Capitalismo
Queremos irnos a vivir al campo

El campo es nuestro paraíso perdido. Nuestra engañosa retropía. La imagen que condensa nuestros anhelos postcapitalistas. Quizás no se trate tanto de dónde queremos ir, sino más bien, de todo lo que queremos dejar atrás.

Casas de pueblo
Casas de pueblo en Segovia Álvaro Minguito
Sarah Babiker
27 dic 2020 10:37

Mucha gente quiere irse a vivir al campo. Supongo, tampoco es que haya hecho una encuesta. ¿Quién necesita las frías estadísticas cuando la sed de aire libre y horizontes, y el ahogo de prisas y urbanizado oxígeno, acaban siendo la cara y cruz de tantas conversaciones?. ¿Pa' qué queremos barómetros y sondeos cuando la pulsión de huida nos lleva en masa a atrapar el mismo aire, tomar el sol y una birra en las mismas plazas de los mismos pueblos, caminar entre los mismos pinos, cada vez que el trabajo nos libera?

Las cosas cambian más rápido de lo que cambiamos nosotras. Todo nace y se extingue a un agresivo ritmo. Las novedades se multiplican y apelotonan, la lista de tareas pendientes ocupa varias páginas. La ciudad está llena de objetos. Se publicitan en las vallas y las pantallas, se venden en las tiendas, se compran a destajo. Tenemos muchas cosas que de nada nos sirven, nos falta tanto de lo necesario. A un lado de la balanza se acumula lo efímero y lo superfluo, lo plástico y lo obsolescente, del otro lado escasea el tiempo, el silencio y la seguridad: la que te da un techo, saber qué será de tu vida el año que viene, tener la certeza de que tendrás suficiente dinero en la cuenta para pagar tu porción de calma.

Las calles están llenas, las fachadas están llenas, los smart phones rebosan de compromisos y urgencias. Y entonces nos queremos ir al campo, al puto campo. Comer naranjas frescas mientras miramos el cielo

Cosas, luces, ruidos, multitudes, trending topics, telediarios. Prisas, coches, supermercados. Tinders, terrazas, gente desechada. Las calles están llenas, las fachadas están llenas, los smartphones rebosan de compromisos y urgencias. Y entonces nos queremos ir al campo, al puto campo. Comer naranjas frescas mientras miramos el cielo a través de una ventana. Volver a sentir la escarcha sobre la hierba, los ciclos de la tierra, el olor a madera quemada, el viento agitando persianas y ramas.

Queremos despojarnos de nuestros demasiados. Bajar el ritmo, vivir más despacio, abandonar el AVE por los trenes nocturnos. Cambiar la carrera contra el tiempo por los días enormes. Las horas en el metro, por los paseos en los que sorteas rocas y charcos. Mirar una noche que no esté acotada de hormigón y antenas. O al menos vacacionar lejos del wifi. Pertrecharse tras una barricada de amigas y de árboles. De tenderos cuyos nombres conozcamos. De vecinos que críen gallinas.

El campo es nuestro paraíso perdido. Nuestra engañosa retropía. La imagen que condensa nuestros anhelos postcapitalistas. El sueño asequible al que nos empuja este revoltijo de ficticias nostalgias: pues muchas nunca vivimos en el campo, ni hay mucho campo en el que vivir, ni escudos de fuerza que protejan a los pueblos del exceso de cosas, de coches, de prisas, de competitividad, de crueldad capitalista.

Quizás no se trate tanto de dónde queremos ir, si no más bien, de todo lo que queremos dejar atrás. Probablemente no baste con irse a vivir al campo, porque no odias los lunes. Tampoco odias la ciudad

Quizás no se trate tanto de dónde queremos ir, sino más bien, de todo lo que queremos dejar atrás. Probablemente no baste con irse a vivir al campo, porque no odias los lunes. Tampoco odias la ciudad. Odiamos el capitalismo porque el capitalismo nos odia. Nos hace renegar de nuestros días y de los lugares que habitamos. Todo lo coloniza, es una plaga. Quizás podamos irnos de la ciudad, pero no podemos escapar del capitalismo.

