mayor dolor de cabeza de la industria armamentística norteamericana de los últimos tiempos. Esto mientras Moncloa ha pedido un préstamo de 10.000 millones para pagar las pensiones.
Rajoy hace el favor de Trump a la espera de una frase. Pero todo lo que arrancó, y esa es la portada en los medios españoles, es que “España es un país muy bonito y histórico” y que le gustaría “que se mantuviera unido”. Trump dijo que no tenía claro que se pudiera evitar el voto y la portavoz del Departamento de Estado, Heather Neuart reivindicó el derecho de los catalanes al referéndum diciendo que lo entendían y que “otros países lo han hecho”.
Unas frases que han costado 6.000 millones de euros. No sabemos si se los imputaran a Junqueras como malversación de fondos del referéndum. Igual que el millón y medio que costó la información falsa de las inexistentes cuentas de Xavier Trias en Suiza.
Tic Tac Tic Tac
El uno de octubre ya está a la vuelta de la esquina.