We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Crisis energética
Salinas lucha contra las macroplantas fotovoltaicas
La localidad alicantina de Salinas, situada en la comarca del Alto Vinalopó, es, desde hace varios años, un buen ejemplo de la nueva realidad derivada del boom de las renovables, una situación que parece haber llegado para quedarse especialmente en las zonas zonas interiores y rurales. Y es que Salinas, a pesar de contar con tan solo 1800 habitantes, cuenta con hasta tres proyectos de instalación de macroplantas fotovoltaicas presentados hasta la fecha que, juntos, suman un total de 340 hectáreas.
De los tres proyectos, la planta FV Argos es la que se encuentra en un estado más avanzado, pues el Ministerio de Transición Ecológica ya le ha otorgado el visto bueno mediante una Declaración de Impacto Ambiental, así como las autorizaciones adminsitrativas previa y de construcción. Situado en el Collado de Villena, el proyecto ocuparía un total de 190 hectáreas, de las que cuarenta serían destinadas para las placas. Todo ello para generar en torno a 88 MW de energía.
Salinas, a pesar de contar con tan solo 1800 habitantes, cuenta con tres proyectos de instalación de macroplantas fotovoltaicas presentados que, juntos, suman un total de 340 hectáreas
De los otros dos, cuyo visto bueno depende de la Generalitat, el más importante en extensión es el que recibe el nombre de Casa Mosén, que implicaría la instalación de una planta fotovoltaica que generará una potencia estimada de 42,6 MW en una extensión de 150 hectáreas. Algo parecido será el proyecto Serol, que prevé producir 50 MW en 100 hectáreas.
La respuesta social se ha organizado en torno a Stop Plan Solar Vinalopó, una plataforma ciudadana que no solo se centra en el municipio de Salinas, sino que da respuesta al conjunto de proyectos planificados en la comarca, entre los que se encuentran Elda, Petrer, Pinoso o Monóvar. Ya en su página web, la plataforma destaca estar a favor de las energías renovables pero no apoyar un modelo de desarrollo de las mismas que funciona como un “pelotazo para unos cuantos”, alejando a la sociedad de “una anhelada transición que sea justa y ecológica de verdad”.
La respuesta social se ha organizado en torno a Stop Plan Solar Vinalopó, una plataforma ciudadana que no solo se centra en el municipio de Salinas, sino que da respuesta al conjunto de proyectos planificados en la comarca
En ese sentido, Pepe Mataix, miembro de la plataforma, alerta de alguno de los riesgos para el municipio si se sigue adelante con todos estos proyectos: “veríamos afectado el turismo rural, así como el patrimonio de muchos vecinos, que se vería devaluado al tener grandes plantas cerca de sus casas y fincas”. Aun así, lo que más preocupa a Mataix es el factor humano, pues “la salud mental de muchos vecinos se vería afectada”, así como “la forma de vida de las personas que han estado viviendo aquí desde hace muchos años”.
A pesar de que son múltiples los argumentos que esgrimen los vecinos para posicionarse en contra de los proyectos, el Ayuntamiento se mantiene al margen, tanto que todas las alegaciones presentadas han sido de vecinos y particulares, en ningún caso han llegado desde alguna institución. Desde el consistorio dicen que no tienen ni información ni herramientas para hacer frente a estos proyectos, por lo que por el momento dejan hacer. Para Mataix, sin embargo, no es cierto, pues es mediante “las licencias de obra donde se puede intercedir”, pero “no quieren”.
Sí es cierto que desde Stop Plan Solar Vinalopó denuncian que el Ayuntamiento ha tratado de poner piedras en el camino a la plataforma en su derecho a la protesta. Elspeth McFarlane, presidenta de la Asociación de Vecinos de Salinas, cuenta cómo el consistorio les denegó el permiso de concentración por “no poder garantizar la seguridad”, cuando ellos habían comunicado “una concentración para veintiún personas”, algo que usaron también como argumento para negarles la posibilidad de colocar una mesa informativa en la vía pública.
McFarlane denuncia también que “llevamos tres años sin poder usar nuestra sede –que es pública– porque está sin luz”. Para McFarlane, aunque desde el gobierno local eviten posicionarse públicamente a favor de los proyectos, “está claro que están apoyándolo”. A Mataix solo se le ocurre una razón por la que desde el Ayuntamiento se esté apoyando así la llegada de las macroplantas, y es “el aspecto puramente económico”, ya que “el único interés que se nos ocurre que puede haber es el del dinero que se puede recaudar vía impuestos”.
Y es que Salinas se encuentra en una localización privilegiada a ojos de las grandes compañías que impulsan este tipo de macroplantas. “El criterio no es ni poblacional ni de superfície”, explica Mataix, que señala como motivo principal la “necesidad de tener cerca una subestación transformadora” que funcione como punto de vertido. Estas subestaciones suelen estar cerca de grandes núcleos poblacionales, como Alicante o València, pero “esos sitios no los van a tocar”, por lo que buscan “lugares de interior, donde el suelo sea barato y no estén lejos de grandes núcleos de población”, algo que cumple a la perfección Salinas, situada próxima a Elda-Petrer, uno de los principales núcleos de la provincia. Al ser un municipio pequeño se entiende que “no va a haber una gran masa social que se te pueda poner enfrente”. Para Mataix, se sigue en este caso la lógica de “quiero verter la energía generada aquí y ya me preocuparé de ver cómo monto la planta”.