O quién sabe, si en nuestros deseos de mudarnos al campo, en nuestras conversaciones sobre niños que juegan en las plazas, huertos colectivos, y decrecentismo casero, no estaremos escribiendo la prehistoria del postcapitalismo. Quizás para esto, sí que convendría apretar el paso, saturar al relato capitalista de otros relatos, colapsarlo con otras posibilidades e imaginarios, otros deseos: competir con él sin piedad por el futuro. Los lunes pero también los martes. Desde las ciudades y los pueblos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Capitalismo
Opinión Araba frente a la nueva fiebre verde: cuando la transición energética amenaza a la tierra común
Más de 80 macroproyectos energéticos y una red de alta tensión planean atravesar Araba, vendiéndonos la transición verde mientras arrasan bosques, pastos y comunidades rurales. Pero este territorio ya conoce otra forma de gestionar la energía.
Opinión
Opinión La hostilidad del fin del mundo
Me da por pensar qué tal vez estoy haciendo algo mal, que tal vez tuve que aprovechar las cuatro horas atrapado en un coche para grabar un documental o un reel sobre la necesidad de parar.
Racismo
Arun Kundnani “Arrazakeriak gizarteko baliabideen banaketarekin du zerikusia”
Militante eta ikerlari antiarrazistak abiapuntu argia adierazten du: arrazakeriaren aurka borrokatzea ez da zeregin psikologiko edo diskurtsibo bat, baizik eta egiturak desegiteko premia.
#79295
9/1/2021 10:45

¿Quiere el campo que vayamos a vivir ahí? Mudarse al pueblo revive y crea lo social. Mudarse al campo ocupa y destruye la naturaleza. En los suburbios alemanes todo el mundo tiene su chalet "en el campo" pero no queda un sólo pueblo .

0
0
#78424
29/12/2020 14:56

Gracioso.
Hacía tiempo que no leía "capitalismo" para referirse a la querencia a la capital. (Porque ese es el uso en el artículo; leed. Si no, el salto conceptual sería súbito, se entendería mal).
No hay utopía ni retropía. En el campo hay sitio de sobra, y hay gente que medio se apaña con autoabastecimiento y trueque. La ley lo permite perfectamente.
(¡Coño!, que a veces la gente se parece a los protagonistas atrapados de "El ángel exterminador")

6
1
#78272
28/12/2020 13:53

...Pues yo vivo en un pueblo... No es tan idílico y poético como en el artículo, pero sí, está bien.
¿Y qué habéis hecho para estar condenados y presos en la gran ciudad? Pedid un indulto; yo creo que seguramente os dejan ir a vivir al campo... (¡Pero preguntadlo al menos! Es terrible que algo relativamente sencillo os haya sido prohibido).

5
0
#79082
7/1/2021 7:35

Yo también he vivido en un pueblo, sé que no es idílico, pero un pueblo es muy diferente a la ciudad, sobre todo si se ha la mitad de la vida en un sitio, y la mitad en otra. Después de estar tanto tiempo en la ciudad, echo de menos la tierra, los olores del campo, el ritmo tranquilo y pausado que lleva la vida en un pueblo. No es que no se tenga que trabajar, ¡Por supuesto que sí! pero es otra cosa....

0
0
#78271
28/12/2020 13:51

He vivido en 6 sitios y hace 4 años que estoy de vuelta en el pueblo , no creo que vuelva a irme

4
1
#78247
28/12/2020 8:51

Odiamos el capitalismo pero bien que nos beneficiamos de sus comodidades

0
11
#78245
28/12/2020 8:24

Se repiten los conceptos y las frases en varios parrafos. El árticulo no avanza ni arroja luz.

3
2
#78233
28/12/2020 0:05

Vivir en el campo de vacaciones ,no es lo mismo ke vivir en el campo del campo ...

12
0
#80292
19/1/2021 10:47

Venir los fines de semana a descansar y tomar vinos es muy bonito. Los que vivimos aquí tol año sabemos lo difícil que es tener una vida digna por los precios que tiene el campo y la falta de servicios sociales básicos como educación o salud. Me encanta vivir en el pueblo, pero en muchas ocasiones es mucho más duro que una ciudad.

