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Actualidad árabe (y más)
Nueva década, mismos conflictos: siguen la guerra en Siria y la tragedia en el Mediterráneo
Esta semana se cumple una década desde que empezó la guerra en Siria. La dura represión que el régimen de Bashar al-Asaad lanzó en 2011 contra los manifestantes, que salieron a la calles a tumbar el gobierno alentados por los ciclos de protesta en Túnez y Egipto, fue uno de los factores clave en el deterioro de la situación en el país, en el que más tarde aparecieron milicias extremistas. Mientras tanto, en Oriente Medio y en el Norte de África se evidencia la desigualdad en el mundo y la marginalización de las sociedades menos ricas, puesto que varios países de la región no han empezado ningún proceso de vacunación mientras otros vuelven paulatinamente a la normalidad.
En Iraq, el papa Francisco exigió a las autoridades que garanticen los plenos derechos de los ciudadanos de la comunidad cristiana, a los que pidió que vuelvan del exilio para repoblar ciudades como Mosul. En Túnez, la ruta migratoria más mortífera del mundo sigue quitando la vida a personas que tratan de llegar a la isla italiana de Lampedusa. Esta semana, hay que lamentar al menos 39 muertes más.
Diez años desde que empezó la guerra en Siria
Este mes de marzo se cumplen 10 años desde que ciudadanos en varias ciudades sirias, impulsados por el empuje de las revueltas árabes en países como Túnez o Egipto, se lanzaron a las calles a exigir el fin del régimen del presidente Bashar al-Asaad y de su familia.
En aquel 2011, el gobierno optó en seguida por una represión implacable y militar contra los manifestantes. Durante los primeros seis meses de protestas, las fuerzas del régimen asesinaron a más de 3100 personas. Poco después, entraron en juego milicias extremistas como Ahrar al Sham (rama de Al Qaeda en Siria) y Estado Islámico. La situación se deterioró hasta convertirse en un conflicto armado con varios frentes.
Medio millón de personas han muerto por la guerra, la mitad de la población del país se ha ido de Siria y otros seis millones han tenido que dejar sus casas para buscar refugio en otras partes del estado
Una década después, y 21 años más tarde que al-Asaad heredara el poder que su padre ostentaba desde 1970, Siria es un país con el alma destrozada mientras el régimen sigue ahí. Medio millón de personas han muerto por la guerra, la mitad de la población del país se ha ido de Siria y otros seis millones han tenido que dejar sus casas para buscar refugio en otras partes del estado. Siria, además, atraviesa una grave crisis económica después de que su moneda local haya perdido buena parte de su valor. Esto ha ocurrido, en parte, como consecuencia del desplome financiero de Líbano, pero antes de eso la guerra y las sanciones ya habían reducido el PIB del país a sólo un tercio con respecto el del 2010.
En las fuerzas del régimen predominan personas de confesión alauita, una rama del islam chií a la que pertenecen tanto al-Asaad como buena parte de los dirigentes del régimen. Este hecho deteriora la relación entre la población de esta comunidad minoritaria y la mayoritaria musulmana sunní, que atribuye por asociación los crímenes del ejército a los de todo un grupo. Se calcula que unos 80.000 sirios habrían muerto en las cárceles del régimen. Por su parte, la comunidad alauí habría perdido un 10% de su población, y se cree que toda familia alauí habría perdido al menos a un miembro de su familia.
Para al-Asaad, ganar el control de las últimas zonas rebeldes, como Idlib, en el noroeste del país, será certificar una victoria pírrica. Este 2021, las autoridades sirias prevén organizar unas elecciones supuestamente libres. Según la oposición, serán una herramienta para legitimar el dominio de al-Asaad, que podría perpetuarse siete años más. Mientras tanto, millones de refugiados que malviven en el exilio no contemplan un regreso mientras el actual régimen controle Siria.
Siria
Mil años de Guerra Santa en Siria
El 15 de marzo de 2011 empezó la guerra en Siria, un conflicto que no parece tener fin. El autor, periodista sirio refugiado en Madrid, indaga en las causas de la contienda, desde sus raíces históricas hasta sus laberintos presentes.
Oriente Medio, marginado por el proceso de vacunación global
El mundo es cada vez más desigual y el proceso de vacunación es una muestra más de ello. Según la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las vacunas que se han distribuido en todo el planeta han llegado únicamente a un total de 10 países. Si centramos el foco en Oriente Medio y en el Norte de África, el “apartheid sanitario” es aún más pronunciado.
En Israel, donde se preparan para volver a permitir las reuniones en espacios cerrados, se ha vacunado ya al 60% de la población. Si dejamos aparte esta reveladora excepción, en la región que va desde Marruecos hasta Afganistán solo se ha vacunado al 1% de la ciudadanía.
