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Caza
Free Fox denuncia acoso a animalistas mientras la ONC pide proteger a cazadores y toreros como “colectivos vulnerables”
Insultos y amenazas a activistas animalistas y por el medio ambiente están a la orden del día. Desde el otro lado de la balanza, la Oficina Nacional de Caza pide una reforma del Código Penal para “proteger a colectivos vulnerables”, entre los que incluye a cazadores o toreros.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
Madrid, 13 de marzo de 2018. Miles de personas participan en la tercera Manifestación en defensa del lobo ibérico. Alicia Roa, presidenta de la asociación Free Fox, porta una pancarta en la que se lee “Nosotros los zorros también queremos vivir #NoalaCazadelZorro”. La imagen de ella posando con su mensaje es una de los cientos de instantáneas que se toman ese día.
Siete días después la página oficial de la revista Cosas de caza y pesca publica la imagen, pero manipulada. “Nosotras las zorras también queremos vivir” se lee ahora en la imagen, que muestra además las caras de Alicia Roa y una compañera. El mensaje viene acompañado por el el texto: “Cuando uno pensaba que los animalistas no lo podían sorprender más…. Te das cuenta de que sí, que se puede. ¿Qué opinarán las ecofeministas?”. El post continúa online hoy.
La historia no queda ahí. Comienza la ristra de comentarios: “Zorras??? Si que lo sois si pero trankila a vosotras no os dispararemos”, “atajo jilipoyas”, “Come is conejo pollos y pollas”, “pies ala a vivir del zorreo”, “de verdad que tienen cara de zorras”, “En vez de estar zorreando tanto !!tenéis que estar fregando!!!”... Como señala a El Salto la propia Roa, quien por cierto no considera la palabra “zorra” un insulto —aunque obviamente le ofende la intención del mensaje—, “no hay palabras, es de lo más vejatorio que he visto”.
Este tipo de manipulaciones y acoso no son una excepción. “Exponen nuestra imagen pública e incitan al odio, y por privado me han amenazado cazadores: me mandan fotos de animales muertos con mensajes como ‘este te lo dedico’; de esos montones”, continúa la presidenta de Free Fox, quien resalta la diferencia entre “la reacción de una persona al dolor intenso que suponen las imágenes de animales desollados o desmembrados, hasta llegar a extremos espantosos, y otra las amenazas directas”.
“Ellos denuncian que nosotros les acosamos pero lo que suele pasar es que publican fotos espantosas, vejatorias, de carnicerías absolutas y nos mencionan mientras nosotros criticamos esas imágenes de maltrato animal explícito, pero no con ataques personales”, continúa Roa, que resalta: “Quienes tienen las armas, quienes disparan y ejercen la violencia, son ellos, están acostumbrados”.
Más allá de la red
Las amenazas y los insultos no quedan solo en internet. En 2017 un matrimonio residente en la Sierra de Baza (Granada), que creó un refugio para animales en su propiedad de 173 hectáreas, denunciaba el asesinato a tiros de cinco de sus perros y las graves heridas infringidas a uno de sus caballos por parte de un grupo de cazadores. El motivo: meses antes habían decidido prohibir la caza en sus terrenos. Desde entonces venían denunciando intimidaciones y amenazas, incluso a su hija de 11 años.
El 18 de enero se celebró en Triacastela y Láncara (Lugo) el campeonato de la caza del zorro, un acto en el que una veintena de estos animales perdieron la vida. La competición fue criticada tanto por organizaciones ecologistas como la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza o Libera como por la Federación Rural Galega o el BNG, que llevó al Parlamento galego la paralización de la misma.
Durante el evento, activistas de varios grupos se presentaron en la zona y, en un momento, mientras grababan a cazadores, uno de ellos, rifle en mano, dice a un activista: “A mí no me grabes que te comes la escopeta”. Los hechos fueron denunciados por Libera ante el Consejo Superior de Deportes.
Caso similar en la Comunidad de Madrid el pasado diciembre. Una activista caminaba por la Colada del Collado de la Higueruela, en el municipio de Torrelaguna, cuando oyó disparos cercanos. Al advertir a los cazadores de que la caza en esa vía pecuaria estaba prohibida, la respuesta llegó con insultos y frases tipo “a qué cojones vienes aquí“ o “a que tenemos un disgusto”. Los hechos fueron denunciados ante la Delegación de Gobierno de Madrid y de la Consejería de Medio Ambiente. Solo entre 2018 y 2020, la federación ecologista ha interpuesto veinte denuncias en quince municipios madrileños por la instalación de señales de coto de caza en vías pecuarias. “Solo en dos casos se ha iniciado un expediente sancionador”, denuncia el colectivo, que aboga por la prohibición de la caza por ser “una actividad incompatible con los derechos de las personas no cazadoras y de los animales”
Colectivo “vulnerable”
Desde el otro bando, la Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) remitió el 8 de junio un escrito a los partidos políticos reclamando “que se abra de una vez por todas el debate sobre la regulación de los delitos de odio en las redes sociales”. Su objetivo es “proteger al colectivo de cazadores español” y plantea una modificación del Código Penal.
El gremio se encuentra, en palabras de la asociación, “desamparado” y cita “graves insultos y ataques personales sufridos por cazadores españoles y por sus familias en las redes sociales, donde el animalismo más radical actúa con total impunidad consciente de la dificultad legal a la hora poner coto a estas acciones”.
“Existe una necesidad real de proteger a colectivos vulnerables diana de ataques gratuitos de colectivos radicales animalistas (cazadores, pescadores, toreros y taurinos, y en general personas que trabajan con animales)”, señala el escrito de la ONC, que añade que “no se puede dejar sin amparo legal a aquellas personas que se ven atacadas en su libertad individual por practicar una actividad que es legal, legítima y necesaria”.
La organización propone una reforma legislativa que incluya “a los colectivos de cazadores, toreros y taurinos y personas relacionadas con el trabajo de los animales entre los colectivos protegidos por este artículo [510 del Código Penal] frente al discurso del odio”.
Ante el comunicado de la ONC, Alicia Roa denuncia que “cualquiera que pueda creer que el lado que ejerce la violencia, como es el de los cazadores, se puede convertir en una víctima es que no tiene ni idea de lo que es la caza ni el día a día que padecemos la gente que defendemos a los animales”.