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Banca
La BBK trató de ocultar una sanción del banco central de Francia por un blanqueo de capitales de casi 2 millones
La Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) inició su expansión fuera del Estado español en 1994 tras comprar una ficha bancaria en Francia. Bajo la denominación Arca, Banque du Pays Basque, la por entonces cuarta caja de ahorros del Estado por volumen de recursos abrió una oficina bancaria en Baiona con un capital social de 35 millones de francos (unos 875 millones de pesetas). Menos de una década después, los representantes de BBK trataron de ocultar el nombre de Banque du Pays Basque en el informe sancionador que el Banco de Francia incoó por blanqueo de capitales. Sin embargo, habida cuenta de la naturaleza y “gravedad de las infracciones detectadas”, la autoridad bancaria francesa rechazó la solicitud.
Blâme et sanction pécuniaire de EUR 50 000 – 25 février 2003 by Ekaitz Cancela on Scribd
Una sanción inédita del Banque de France
El boletín número 52 del Banque du France hizo pública la sanción de 50.000 euros contra Arca Banque du Pays Basque en abril de 2003. En aplicación del Código Monetario y Financiero, la autoridad pública aplicó las disposiciones legales y reglamentos relativos a la lucha contra el blanqueo de capitales y notificó la existencia de “transacciones inusuales o transacciones sin justificación económica aparente”.
La entidad se refería hasta a once cuentas abiertas con nombre de personas físicas entre 2000 y 2001 donde “se contabilizaron pagos en efectivo por montos unitarios superiores a 152.000 euros o cercanos a esta suma”. El Banco de Francia también afirma que el importe acumulado de los pagos en efectivo realizados en cada una de estas cuentas se situaba entre los 150.000 euros y el millón de euros.
Del mismo modo, el banco central francés alertaba de que otras cuatro cuentas procedentes de esta caja experimentaron durante aquella época pagos repetidos en efectivo de entre 7.622 euros y 152.000 euros, llegando el monto total a alcanzar los 749.000 euros. Asimismo, apuntaba que otros dos clientes pagaron en efectivo 94.000 euros y 78.000 euros. En total, Banque du France documenta un blanqueo de capitales de hasta dos millones.
Además, la entidad afirma que, en el momento de la inspección, la caja vizcaína “no ofrecía explicación del origen de los fondos abonados, a excepción de una operación para la cual Arca no tenía prueba alguna”. Y añade, “Arca no realizó ninguna declaración de sospecha sobre estas operaciones” y concluye tras un duro varapalo que “Arca no podía descartar la sospecha” sobre las actividades “después haber obtenido y registrado por escrito información sobre el objeto y la justificación económica de estas transacciones, así como sobre la actividad de los clientes y el origen de los fondos.”
Esta información nunca se hizo pública por parte de BBK, que no se refleja ni en la memoria del año 2003 ni en la de 2004. Sólo se conoció la liquidación porque la caja de ahorros vizcaína anunció su liquidación en las cuentas anuales del 2010.
El dinero negro de los vascos en Francia
Distintas fuentes consultadas, tras remitirles el documento del Banque de France sobre la sanción a Arca, señalan que la entidad “estaba obligada a reclamar a sus clientes una explicación del origen de los fondos”. Según estas fuentes, el Banco de Francia, tras la inspección, aseguraba que descubrieron muchas cuentas en las que se había depositado dinero sin explicación alguna.
Las mismas fuentes aseguran que existían 12 sociedades de las que no existía suficiente información para ser identificadas. Fueron 10 de est as cuentas las que movilizaron importes superiores al millón de euros al año. En lo que a las personas físicas se refiere, en la mayor parte de los casos no constaba su domicilio.A este respecto, Gananzia publicaba en 1995 que el análisis del balance de Arca “indicaba que su actividad consistía en recoger depósitos, probablemente dinero negro de vascos del sur” para concluir que “no daba créditos, era un banco absolutamente anormal”.