En la región que va desde Marruecos hasta Afganistán solo se ha vacunado al 1% de la ciudadanía. Países de la zona como Túnez, Sudán, Iraq, Libia, Yemen o Siria aún no han empezado con el proceso de vacunación
Países de la zona como Túnez, Sudán, Iraq, Libia, Yemen o Siria aún no han empezado con el proceso de vacunación. En Egipto, el gobierno ha anunciado que se venderán dosis de vacuna a un coste equivalente a unos 11 euros, lo que podría impedir que buena parte de la ciudadanía, que ya atraviesa dificultades económicas, sea capaz de invertir en la vacuna. Las autoridades de otros países, como en Iraq o Túnez, han recibido vacunas por parte de China como donación. En Yemen, donde hay menos de 10 médicos por cada 10.000 personas después de cinco años en guerra, avanzar en la vacunación también se antoja complicado.
Descontando a Jerusalén Este, en los territorios palestinos ocupados (Cisjordania y la Franja de Gaza) han recibido hasta ahora 32.000 dosis para una población total de más de 5 millones de personas. Israel, que se comprometió a donar 5.000 vacunas a las autoridades palestinas, ha donado hasta ahora sólo 2.000, mientras que los Emiratos Árabes Unidos han mandado 20.000 vacunas a la Franja de Gaza. El Banco Mundial ha hecho una tímida presión a las autoridades israelíes para que donen más dosis a los palestinos, pero los dirigentes en Tel Aviv no parecen dispuestos a socorrer de forma significativa a la población ocupada mientras el último israelí no haya recibido la segunda vacuna.
Ocupación israelí
El apartheid sanitario israelí y la metáfora ‘kibbutz’
El papa Francisco llama en Iraq a la convivencia y al retorno de los cristianos
El papa Francisco visitó Iraq del 5 al 8 de marzo en una visita histórica que tenía por objetivo arropar a la menguante comunidad cristiana del país. Desde la invasión de los Estados Unidos de 2003 —y pasando por la dura guerra contra Estado Islámico— hasta hoy, los miembros de esta confesión religiosa han pasado de representar un millón y medio de adeptos en el país a ser menos de 250.000.
Francisco protagonizó momentos cargados de simbolismo al visitar iglesias y catedrales destrozadas por los yihadistas en ciudades como Bagdad y Mosul, algunas de ellas escenario de crueles matanzas. Desde esa potente fotografía, el pontífice rindió homenaje a las víctimas y emitió un mensaje de convivencia entre cristianos y musulmanes. Esa misma idea trataba de impulsar el esperado encuentro que le unió con Ali al-Sistani, admirado líder religioso entre los musulmanes chiitas en Iraq, que representan dos tercios de la población del país. Muchos cristianos esperan que esta reunión contribuya a erradicar la intimidación que sufren a manos de las milicias chiitas, que se hacen fuertes en parte del territorio.
Desde la invasión de los Estados Unidos de 2003 —y pasando por la dura guerra contra Estado Islámico— hasta hoy, los cristianos han pasado de ser un millón y medio a menos de 250.000
Francisco recordó repetidas veces a las autoridades iraquíes —donde predominan los dirigentes chiitas —que los ciudadanos cristianos merecen los mismos derechos y oportunidades que los de otras confesiones. Después de eso, en el tercer día de su visita en Iraq, el papa se dirigió a la propia comunidad cristiana. En Mosul, ciudad dominada por Estado Islámico desde 2014 hasta 2017, el pontífice pidió a los cristianos que volviesen del exilio para reconstruir sus vidas. Pronunció su discurso al lado del reverendo Raed Kallo, el único sacerdote de la ciudad. Kallo, que ante la llegada de Estado Islámico abandonó la ciudad junto con las 500 familias que conformaban su parroquia cristiana, regresó en 2017, cuando lograron liberar la ciudad de los extremistas. Pero cuatro años más tarde, sólo 70 de esas familias han regresado a Mosul. “Nuestros hermanos musulmanes me recibieron con hospitalidad y amor”, dijo el sacerdote en un emotivo discurso. Y concluyó: “Hoy vivo entre dos millones de musulmanes que me llaman Padre Raed”.
No cesan las muertes en la ruta migratoria más mortífera del mundo
Al menos 39 personas migrantes perdieron la vida tras el naufragio esta semana de dos botes enfrente de las costas de Sfax, la segunda mayor ciudad de Túnez. El siniestro, en el que murieron nueve mujeres y cuatro menores, supone la mayor tragedia migratoria del año en esta ruta.
Túnez
La crisis económica y la desafección democrática acechan Túnez una década después de su revolución
Medios locales afirman que otras 165 personas de diferentes nacionalidades han sido rescatadas por los guardacostas. El itinerario entre Túnez y la isla italiana de Lampedusa, a 200 kilómetros de distancia, se ha convertido en la ruta migratoria más mortífera del mundo, practicada no solo por ciudadanos tunecinos sino también por personas llegadas desde otros puntos del continente africano. La crisis política, social y económica que atraviesa Túnez, sin respuestas para encontrar un futuro a buena parte de su juventud, han contribuido a que los intentos migratorios a través del Mediterráneo se multipliquen recientemente. Entre enero y septiembre de 2020, casi 10.000 tunecinos intentaron llegar a Europa a través del mar.
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Los arabes ya paso su tiempo, son 21 paises que les une la religion y la lengua (por cierto, muy rica, solo eso), no interesa para nadie, ni para occidente ni para sus gobernantes que esten bien formados y preparados, que sigan tal como son, divididos, divide y venceras.