0
0
#78193
27/12/2020 16:54

Buen relato, pero la palabraretroía no existe.

https://dle.rae.es/?w=retrop%C3%ADa

1
1
#78227
27/12/2020 22:57

Una palabra para que exista solo tiene que ser formulada.
Además:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7355370

0
0
#78189
27/12/2020 15:05

Has condensado todo lo que pienso y siento en un articulo, gracias.

3
0
#78251
28/12/2020 9:52

Pues que poco piensas y sientes, a los que se van al campo lo primero que miran es si llega el internet capitalista

1
15
#78267
28/12/2020 12:57

Claro, porque tengo que seguir currando en el s.XXI, no me mudo de tiempo si no de lugar, alcornoque

10
0
#78275
28/12/2020 14:21

Si estas conectada no estas en el pueblo

0
16
La vida y ya
La vida y ya La primera vez
Nos confirmaron lo que ya intuíamos pero no supimos hacer. Lo única regla importante es romper el silencio.
Argentina
Argentina Argentina, un año y medio después de Milei
Este investigador profundiza en las claves de la victoria de Milei, las principales medidas de Gobierno, el sustancial apoyo que tiene y sus perspectivas a medio plazo.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda KKR y el negocio del ladrillo: de vender pisos en territorios ocupados a gestionar las viviendas de la Sareb
Desde 2022, el fondo proisraelí KKR es el encargado junto a Blackstone de gestionar la cartera residencial del banco malo. En verano vencen sus contratos y los fondos presionan para seguir sacando rédito del patrimonio público.

Últimas

Materias primas
Consumo España entra en déficit ecológico este 23 de mayo
El país ya ha consumido, a fecha de este viernes, todos los recursos naturales por año que le corresponderían en un reparto justo que permitiera al planeta regenerarse.
Opinión
Opinión Y ahora les duele Gaza: Europa ante el genocidio
Europa no ha dejado de vender armas a Israel, ni de recibir su tecnología militar; sin embargo, ahora no sabe cómo salvar al país de sus propios impulsos autodestructivos.
Madrid
Madrid Más de 200.000 personas salen a la calle contra el “abandono deliberado” de la sanidad pública madrileña
Madrid se enfrenta a la política sanitaria de Ayuso en una gran manifestación compuesta de cuatro columnas reclamando mejoras en Atención Primaria, en las urgencias extra hospitalarias, en los equipos de salud mental y exigiendo más pediatras.
Albania
Albania Albania: más de 30 años de democracia corrompida
El Partido Socialista de Edi Rama se mantiene en el poder gracias a un sistema de redes clientelistas y una desilusión que ha hecho que más de la mitad de la población se haya resignado.
Más noticias
Opinión
Opinión Sentido y senilidad
La senilidad que he estado viendo en la industria cinematográfica no se limita a la edad de ciertos directores. Es algo mayor que eso, se ha convertido en una manera de pensar, en un fenómeno cultural.
Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a ‘Periodista Digital’ en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
Opinión
Opinión La hidra de la lucha por la vivienda
Un sector del movimiento de vivienda pone el foco en los grandes propietarios y los fondos de inversión para entender la actual crisis de vivienda. Otro, a la clase media propietaria. Cada enfoque lleva a estrategias distintas.
Navarra
Opinión Diez años de corralito progre en Navarra
VV.AA.
En las elecciones municipales y forales del 24 de mayo de 2015 se propagó la confianza en un futuro en el que la hegemonía conservadora del corralito foral diera paso a algo muy diferente y mejor.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.

Recomendadas

Pensamiento
Paulo Tavares “La imaginación es el primer acto político”
El arquitecto e investigador brasileño Paulo Tavares cuestiona las ideas fundacionales del pensamiento, el diseño y la ciudad occidentales en el marco de la crisis ecosocial.
Culturas
Bob Pop “Mis poemas son unas croquetas sabrosas y no congeladas”
Escritor y vedete intelectual, acaba de publicar ‘De cuerpo presente’, un poemario donde responde 27 años y un diagnóstico de esclerosis múltiple después a sus miedos ante la enfermedad en la juventud.
México
México Desenterrar el dolor: los desaparecidos de Jalisco
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el mismo que descubrió el campo de exterminio de Teuchitlán, halla un punto de venta de droga activo del Cártel Jalisco Nueva Generación con varios cuerpos enterrados.