Cabe señalar que BBK fichó como administrador de Arca a Renaud Elissagaray de Jaurgain, concejal de Baiona elegido en las municipales de 1995, que no se presentó en los comicios del 2001. Entre ambos años fue secretario general de la Asociación de Electos a favor de un Departamento Pays Basque. Como su nombre indica, esta aglutina a un centenar de representantes políticos de todas las tendencias, a excepción del Frente Nacional y el Partido Comunista Francés.
Auge y caída de las cajas
Tanto la BBK como la guipuzcoana Kutxa se retiraron del Estado francés en 2017, cerrando cuatro sucursales (Hendaia, Baiona, Pau y Burdeos) abiertas en el marco de una ambiciosa estrategia de expansión internacional.
Huelga recordar el júbilo con el que los jeltzales celebraron semejante estrategia de expansión. En 2004, el Partido Nacionalista Vasco publicitaba que Kutxa abriría 50 oficinas en el Estado francés para el año 2010. “En Francia está poco desarrollado el ámbito de actuación de las cajas de ahorros y Kutxa Banque quiere incidir en el servicio personalizado.”
Bajo las marcas de Arca y Kutxabanque, BBK y Kutxa ostentaban en Francia un volumen de negocio no superior al que tenía una sucursal en la CAV. Por ejemplo, el resultado neto de la división gala de la BBK apenas llegó a 30.000 euros en 2016. Un año después, con el extesorero del PNV Xabier Sagredo ya en la presidencia de la BBK, la entidad aseguraba contar con 4.600 clientes y apenas 24 empleados en suelo francés. Utilizando estas pobres cifras como argumento y obligado a pagar “costes adicionales para permanecer bajo la triple vigilancia del Banco Central Europeo, el Banco de Francia y el Banco de España”, el banco vizcaíno dio por concluida la aventura gala.
Los créditos del PNV con Kutxabank
Corría el año 2005 cuando la BBK comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que tenía créditos por valor de más de 8 millones de euros con el PNV. Un año más tarde, el conjunto de los partidos vascos adeudaban 8,5 millones a la caja de Bizkaia. Aunque el PNV había conseguido reducir su deuda con la entidad financiera a los 6,6 millones seguía siendo su principal deudor.
En 2007, la por entonces denominada Comisión Nacional de Competencia (CNC) sancionó a BBK y Kutxa por constituir un cártel y mantener durante 15 años un pacto de no competencia. Ese mismo año, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se pronunció a favor del Estado francés en su litigio con el PNV sobre irregularidades en la financiación del partido en Francia. Aún así, el PNV siguió transfiriendo millones de euros a Iparralde, dinero que ha sido detectado por el Tribunal de Cuentas, supremo órgano fiscalizador de las cuentas y de la gestión económica del Estado español.
Paralelamente, Niko Mendizabal, extesorero del PNV, constituyó en Baiona la sociedad Gure Izar Berria a principios del 2006, empresa que no ha sido fiscalizada por el Tribunal de Cuentas español. Este tipo de actividades, de carácter mercantil, motivaron la apertura de un expediente sancionador en 2018 por el Tribunal de Cuentas al PNV. Que advirtió que “el PNV posee, aunque está prohibido, una maraña de sociedades mercantiles de cuyas operaciones puede derivarse un flujo revelador de financiación ilícita”, mencionando entonces, entre otras, la sociedad Iguzkia que está domiciliada en Baiona desde 2006.
Para el año 2015, Kutxabank —la banca surgida de la fusión y privatización de las cajas de ahorros vascas— era la acreedora del 61% de los 20 millones de euros que el PNV adeudaba a los bancos, lo que le situaba como el tercer partido del Estado más endeudado con entidades financieras. Tan sólo tres años después, en 2018, el PNV había rebajado su deuda bancaria a 11,4 millones, el equivalente al 85% de los ingresos que declaraba el partido en aquel año.
Esta es la historia de cómo los grandes capitales vascos movían su dinero en Francia con el beneplácito de la ahora llamada Kutxabank.